Fuerte San Cristóbal. Acto en conmemoración de la fuga (2006)
Nació en Madrid (1918), estudió en el “Instituto Escuela”. Se puede decir que fue de la última generación que cursó el bachillerato con la República. Pariente del poeta Luis Cernuda, conoció y conversó con García Lorca para actuar como actor en "La Barraca". Su padre, teniente coronel, socialista y leal a la República, fue asesinado el día 19 de julio de 1936 cuando repartía instrucciones para el reparto de fusiles. Huérfano de repente, se alistó voluntario sin haber cumplido todavía los 18 años. Partió al frente y al cabo de unos días cayó herido y hecho prisionero en Somosierra. Fue condenado a muerte y estuvo en lo que hoy se llamaría “el corredor de la muerte”. Gracias al general Cabanellas, masón como su padre y Presidente de la Junta de Defensa Nacional, fue indultado por ser menor de edad y conmutada la pena por 20 años de condena. Con Franco, que todavía no detentaba el poder, nos dice, habría sido ejecutado porque era enemigo personal de su padre desde que coincidieron en el Estado Mayor.
Comienza su periplo carcelario en el penal de Burgos donde convivió con la hez de la delincuencia. Al cabo de unos meses fue trasladado al Penal de Pamplona en el Fuerte de San Cristóbal. Encerrado en los subterráneos compartió el espacio con infinidad de piojos. Alimentado sólo con pan y agua ocupaba su tiempo matando esos miserables e inmundos bichitos. Más de mil presos organizaron una fuga - la más numerosa de la historia carcelaria de España - dada la desesperación que imperaba en aquel recinto inhumano. Resultado: 203 muertos en la refriega y 14 fusilados. Sólo tres de los evadidos consiguieron llegar a Francia. Trasladado a la isla de San Simón convertida en cárcel, en la ría de Vigo, vivió un período más humano con la vista del mar y una alimentación menos indigna. Los traslados de una a otra cárcel se hacían atando las manos de los reclusos con alambres. En aquella época las “esposas” eran todo un lujo. De esta isla pasaría a la Cárcel cuartel de Santocildes de Astorga y de aquí a la Modelo de Barcelona.
En esta prisión urbana, nos decía, asomarse a la calle era ver y escuchar la vida... Atiborradas las cárceles franquistas durante la postguerra, fue indultado tras siete años de prisión. Lo peor de las cárceles fueron las humillaciones continuas y el hecho de no hacer nada. Los únicos libros que había eran... devocionarios. Una vez libre, le quisieron obligar a hacer el servicio militar, pero vivió un año como prófugo oculto de pensión en pensión.
Este hombre, desde hace muchos años luce unas copiosas y venerables barbas blancas, se considera un vencido, primero en la guerra y después por el aislamiento carcelario. Pero nunca ha renunciado de sus ideales.
En el año 1953, ya con 35 años de edad, pudo reanudar sus estudios como alumno libre hasta licenciarse y doctorarse en la Universidad de Barcelona donde ganaría la cátedra de Lengua y Literatura francesa. Ejerció la docencia durante cuarenta años en tres continentes y desde hace años es considerado como un “profesor mítico”. Aficionado al teatro, también estudió en el Instituto del Teatro de Barcelona. Llegó a interpretar un papel secundario de profesor de piano republicano en la película “La lengua de las mariposas”... Algunos de los profesores que tuvo en esta Universidad los tendría yo también muchos años después: Martín de Riquer, Badía Margarit... En mis años de universitario joven este venerable hombre era profesor de Historia del Español y de Morfosintaxis, pero no tuve el privilegio de asistir a sus clases.
Hoy, 29 de noviembre de 2010, ha venido a clase de “Literatura y pensamiento en el siglo XX” (Memorialismo) a impartir una conferencia sobre su vida. Su nombre: ERNESTO CARRATALÁ GARCÍA, 92 años, y con una lucidez sorprendente. En el capítulo de ruegos y preguntas le he dicho: “He leído mil historias a cual más extraordinaria, pero ninguna en vivo y en directo como la que Vd. nos ha contado. Me ha conmovido como nadie y ardo en deseos de leer ese libro que recoge el conjunto de sus memorias” y le he preguntado sobre cómo llevó su vida profesional durante el franquismo en esta Universidad. El timbre ha impedido la respuesta más detallada, pero su discreción y muchas complicidades solidarias le ayudaron a sobrevivir...