DALÍ: CONFESIONES
Me gusta la obra artística de Dalí. Lejos ya en el recuerdo, la actitud megalómana, provocadora, impúdica y el desmedido amor por el dinero de Salvador Dalí (1904-1989) que tanto escandalizaron a los propios surrealistas y a los que tuvimos oportunidad de vivirlo – yo mismo fui testigo de una escena paranoica que montó en el Parque Güell - y olvidadas sus simpatías por el bando franquista, la explotación cínica de la religiosidad sentimental y las extravagantes actuaciones ante los medios de comunicación de aquella época, Dalí vuelve a ser tema de actualidad con motivo de la conmemoración del XX aniversario de su muerte.
La "Fundació Gala-Salvador Dalí" conmemora los veinte años de la muerte de Dalí con la exposición del que dicen que es su cuadro más inmortal: “La persistencia de la memoria” también conocido popularmente como “Relojes blandos” (“Rellotges tous”) que hasta ahora no había salido del Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Salvador Dalí dijo que se había inspirado en un camembert que había comido el día antes de pintar estos sorprendentes relojes, relacionándolos por su calidad de "tiernos, extravagantes, solitarios y paranoico-críticos". Los expertos, en cambio, dicen que la obra está influida por la noción espacio-tiempo formulada por Einstein. Cosas veredes...
La obra surrealista fue pintada en 1931 y realizada mediante la técnica del óle sobre lienzo y ha sido cedida en calidad de préstamo por dos meses, del 16 de enero al 18 de marzo del 2009, al "Teatro-Museo Dalí "de Figueras, Girona, siendo la primera vez que podrá verse en España.
En el cuadro aparece la bahía de Port Lligat al amanecer. El paisaje es simple; aparece el mar al fondo y una pequeña formación rocosa a la derecha. Hay cuatro relojes; uno de bolsillo y tres blandos y deformados, elementos que ya habían aparecido en una obra suya del año anterior, “Osificación prematura de una estación”. Uno de los relojes cuelga en equilibrio de la rama de un árbol. Más abajo, en el centro del cuadro, otro se acopla a modo de montura sobre una cara con largas pestañas inspirada en una roca del cabo de Creus. La cara aparece también en otros dos célebres cuadros del autor como "El gran masturbador· y "El enigma del deseo". El tercer reloj blando está, quizás, a punto de deslizarse por un muro. Sobre este reloj hay una mosca y sobre el reloj de bolsillo, situado sobre el muro, hay multitud de hormigas que no están ahí por casualidad .
Los relojes, como la memoria, se han reblandecido por el paso del tiempo. Son relojes perfectamente verosímiles que siguen marcando la hora. Dalí dijo sobre el cuadro: "Lo mismo que me sorprende que un oficinista de banco nunca se haya comido un cheque, asimismo me asombra que nunca antes de mí, a ningún otro pintor se le ocurriese pintar un reloj blando”
La obra surrealista fue pintada en 1931 y realizada mediante la técnica del óle sobre lienzo y ha sido cedida en calidad de préstamo por dos meses, del 16 de enero al 18 de marzo del 2009, al "Teatro-Museo Dalí "de Figueras, Girona, siendo la primera vez que podrá verse en España.
En el cuadro aparece la bahía de Port Lligat al amanecer. El paisaje es simple; aparece el mar al fondo y una pequeña formación rocosa a la derecha. Hay cuatro relojes; uno de bolsillo y tres blandos y deformados, elementos que ya habían aparecido en una obra suya del año anterior, “Osificación prematura de una estación”. Uno de los relojes cuelga en equilibrio de la rama de un árbol. Más abajo, en el centro del cuadro, otro se acopla a modo de montura sobre una cara con largas pestañas inspirada en una roca del cabo de Creus. La cara aparece también en otros dos célebres cuadros del autor como "El gran masturbador· y "El enigma del deseo". El tercer reloj blando está, quizás, a punto de deslizarse por un muro. Sobre este reloj hay una mosca y sobre el reloj de bolsillo, situado sobre el muro, hay multitud de hormigas que no están ahí por casualidad .
Los relojes, como la memoria, se han reblandecido por el paso del tiempo. Son relojes perfectamente verosímiles que siguen marcando la hora. Dalí dijo sobre el cuadro: "Lo mismo que me sorprende que un oficinista de banco nunca se haya comido un cheque, asimismo me asombra que nunca antes de mí, a ningún otro pintor se le ocurriese pintar un reloj blando”
Estamos delante de un paisaje onírico. Parece una playa al anochecer. En primer término y en posición central, destaca una extraña figura: una cabeza blanda con una enorme nariz, de larga y carnosa lengua que sale de ella, pero carece de boca. Su raro cuello se pierde en la oscuridad. Reposa dormida sobre la arena, ya que vemos cerrado su ojo, con unas enormes pestañas. Puede muy bien ser un autorretrato estilizado del pintor.
Tiene encima un blando reloj de bolsillo. A la izquierda, sobre lo que parece una mesa de madera rectangular, aunque incompleta, encontramos otros dos relojes: uno más pequeño, cerrado, sobre el que se apelotona una multitud de hormigas; el otro, enorme, blando y alabeado- con una mosca encima y marcando casi las siete horas- ,se escurre por el borde de la mesa. De ésta nace un árbol roto, con una sola rama sin hojas sobre la que hay un tercer reloj blando. Al fondo, iluminada fuertemente, vemos una cala recortada por acantilados rocosos. Una piedra redondeada proyecta su sombra sobre la arena de la playa, que está desierta. El mar se confunde casi con el cielo cubierto de vaporosas nubes blancas.
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La contraposición de lo duro frente a lo blando adquiere una connotación muy sexual en esta obra: relojes fláccidos que se escurren de un árbol o de una pared, como símil de la impotencia; un reloj duro al que las hormigas devoran como si fuera carroña. Cada reloj marca una hora distinta, y Dalí lo hace a propósito, convirtiéndolos en símbolos de la relatividad del espacio y del tiempo. Sobre uno de ellos se posa una mosca, quizás porque el tiempo vuela...
La luz juega un gran papel. El cuadro está dividido en dos partes no simétricas: una tenebrista, en primer término, con un foco de luz a la derecha que ilumina suavemente los objetos, que proyectan sus sombras y se recortan en el espacio; y la otra, fuertemente iluminada, al fondo, con una luz muy blanca, irreal.
El color es rico y variado. Predominan los tonos fríos (azules, grises, blancos), que contrastan con los cálidos (ocres, marrones y amarillos).
La composición está muy estudiada. Domina la línea horizontal del mar al fondo, remarcada por la luz, que divide el cuadro en dos mitades desiguales pero armoniosas. Se complementa con la horizontal de la rama seca del árbol, que con su tronco marca a la izquierda una vertical que equilibra la composición. Como elementos dinámicos, el pintor utiliza las líneas diagonales (mesa, cabeza) y las curvas (relojes, cabeza). El color contribuye a lograr estos efectos, ya que los tonos cálidos nos acercan las formas, mientras que los fríos las alejan. La perspectiva tradicional existe, pero el espacio parece extraño. El punto de vista del espectador es alto, aunque no en todos los objetos.
Fuente: Enciclonet, Wilkipedia, Grandes maestros de la pintura, Guías de Bachillerato, etc.
Me gusta mucho este cuadro, ahora he aprendido mucho mas.
ResponderEliminarSaludos
Hola, querido Luis Antonio, perdona la tardanza, que no es ausencia y olvido.
ResponderEliminarYa me puse al día con tus entradas; déjame destacar el haiku, que te quedo bordado y este especial de Dalí, pues es mi pintor favorito.
Salvador Dalí siempre concibió su pintura como un método de conocimiento, y cada cuadro, como un relato que expone tal conocimiento, cuya captación será a componer por el observador según sus posibilidades y recursos singulares, pero captando valores universales.
Te dejo un abrazo, con el cariño de siempre.
uf Dalí. No puedo con él, eh?. Y no es que no pueda con él como persona, que tampoco, no puedo con su su obra.
ResponderEliminarMe apasiona el arte, creo que es una de la poquitas parcelas en las que el ser humano todavía puede ser libre, transportando al observador a lugares muy lejanos, que no tiene por qué ser rosas, es más no deben serlo.
Pero Dalí.....su obra a mi no me abre puertas, me las cierra. Lo siento.
De todas formas gracias por la detallada información que nos regalas.
Creo que Dali es ésto: su genial obra pero también aquello: su extravagancia, su impostada locura, su vanidad, su necesidad de epatar a la burguesía, sus contradicciones, su "avida dollars" etc..
ResponderEliminar¿Cómo entender a este Dalí sin intentar entender a aquel Dalí?
Creo que para tener una visión cabal de un personaje de esta talla no podemos quedarnos únicamente con la parte que nos es más atractiva.
Ojo, ésto no va por tí Luis Antonio, hablo en general.
Luis Antonio te agradezco el dato de la exposición, confío en que alcance a verla.
ResponderEliminarBesos borrascosos
Me alegro, Ulysses, y encantado en saludarte.
ResponderEliminarEncantado en saludarte Marysol y de tenerte entre nosotros.
ResponderEliminarMuchos critican o rechazan la obra de Dalí por lo controvertido de su personalidad. Yo creo que hay que hacer un esfuerzo de abstracción y no mezclar...
Además es un pintor y dibujante que tiene estilos muy diferenciados y para todos los gustos.
Besos
No pasa nada. Rosa. Cada cual tiene sus gustos y todos son respetables. Gracias por tu visita y un saludo muy cordial.
ResponderEliminarEstimado Dr. Krapp: Cuesta separar lo uno de lo otro, pero con el devenir del tiempo es más factible.
ResponderEliminarYo, por otro lado, tiendo a quedarme con lo mejor de los demás. Y la obra de Dali, diversa en todos los sentidos; pintura, escultura, grabado, diseño de joyas, decorados, vestuario... y muchos ignoran que también escribió y muy bien, por cierto.
Como muchos, rechazo sus posturas políticas y una cosa, entre otras, que no le perdonaré nunca es que denunciara al que fue su amigo, mi paisano Luis Buñuel, por ser ateo que le supondría ciertas represalias...como la expulsión del MOMA, entre otras.
Pero, si no te gustan sus vanguardismos, ahí tienes una obra clásica tremendamente innovadora como es "El Cristo de San Juan de la Cruz"...Menuda perspectiva.
Un cordialísimo saludo. Dr.
Bienvenida Borrasca y un cordial saludo
ResponderEliminarBienvenida Borrasca y un cordial saludo
ResponderEliminarMuy interesante y didáctica tu entrada de hoy, Luís Antonio. Muy bueno el análisis de un cuadro que me parece magistral, como la mayoría de Dalí. Sin embargo, la imagen que proyectaba al exterior, nunca la pude soportar, la mezcla de engreimiento y fanatismo pseudo religioso entre otras poses, me resultaron siempre cargantes. En su post de hoy, el Dr. Freud también habla de Dalí, desde el punto de vista del psicóanálisis, vale la pena también leerlo. Un abrazo.
ResponderEliminarBueno Luis Antonio :
ResponderEliminar(estoy esperando antes de que se me vuelva a apagar el ordenador, es la tercera vez que intento editar el comentario)
Bueno habia escrito que Dalí siempre ha tenido admiradores, amigos, y detractores.
De cualquier manera siempre se ha hablado de él, que es lo que él queria.. por cierto.
Algunos han dicho que era un loco prepotente, y otros que era un genio.
El tiempo es el que ha dicho lo que es y lo que fue una persona adelantada a su época, un Genio (con mayúsculas) y un excelente visionario de este tiempo.
Por lo menos eso es lo que yo opino.
Y voy a clicar antes de que se vuelva a apagar el chiste este.
Besosssssssssssssssssssssssss
El chisme!!!!!
ResponderEliminarque me hace hasta equivocarme,
Besitos de nuevo mi profe querido
Creo que es un personaje excepcional con una pose fantástica, la cual supo rentabilizar, amén de su arte, que puede gustar o no, pero que jamás deja indiferente.
ResponderEliminarUn beso Luís.
Cuando explico el Surrealismo en Literatura recurro a sus pinturas y observo que a los chicos les encanta esta extravagante personalidad. Les explico que los años 20 y 30 fueron unos años florecientes en la cultura y en el arte porque las vanguardias abrieron un camino nuevo y fundamental. A todos les recomiendo ir a Figueres y a Cadaqués. Carmen.
ResponderEliminarCuriosos paralelismos en nuestras entradas. La verdad es que dalí se construyó un personaje alrededor de sí mismo. Sería digno de dedicarle una entrada a su persona desde el psicoanálisis. Saludos.
ResponderEliminarA Cristal: Es el eterno dilema del divino Dalí, su vida y su obra. Visitaré la bitácora del Dr. Freud porque sólo desde el psicoanálisis podremos atisbar quién era este personaje tan peculiar. Besos, Cristal
ResponderEliminarLisebe: Como bien dices, todo lo que gira en torno a Dalí es muy sugerente. Sin embargo hacía ya unos cuantos años que se hallaba un tanto olvidado. Quizás esta celebración que se anuncia despierte viejos fantasmas o sirva para verlo desde una perspectiva más distante... No sé. Besos, esimada Lisebe.
ResponderEliminarNovicia: A nadie deja indiferente, como bien dices, y mucho me temo que era esto y no otra cosa lo que realmente pretendía. Besos
ResponderEliminarCarmine: la explicación del Surrealismo exigen tenerlo presente y su Museo de Figueras es de visita obligatoria. Estoy de acuerdo contigo, estimada profesora
ResponderEliminarDr. Freud: Gracias por su visita y espero que el proyecto de llevar a cabo esa sugerente entrada se lleve a cabo y nadie como Vd. para tal cometido. Un cordial saludo
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