Tras
una noche de lluvia pausada, pero incesante, salgo a la calle pertrechado
contra toda suerte de inclemencias otoñales. Esquivando paraguas ajenos observo
que una chica joven y guapa viene absorta: con una mano sujeta el paraguas y
con la otra manipula un móvil. Me pasma la destreza que tienen los jóvenes para manejar estos artilugios... Aunque
intento esquivarla, la chica se da de bruces conmigo. Por un momento, y de
manera instintiva, la sujeto por los brazos. Me pide perdón y yo le digo que
preste atención porque el impacto podía haber sido con un poste, con un árbol,
con un contenedor de la basura...Y me contesta: “es que este juego de
APALABRADOS me tiene enganchada, es tan superguay...”(1) Yo le digo que también juego, pero sin
llegar a esos extremos. Tras despedirnos me arrepiento de no haberle pedido la
dirección para entablar alguna que otra contienda “palabrera”... Siempre
se me ocurren las buenas ideas a posteriori...
Llego
al Metro y me encuentro con todas las ranuras de las tarjetas obturadas con silicona.
Todos saltan por encima de los tornos. Un señor más joven que yo lo intenta en
vano y opta por entrar por las salidas. Yo dudo, pero siempre me han motivado
este tipo de retos. Me apoyo a ambos lados de los brazos del torno, me
impulso al tiempo que encojo las piernas y, aun golpeando el tentáculo superior del torno con mis pies, consigo a
duras penas saltar al otro lado flexionando las rodillas...Estoy hecho un chaval, me digo para mis
adentros... He rejuvenecido 10 años como mínimo. En la zona lumbálgica, sin embargo, noto cierta
contracción...
El
andén, colapsado de gente por culpa de la dichosa huelga. Afortunadamente solo faltan 3 minutos
para la llegada del próximo convoy. La entrada en los vagones hace desistir a
mucha gente. Yo, enardecido por la hazaña anterior, empujo y sufro empujones. A
duras penas consigo entrar mientras las puertas se cierran con extrema
dificultad. Pidiendo perdón y rogando por favor me escabullo de la zona de las
puertas. No sé por qué me viene a la memoria lo del “metro de Tokio en horas punta”. Nunca he estado
en Japón, pero esa frase forma parte de mi vocabulario convencional... Un joven
amable y gentil me ofrece su asiento. Declino con amabilidad, como acostumbro
siempre, aunque me muera de ganas por aceptar tal invitación. Recupero los 10
años que me restó mi hazaña anterior... Supongo que mi perilla blanca y mi gorra escocesa le
han hecho pensar que soy mayor de lo que aparento...
Un pasajero con pajarita floreada y apretujado por todos los puntos cardinales
levanta La Vanguardia con los brazos y va pasando las páginas a duras
penas. Ojeo furtivamente los titulares mirando hacia arriba. La portada y
varias páginas interiores tratan con exclusividad del paso del huracán Sundy por
EEUU: 39 muertes y desolación por doquier. Luego, en letra pequeña, alcanzo a
leer que el mismo huracán dejó 52 muertos en Haití. Pero estos muertos son de
otra categoría. Inferior, claro... Además que ocurran desgracias en este
desgraciado país ya no es noticia...
A
la salida del Metro, un joven alto y bien vestido extiende la mano diciendo, “per
mangare”... Me encanta la fonética de la lengua italiana. No conozco otra
igual de bella, pero la presencia de ese joven pidiendo me deja confundido. Le
habrán robado, será víctima de la crisis, no sé...
Llego
al cole y lo primero que hago es tomar un diplofenaco. La lumbalgia va a más...
Sin embargo, estoy contento. La verdad es que no me aclaro...
Ilustración: MERITXELL GIL
Parece
ser que la celebración de la “castanyada” (2) tendrá que hacerse en el
interior y no en el patio como estaba previsto. Algunos alumnos y padres vienen
solicitando que se introduzca el “halloween” en estas celebraciones. El
claustro de profesores, cosa rara, se mantiene unido en mantener la tradición
sin aditamentos foráneos...
(1).- Odio tanto la palabra “super” como la de “guay” A
mis alumnos les he dado una lista de palabras cuyo uso está prohibido en mis
clases. Estas dos figuran en dicha lista...
(2).- Fiesta tradicional catalana (“superguay”) que
consiste en comer castañas y boniatos asados, “panellets”...para
celebrar la festividad de Todos los Santos..