Posiblemente uno de los mayores
problemas que arrastramos desde tiempo inmemoriable es no saber distinguir el
bien del mal. Y no será porque infinidad de pensadores y predicadores no hayan opinado y adoctrinado a tal
respecto... Ahí está toda ese marasmo de aforismos, sermones y frases que se han
pronunciado sobre el bien y el mal. No sé si han servido para algo más que para
confundirnos porque seguimos sin tenerlo claro. Solo hay que ver la cara de
Homer Simpson...
Actuar sin saber qué es lo
correcto es un tanto complicado y ahí estamos...capeando el temporal como
podemos o sabemos. No sé si la culpa es
totalmente nuestra o de quienes nos educaron, pero lo cierto es que durante
siglos, y en nuestra cultura cristiana, hemos asociado la "virtud"
con el esfuerzo, el deber y la disciplina y el "vicio" con la
alegría, la libertad y el goce...Yo, que me considero bastante moderado y
conciliador, creo que no está mal lo que se pensaba sobre el esfuerzo, el deber
y la disciplina, pero vituperar la alegría, la libertad y el goce me parece una
auténtica aberración. Afortunadamente, hoy en día, no son pocos los que hemos dejado de asociar el
"vicio" con lo más hermoso y satisfactorio que la vida nos puede
ofrecer...
No me atrevo a definir qué es el
vicio, cuando ni la misma Real Academia de la Lengua lo tiente claro. Solo hay
que ver la cantidad de significados - algunos, un tanto risibles - que atribuye a la palabra vicio,
pero lo que hace bien sin causar daño a nadie no puede ser malo de ninguna de
las maneras. Creo...