Estimado
Manuel:
Tu
comentario en la entrada anterior me sorprendió y agradó mucho. Por eso te
dedico esta breve, pero sentida carta.
Los
blogueros que ya llevamos cierto tiempo por estos menesteres sabemos que
la mayoría de las visitas que llegan a nuestras respectivas bitácoras son fruto
del azar y de los designios de buscadores todopoderosos (Google, Yahoo, etc) que reconducen las consultas sobre diversos
asuntos a las numerosísimas páginas
webs, blogs, etc. existentes y que
puedan haberlos abordado o simplemente mencionado. Esas visitas, que recoge el
contador que se pueda tener activado, no tienen ninguna relevancia. Presumir
del número, por muy elevado que sea, es pecar de presunción.
Las
visitas que sí cuentan y agradecemos de verdad son las de los que dejan
comentarios que, por fortuna, acostumbran a ser muy positivos mayoritariamente.
Incluso aunque sean discrepantes, pero que saben guardar las formas. Tan gratas
resultan que se llega a establecer una
suerte de lazos de carácter ideológico
y hasta afectivo con quines las protagonzan. A veces, este conocimiento
propicia otro tipo de comunicación que puede desembocar en el conocimiento
directo y personal. Mi experiencia, en este sentido, ha sido muy gratificante.
Pero
tú, estimado Manuel, con tu emersión inesperada, te has convertido en la
personificación de esos visitantes silenciosos que, con fidelidad y constancia,
estáis ahí leyendo nuestros escritos. En silencio... Asintiendo o discrepando,
pero en voz baja. Algunos, como es tu
caso, estáis lejos; otros pueden pertenecer a entornos más próximos (familiares, amigos, compañeros...), pero
que no dejan huella escrita de su presencia. Sus razones tendrán. A ellos
y a ti, mi más sincero reconocimiento. Tanto los que comentan como los que no sois en gran medida nuestra razón de ser y de estar aquí. Gracias, una vez más.
(Una emersión de vez en cuando aunque solo sea para saludar también se
agradecerá, ¿eh?)
Un
fuerte abrazo, Manuel (extensible a todos los demás)
Luis
Antonio
¡¡¡Qué envidia más insana mestá dando Manuel¡¡¡ Estoy por callarme un tiempecito para que cuando resurja me recibas con majorettes... :P
ResponderEliminarEs broma, Luis Antonio. Ya lo sabes.
Me alegra que hayas tomado la decisión de continuar en esto. Mucho.
Un beso y rebienvenido
Te recibiré con bombo y platillos (las majorettes para mí), pero prefiero que no te calles, por favor...
EliminarBesos, Novicia
Me gusta leerte, Luis Antonio, tu blog es uno de mis muchos preferidos, y no veas cómo me alegra que continúes, porque siempre aportas tanto con tus escritos, y aunque en alguna entrada he pasado en silencio, te he leído y me he ido sin comentar, por lo general, suelo dejarte mi huella, y es que yo comprendo que al pasar en silencio nada se puede aportar, en cambio, cuando dejamos nuestra huella, por lo menos, dejamos nuestra esencia, con breves o extensas palabras, pero siempre compartiendo nuestro punto de vista es enriquecedor, incluso, hasta un saludo, porque te das cuenta de que tienen el detalle de venir a saludarte y dejarte su empatía y cariño.
ResponderEliminar¿Sabes? últimamente veo que algunas personas están dejando de escribir en sus blogs, yo creo que entre la crisis y el otoño, nos está produciendo una cierta dejadez, y esto parece que se contagia, ójala que gente como tú, que ocupas tanto espacio, no abandone nunca este caminar bloguero.
Un gran beso.
Eres un encanto de mujer, María. No sabes lo mucho que agradezco tu aliento. Seguiremos mientras haya ilusión y cosas que compartir.
EliminarUn fuerte abrazo
Estos testimonios son los que nos desarman y reubican, ¿verdad? Hace poco recibí un comentario de Clara, una lectora de mi blog que me confesaba que no se animaba a comentar pero que le hacía bien leer mis escritos. Eso todo lo paga. Los números significan poco. Son esas voces y las voces amigas de siempre las que te impulsan a seguir aunque te cuestiones la demanda y la razón. Me alegro de que sigas adelante: la frecuencia de publicaciones la decides tú. También en eso los blogueros tendemos a autoexigimos un poco, como si estuviésemos en falta si no publicamos o comentamos asiduamente. Y creo que en esto, como en todo, la honestidad para con uno mismo y con los demás es lo que más vale. Quienes te valoramos lo entendemos perfectamente.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias por tus palabras y por el ánimo que transmiten. Para mí también se ha convertido esta suerte de intercambios en una necesidad. Por lo tanto seguiremos cabalgando como Don Quijote y Sancho, sin rumbo definido, pero con sueños...
EliminarUn fuerte abrazo
Mi presencia no ha sido muy activa últimamente, ha sido por falta de tiempo, y eso que siempre intento estar presente y participar con un comentario, pues de sobra sé que los comentarios son los que alimentan el blog y le dan vida, como una flor que hay que ir regando.
ResponderEliminarEntiendo esta entrada tuya, y aprovecho para agradecerte que hayas sido uno de los que se quedaran por mi blog cuando lo descubrió.
Besoss
Seguiremos comunicándonos, Vanessa, al margen de que dejemos huellas apenas perceptibles.
EliminarBesos
Me alegro que sigas escribiendo, entiendo perfectamente que coge mucho tiempo tener un blog, pero también hay mucha satisfacción con ello, escribe y visita a tu ritmo pero no dejes tu espacio.
ResponderEliminarUn abrazo
Así es. En pocas palabras lo dices todo y bien claro. Gracias Mari-Pi
EliminarUn fuerte abrazo
Me alegro...por muchas razones.
ResponderEliminarPor la entrada dedicada a Manuel (que nos representa a todos, pues todos hemos sido "visitantes silenciosos"
Por el hecho de que sigas escribiendo.
Un abrazo!
Grcias, Carme
EliminarUn fuerte abrazo
Con qué certeza has recogido algo que yo también pienso así. Por eso, en la brecha.
ResponderEliminarY que no nos falten fuerzas y ánimo...
EliminarQue decisión tan estupenda aunque te asomes de vez en cuando...:)
ResponderEliminarUn abrazo Luís Antonio.
Otro fuerte abrazo para ti, estimada Bertha
EliminarSí, sí, Luis Antonio, muy bien todo, pero yo esperaba un haikú. Perdona que te diga pero algunas mujeres pasamos por aquí por tu vena romántico humorística y mira a qué horas, por cierto. Si al menos hubieras puesto algo para votar... que también hace tiempo que no voto...
ResponderEliminarMira, lo voy a dejar porque escribir desde el iPad es terrible y me está entrando un mal humor de las jugaditas que me esttá haciendo que igual me desvelo de por noche.
¿Le puedo dejar un beso a Manuel? Gracias
Besos y abrazos.
Si quiero seguir manteniendo la comunicación contigo, no me queda más remedio que seguir con esta bitácora porque nunca te has dignado enviarme tu dirección de correo electrónico...Y te la he solicitado más de una vez.
EliminarEl haikú que me inspiras solo puedo hacértelo llegar por ese conducto. Tú misma...
Besos y un fuerte y prolongado abrazo, Angie
Una cosita que se me ha olvidado. Ya está
ResponderEliminarVerás Luis Antonio, a todos, de vez en cuando (y ese "de vez en cuando" en ocasiones dura semanas y se repite varias veces al año) nos entran ganas de dejar el blog porque nos hacemos la terrible pregunta, de si en verdad sirve de algo más que inflar nuestro ego, el seguir escribiendo. Y siempre llego a la misma conclusión; que sí, y aún más, que ese sí se ha convertido en una obligación ética, un pacto no firmado, que has adquirido con tus lectores con el paso del tiempo y que no puedes dejar, que sería traicionar su fidelidad para contigo. Por eso, yo al menos, sigo escribiendo a sabiendas de que repito los temas, no porque yo sea reiterativo y pesado, sino porque la sociedad siempre gira sobre un mismo centro que los que queremos cambiarlo, no logramos hacerlo y por ello pagamos tal condena.
ResponderEliminarAsí que condenado me siento y escribo lo más alegremente que puedo.
Un abrazo, y hasta tu próxima entrada.
Has puesto el dedo en la llaga, Carlos. La obligación que genera una bitácora me crea cierta incomodidad, pero la ética, como bien señalas, me obliga a seguir. Lo que sí haré será rendir un tributo al conceptismo...aunque no sea tarea fácil.
EliminarUn abrazo y gracias por la reflexión moral (que me ha calado, ¿eh?)
¡Caray! Casi no sé que decir al sentirme así de alagado; pero..., Sí: Yo tenía otra visión de los comentarios, dándoles un papel, en importancia, bastante residual; esto añadido la falta de tiempo y el que, en la mayoría de ocasiones, no sé que decir, son la cusa de mi sequía de comentarios en aquellos blogs que sigo.
ResponderEliminarTu carta vino a mostrarme este mundo del blog desde otro prisma hasta ahora desconocido para mí y en el que ni tan siquiera había reparado; y que a partir de la fecha tendré muy en cuenta; Así que no se me ocurrre que decir sino gracias.
Tú has sido la materialización de todos esos lectores que se pasean por estos espacios sin apenas decir "esta boca es mía". Os merecíais un reconocimiento. Sin más.
EliminarEspero que sigamos comunicándonos con o sin huellas...
Un abrazo, Manuel
Manuel, al que tengo la fortuna de conocer desde hace muchos años en este mundo virtual, es un excelente comentarista y un bloguero de primera. Poca gente he conocido que sepa tanto de la literatura del Siglo de Oro y en especial de su adorado Quevedo al que a veces le ha rendido hermosos homenajes incluso escribiendo textos estupendos a la manera de Don Francisco. Lo que echo de menos es una mayor participación suya ya que cuando puede hacerlo se hace notar.
ResponderEliminarSé, Luis, que pretendías personificar en Manuel tu homenaje a los visitantes anónimos pero ya que lo has citado permítime que escriba estas líneas centrándome en él, un buen amigo.
Muchas gracias Dr. prometo participar más ahora que se me han abierto un poco más los ojos en torno a este mundo de la blogosfera.
EliminarMe encanta lo que has escrito de Manuel y que, por lo que veo, le motivará para emerger con más frecuencia por estos ámbitos.
EliminarPrefiero utilizar la expresión EDAD DE ORO (porque, en realidad, estamos haciendo referencia a dos siglos, ¿no?)
Bueno, como sea y con la frecuencia que desees, me gusta saber que estás ahí y que seguirás trayendo tu sensatez y tu sensibilidad hasta todos los que aquí entramos a disfrutarte.
ResponderEliminarUn abrazote, Luís.
Me honras con tus palabras, estimada Cristal.
EliminarSeguiremos intercambiando sensibilidades de uno u otro signo y sensateces con o sin el prefijo -in
Un fuerte abrazo, amiga del alma
Creo LUIS ANTONIO que has hecho un poquito feliz a tu comentarista MANUEL con esta entrada, que además parece ser según el Dr KRAPP un erudito ¡¡¡ que suerte con los ojos que te leen en la penumbra !! y cómo me gusta a mi ver estos detalles de cariño ... a veces me pregunto por qué cuesta tanto mostrar el agradecimiento e incluso el cariño, no solo aquí, también fuera de aquí, con lo que nos gusta a todos recibirlo. Me ha encantado ver esto en tu casa y además no me extraña nada de ti, LUIS ANTONIO eres de los blogueros más agradecidos y cariñosos que hay por aquí, además se nota que te sale de verdad y eso es lo valioso.
ResponderEliminarEspero que esto te cargue las pilas ¿ves como tu presencia es más necesaria de lo que imaginabas? de pronto MANUEL se ha dado cuenta que romper su silencio os ha regalado un momento precioso a los dos y me alegro mucho por ambos.
A mi lo que no deja de admirarme es lo que le cuesta a algunas personas comentar, a mi desde el primer día me ocurre lo contrario... leo algo y al instante me es imposible parar de escribir jajaja ¡¡pobrecitos!! por eso sufrís los rollos que me salen... pero para mi es la magia de los blogs, la posibilidad de conectar con el autor de algo ¿donde se tiene salvo aquí esa posibilidad? lo que no sé es como no la exprime todo el mundo:-)
Muuuchos besos y gracias a los dos por esto... me encaanta ver que la gente siente mucho más de lo que parece.
Tu afecto y el de todos los demás, además de no caer en saco roto, me elevan la moral y me despejan las dudas. A decir verdad no había pensado dejar la bitácora, pero sí reducir entradas y comentarios. Y seguramente algo de eso haré. De momento...
EliminarTú, con harta frecuencia, te disculpas por la extensión de tus comentarios. No te controles. Escribe sin mesura y mientras te resten fuerzas y cosas que decir. Me encanta recibir comentarios prolijos como los tuyos que, además, están llenos de contenido y de cariño. Sigue, sigue, no pares...
Besos y abrazos a go gó, María
Pues me alegro mucho de que tengas esa necesidad de expresarte y que por ello sigas en la brecha, amigo Luis.
ResponderEliminarUn abrazo.
Los amigos, para las ocasiones. Dicen.
EliminarGracias, amigo
Un fuerte abrazo
Me pasa lo mismo...
ResponderEliminarPues hay que remontar, amigo ORIENTADOR...
EliminarMe pasa lo mismo.
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