Está claro que la nostalgia funciona: nos gusta recordar épocas que con toda probabilidad no fueron tan maravillosas como en nuestra memoria e incluso estamos dispuestos a gastar dinero en discos, películas y colecciones que nos traigan un trozo de ese pasado idealizado, además de seguir perfiles en redes sociales que se dedican a evocar estos recuerdos. Con harta frecuencia me pregunto ¿por qué nos dejamos llevar tan fácilmente por la nostalgia?
La verdad es que tenemos tendencia a olvidar con más facilidad lo negativo, quedándonos con los recuerdos positivos.
No sé de quién es la frase, pero más o menos dice así: "La memoria no es fidedigna, sino que se modifica constantemente"
Cuando algún pesimista exclama aquello de que "Cualquier tiempo pasado fue mejor" evidencia su desconocimiento de los impresionantes avances logrados por la humanidad en todos los campos.
Curiosamente, cuando se pregunta a esas mismas personas si hubiesen preferido nacer cien años atrás, la respuesta es un rotundo "¡No!" Pienso que un breve repaso a nuestra historia es el mejor antídoto contra esa nostalgia un tanto contradictoria...