El miedo a lo
diferente se palpa en la sociedad y me temo que viene de muy atrás, pero que se
agudiza con las crisis que multiplican las emigraciones y los trasiegos. Eso explica la vigencia de los términos
"xenofobia" y "racismo" y el auge de algunos partidos
políticos de raíces claramente xenofobas... Siempre lo he pensado y me reafirmo
en ello: más que fobia hacia las personas pertenecientes a otras razas, lo que
realmente molesta es la contemplación o proximidad de la pobreza.
El término aporofobia todavía no figura en el
diccionario de la Real Academia de la Lengua. Fue impuesto por Adela Cortina,
famosa profesora española de Ética, que publicó un artículo hace casi 20 años
refiriéndose a uno de los males de esta
época: el rechazo hacia las personas pobres. Quizá la filosofía capitalista que
nos envuelve tenga mucho que ver con la creación de esta especie de patrón
conductual egoísta.
Los prejuicios hacia
los pobres son evidentes y se generaliza la consideración en que se les tiene: suelen ser delincuentes, sucios, malolientes
y maleducados. Incluso los hay que culpan a los pobres de su lamentable situación:
son fracasados, indolentes...Tal vez, no sé, una de las causas de la aporofobia
sea el "miedo a caer en la
pobreza". Es por ese temor que reaccionamos agresivamente contra las
personas pobres...Una cosa es que la pobreza sea indeseada y otra muy distinta
que lo sean las personas que la sufren... Hay aporofobos, y
esto me aterra, que llegan a manifestar que si los pobres desaparecieran,
mejoraría la imagen del país y se solucionarían muchos problemas...
Parece ser, según lo
constatan ciertos estudios sociológicos, que las personas que tienen creencias
religiosas se declaran más felices que las que manifiestan no tenerlas. Algunos
creyentes llegan a manifestar que, gracias a su fe, han recibido el don de
la felicidad. Personalmente pienso que esto es una visión en la que se
confunden los términos, porque la felicidad, y de esto no albergo ninguna duda,
es una percepción subjetiva, no algo que se pueda inocular como una especie de
vacuna...
Por si alguien hace una
interpretación equívoca de este texto, tengo que añadir que lejos de mi ánimo
está el objetivo de hacer apostolado tanto de la existencia de Dios como de la
no existencia. Bastante tiene uno con la complejidad de las propias emociones e
incertidumbres como para "meterse en
camisa de once varas..."
Un año y medio después de su
estreno, el documental 'Ciutat morta',-alegato sobre el complejo caso del
4-F al que siguió años después el suicidio de la jovenPatricia Heras-
se emite al fin esta noche enTelevisió
de Catalunya, en el espacioSala 33, pero con cinco minutos
menos. El recorte se debe a una medida cautelar del juzgado 25 de Barcelona, al
considerar que algunas imágenes y opiniones sobre el exjefe de Información de
la Guardia Urbana de Barcelona,Víctor
Gibanel, podrían violar su derecho al honor, a la intimidad y a
la propia imagen, ha confirmado horas antes de la emisión uno de los directores
del filme,Xapo
Ortega.
Presumiblemente, este es el fragmento censurado del documental que
ofreció ayer el Canal 33 de la Televisión de Cataluña
"Ha cometido un grave error", ha opinado el director
sobre la denuncia de Gibanel, que llega un año y medio después del estreno: el
documental se ha proyectado en más de 150 pases y una veintena de festivales.
"Nosotros no podemos difundirlo -añadió el director-, pero tampoco
controlar lo que hagan otras personas. Y las redes sociales son
imparables". Acertó. La censura ha provocado elefecto Streisand: publicidad y espectadores indignados.
Los cinco minutos recortados ya corrían de tuit en tuit horas antes de la
emisión del filme.
El objetivo del documental de Ortega
y Xavier Artigas: "Intentar denunciar un caso que sigue abierto, como
seguimos viendo con esta denuncia", ha apuntado Ortega. "Es un grave caso de corrupción
política, y que es sistemática". El 4 de febrero del 2006, una fiesta
en una casa ocupada terminó con carga policial y siete detenidos. Los jóvenes
acabaron en el Hospital del Mar de Barcelona. Allí coincidieron con Patricia
Heras y su amigo Alfredo, que habían tenido un accidente de bici. Los policías "los involucraron" y Heras fue
a prisión. En un permiso, se suicidó.
La productora del
documental emitirá próximamente un comunicado, según ha adelantado Ortega.
Fuente:
El Periódico de Cataluña, 18/I/2015
REACCIONES A LA PROYECCIÓN DE "LA CIUTAT MORTA"
Numerosas personas se manifestaron en la Plaça de Sant Jaume, ayer sábado, al finalizar la proyección de este documental en el Canal 33. La prensa de Cataluña, por fin, se ha hecho eco de este escandaloso asunto.
Reproduzco dos artículos que me han impactado:
AL CONTRATAQUE
'Ciutat morta' (o cómo la mierda flota)
Opinión > 18-01-2015 > 20:58
JORDI ÉVOLE
·Ya no lo tienen tan fácil. A muchos que
creían tenerlo todo muy bien atado, se les ha escapado el
control de lo que no querían que se supiera. Siguen teniendo la sartén por el
mango, pero el mango cada vez es más corto. Y no se enteran de que el mundo ya
no es como ellos habían soñado, si es que esa gente alguna vez tuvo sueños.
·
Los esfuerzos
políticos, mediáticos, policiales o judiciales para silenciar la historia
de 'Ciutat morta' habrían triunfado en otra época. Pero ya no.
Empujando desde abajo se puede lograr que una noticia silenciada por los de
arriba llegue a ser portada. Los autores del documental, Xavier Artigas y Carlos, Xapo, Ortega no
lo tuvieron fácil. Intentaron, sin éxito, coproducirlo con TV-3. Pero para ser
justos creo que no lo hubiesen logrado con ninguna tele: ni con otras públicas,
ni con ninguna gran privada, incluido el grupo en el que trabajo. Lo hubiesen
logrado si se hubiese sabido de antemano la enorme audiencia que
tendría. El negocio -casi siempre- funciona así. Pero Artigas y Ortega no
se rindieron. Lo autofinanciaron con un micromecenazgo de más
de 4.000 euros, que sirvieron para pagar el 10%. El resto, horas de trabajo
gratis. Valía la pena explicar esa historia.
Luego, proyecciones
en salas alternativas, festivales, premios, y el silencio -con
excepciones- de los grandes medios y el de casi todos los programas, incluido
el que yo dirijo. Hasta que una pregunta parlamentaria de David
Fernández de la CUP desbloqueó su emisión en la Televisió de
Catalunya, una televisión que tiene un canal grande (TV-3) y otros más
pequeñitos, como El 33. Adivinen por cuál se emitió. (Por cierto, un aplauso
para Àlex Gorina).
¡Qué absurdo recorte!
Y, a la
desesperada, uno de los policías aludidos en 'Ciutat morta' logró
que un juez evitase la emisión de cinco minutos del 'docu'. ¡Qué
absurdo! El documental se estrenó hace año y medio, se ha proyectado en
multitud de salas, se puede descargar gratis, y esos minutos
han sido los más retuiteados en las últimas 24 horas. Resultado: más de 250.000
visitas. Lo dicho, no se enteran.
Los autores
del documental están agotados pero satisfechos. Y no les debe faltar un
puntito de rabia por todos aquellos, yo el primero, que hemos hablado
tan tarde de los dramáticos, injustos y tristísimos hechos que
narra. Ojalá hubiesen querido participar todos los implicados: los exalcaldes o
los jefes y compañeros del policía que resultó gravemente herido, para contar
con todos los puntos de vista. Pero no contestaron a la invitación.
Gracias Xavi y Xapo por
mostrarnos otra versión de los hechos, la que se quiso silenciar, gracias por
denunciar la tortura y por no estigmatizar a nadie por algo tan superficial como
su estética. Y, sobre todo, gracias por descubrirnos la ironía, la sensibilidad
y la poesía de Patricia Heras.
Por qué aterra ‘Ciutat Morta’
Lucía Lijtmaer| El Diario | 18/01/2015
Es
imposible olvidar Ciutat Morta una
vez la ves. Si además eres barcelonés, es muy probable que la película te
persiga por las calles, acechándote. Sería muy fácil decir que te quita un velo
de delante de los ojos, pero más bien puede que te suceda lo contrario. De
repente, sobre monumentos, esquinas, paseantes, hay algo pegajoso que lo cubre
todo. Los ciudadanos que hayan visto la película, por primera vez emitida en la
televisión pública catalana, deberán enfrentarse a todo ello. A lo siguiente:
1. El poder
público como cómplice y encubridor de un caso de violencia y tortura policial
tras las irregulares detenciones de cinco ciudadanos durante una pelea -que se
saldó con un guardia urbano gravemente herido- en un antiguo teatro ocupado. Su
posterior encarcelamiento habría podido ser evitado cuando el entonces alcalde
Joan Clos relató tener conocimiento de un informe policial que probaría la
inocencia de los detenidos. La posterior desaparición de ese informe hace
evidente el necesario conocimiento e implicación del concejal de Seguridad y
Movilidad Jordi Hereu (después alcalde), el ex concejal de Ciutat Vella Carles
Martí, y la ex consellera de Interior, Montserrat Tura.
2. El papel de la
justicia: la jueza Carmen García Martínez, del Juzgado de Instrucción Nº 18 en
Barcelona envió a prisión provisional a los jóvenes Juan Pintos, Álex Cisternas
y Rodrigo Lanza que habían sido claramente torturados, y les privó de libertad
durante dos años, a la espera de juicio, sin llegar a esclarecerse de qué se
les acusaba. La Audiencia Provincial de Barcelona condenó en enero de 2008 a
los detenidos -incluyendo a Patricia Heras, que no estaba presente en el lugar
de los hechos- a penas de hasta cuatro años basándose exclusivamente en los
testimonios de los policías presentes. La pena fue posteriormente aumentada a
cinco años en el caso del detenido Rodrigo Lanza.
3. La policía: los agentes Bakari Samyang y Victor Bayona que
torturaron a los acusados la noche del 4 de febrero de 2006, fueron los mismos
que declararon como testigos en contra de los acusados durante la celebración
del juicio. Posteriormente fueron condenados a prisión, con penas de más de dos
años, por haber torturado en dependencias policiales a un joven de Trinidad y
Tobago. Los agentes, de 34 y 38 años, acaban de obtener la jubilación. Recibirán
una pensión vitalicia de entre 1.600 y 1.800 euros mensuales. Durante la
proyección del documental el sábado pasado en la televisión pública, la
reacción de Mossos d’Esquadra en las redes sociales fue
de mofa.
4. Los médicos. De
todo el metraje de Ciutat Morta el papel de los médicos en el Hospital del Mar
supone un indicio aterrador: la llegada de unos veinteañeros sangrando y en
estado de shock, custodiados por los agentes de la policía, es recibida con
indiferencia por el personal médico del hospital, que no hacen preguntas ni dan
señal de alarma.
5. Los medios de comunicación: con
honrosas excepciones -quizás el más claro sea el de La Directa- el caso 4F ha
sido omitido de los medios catalanes. Esto ha continuado con la repercusión del
documental, y ha llegado a extremos delirantes con la televisión pública
catalana: TV3 desestimó la compra de la película incluso cuando fue premiada en
Málaga. La presión ciudadana en las redes obligó a la cadena a asegurar que el
documental se emitiría antes de que acabara 2014. Tras idas y venidas -que
incluyeron la pregunta directa al director de Televisió de Catalunya sobre el
retraso en emitir el documental por parte del diputado de las CUP David
Fernández en sesión parlamentaria- la película ha sido emitida previa censura.
Si jueces, policía, representantes
públicos, medios de comunicación y especialistas sanitarios omiten y por tanto
se hacen cómplices de un caso así, ¿qué le queda a la ciudadanía?
Y entonces, el
velo pegajoso que cubre la ciudad se revela. Lo que muestra, con su olor a
muerte, es demasiado aterrador para ser olvidado.
Me llega este WhasApp
desde cinco emisores diferentes. Traduzco el texto:
"Finalmente,
este sábado 17 de enero, a las 22,25, el CANAL33 emitirá "Ciudad
Muerta", un documental sobre uno de los casos de corrupción policial,
judicial y política de este país. Pasa este mensaje a todas las personas que
conozcas, amigos, familiares, compañeros de trabajo, etc...para conseguir que
lo vea toda Cataluña"
Lupe Arasa: Hay que difundir este vídeo antes del sábado 17
Busco información complementaria y encuentro en PÚBLICO el
siguiente reportaje:
El documental
'Ciutat Morta', premiado en el festival de San Sebastián, se ha vetado en
Catalunya hasta que la presión popular ha obligado a TV3 a programar su
emisión.
BARCELONA.- Hace casi nueve años que Barcelona está muerta.
La mataron su alcalde, el socialistaJoan Clos, su concejal de
Seguridad, Jordi Hereu, la jueza instructora Carmen García Martínez y los
policías urbanos Bakari Samyang y Victor Bayona. Es la tesis que sostieneCiutat Morta, el documental que relata uno de los más
graves casos de corrupción policial, judicial y política en la capital catalana
y que encuentra su aval en el silencio de los medios catalanes. A pesar de
haber ganado el Festival de Málaga y el premio del público en el Festival de
San Sebastián, nadie en Catalunya sabía nada de esta producción. Finalmente y
gracias a la presión popular a través de las redes, TV3 lo emitirá antes de que
acabe enero.
La noche del 4 de febrero de 2006, la Guardia Urbana acudió a
desalojar un teatro okupa en la calleSant Pere Mes Baix, en el centro de
Barcelona, donde se estaba celebrando una fiesta. Durante las cargas, empezaron
a caer objetos del edificio. Una maceta impactó en la cabeza de uno de los agentes,
que quedó en estado vegetal. La policía detuvo entonces a cinco personas a pie
de calle y tres de ellas, de origen latinoamericano, fueron directas a la
comisaría de Ciutat Vella en las Ramblas.
Allí fueron torturadosRodrigo Lanza, Juan Pintos y Álex Cisternas,
según relatan los dos primeros en la cinta. La gravedad de las lesiones obligó
a su traslado a urgencias. En el Hospital del Mar coincidieron con Patricia Heras,
que había llegado allí por un accidente de bicicleta que había tenido con un
amigo, Alfredo Pestenas, después de tomar unas copas. Uno de los policías la
registró en la sala de espera y decidió detenerla junto a su compañero por un
mensaje de texto sospechoso que encontró en su móvil.
Heras
se suicidó en uno de sus permisos tirándose de un séptimo piso
El
juicio no fue hasta 2008. Las condenas para los siete acusados oscilaron entre
los tres y los cinco años. La sentencia, segúnGonzalo Boye, abogado de Lanza, demostró la falsedad de
los hechos: “Si de verdad fueran responsables de intento de homicidio, les
habrían caído muchos más años, con esta chapuza intentan calmar los ánimos”,
explica. Los tres latinoamericanos salieron en libertad porque habían cumplido
los dos años de prisión preventiva que fija como máximo el Código Penal. Pero
el recurso que interpusieron al Tribunal Supremo volvió a caer con todo su peso
sobre ellos; el pleno agravó las penas y volvieron a prisión. Patricia Herasentró en la cárcel
tras el juicio. En abril de 2011, cuando acababa de obtener el tercer grado,se suicidó en uno de sus permisos tirándose de un séptimo piso.
Apenas tres semanas después, estallaba el 15-M. Xapo Ortega y Xavier Artigas
conocieron la historia en Plaza Catalunya y empezaron a trabajar en ella con la
idea de producir un vídeo de 20 minutos que acabó convirtiéndose en un
documental de más de dos horas. “Durante mucho tiempo el caso del 4-F era una pintada en la pared”, relata
Artigas. Cuando conocieron los detalles se quedaron impresionados. En octubre
de ese año, los dos policías implicados que dieron palizas a los detenidos
fueron condenados por otro caso de torturas. La víctima eraYuri Jardine, un ciudadano de Trinidad y Tobago al que
Samyang y Barona torturaron en la comisaría de la Zona Franca en 2006. Jardine,
hijo del cónsul de Trinidad y Tobago en Noruega, estudiaba en Barcelona y su
pecado fue encararse a los policías en una discoteca cuando intentaban ligar
con su amiga, acosándola, durante una noche fuera de servicio.
TV3
rechazó la coproducción cuando terminaron las grabaciones y volvieron a
refutarla cuando ganaron en Málaga
Pero
en el caso del 4-F, la jueza García Martínez nunca tuvo en cuenta las denuncias
de los detenidos, algo que hubiera cambiado el curso de los hechos según Boye.
La magistrada archivó las denuncias agregando: “Aunque vengan mil más como
usted, yo voy a creer a la Policía”.
La condena a los agentes reavivó la idea del documental. Eso y
las declaraciones del entonces alcalde de Barcelona,Joan Clos, que el 5 de febrero de 2006 afirmó que el
agente herido había recibido en la nuca el impacto de una maceta que se lanzó
desde el edificio. Esa versión, que hubiera absuelto a los condenados
—detenidos a pie de calle—, cambió tiempo después. Clos se desdijo y convirtió
la maceta en una piedra tirada desde el asfalto. En el juicio, cuatro peritos
médicos rechazaron la hipótesis de la piedra por cómo cayó el agente. El
tribunal se opuso a que el exalcalde declarara, petición que había realizado la
defensa.
Tampoco tuvieron mucha suerte Ortega y Artigas al intentar
recoger la versión policial y política del caso. “Los pocos guardias urbanos
que nos respondieron no querían decir nada aunque estuvieran molestos”, explica
Artigas. Este diario ha intentado ponerse en contacto con Joan Clos, Jordi
Hereu y algún otro miembro del PSC, de la Guardia Urbana y del Ayuntamiento de
Barcelona, sin éxito. Contar la historia de las víctimas también fue tarea ardua para
los directores de Metromuster, la productora deCiutat Morta. La muerte de Heras era reciente.
Cisternas, que por ser más mayor estuvo encarcelado en La Modelo, lo pasó tan mal
que no quiso hablar. Pestenas, el amigo de Heras, tampoco. Ambos pidieron el
indulto por su orientación sexual y aunque se trataba de casos gemelos, a él se
lo otorgaron, pero a ella no. El suicidio le destrozó para siempre.
Corrupción policial
A pesar de la gravedad de los hechos, en Metromuster no tienen
la sensación de haber desmontado uno de los casos más oscuros de corrupción
policial en Catalunya. Más bien, la sensación es la de haber arrojado luz sobre
“una práctica sistemática”, acusa Artigas. Y apunta a que el silencio, tanto de
los implicados como de los medios, es un claro indicio “de que tienen algo que
ocultar”. Aunque Artigas medita que ahora los cuerpos policiales están más controlados,
las palizas son “tácticas habituales”. Especialmente en la Guardia Urbana, que
patrulla de noche y “tiene una forma mafiosa de tratar con lo que ellos
consideran lumpen”, sostiene el cineasta.Manuel Delgado, profesor de
Antropología Social en la Universidad de Barcelona, explicaba a Metromuster que
en este cuerpo hubo una continuidad absoluta entre el franquismo y la
democracia: “no hubo ni renovación de cargos, hasta los manuales de actuación
eran los mismos”.
Amnistía Internacionalpublicaba en
noviembre de 2007 un durísimo informe sobre la impunidad de los agentes en
casos de tortura. Muchas de las investigaciones que la ONG examinó revelaban
“falta de imparcialidad y objetividad”. Cargaba también contra el poder
judicial, afirmando que las investigaciones de presuntos malos tratos “corren a
cargo de jueces de instrucción que reciben ayuda de la policía judicial” y en
algunos casos “se asigna a un agente del mismo cuerpo que los presuntos autores
de los malos tratos, a la investigación de la denuncia contra ellos”.
Salvo los condenados por los GAL, todos los policías del Estado
condenados por malos tratos han sido siempre indultados por el Gobierno.
Artigas se pregunta retóricamente en este sentido: “¿A cuántos negros tienes
que torturar hasta encontrarte con el hijo de un diplomático?”
El cambio al que apunta Artigas se observa en el caso de Ciutat
Morta. El gobierno denegaba hace dos semanas el indulto a Samyang y Barona por
las torturas a Jardine; por primera vez dos agentes cumplirán condena —de dos
años y tres meses— por torturas, aunque entre la sentencia y la resolución del
indulto no hayan tenido que entrar en prisión. Pero todavía quedan renovaciones
pendientes: el diarioLa Directa, que ha seguido el caso
desde el principio, denunciaba esta semana que los agentes, de 34 y 38 años,
acaban de obtener la jubilación. Recibirán una pensión vitalicia de entre1.600 y 1.800 euros mensuales.
El caso de la Guardia Urbana no es aislado. El informe de
Amnistía Internacional pide medidas efectivas al gobierno para poner fin “a la
impunidad de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley”. Artigas
estima que aunque la mala fama “la llevan los Mossos”, porque en un determinado
momento se instalan cámaras en las comisarías, las brutales palizas de la
Guardia Urbana se producen cuando los agentes tienen la certeza de que nadie
les vigila. Sus abusos sólo salen a la luz “donde hay una sociedad civil más
organizada”.
La censura del documental en Catalunya
Ciutat Mortase produjo
gracias a una campaña decrowdfundingcon la que sus
creadores obtuvieron 4.700 euros, invirtieron todos sus ratos libres durante
casi dos años y contaron con el trabajo voluntario de decenas de personas. No
obtuvieron subvenciones ni la oportunidad de coproducir la cinta. A pesar de
las dificultades, consiguieron estrenarla invadiendo un cine abandonado de Via
Laietana en junio de 2013. Pero la noticia no apareció en ningún medio de comunicación
catalán, más allá de algún titular que hablaba de la ocupación del cine y no
del contenido del documental. Metromuster intentó entonces la distribución a
través de festivales, cambió el título “4F, ni olvido ni perdón”, por Ciutat
Morta –la mayoría de festivales exigen a las candidatas que se estrenen durante
el certamen— y cosechó éxitos totalmente inesperados. Ganó el MiradasDoc de
Tenerife y poco después,la Biznaga de Plataen el Festival de Málaga.
El triunfo fue tal que el festival de San Sebastián les escribió directamente
pidiendo que presentaran la solicitud porque tenían la posibilidad de ser
seleccionados. Tanto es así que ganaron el premio del público. Pero una vez
más, ningún medio catalán se hizo eco de la noticia. A pesar de queCiutat Mortacompetía
en la secciónMade in Spaincon largometrajes como Ocho apellidos
vascos, en TV3 se habló de las otras cinco producciones catalanas que se
presentaban al festival, pero nunca deCiutat Morta. Todo lo que
obtuvieron fue una pequeña entrevista en la emisora 324.
“Podemos hablar de censura pura y dura”, sentencia Artigas. A
pesar de mandar notas de prensa y ganar premios en los festivales más
importantes del cine español, nunca tuvieron cabida en la agenda informativa.
La presión, después del Festival de San Sebastián, consiguió que medios comoLa Vanguardiapublicaran
reportajes en la sección de Cultura.
El caso más flagrante fue el de TV3. La televisión pública
rechazó la coproducción cuando terminaron con las grabaciones, desestimó la
compra cuando finalizaron la edición y volvieron a refutarla cuando ganaron en
Málaga. Con su enfado y la comunidad que han creado en las redes sociales,
hicieron trending topic el hashtag#TV3censura, al que la cadena
contestó con un tuit en el que aseguraba que el documental se emitiría antes de
que acabara 2014.
Artigas: "El silencio, tanto de los implicados como de los
medios, es un claro indicio “de que tienen algo que ocultar”
Las
negociaciones posteriores con TV3 duraron tres meses en los que los directores
se sintieron mareados. Antes de firmar ningún contrato, les prometieron buscar
un hueco a la película en la parrilla que no encontraron hasta verano de 2015.
Indignados, decidieron retomar las conversaciones con Canal +, a quienes habían
rechazado. “Queríamos que la película se emitiera en una televisión pública”,
defiende Artigas. En el trascurso de esas negociaciones, Metromuster recibió la
llamada deDavid Fernández, diputado de la CUP, que les pedía
información sobre los últimos hechos para preguntar por el silencio de TV3 en
una comisión de control. Todo se desencadenó a la velocidad de la luz: cuando
Fernández preguntó a Eugeni Sallent, director de la Televisión de Catalunya,
por el retraso en la emisión, Sallent negó cualquier contacto con la productora
más allá de la primera oferta de coproducción que rechazaron. Entonces,
Fernández mostró la fotocopia del tuit en el que TV3 aseguraba que la emitiría.
Además, Metromuster tenía varios correos electrónicos que demostraban los contactos
y anunciaron que publicarían un vídeo en el que desmentían la negación de
Sallent en el Parlament. El mismo día en que iban a publicarlo, recibieron la
llamada de la cadena que, a cambio de que no publicaran el vídeo, les ofrecía
firmar un contrato en 48 horas. Finalmente,Ciutat Mortase emitirá en TV3 antes del 31 de
enero de 2015 y la productora recibirá 3.000 euros por su cesión.
Entre la justicia y la venganza
Cuando Artigas y Ortega empezaron a grabar el documental, le
hicieron una primera entrevista a Rodrigo Lanza, en la que le preguntaron si
creía en la justicia. Respondió que confiaba en una idea de justicia a nivel
moral o histórico, que no se correspondía con la institucional. “En ese momento
pensamos que la película hablaría de eso”, explica Artigas. Pero la entrevista
no se grabó bien y la repitieron cuando Lanza ya había salido de la cárcel.
Volvieron a hacerle la misma pregunta, pensando en que repetiría la respuesta.
Pero no fue así.
“No sé si hay justicia, pero si la hay, no está en los juzgados.
Ya ni siquiera me importa. A veces, busco venganza”, contestaba Lanza en el
documental. Y Artigas coincide en que la película buscaba, como él, una
venganza simbólica.Ciutat Mortaquiere “escrachear a los culpables con
nombres y apellidos”, sentencia Artigas. Tras conocer la condena a los agentes
de policía, tiene la sensación de estar “al final de una época” y que “las
cosas van a cambiar”.
Los responsables también fueron, en parte, los médicos que
trataron a los detenidos. Artigas comenta que el Hospital del Mar es el cuarto
centro al que llegan después de las torturas. “Es bastante probable que
buscaran a un médico afín”, aclara, “trabajan con un personal que deja entrar a
los policías a las revisiones médicas, algo ilegal”. “Si un médico te pregunta
cómo te has hecho eso y el policía que te ha pegado la paliza está ahí, no lo
vas a contar”, asegura Artigas.
A pesar de todas las trabas, Metromuster confía en que la
emisión del documental en TV3 selle la historia con un final relativamente
feliz. “Que llegue al mainstream, que lo vea gente normal que nunca se metería
a un cine ocupado y vea cómo funciona su país”, anhela el director. Aunque la
relación con la cadena pública haya sido tensa, Metromuster agradece que TV3,
“que todavía tiene el estatus de medio que dice la verdad”, haya acabado
contratando su emisión.
Lo que ocurra después, es territorio por abonar. Pero Artigas
tiene claro que no quiere volver a trabajar en las condiciones en las que lo ha
hecho: “A veces pareces un héroe por hacer una peli con 4.000 euros” constata,
“y para nosotros no es nada el modelo”. No quieren volver a verse en una
situación similar “porque parece que hacemos apología de la autoprecarización y
no la queremos para nada”. Aunque reconoce que han llorado mucho y que el
documental se convirtió en una pesadilla en algunos momentos, sonríe cuando se
le pregunta si lo volvería a hacer: “Es más importante que se conozca el caso,los activistas sacamos de ahí la energía”.
De un tiempo a esta parte, la frase "es
lo que hay" me encrespa y solivianta cada vez más. Ya sé que su
significado varía según el contexto, pero cuando se expresa al tiempo que se
denuncia la situación social y política en que nos hallamos inmersos, me "sabe a cuerno quemado"...
Es la expresión de una filosofía que, presumiendo de realista, sabe a conformismo y
a actitud acrítica. "Lo que hay",
además de que no es todo, suena a reduccionismo y simplificación.
Conformarse con "lo que hay",
aun siendo muy poco, sabe a mediocridad inmovilista.
Como Cándido (de Voltaire), esta
parcela de sociedad adocenada y conformista solo aspira a que la dejen
tranquila. Recordando a este peculiar
personaje, me vienen a la memoria las desgracias que le aquejan: lo
roban, apalean, someten, engañan, abandonan y él, apelando a las enseñanzas de
su maestro, sigue pensando que "lo
real es siempre mejor que lo posible". Cualquier alternativa, plena de
incertidumbres, es peor que la realidad conocida, parece pensar Cándido. No
está del todo convencido, es verdad, pero termina por conformarse con que lo dejen tranquilo...
No sé si actualmente hay muchos o pocos "cándidos", pero la frasecita de marras, "es lo que hay", se escucha
mucho yme sabe a caldo de
avestruz...Digo.