Piden que se respete el principio de
neutralidad de las adinistraciones y que se garantice y promueva en la
Universidad la libertad de expresión, así como que se repruebe cualquier
actuación que denigre a personas o colectivos por razón de sus ideas.
Más de un centenar de profesores
universitarios de Cataluña han firmado un manifiesto en "defensa de
la libertad ideológica y contra la presión política" en
los campus y facultades catalanas, según los impulsores de esta iniciativa,
Universitaris per la convivència.
En el manifiesto, los firmantes reclaman a la Generalitat que se respete el
"principio de neutralidad" de las administraciones públicas y "el derecho fundamental a
la libertad ideológica de profesores, alumnos y personal" de la universidad catalana "absteniéndose
de promover o realizar comunicados de carácter partidista y de permitir que se
impongan en las instalaciones universitarias símbolos ideológicos con carácter
excluyente".
También que "garanticen y
promuevan en los campus la libertad de expresión de todos los miembros de la
comunidad universitaria,
respetando el principio de igualdad, sin discriminación, y reprobando con
contundencia cualquier actuación que denigre a personas o colectivos por razón
de sus ideas".
Del mismo modo, los profesores firmantes
reclaman medidas "para concienciar al personal universitario sobre la
importancia de respetar en todo momento las distintas sensibilidades políticas
existentes, especialmente las de los alumnos que, por razones obvias, están en
inferioridad de condiciones para mostrar su discrepancia".
Para los firmantes, estas peticiones son "esenciales"
para ejercer la labora docente e investigadora y para que las universidades
"contribuyan, fomentando en su seno un debate racional de ideas, a la
articulación de una opinión pública diversa y plural, esencial para una
verdadera convivencia democrática".
En el texto
del manifiesto se denuncia que en 2017 "muchos órganos de gobierno de las
universidades catalanas emitieron comunicados claramente alineados con el poder
político de la Generalitat" y "proliferaban" con "amparo
institucional" en los edificios universitarios "pintadas y otros
símbolos de carácter independentista y en ocasiones excluyente, mientras que
algunos colectivos de estudiantes constitucionalistas sufrían amenazas y
agresiones sin recibir ningún tipo de respaldo por parte de las autoridades
académicas".
"Las
declaraciones partidistas de una administración educativa en modo alguno pueden
ampararse en la libertad de expresión, que es un derecho exclusivamente
individual. Por el contrario, constituyen una instrumentalización inaceptable
de las instituciones que contribuye a acrecentar la espiral de silencio que
padecemos, generando así una sensación de pensamiento único en la esfera
pública, que limita el intercambio libre de ideas", denuncian en el
manifiesto.
Te pongo al día porque tu titular se queda corto:
ResponderEliminar“Más de 230 profesores de universidades españolas han firmado un manifiesto en el que acusan a las fuerzas independentistas de “dividir a la sociedad catalana, impedir el ejercicio de los derechos de las minorías” y “poner en riesgo la convivencia y la paz civil”. Ante el órdago secesionista de la Generalitat, cuya manifestación más palpable es el referéndum de autodeterminación del próximo 1 de octubre, cuya preparación prosigue pese a que el Tribunal Constitucional lo ha suspendido oficialmente, los firmantes insisten en que “no hay democracia sin sujeción a la Ley” y recuerdan que “los nacionalismos del siglo XX llevaron al mundo a dos guerras apocalípticas y hundieron a Europa en la barbarie”
Muchas gracias por complementar la información.
EliminarSaludos
Me pregunto cuantos alumnos habrán apoyado a sus profesores en el manifiesto, casi mejor no dar cifras.
ResponderEliminarUno de los triunfos que estamos presenciando del nacionalismo catalán ha sido embaucar a una parte considerable del gremio estudiantil universitario. El independentismo se está haciendo fuerte en la Universidad, conocedores de que es uno de los principales “territorios” a conquistar para hacerse notorios. Saben que poner a los estudiantes en primera línea de fuego proporciona mucho eco mediático, aquí y afuera, esa imagen potente les viene muy bien, hay que hacerse visibles.
No es tan importante si luego muchos medios hablan bien, mal o regular de ellos. El caso es que hablen, que les vean, eso es lo primero, mientras sea así están vivos.
A los estudiantes (y a muchos ciudadanos) les venden la idea romántica de echarse a la calle para escribir una página en la historia de Cataluña, ellos como fuerza detonante para aupar, al fin, la ansiada república independiente en el poder.
Se les susurra a la oreja que serán recordados en la posteridad, y las generaciones escolares venideras los estudiarán en los “libros de sociales”, igual que aquellos jóvenes estudiantes en el Mayo del 68.
Les seducen con el hecho de convertirlos en un símbolo de lucha contra un Estado opresor, porque ellos son los abanderados de una causa noble y otros bla, bla, bla por la libertad y toda esa retórica propagandística.
Pero ni esto es aquel Mayo francés, ni estos estudiantes jamás serán, para bien o para mal, los del 68.
Ignoro lo que leerán (¿leerán?) estos estudiantes actuales, dudo que lleven bajo el brazo libros como sí lo hacían muchos de aquellos universitarios franceses, entusiasmados con Sartre, S. de Beauvoir, Marx, Bourdieu, Althusser, Herbert Marcusse (“El hombre unidimensional” que estoy ojeando desde hace unos días), etc, etc.
No pretendo ser injusto, simplemente constato una realidad, se lee muy poco, los universitarios no son excepción, lo sé.
Aquí no hay nada romántico, y sí mucha chapuza.
Disculpas por el tocho ;)
Un abrazo, Luis Antonio :)
Confío que la Universidad mantenga las virtudes intelectuales que la caracterizan desde tiempos de Aristóteles. No ignoro, sin embargo, que no es inmune al embaucamiento romántico que inculcan en sus componentes.
EliminarMe temo que los intelectuales que mencionas no tienen muchos adeptos entre los estudiantes de hoy.
La realidad que constatas, a mi pesar, es la que señalas.
¿Cabe alimentar alguna esperanza?
Un abrazo, Paco
El adoctrinamiento en la aulas Luis Antonio, creo que ya parte de más abajo de los jardines de infancia y naturalmente de todo ese clima de animadversión que ciertos “alienados” profesionales de la educación intentan proyectar sin cortapisas y amparados por esa administración conducente...no es el caso de la UNIVERSIDAD aunque en ella tenga su reflejo, como bien apuntas con la denuncia ratificada por los profesionales que emiten éste comunicado…”largo me lo fiáis amigo Sancho” y los entresijos del afán de ínsula de Barataria siguen ahí…
ResponderEliminarUn abrazo
Lamentablemente en los centros docentes se sigue más la norma de qué hay que pensar en lugar de enseñar a pensar por sí mismos...Esto viene de lejos...
EliminarUn abrazo, Dionisio
Si desde el año 1936 . Saludos
EliminarPor lo menos...Saludos
EliminarPido perdón por ser un pésimo catalán. Pido perdón por considerar que las jornadas parlamentarias catalanas de hace un año y un mes, nocturnas y alevosas, fueron una enorme vergüenza antidemocrática. Pido perdón por no haber votado el 1-0, ya que, a mi parecer, aquel día no tuvo lugar ningún referéndum; solo un 'happenning' multitudinario. Pido perdón por maldecir a Mariano Rajoy por pegar con porras de verdad a gente que votaba en urnas de mentirijillas. Pido perdón por desconfiar del número de votos depositados en las urnas venidas de China vía Marsella (un conocido se jactó heróicamente de haber votado en cuatro colegios). Pido perdón por preguntar a los convocantes de la cosa por qué, disponiendo del 90% de votos a favor de la autodeterminación, no se presentaron al premio Guinness de Bulgaria. Pido perdón porque cada vez que oigo hablar del "mandato del 1-0" me persigno. Pido perdón porque cada vez que oigo hablar del "pueblo catalán" pienso más en una pequeña aldea de montaña que en un colectivo de ciudadanos libres. Pido perdón por reprochar a un hombre tan instruido como Oriol Junqueras que mintiese a su militancia contándoles que Europa y el cielo nos esperaban con los brazos abiertos. Pido perdón por partirme de la risa -y las lágrimas- al saber que la proclamación de la 'república' se debió en buena parte a un tuit y a unas desconsoladas lágrimas femeninas. Pido perdón por considerar a Lluís Llach el artista del régimen. Pido perdón por considerar a Toni Albà el payaso tonto del régimen. Pido perdón por hablar con el televisor -mi mujer opina que estoy loco perdido- casi cada vez que Pilar Rahola grita en mi pantalla
ResponderEliminarMe encanta Joan Ollé, actor, director de teatro, profesor, etc. Sigo con mucho interés lo que de vez en cuando manifiesta públicamente.
EliminarGracias, Jordi, por aportar este documento
El texto anterior y este son de Joan Ollé:
ResponderEliminarJoan OlléPido perdón por ser un pésimo catalán. Pido perdón por considerar que las jornadas parlamentarias catalanas de hace un año y un mes, nocturnas y alevosas, fueron una enorme vergüenza antidemocrática. Pido perdón por no haber votado el 1-0, ya que, a mi parecer, aquel día no tuvo lugar ningún referéndum; solo un 'happenning' multitudinario. Pido perdón por maldecir a Mariano Rajoy por pegar con porras de verdad a gente que votaba en urnas de mentirijillas. Pido perdón por desconfiar del número de votos depositados en las urnas venidas de China vía Marsella (un conocido se jactó heróicamente de haber votado en cuatro colegios). Pido perdón por preguntar a los convocantes de la cosa por qué, disponiendo del 90% de votos a favor de la autodeterminación, no se presentaron al premio Guinness de Bulgaria. Pido perdón porque cada vez que oigo hablar del "mandato del 1-0" me persigno. Pido perdón porque cada vez que oigo hablar del "pueblo catalán" pienso más en una pequeña aldea de montaña que en un colectivo de ciudadanos libres. Pido perdón por reprochar a un hombre tan instruido como Oriol Junqueras que mintiese a su militancia contándoles que Europa y el cielo nos esperaban con los brazos abiertos. Pido perdón por partirme de la risa -y las lágrimas- al saber que la proclamación de la 'república' se debió en buena parte a un tuit y a unas desconsoladas lágrimas femeninas. Pido perdón por considerar a Lluís Llach el artista del régimen. Pido perdón por considerar a Toni Albà el payaso tonto del régimen. Pido perdón por hablar con el televisor -mi mujer opina que estoy loco perdido- casi cada vez que Pilar Rahola grita en mi pantalla.
Reitero lo expuesto anteriormente.
EliminarLa Universidad debe ser siempre un foro de debate abierto. Cuando no se puede realizar este debate en libertad, sufrimos ideología totalitarias. El nacionalismo excluyente lo es.
ResponderEliminarEstoy seguro de que donde tú estés se hallarán estas virtudes que caracterizan históricamente a la Universidad. Espero que no te encuentres muy solo en este cometido.
EliminarUn abrazo, Pedro
Que tristeza ver avanzar el totalitarismo de la mano del nacionalismo. En los centros de secundaria también ocurrió (yo tuve una mala experiencia al respecto el 1 Oct.) y ocurre.
ResponderEliminarMe encanta el texto de "Pido perdón" de Ollé, yo también soy una mala catalana (y mala española y mala aragonesa... que asquito me da todo esto).
Un abrazo.
Comparto tu tristeza y tu afinidad con lo que expone Joan Ollé. Creo que no somos pocos los que estamos ahí...
EliminarAbrazos