Escribir sobre Petra
después del trágico conflicto bélico que se produjo entre Israel y la franja de
Gaza durante el pasado mes de julio me parece un tanto frívolo, pero se lo
prometí a Rosa y Xavier - expertos jinetes - compañeros de viaje en Jordania y aquí estoy cumpliendo con mi palabra...
Los nabateos eran
antiguas tribus árabes procedentes de la Península Arábiga que llegaron y se
asentaron en Petra al sur de Jordania hace más de 2.200 años. Eran inteligentes,
pragmáticos y se convirtieron en los amos de las rutas comerciales de la
región. Cobraban peajes a cambio de la protección de las caravanas. Nada
exclusivistas, abiertos a las influencias de culturas externas, las absorbieron
y les dieron su toque nativo. Resultado: un maravilloso mestizaje cultural.
Petra es el testimonio de esta feliz y afortunada fusión. Esta singular ciudad muestra
diversidad de estilos: grecorromano, egipcio, mesopotámico, local... Lamentablemente,
Petra acabará sufriendo el efecto devastador de algún que otro movimiento
sísmico y el abandono gradual de sus
habitantes. Después del siglo XIV se
perdió completamente hasta que el viajero suizo Johann Ludwig Burckhards la
redescubrió en el año 1812...
Reconocida en
2007 como una de las siete maravillas
del mundo, Petra es un lugar único por su belleza y las huellas de tantas época
que se perciben en ella. Sin duda alguna, Petra es la máxima atracción del
Reino Hachemita de Jordania. Ciudad roja y rosa por los matices en la roca, una
de las joyas arqueológicas más conocidas universalmente del Oriente Próximo,
excluyendo Egipto. En esta ciudad se suma la obra magistral del ser humano y la
realizada por la propia Naturaleza que, como ya nos tiene acostumbrados, se
muestra poderosa e ineludible. Lástima
que los terremotos, el éxodo de sus gentes y el paso del tiempo hayan ido dejando esta joya pétrea, con sus juegos de policromía, cada vez más
deteriorada.
Como aperitivo, antes
de visitar Petra, se aconseja hacer un alto en el camino y visitar la Pequeña
Petra. Aquí tuvo lugar el primer asentamiento nabateo. El paralelismo con Petra
es obvio. Cuenta con una pequeña garganta, una serie de edificios y un
templo...
Pequeña Petra
Ya camino de Petra,
nos hallamos inmersos en una
impresionante garganta, estrecha y profunda de 1.200 metros de longitud. Su
nombre: El Siq. Consecuencia de los efectos de un pequeños terremoto, no se
trata de un cañón como muchos pudieran pensar.
Rodeada de acantilados de hasta
80 metros de altura. Contemplar el cielo azul en lo alto y las formaciones geológicas,
rocas coloristas, terrazas agrícolas, canales tallados en las rocas, embalses y
nichos...dejan maravillado a cualquier visitante. Las veloces, viejas y
malolientes calesas conducidas por beduinos te obligan a arrimarte a las
paredes laterales para evitar ser atropellados.
Imágenes del Siq (garganta)
Tras un buen rato de
contemplación embelesada surge de forma un tanto inesperada el orgullo y la
alegría de Petra: la archiconocida fachada del templo
del Tesoro al final del Siq (desfiladero) causando
sorpresa impactante entre los visitantes.
Inspiración helenística alejandrina unida a un
toque artístico nabateo. En estos términos se expresa Samir, nuestro competente y servicial guía...Data
del año 56 a.C. y es una de las maravillas más conocidas de Petra y que mejor
se ha conservado.
Frente a la fachada del Templo del Tesoro y en pleno corazón de PETRA nos encontramos a este turista que muestra con orgullo el pequeño gran libro de nuestro común amigo, Pedro Ojeda Escudero (1), titulado ECHO AL FUEGO LOS RESTOS DEL NAUFRAGIO. Recomienda encarecidamente su lectura a los amantes de la buena literatura hasta que un beduino le llama la atención porque interpreta equivocadamente que está vendiéndolo... De todos es sabido que esta etnia tiene el monopolio de las ventas en Petra...
Frente a la fachada del Templo del Tesoro y en pleno corazón de PETRA nos encontramos a este turista que muestra con orgullo el pequeño gran libro de nuestro común amigo, Pedro Ojeda Escudero (1), titulado ECHO AL FUEGO LOS RESTOS DEL NAUFRAGIO. Recomienda encarecidamente su lectura a los amantes de la buena literatura hasta que un beduino le llama la atención porque interpreta equivocadamente que está vendiéndolo... De todos es sabido que esta etnia tiene el monopolio de las ventas en Petra...
En la amplia
explanada natural: chiringuitos, camellos para las fotos, burros para acceder
al templo del Monasterio...y multitud de turistas, muchos con acento español,
haciendo infinidad de fotografías que capten la magia del lugar. Algunos
evocamos la película de Indiana Jones y
la última cruzada y nos preguntamos
cuánto tuvo de marco real y cuánto de cartón piedra...
Saliendo del Tesoro
hacia la derecha y camino de la ciudad: la calle de las Fachadas y las tumbas
asirias. Al pie del Monte del Sacrificio, presidida por el Teatro tallado en la
roca con 3.000 asientos, aparecen infinidad de restos de la urbe... En sus
diversos caminos y rutas de escalada aguardan cientos de edificios, tumbas
(reales, de la Urna, del Palacio, de Sextius Florentinus, entre otras), baños,
salones funerarios, templos de unas y otras religiones, entradas arqueadas,
cuevas con pinturas y un sinfín de restos que dan fe de invasiones a lo largo
de la historia que han dejado su impronta
Restos del teatro romano excavado en la roca
Petra fue una ciudad
fortificada y un próspero centro de comercio cuyos habitantes tallaban en la
piedra de la pared del cañón casas,
templos, tumbas, edificios, acueductos, cisternas, lugares de culto, el teatro
mencionado y una avenida enlosada flanqueada por columnas. Antes de llegar a
ella, y en el lado izquierdo, el Triclinium, la tumba del Soldado Romano, el
complejo del Templo del Jardín, el Monumento al León, el lugar alto para el
Sacrificio, los dos Obeliscos...
Ya en dicha avenida,
que conduce al centro de la ciudad, la observamos flanqueada por templos,
edificios públicos y tiendas. En un principio, un ninfeo adornaba la calle,
cuyo pavimento de mármol todavía se puede contemplar actualmente. A un lado y a
otro de esta emblemática avenida: el Templo de los leones alados, la Puerta del
Temenos, Qasr Al-Bint, el Museo, el columbarium, la fortaleza al-Habis, Umm
al-Biyara...
Para finalizar,
quiero hacer referencia a la segunda
atracción más famosa de Petra: Ad-Deir (Monasterio).
Para acceder a este enclave hay que subir 800 peldaños tallados en la roca.
Existe la opción de hacerlo en burros guiados por beduinos de todas las edades.
Las vistas que se contemplan durante la escalada son maravillosas. Eso nos
cuentan los amigos que tuvieron el valor de llevar a cabo esa proeza bajo un
sol inclemente... Monasterio se pudo utilizar como tumba, como templo o como
ambos. Parece ser que era un lugar de peregrinaje. La subida a la montaña se
hacía a modo de procesión. Más tarde, en la época bizantina, fue utilizada como
iglesia.
Templo del Monasterio
Templo del Tesoro de noche
(1). Pedro Ojeda Escudero, profesor de literatura de la Universidad de Burgos, es el autor de una de las bitácoras más prestigiosas que conozco: La Acequia. Desde que he tenido la fortuna de leer el libro mencionado, mi admiración hacia él se ha incrementado más, si cabe...