domingo, mayo 31, 2020
martes, mayo 26, 2020
viernes, mayo 22, 2020
LA FELICIDAD CONSISTE EN TENER BUENA SALUD Y MALA MEMORIA
La frase que da título a esta entrada se atribuye a diversos autores. Entre ellos, Aristóteles. Me quedo con éste.
La capacidad para olvidar lo malo, lo dañino, lo que hizo sufrir de alguna manera, es fundamental. Uno necesita reconciliarse con la parte mala de su pasado. Y esta es una tarea importante, porque si no uno se puede convertir en una persona agria, amargada, resentida, dolida y un poco echada a perder… Lo que llamaban los clásicos, una persona neurótica: que vive con conflictos no resueltos que de forma intermitente asoman, saltan, se ponen de pie y piden paso…con todo lo que eso significa.
Una persona madura es aquella que vive instalada en el presente intentando sacarle el máximo partido; tiene asumido el pasado y ha sido capaz de ir cerrando las heridas y traumas de atrás, con todo lo que eso trae consigo; y vive sobre todo abierta hacia el futuro, que es la dimensión más prometedora, ya que la felicidad consiste, sobre todo, en la capacidad de ilusionarse una y cien veces.
El olvido es necesario para la supervivencia psicológica. Borra errores, fallos, inexperiencias propias de cualquier comienzo profesional, andanzas afectivas sin fundamento y ese desconocer la importancia de lo que uno dice o hace cuando aún es insexperto y no sabe el alcance real de la conducta.
Es evidente, y no voy a insistir en ello, que la salud física y psicológica es uno de los bienes más preciados que podemos tener en la vida.
Bibliografía: Revista de Prensa
Es evidente, y no voy a insistir en ello, que la salud física y psicológica es uno de los bienes más preciados que podemos tener en la vida.
Bibliografía: Revista de Prensa
miércoles, mayo 20, 2020
LA ADULACIÓN
Que los demás valoren lo que haces o lo
que eres es de agradecer y hace que te sientas bien en todos los sentidos. La
autoestima experimenta un "subidón" innegable y eso se traduce en
bienestar, corazón caliente y disipación de temores y dudas.
Sin embargo, cuando reflexionas sobre
las razones o sinrazones del adulador puedes caer en un cierto grado de
zozobra. ¿Qué puede pretender la persona que te halaga? ¿Es realmente sincera
dicha persona? ¿Hasta qué punto tales halagos pueden constituir una especie de
soborno?
En el mundo bloguero menudean los
elogios entre unos y otros. Difícilmente, aunque el tema lo sugiera, se entra
en debates de cierto radicalismo. A veces, y creo haber escrito sobre ello, pienso
que los blogueros en general somos, como mínimo, un poco vanidosos.
martes, mayo 12, 2020
TERUEL: LA REBELIÓN DE LA ESPAÑA VACÍA
"Son pocos, pero se les escucha cada vez más alto y claro. Y ahora tienen además a un representante en el Congreso de los Diputados. Recorremos una tierra llena de historias de ingenio, pasión y éxito.
La columna de humo
blanco de la central térmica de Andorra, el tercer municipio más poblado de
Teruel, se puede distinguir a más de 30 kilómetros de distancia. Omnipresente
en un paisaje rocoso y de secano, la chimenea de 343 metros de altura rompe la
monotonía del cielo y señala el epicentro de la industria del carbón en la
provincia. Endesa cerrará la central en 2020 y con ella dará carpetazo a un
siglo y medio de minería en la región bajo el impulso descarbonizador dictado a
nivel europeo. Con la central también se esfumarán los mejores años de la vida
de Jaime Valero, andorrano de 38 años, 15 de ellos empleado en la térmica.
Valero está en el paro desde el verano y admite, con la voz rota, echar de
menos un trabajo que antes tuvieron su padre y sus abuelos: “En la planta me
sentía realizado; será difícil conseguir algo tan bueno, pero lo tengo que
intentar".
Con la central térmica de Andorra desaparecerá un negocio que genera el 9% del PIB de la provincia, aseguran en Teruel Existe. Este movimiento ciudadano protagonizó una de las sorpresas de las pasadas elecciones generales: tras 20 años de activismo, saltó a la política y ganó los comicios en la provincia, accediendo al Congreso con un diputado. La rabia que expresan los representantes de Teruel Existe se centra en una histórica demanda por la mejora de las infraestructuras y los servicios en el mundo rural. Manuel Gimeno, portavoz de la formación, esgrime alarmado las previsiones de evolución de la población del Instituto Nacional de Estadística (INE) para 2033: mientras que el conjunto de España ganará un 5% en habitantes, la provincia aragonesa los perderá en un 8,5%; la población de Teruel entre 25 y 49 años de edad se reducirá en un 23% hasta 2033, mientras que la horquilla entre los 65 y los 84 años aumentará un 22%. “Hay que actuar ya porque en 50 años quizá ya no habrá gente en Teruel y habrán muerto demasiados pueblos”, dice otro veterano de Teruel Existe, Amado Goded.
La Unión Europea reconoce el serio riesgo de despoblación en las provincias con menos de 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado. Con menos de 8, la situación demográfica pasa a ser considerada crítica. Tres provincias españolas se encuentran por debajo de los 12,5 habitantes por kilómetros cuadrado: Soria, Teruel y Cuenca. Soria se sitúa en 8,5, y Teruel, en 9 (cuando la media en España es de 93 personas por kilómetro cuadrado y una provincia como Barcelona alcanza los 726).
“Teruel no está muerto, solo faltan más oportunidades”, insiste una ingeniera afincada en Alcañiz.
La despoblación de Teruel no se explica únicamente por la tendencia de la sociedad global a concentrarse en ciudades. En la provincia solo existe una conexión ferroviaria, la que enlaza Teruel con Zaragoza y Valencia, cuatro o cinco veces al día, en dos horas y media. Otra demanda histórica es la de una mayor red sanitaria que evite desplazamientos a Zaragoza. La provincia tiene hospitales en dos municipios, en Teruel capital y en Alcañiz, en un territorio que es un 75% mayor en superficie que la Comunidad de Madrid y con una población especialmente envejecida. La prioridad de Teruel Existe como fuerza parlamentaria es que entre en vigor un pacto de Estado contra la despoblación, con una financiación especial para dotar de servicios y de oportunidades económicas al medio rural. Otra prioridad es la implementación de la fibra óptica en toda la provincia, el desarrollo del corredor ferroviario entre el Cantábrico y el Mediterráneo, la construcción de la autovía A-68 entre Castilla y León y la Comunidad Valenciana y de la autovía A-40, que debería conectar Cuenca, la comarca de las Cuencas Mineras y Tarragona.
Con la central térmica de Andorra desaparecerá un negocio que genera el 9% del PIB de la provincia, aseguran en Teruel Existe. Este movimiento ciudadano protagonizó una de las sorpresas de las pasadas elecciones generales: tras 20 años de activismo, saltó a la política y ganó los comicios en la provincia, accediendo al Congreso con un diputado. La rabia que expresan los representantes de Teruel Existe se centra en una histórica demanda por la mejora de las infraestructuras y los servicios en el mundo rural. Manuel Gimeno, portavoz de la formación, esgrime alarmado las previsiones de evolución de la población del Instituto Nacional de Estadística (INE) para 2033: mientras que el conjunto de España ganará un 5% en habitantes, la provincia aragonesa los perderá en un 8,5%; la población de Teruel entre 25 y 49 años de edad se reducirá en un 23% hasta 2033, mientras que la horquilla entre los 65 y los 84 años aumentará un 22%. “Hay que actuar ya porque en 50 años quizá ya no habrá gente en Teruel y habrán muerto demasiados pueblos”, dice otro veterano de Teruel Existe, Amado Goded.
La Unión Europea reconoce el serio riesgo de despoblación en las provincias con menos de 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado. Con menos de 8, la situación demográfica pasa a ser considerada crítica. Tres provincias españolas se encuentran por debajo de los 12,5 habitantes por kilómetros cuadrado: Soria, Teruel y Cuenca. Soria se sitúa en 8,5, y Teruel, en 9 (cuando la media en España es de 93 personas por kilómetro cuadrado y una provincia como Barcelona alcanza los 726).
“Teruel no está muerto, solo faltan más oportunidades”, insiste una ingeniera afincada en Alcañiz.
La despoblación de Teruel no se explica únicamente por la tendencia de la sociedad global a concentrarse en ciudades. En la provincia solo existe una conexión ferroviaria, la que enlaza Teruel con Zaragoza y Valencia, cuatro o cinco veces al día, en dos horas y media. Otra demanda histórica es la de una mayor red sanitaria que evite desplazamientos a Zaragoza. La provincia tiene hospitales en dos municipios, en Teruel capital y en Alcañiz, en un territorio que es un 75% mayor en superficie que la Comunidad de Madrid y con una población especialmente envejecida. La prioridad de Teruel Existe como fuerza parlamentaria es que entre en vigor un pacto de Estado contra la despoblación, con una financiación especial para dotar de servicios y de oportunidades económicas al medio rural. Otra prioridad es la implementación de la fibra óptica en toda la provincia, el desarrollo del corredor ferroviario entre el Cantábrico y el Mediterráneo, la construcción de la autovía A-68 entre Castilla y León y la Comunidad Valenciana y de la autovía A-40, que debería conectar Cuenca, la comarca de las Cuencas Mineras y Tarragona.
Los turolenses luchan
contra el destino. Jaime Valero, por ejemplo, se ha puesto a estudiar el grado
de formación profesional en Energías Renovables en el instituto Pablo Serrano
de Andorra. Anteriormente se había formado en robótica, energía hidráulica y electricidad.
Su objetivo es conseguir un trabajo de mantenimiento en el sector eólico. En la
región funcionan actualmente ocho parques eólicos. Green Power, filial de
Endesa, está construyendo cuatro nuevos, y la aragonesa Forestalia ha anunciado
un plan de 2.400 millones de euros para instalar 34 puntos de producción de
energía fotovoltaica y 32 de eólica.
La
fiebre de las renovables
Forestalia asegura que
la construcción de los parques dará trabajo a 12.000 personas y creará 450
empleos posteriores para la explotación de las instalaciones. Valero quiere
tener uno de ellos. “Teruel no está muerto, solo faltan más oportunidades”,
dice una de las profesoras de Valero, la ingeniera Nadine Fernández. Criada en
Andalucía, emigró a Alemania con su marido, químico. Hace un año y medio que
recalaron en Alcañiz —el segundo municipio de la provincia— por un empleo que
consiguió él. Fernández explica que recientemente vio un documental sobre el
éxito de la repoblación de las Highlands escocesas y que demuestra, según esta
ingeniera, que con mejores infraestructuras y mejores tecnologías de la
comunicación es posible revivir el mundo rural. “Como en Escocia, debería
potenciarse cursar estudios superiores por Internet”, dice Fernández. Milagros
Mateo, directora del instituto Pablo Serrano, hija y esposa de agricultores y
mineros, está estudiando un máster a distancia por la Universidad de Valencia. Mateo
tiene dos hijos que viven en Zaragoza y Barcelona, y que hoy no se plantean
volver.
Una hipotética
saturación del paisaje turolense con molinos preocupa en Andorra, dice Valero,
aunque añade que “más preocupa tener trabajo”. Teruel Existe se muestra crítico
con las inversiones en renovables porque no van acompañadas de una industria de
producción y porque cree que la provincia vende a bajo precio sus recursos
naturales. “Las renovables son como un proceso de colonización, como pasó con
el carbón, aunque este dejaba más puestos de trabajo”, dice Goded. “Existe el
riesgo de que esta energía quede desfasada y nos quedemos con pinares de
molinos”, apunta Gimeno.
Ignacio Urquizu,
sociólogo y alcalde socialista de la localidad de Alcañiz, opina que lo que ha
faltado históricamente en Teruel es capacidad de emprender. “Teruel tenía en
1900 la misma población que Gipuzkoa, 240.000 habitantes [casi el doble de la
que tiene hoy la provincia]”, recuerda. El regidor destaca que la apertura al
mar o la proximidad con Francia han sido determinantes en favor del desarrollo
de Gipuzkoa, pero admite que en Teruel “no ha habido grandes polos de
emprendedores”, en parte porque sus élites apostaron por una economía
tradicional como la agricultura. Urquizu subraya que mejores infraestructuras
son importantes, pero no son sinónimo de progreso. “Cuando el AVE o una
autopista llega a un municipio, en muchos casos facilitan que la gente se vaya.
Para conseguir mayor desarrollo en Teruel hay que ir más allá de las
infraestructuras”.
Alloza
y la historia de Belén
Belén Soler insiste en
que unas buenas vías de comunicación pueden determinar la decisión de vivir en
un pueblo: “Si tu hijo tiene que hacer 40 kilómetros en autocar por una
carretera mala y con muchas curvas para ir al colegio, quizás optarás por
mudarte a la ciudad”. Soler sabe de qué habla. Nació en 1973 en Cardedeu
(Barcelona), pero en 2001 quiso volver a los orígenes de su familia, Alloza. Su
padre, transportista, se trasladó a Cataluña por trabajo. Su abuelo era minero.
Soler regresó a Alloza porque quería fundar una familia en el campo. Abrió una
casa de turismo rural y un restaurante kilómetro cero, La Ojinegra. Todos los
alimentos del establecimiento provienen de la región, de la carne a las
hortalizas y los cereales, de las frutas a la exquisita infusión de té de roca
que prepara.
La provincia cuenta
con 9 habitantes por kilómetro cuadrado, cuando la media española es de 93
Soler dice que Alloza
(580 vecinos) es una excepción porque su despoblación es menos acusada que la
de otros municipios de la comarca de Andorra-Sierra de Arcos. Y enumera a otros
jóvenes que también se han instalado en Alloza: el artista Raúl Escuín, una
nueva vecina que ha abierto un centro de estética y un comercio de ropa, o una
veterinaria que también ha querido regresar al pueblo de sus padres. “Han visto
que se puede conseguir porque antes ha habido alguien que se ha salido con la
suya. La clave es adaptarse a las oportunidades del entorno rural. Adaptarse,
ser ambiciosos y cooperar entre nosotros”, reflexiona Soler.
El bando a través de WhatsApp
Los entrevistados
coinciden en querer superar el catastrofismo: “Si nosotros mismos lo vendemos
todo como negativo, nadie va a venir”, afirma Raquel Sodric. Ella y su marido,
Javier García, se mudaron a Castelserás en 2014 procedentes de Gavà
(Barcelona). La crisis económica les dejó en el paro y decidieron probar suerte
en el pueblo de donde proceden los padres de Sodric y donde veraneaba la
familia de García. Buscaban también un entorno rural para criar a sus hijas.
Crearon Dinamo, una consultoría de marketing digital que hoy cuenta con una
docena de clientes. “Posiblemente tenemos menos opciones de conseguir clientes,
pero también menos competencia”, dice García.
Castelserás ha recibido
la atención de los medios de comunicación por la concentración de empresas
vinculadas al comercio online: son seis compañías, según García, en un
municipio de 830 habitantes —hace un siglo eran 2.140—. García, militante
socialista —su abuelo fue uno de los fundadores del PSC en Gavà—, fue alcalde
de Castelserás entre 2015 y 2019. De su experiencia como edil extrae varias
lecciones: una es que el empoderamiento de la mujer es fundamental para
estabilizar la población; la otra, que hay que exprimir el ingenio. García pone
ejemplos de cómo han intentado llamar la atención sobre el pueblo: en 2016
clavaron una espada en una roca a orillas del río Guadalope, una pieza que
vende por Internet la compañía local Aceros de Hispania. La performance
simulaba la leyenda del rey Arturo, y García, como alcalde, anunció a los
medios que retaba a los candidatos en las elecciones generales de aquel año a
arrancar la espada. El montaje apareció en decenas de periódicos y agencias.
El ingenio también ha
llevado a Castelserás una forma diferente de transmitir los bandos y edictos
municipales: a través de WhatsApp. Cada vecino empadronado recibe al instante
los comunicados oficiales del Consistorio. “La proximidad con las
Administraciones, la relación directa, hace de Teruel un buen lugar para
experimentar”, asegura Raquel Lacuesta. Esta turolense de 43 años es ingeniera
informática y profesora de la Escuela Universitaria Politécnica de Teruel, un
centro de la Universidad de Zaragoza (UZ) con 200 alumnos. Lacuesta ha sido noticia
en 2019 por desarrollar junto a su colega Iván García, de la Complutense de
Madrid, y junto al doctorando Franks González-Landero un armario que permite
monitorizar la pérdida de memoria en personas mayores. En su desarrollo también
participa la Universidad de Harvard y el Hospital General de Massachusetts.
La ingeniera ha
desarrollado aplicaciones para el seguimiento de afectados de cáncer del
hospital de Teruel Obispo Polanco y para pacientes con trasplante de hígado en
el clínico Lozano Blesa de Zaragoza. El próximo proyecto es probar en una
residencia de Teruel una aplicación de móvil, similar al Pokémon Go, que
permite a los ancianos ejercitar la mente y el cuerpo a partir de objetos del
pasado. Lacuesta lamenta que la UZ esté ampliando líneas de ingeniería en
Zaragoza y no en Teruel: “Deberían impulsarse medidas para que vengan jóvenes a
la provincia. Es la manera de que se abran nuevas oportunidades”.
De
la Toscana al mudéjar
Sara Bianchi, de 27
años, es una de estas jóvenes que Lacuesta quiere atraer a Teruel. Licenciada
en Ciencias Políticas, esta italiana de Massa Marittima, en la Toscana, conoció
a su pareja, un turolense, durante un Erasmus en Polonia. Él es maestro de escuela
rural y ella imparte clases en la escuela de idiomas, pero sobre todo es la
coordinadora del lobby Áreas Escasamente Pobladas del Sur de Europa (SSPA, por
sus siglas en inglés).
En Urrea de Gaén se
celebra el FestiFal, un certamen especializado en cortometrajes de temática
rural
Bianchi valora poder
salir de casa y perderse en una naturaleza sin presencia humana, o disfrutar
del patrimonio mudéjar, como la catedral de Santa María de Mediavilla, a
escasos 20 metros de su despacho en la sede local de la Confederación Española
de Organizaciones Empresariales (CEOE). La misión de Bianchi como coordinadora
de la SSPA también es vender a su cliente: la SSPA reúne a asociaciones de
empresarios y Administraciones de cinco provincias del sur de la UE con menos
de 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado: Soria, Teruel, Cuenca, Lika-Senj
(Croacia) y Euritania (Grecia). La SSPA ejerce presión sobre las instituciones
nacionales y comunitarias. Su coordinadora enumera algunas de las propuestas
por las que presionan, como la reducción de las cuotas de la Seguridad Social
en zonas despobladas o la creación, siguiendo el ejemplo de Escocia, de una
agencia especial que ofrezca servicios en el entorno rural como la gestión de
burocracia para autónomos.
Bianchi subraya que las
nuevas tecnologías son fundamentales para activar los núcleos rurales y ofrece
un ejemplo de su trabajo: ella realiza videoconferencias de manera regular con
técnicos de la Comisión Europea en Bruselas, pero en cambio no lo puede hacer
con los funcionarios del Ministerio de Agricultura en Madrid porque no hay
costumbre para ello, por lo que siempre acaba teniendo que desplazarse a la
capital.
La coordinadora de la
SSPA tiene claro que cualquier plan para revertir la depresión demográfica de
un municipio pasa por establecer ventajas económicas y dotar al lugar de los
servicios públicos necesarios. El paradigma de lo que no debe hacerse, según
Bianchi, ha sido el proyecto de repoblación en Aguaviva. Este pueblo turolense
se hizo célebre por intentar aumentar el censo financiando la llegada de
familias extranjeras que, apunta Bianchi, finalmente no se han asentado a los
niveles que se preveía por la falta de empleo y servicios.
El cine que levantaron
los vecinos“La repoblación no se consigue a golpe de talonario”, dice José
Ángel Guimerá. Él lo sabe por experiencia propia. Este director de cine nacido
en Castelnou realizó en 2011 el documental La caravana de niños. El
Ayuntamiento de este pueblo turolense de 160 habitantes atrajo a una treintena
de familias del resto de España y del extranjero. Guimerá resume que la
presencia en el término de Castelnou de una central de ciclo combinado aporta
suculentos ingresos al Consistorio y que con este dinero se intentó subsidiar
la llegada masiva de nuevos vecinos. “Se quiso hacer a lo loco, y al no haber
suficientes opciones de conseguir empleo, la mayoría marcharon o acabaron
pidiendo ayuda a Cáritas”.
Guimerá y sus compañeros
del Centro de Estudios del Bajo Martín organizaron este diciembre la VI edición
del FestiFal, especializado en cortometrajes de temática rural. Fueron 12
cortos de cinco países que se proyectaron en el cine de Urrea de Gaén. Los
vecinos construyeron en 1968, con sus propias manos, lo que hoy es la sala de
actos de un pueblo de 436 habitantes, casi la mitad de los que había en 1980,
cuando nació Silvia Blasco. Ella es una de las organizadoras del FestiFal y
vecina de Urrea. Dice que solo 4 de los 12 componentes de su cuadrilla de
juventud siguen residiendo en la villa. Blasco estudió en Zaragoza y se
especializó en pedagogía terapéutica. Hoy es maestra en un centro de educación
especial en Andorra. “Mi padre era campesino, y mi madre, ama de casa. Hicieron
un gran esfuerzo para que mi hermana y yo viviéramos aquí”, dice Blasco: “Cada
vez que una pareja se instala en el pueblo es una gran noticia”, apunta esta
maestra. Guimerá cree que cada pequeño paso es un triunfo en Teruel, sea la
sala llena de gente de la comarca o los dos empleos que pueda crear el nuevo
campo fotovoltaico que se ha levantado en Castelnou.
Activismo
entre fósiles y rocas
Julia Escorihuela afirma
que sería un gran avance poder ampliar la plantilla del parque geológico de
Aliaga con dos puestos de trabajo. “Que se instalen dos familias es un logro”,
dice esta mujer de 60 años, gerente del parque y bibliotecaria del pueblo.
Aliaga era un municipio minero que a partir del desmantelamiento de la
industria del carbón ha pasado de los más de 2.000 habitantes de 1950 a los 360
de hoy. Escorihuela recibe al periodista en la biblioteca, el antiguo horno de
pan de Aliaga. Escorihuela ha hecho de la educación su razón de vida, motivada
por su experiencia en la infancia. Hija de labriegos, vivía en una masía
aislada y cada día, para ir a la escuela, andaba cinco kilómetros de ida y
otros cinco de vuelta. Un suceso cotidiano marcó su futuro: a Escorihuela le
gustaba leer, pero la bibliotecaria no le prestaba libros porque vivía en el
campo y no se fiaba de que los fuera a devolver. En 1989 fue nombrada
bibliotecaria del pueblo, y en 2001, gerente y guía del parque geológico. Antes
se formó a distancia, o desplazándose a otros municipios de Teruel —de Aliaga
solo llega y sale un autobús de línea al día—, para obtener un grado de
formación profesional en Turismo, además de cursos de guía, de geología y de
gestión del territorio.
Julia
Escorihuela, bibliotecaria de Aliaga (Pueblo de mis orígenes donde acostumbro a pasar el mes de agosto)
Aliaga es un lugar único
en España. Sus pliegues gigantescos de roca caliza de hace 200 millones de años
y los fósiles que hay por doquier convierten el lugar en un destino obligado
para geólogos de toda Europa. Escorihuela intenta potenciar un turismo de calidad
y también incentivar entre los más pequeños el amor por el entorno natural. Los
niños de la provincia se apuntan a sus talleres de verano y la mayor
satisfacción de Escorihuela es detectar la concienciación que siembra: “Ahora
los pequeños del pueblo corren a avisarnos si ven a alguien martilleando para
llevarse un fósil o un ripple [las rocas en las que han quedado marcadas las
mareas de hace millones de años]”. Pero Escorihuela también se ha granjeado
enemigos por su activismo medioambiental. La situación llegó al extremo en
2008, cuando recibió amenazas que denunció a la Guardia Civil. Escorihuela
explica que su sensibilidad por el medio ambiente responde a la educación
familiar que recibió en la masía: “Mi padre plantaba en cada bancal lo que necesitaba,
conocía la naturaleza. Si las Administraciones hubieran tenido en cuenta a los
habitantes de las masías, si se les hubiera protegido, las cosas hubieran ido
mejor”.
La
primera guía astroturística
Maribel Aguilar
replanteó su vida, como hizo Julia Escorihuela, a partir de uno de los activos
naturales de Teruel: en su caso, el cielo. Con escasa contaminación lumínica,
altitudes entre los 1.000 y los 2.000 metros, y noches despejadas, la provincia
se ha convertido en uno de los destinos más destacados de España para la
observación de estrellas. El núcleo de este atractivo es el observatorio
astrofísico de Javalambre, gestionado por el Centro de Estudios de Física del
Cosmos de Aragón (CEFCA). Aguilar ha sido contratada por este centro para
asesorar en sus planes de divulgación. Su experiencia no es menor, fue la
primera guía del turismo de estrellas de Teruel. Tras estudiar Periodismo en
Madrid, y tras crear su propio gabinete de comunicación, Aguilar descubrió el
astroturismo en 2012. Cursó en Canarias el título de guía de la Fundación
Starlight, el principal reconocimiento en España para conductores de grupos de
observación de estrellas. Aguilar también estudió un máster en Estudios de
Medio Ambiente y abrió camino en un sector en Teruel en el que hoy trabajan
unas 30 personas. Aguilar viaja certificando territorios en España con el sello
Starlight e imparte cursos de formación en otras comunidades autónomas
Teruel se ha
convertido en uno de los destinos más destacados en España para la observación
de estrellas
La madre de Aguilar era
ordenanza en edificios públicos, y su padre, cosechador. Sus dos hermanos
residen en Teruel porque creen que su calidad de vida es muy alta; solo hay que
adaptarse. “Mi marido es de Cuenca, es ingeniero de Telecomunicaciones. Se tuvo
que reinventar y ahora trabaja en oficinas de pueblo de Caja Rural. Estudia
francés; tenemos un huerto; los críos, después de comer, me los llevo al campo.
Hay que ser positivos”.
Las
máquinas de Rubielos de Mora
Miguel Tomás explica que
en su comarca, Gúdar-Javalambre, viven menos de cuatro personas por kilómetro
cuadrado. Tomás, hombre recio y con las manos sucias de faenar, habla con una
sonrisa entre irónica y cordial: es el presidente de Turomas, uno de los pocos
fabricantes en el mundo de maquinaria para cortar vidrio. Su empresa se ubica
en Rubielos de Mora, su pueblo (751 habitantes). La sede de Turomas ocupa 7.500
metros cuadrados donde producen de forma casi artesanal máquinas de hasta 18
metros de longitud que venden en 100 países. Tomás vuelve a sonreír cuando el
visitante le muestra la sorpresa por el aislamiento de su municipio, al que
solo se puede acceder por una estrecha carretera que serpentea por la sierra de
Gúdar. “Hay poca mano de obra cualificada en la región y hay que formarlos. La
ventaja es que la plantilla es más estable.
Maribel Aguilar fue la
primera guía de turismo astronómico en Teruel. Eduardo Nave | Juan Millás
Entre los 100 empleados
de Turomas se encuentra José Solsona, uno de los que empezaron la empresa con
Tomás en un pequeño taller en Rubielos, hace 34 años. Solsona recuerda cuando
Tomás venía a casa de sus padres a reparar algún escape. Antes de fundar Turomas
fue fontanero y creó una cooperativa de forja artística. “Yo solo estudié hasta
los 14 años, pero era muy inquieto. Incluso diseñé una chimenea para
calefacción con agua”, dice. Tomás también inventó una de las primeras máquinas
para cortar vidrio de España. Hoy su compañía factura 12 millones de euros.
Explica que ha recibido ofertas para trasladar las instalaciones a Madrid,
Barcelona y Valencia, incluso se planteó mover la producción a México, pero le
puede más la patria chica. El arraigo del empresario es fundamental para
consolidar la economía local, y para demostrarlo, según Tomás, hay que
retroceder a la construcción de la primera nave de su planta: “En los ochenta,
a partir del llamado canon de la luz, las empresas de la región recibimos una gran
ayuda pública. Yo financié con esto un 40% de la inversión para la nave. Con
aquellas ayudas se instalaron en la comarca 50 empresas; de estas, solo quedan
9, las de los que éramos de la zona”.
La vivienda de Tomás se
encuentra dentro de las instalaciones de la compañía. El día de nuestra visita,
la fábrica funcionaba mediante generadores auxiliares porque se había
interrumpido el suministro de electricidad en la zona. Tomás es consciente de
los inconvenientes del mundo rural y dice aceptarlos, excepto por la ausencia
de conexión de banda ancha a Internet. Turomas provee de maquinaria con un
servicio de asistencia a distancia de 24 horas los 365 días al año en el que
trabajan 12 ingenieros: “Sin una buena conexión estamos perdiendo
competitividad. Ahora lo subsanamos en parte con conexión por satélite, pero es
una situación que no voy a aguantar un año más”.
Miguel Tomás, fundador
de la empresa Turomas. Eduardo Nave | Juan Millás
El resurgir del azafrán
El presidente de Turomas
celebra el éxito electoral de Teruel Existe porque “ha puesto a Teruel y sus
problemas en el mapa”. Lo mismo piensan José María y José Ramón Plumed, padre e
hijo y responsables de la empresa Azafranes Jiloca, en Monreal del Campo.
“Mucha gente no ponía cara a los candidatos de Teruel Existe, pero si les
decías que son los del vídeo del tractor y el tren, entonces sabían quiénes son”,
dice José María. El fundador de la compañía se refiere a un spot realizado con
pocos recursos que el colectivo difundió por Internet en 2018 y que mostraba
una imagen real: un tractor que adelantaba por una carretera secundaria al
ferrocarril que conecta Zaragoza con Teruel. Un golpe de ingenio, un mensaje
denuncia con éxito, y casero, en el que José María Plumed se ve reflejado: en
la década de los noventa, como concejal del PP en la oposición, cortó en varias
ocasiones, acompañado por los alumnos, la carretera del municipio para
protestar contra el traslado de la escuela municipal.
Plumed también luchó
para resucitar el cultivo del azafrán en la cuenca del río Jiloca. Los estigmas
secos de la flor de Crocus sativus fueron históricamente un complemento para la
economía doméstica en los pueblos del Jiloca. Generaciones de la familia
Plumed, pequeños agricultores de remolacha y cereal, también habían cultivado
el azafrán. José María aprovechó esta experiencia para reiniciar en
1995 un negocio que había desaparecido con la despoblación de la comarca del
Jiloca y con la competencia de las importaciones. Plumed se vende hoy en España
y en Europa. Tras él llegaron 25 productores más.
Carlos Esteban y su
padre, José Antonio, llevan la empresa de azafranes La Carrasca, en el pueblo
de Blancas. Esteban confirma que Plumed fue un precursor. Hoy vuelven a
explotarse 17 hectáreas en el Jiloca y Esteban asegura que su factor añadido es
la producción ecológica.
La clave para los Plumed
es crear marca, por eso han reconvertido una tienda de ropa de la familia en un
establecimiento de productos de alimentación de la región. En la fachada han
colgado un rótulo rosa que ilumina la carretera nacional a su paso por Monreal
del Campo. “En una semana solo he vendido 10 productos”, dice José Ramón
Plumed. “Pero no tenemos la tienda abierta por las ventas”, prosigue el hijo
del fundador, “la mantenemos para que no baje otra persiana en el pueblo”.
Reportaje de Cristian
Segura (El País)
viernes, mayo 08, 2020
Contagios, epidemias y miserias humanas
El alcance de la actual pandemia
es impredecible. Si echamos un vistazo a la historia, observaremos precedentes
de plagas, pestes, fiebres tifoideas, cóleras, viruelas, gripes y otras
miserias humanas que provocaron tragedias demográficas
y graves repercusiones de carácter social hasta que el tiempo o los avances científicos
lograron erradicar y controlar sus efectos.
La Covid-19, la pandemia que nos
está tocando en desgracia, plantea un
gran reto a la ciencia y a la fortaleza humana. Mientras llega el desenlace de
este episodio podemos sacar alguna que otra enseñanza:
La prepotencia de la especie
humana no tiene fundamento alguno. En un mundo global, la velocidad de la
propagación de los agentes patógenos se ha convertido en una correa letal de
transmisión que evidencia nuestra fragilidad. La evolución humana y los avances científicos parecen arrugarse
ante un enemigo, que para más inri, resulta invisible.
La crudeza de esta epidemia
debería hacernos reflexionar acerca de los valores sobre los que se ha
construido nuestra sociedad. Quizás lleguemos a la conclusión de que nuestra
fortaleza es ficticia y nuestra ética...más que cuestionable.
miércoles, mayo 06, 2020
La amabilidd, postiza o no, se agradece
Hay personas que saben
escuchar, sonreír, mostrarse agradecidos y con buen humor. No sé si son
auténticas y naturales, pero no me importa nada. La obsesión por lo auténtico
es tan absurda como la obsesión por lo natural. La autenticidad es aplicable a
algunas cosas. ¿Qué sentido tiene decir que una persona es auténtica?
¿Auténtica con respecto a quién, cuál es el patrón de la autenticidad personal?
La amabilidad no es, pues, una merma de autenticidad, sino una exigencia
social.
La amabilidad o la simpatía no
son algo que unos tienen y otros no. No son rasgos "naturales". Se aprenden o no durante el proceso
educativo. Todo es convencionalismo, artificio de cara a la galería. Rousseau
ya lo dijo en su día: "la vida en
sociedad significa el predominio de la apariencia. Ser social significa dejar
de ser uno mismo y empezar a ser para los otros". Esto me conduce a la
siguiente conclusión: la amabilidad, postiza o no, es un detalle de buena
educación y hace bien a quien la recibe y por supuesto también a quien la
practica. Personalmente admiro a las personas amables y tengo la suerte de
conocer a alguna. No abundan, ¿eh?
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el beso que se entrega
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