viernes, febrero 27, 2009

LA SOLEDAD DE DON QUIJOTE, LA DE MARCELA O EL MIEDO




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En “El Quijote” – mi libro de cabecera desde hace muchos años - encontramos respuesta a muchas preguntas. El tema de la soledad, por ejemplo, está recogido en sus variantes más frecuentes. La soledad asusta a la mayoría y no entiendo el porqué. Hay una modalidad, la de Don Quijote velando sus armas en la venta – para él, castillo - que me seduce, en cuanto que supone una especie de acto ascético de purificación y de diálogo consigo mismo. Es un tipo de soledad que ayuda a conocerte mejor a ti y al mundo que te rodea. Ayuda, en definitiva, a madurar la propia personalidad. Y esto es un proceso, nunca un fin en sÍ mismo. Creo que sólo los que han estado realmente solos y han reflexionado sobre dicha experiencia están más preparados para vivir acompañados y son conscientes de tal necesidad.

Otros prefieren la soledad cómoda al estilo de la bella y desdeñosa Marcela, la pastora rebelde y contestataria que, no queriendo contraer matrimonio con Grisóstomo ni con nadie, se ha apartado del mundo para evitarse las molestias. No acepta el sufrimiento que implica la vida en sociedad. La pastora hace una ardiente defensa de los derechos inalienables de la mujer, pero su falta de compasión, generosidad y tacto destruyen gran parte de las adhesiones y simpatías que pudiera despertar. Es una actitud puramente hedonista. Quiere estar sola porque la convivencia le produce malestar y ella, ante todo, quiere sentirse sin los problemas que implican todo tipo de relaciones. Es simple y llanamente, narcisista. (¿Qué pretendería Cervantes al destruir el mito pastoril como ejemplo de vida culta y amor idealizado? A Marcela, las feministas de hoy deberían hacerle un homenaje...)

Algunos repudiarán cualquier opción de soledad, aun transitoria, estilo Don Quijote, estilo Marcela o estilo “X”, porque están tan descontentos consigo mismos que les da pánico cerval ponerse en trance de verificarlo... Necesitan del ruido para distraerse de su propia flaqueza. En el fondo, creo que tienen la autoestima por los suelos...

23 comentarios:

  1. El Quijote es una obra monumental en la que confluyen saberes aplicables a todas las ciencias. Es increible que siga tan fresco y mantenga ese atractivo incólume al paso del tiempo. En cuanto a la reflexión sobre la soledad, acierta a interpretarla con las diferentes perspectivas que la actitud solitaria presenta. Adopta una visión crítica, pues todo en el Quijote se decanta a favor de la compañía y de las relaciones con los demás. La soledad crea monstruos, deriva en misoneísmos, genera rechazos y desemboca en insolidaridades, que acaban haciendo mella en la personalidad del solitario. Somos personas en sociedad. Con sus luces y sus sombras. Entenderlo de otro modo es una equivocación y suele provocar tristeza en quien la contempla a su alrededor. Un cordial saludo

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  2. La soledad de Don Quijote...

    La soledad de "sólo los que han estado realmente solos y han reflexionado sobre dicha experiencia están más preparados para vivir acompañados y son conscientes de tal necesidad"

    La soledad de:
    LUNA CONGELADA
    Con esta soledad
    alevosa
    tranquila
    con esta soledad
    de sagradas goteras
    de lejanos aullidos
    de monstruos de silencio
    de recuerdos al firme
    de luna congelada
    de noche para otros
    de ojos bien abiertos

    con esta soledad
    inservible
    vacía

    se puede algunas veces
    entender
    el amor.
    Mario Benedetti

    Besitos en proceso

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  3. Ahhh...La soledad, esa señora que seduce y que confunde: a algunos los inspira, pero a otros los pierde.

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  4. La soledad por obligación es la que no me gusta ver, pero la escogida se hace por placer.

    Un abrazo

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  5. No estoy de acuerdo con tu interpretación de Marcela, Luis, al menos yo nunca la he visto así. "Fuego apartado soy, espada puesta lejos". Marcela no es la Galatea que rechaza a uno (con la misma crueldad) para irse con otro, sino alguien que no tiene culpa de gustar, que no se siente obligada por el hecho de gustar, y que reivindica el derecho a no sufrir y a no hacer sufrir. Me imagino a una Dido rediviva que no quiere saber nada de más Eneas, aunque sean guapos. Desde luego que es la santa patrona de las feministas, pero también de todos los que consideran la independencia como un acto radical, definitivo, sin fisuras. A fin de cuentas, en aquella época, ¿qué fin aguardaba a una mujer que no quisiera ser entregada al primer marido que se encaprichase de ella, aparte del convento o las asperezas del monte? Me parece muy sugerente esa versión de la serranilla de toda la vida, como si la hubiera inyectado de dramatismo, de complejidad trágica.
    Con respecto a la vela de armas, sin embargo, estoy completamente de acuerdo.
    Salud.

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  6. De acuerdo con la visión que tiene Bernardinas sobre Marcela, un espíritu libre que siempre es consciente de su elección y lo que conlleva esa búsqueda de la soledad. No es hedonismo, un sentimiento loable por otro lado, es un puro y esencial deseo de independencia. Algo muy legítimo siempre.

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  7. La soledad nos acompaña, es lo más seguro que tenemos. Hay momentos en los que todos necesitamos estar solos y buscamos la soledad como un refugio en el que apaciguarnos, en el que encontrarnos a nosotros mismos, como hizo Alonso Quijano. Pero también necesitamos a los otros, aunque sólo sea por mirarnos en su espejo. El equilibrio, bajo mi punto de vista está, en saber estar solos y también disfrutar de la compañía y de todo lo que nos pueden aportar los demás. ¿O no? Besitos, Luís.

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  8. Vaya comentarios de lujo Luis Antonio. Suscribo mucho de lo que dice Bernardinas y a Krapp y a Cristal...
    Sólo añadir el gran valor que le doy a Cervantes, que en ese mundo
    totalmente "androcéntrico" en el que vivía, fue capaz de ver a la mujer como ser independiente, más allá del arquetipo de la época.
    Cervantes al igual que Shakespeare, Homero y algún otro.. tocan siempre el sentimiento profundo de manera sabia y certera.
    Me gustó la entrada amigo. Un abrazo.

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  9. La soledad es un estado, a mi parecer.Para mi no existe, se crea.
    un abrazo

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  10. A Fernando Manero:
    Comparto tu comentario, aunque no lo sé expresar con la facilidad y claridad con que tú lo haces. Sobre la frescura del “Quijote” no tengo la menor duda y ahí está la razón de su inmortalidad. La soledad, si acaso, como estado transitorio de reflexión y de paz...pero nada más.
    Un cordial saludo

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  11. A Mara y Cuyá:
    Bello poema el de Benedetti. Si la soledad – sólo transitoria y deseada, ¿eh? – sirve para profundizar en uno mismo y descubrirse,¡ bienvenida sea !. A veces tengo la sensación de que nos dedicamos tan poca atención que somos unos desconocidos para nosotros mismos. Y así nos va...
    Besos, estimada rosariña

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  12. A Marysol:
    A mí me inspira, me seduce, me ayuda a encontrarme, pero a condición de que sea transitoria y voluntaria...

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  13. A Luz de Gas:
    Estamos de acuerdo. Por obligación, nunca; por placer, ¿por qué no?

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  14. A Bernardinas, Dr. Krapp y Cristal00k:

    Yo sí estoy de acuerdo con vosotros si os ceñís al contexto histórico de Marcela, época en la que una mujer independiente era una utopía. Por eso tiene que aislarse en el bosque para ser autónoma y evitar sometimientos a convenciones, Grisóstomos indeseados y demás ataduras de la época. Pero es de la Marcela actual de la que yo hablo (quizás debería haberla llamado, Vanessa, Elisabeth,...- : mujer independiente, inteligente, seductora, con taconeo trepidante, desdeñosa, que va de “sobrada” por la vida... (Hablar de hedonismo femenino en el barroco no tiene sentido).Y los pobrecitos enamorados, que no aspiramos a mucho más que una mínima consideración a nuestro imposible amor, nos vemos una vez más abocados - la historia se repite - a poner punto y final a - ¿nuestra vida? – nuestros sueños imposibles...¿Cómo una mujer de tales prendas se permite el lujo de aislarse y privarnos de la complacencia que su mera presencia despierta entre nosotros? Que tiene todo el derecho del mundo, ya lo sé y lo asumo. Pero que con tales dones de la diosa Fortuna se aisle del mundo... es de juzgado de guardia.

    ¿Me entendéis ahora un poquillo mejor, estimados amigos Bernardinas, Dr. Krapp y Cristal00k?

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  15. A Cristal:
    Estoy de acuerdo contigo, pero no me negarás que lo del “equilibrio” es harto difícil alcanzarlo...A mí la soledad no me asusta si tengo la confianza de manejarla a mi capricho.
    Besitos, todos, Cristal

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  16. A Nerina Thomas:
    Pues desde ahora me considero un creador...de soledades: “ A mis soledades voy / de mis soledades vengo/...
    Otro afectuoso abrazo

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  17. Luis
    pienso que si la soledad es un proceso transitorio y reflexivo, también lo es haber llegado a ella, y este último muchas veces depende de circunstancias involuntarias, por lo que no sé si puedo afirmar que es totalmente elegida, sino producto de un análisis de nuestras experiencias. Y cuando has llegado a ella y reconoces la necesidad de compañía...es tan fácil salir? encontrar esa compañía? creo que una cosa es estar preparado y otra muy distinta es encontrar la compañía que puede sacarte de la soledad...qué pasa si como tú dices, esa compañía ha decidido aislarse, o simplemente no quiere acompañarte a ti?
    Se puede manejar a nuestro capricho?
    Si tú piensas que sí, te admiro...muchas veces no puedo controlar mi propia vida, por más que reflexione sobre ella, imagínate que mucho menos las de los que elegiría como acompañantes.

    Besitos...

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  18. Interesante tu observación en general.
    En particular me he reído con lo de la pastora, separarse del mundo para evitar el trato social, eso ha ocurrido siempre, mira los anacoretas, los monjes con voto de silencio, los solteros que siguen viviendo con mamá.
    El prototipo cómo no, debía ser mujer... que huye...
    ¿TE digo algo?
    ¡ABRE LOS OJOS!

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  19. A Mara y Cuyá:
    La soledad puede ser voluntaria – la menos mala – e indeseada. Y, por supuesto, lo ideal es que sea transitoria. Si no es así, mal asunto. Si se considera que la soledad sólo se puede salvaguardar con la compañía de la persona más estimada, esto no siempre es posible, claro está. Pero si amplias los horizontes con los que puedas convivir: amigos, familiares, actividades apasionantes, proyectos, etc., entonces resulta más factible, ¿no?
    En cuento a si puedo controlar o no el estar o salir de la soledad, te diré que sí en la medida en que he crecido y he limitado mis aspiraciones a otras más sencillas y accesibles, aunque menos apasionantes, la verdad. Te diré más, casi desconozco lo que es el aburrimiento...Hoy pienso así, mañana, no sé...
    ¿He contestado a tus preguntas o me he ido por las ramas?
    Más besitos

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  20. A Mimí: Eso ha ocurrido siempre, pero en aquella época para la mujer era una auténtica heroicidad.
    Encantado en saludarte y espero que no sea tu última visita.
    Saludos

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  21. Luis
    jamás he asociado soledad con aburrimiento ni compañía con proyectos...sí sé de profundas soledades llenas de actividades y rodeadas de gente.
    Tampoco yo sé qué es el aburrimiento.
    Reconozco que he limitado el tema a un solo tipo de compañía...y volvemos a la apropiación del texto por parte del lector.

    Otros besitos

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  22. Ay perdón...no te respondí,
    no te fuiste por las ramas, lo has ampliado y me has dado tu valiosa opinión sobre el tema. Gracias

    Más de más besitos

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  23. A Mara y Cuyá: Una buena música, un buen libro también hacen compañía o, al menos, alivian soledades, y si molestan es tan fácil...resolver el problema.

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