La teoría sobre cómo
moderar un debate es conocida: distribuir el uso de la palabra de manera
equitativa entre los participantes en la mesa y saber poner orden
en el caso de que todos quieran hablar a la vez. El moderador, además de
mostrar una imparcialidad con los ponentes de la mesa, también debe garantizar
que se hable de lo que se ha planteado sin desviaciones hacia otros derroteros Y por si eso fuera poco o baladí, el moderador también debe controlar al
público asistente en el momento de los ruegos y preguntas.
El debate que me tocó
moderar el pasado jueves 25, y como era de prever, dada la naturaleza temática del
mismo, despertó ideas y sentimientos confrontados tanto entre los ponentes como
entre el público asistente y no fue fácil aplicar la teoría expuesta
anteriormente. Afortunadamente no me contagié de los sentimientos exaltados de
algunas personas del público a las que en más de una ocasión hubo que
recordarles que respetasen las reglas y
guardasen las formas.
El debate sobre CATALUÑA, un
octubre después pretendía hacer una reflexión sobre ese episodio. Con este propósito se invitaron a cuatro personas de diferentes
ámbitos ideológicos. El representante de ERC, Isaac Albert, ni se presentó ni se disculpó. ¡Allá él! Sí
lo hicieron los tres restantes:
Elàlia Reguant (CUP),
diputada del Parlament de Cataluña, licenciada en Matemáticas y actualmente
regidora del Ayuntamiento de Barcelona,
justificó el episodio del 1 - O y puso de manifiesto las profundas
convicciones antioligarquícas y anticapitalistas que caracterizan a su partido.
Trató de legitimar el hecho de ser independentistas y no regateó críticas a la
Monarquía y a la represión policial del 1 - O. A pesar de la contundencia de
sus palabras, sus formas fueron moderadas y en el momento más animado del
acto, mostró una actitud más receptiva que participativa.
Antonio Robles
(CIUDADANOS), profesor de Filosofía, periodista y fundador de algunas
asociaciones, ex secretario general de
Ciudadanos, se mostró muy crítico con el
nacionalismo catalán que se venía gestando desde hace tiempo llegando al
extremo de considerar a Jordi Pujol como un alumno aventajado de Franco porque
uno y otro identificaron respectivamente
a España y Cataluña con su propia ideología.
Criticó, igualmente, el adoctrinamiento que se imparte en la escuela
catalana, la parcialidad de algunos medios, la política lingüística y
la manipulación del pasado y del presente. También hizo una firme defensa de la
Constitución Española.
Joan Coscubiela, secretario
general de CCOO (1995-2008) y diputado en el Congreso (2011-2015) tuvo una
participación lúcida, matizando que estaba a título personal sin ánimo de
representar a nadie más que a él mismo. Sitúo el conflicto catalán dentro de un
contexto más amplio al que denominó "crisis
mundial". Manifestó que el conflicto España/Cataluña obedecía a un
problema viejo de encaje de esta comunidad en el conjunto del Estado por
incompetencia y falta de diálogo entre ambos gobiernos. Hizo votos por
desinflamar el conflicto y buscar una
solución en lugar de avivar el fuego. Aunque con otras palabras vino a repetir
la frase que tiempo atrás pronunció en Congreso de los Diputados. "Estoy aquí porque mis padres me enseñaron
a luchar por mis derechos. No quiero que mi hijo Daniel viva en un país donde
la mayoría pueda tapar los derechos de los que no piensan como ella". Sin duda alguna, fue el orador más aplaudido por los
asistentes.
P.D. Joan Coscubiela, durante el debate, acariciaba un libro que acaba
de publicar. Se titula Empantanados: Una alternativa al sóviet
carlista .
En un momento dado lo tomé en mis manos y echando una ojeada rápida tome nota de
este fragmento: ¿Es posible superar el
empantanamiento de la situación actual? A la incapacidad de gestionar las
grandes ilusiones y expectativas creadas por el independentismo se ha sumado el
inmovilismo del Gobierno del PP y la reacción del españolismo más rancio e intolerante,
en un cóctel de difícil digestión del que solo se saldrá pactando el
desacuerdo."