García Márquez en las Ramblas de Barcelona
Para escuchar, clicar abajo. Se oye mejor con el móvil y con el P.C. Con la tableta hay problemas…
A veces le cuesta un poco arrancar…
García Márquez en las Ramblas de Barcelona
Para escuchar, clicar abajo. Se oye mejor con el móvil y con el P.C. Con la tableta hay problemas…
A veces le cuesta un poco arrancar…
Lo cierto es que casi todos los presidentes del Gobierno, hasta la fecha, han salido del poder de mala manera: Suárez, expulsado por la rebelión de su partido y por una salvaje operación de acoso que desembocó en un golpe de Estado; González, en medio de una formidable cadena de escándalos de corrupción y de una conspiración político-mediática en toda regla; Aznar, tras el mayor atentado terrorista de la historia de España. Zapatero, en su segunda legislatura siempre a remolque de los acontecimientos...
Cuando alguien me dice que no le gusta leer, lo único que se me ocurre es darle el pésame o acompañarle en el sentimiento
NOTA: La imagen de esta entrada suena a publicidad del Kindle, pero la verdad es que siempre lo llevo conmigo.
Nos
guste o no, la verdad innegable es que los medios de comunicación ejercen
un tremendo poder sobre la realidad. Lo que no existe en
tales medios no existe y para los medios una buena noticia no es
noticia: esto explica que en 2016 no haya sido noticia, por ejemplo,
que alrededor de 100 millones de personas salieran de la
pobreza extrema o que las muertes por malaria hayan
descendido alrededor de un 60 por ciento.
También podríamos añadir que la omnipotencia de los medios ha instaurado una especie de tiranía del presente (para ellos, lo ocurrido ayer es historia; y lo ocurrido la semana pasada, prehistoria) así que es muy fácil ignorar de dónde venimos y por tanto muy difícil saber dónde estamos...
A veces tengo la sensación de que me gusta discrepar con según quién, pero sobre todo con los amigos. Resulta interesante, siempre y cuando se den argumentos y se guarden las formas por ambas partes. Coincidir suele resultar un tanto tedioso. De esta modalidad de discordancia se suelen sacar réditos positivos.
"Gracias,
majestad", dicen que le dijo Miguel de
Unamuno a Alfonso XIII cuando este le impuso una condecoración. "Me
la merezco".
"Caramba" contestó el monarca, sonriente y perplejo. "Es el primero de sus antecesores que me dice esto: todos aseguraban que no se la merecían". "Y llevaba razón", contestó Unamuno (Cita, pág. 420)
Dicen que en España es común decir una cosa en público y la contraria en privado y actuar de una manera y opinar de otra. No sé si es verdad o no, pero en cualquier caso me asombra que alguien sepa tanto de España. A lo mejor buscan argumentos fútiles para apoyar su tesis...
Se suele llamar así a esas personas que tienen ideales elevados y se esfuerzan por defender causas nobles y justas, aunque no estén relaci...