viernes, febrero 20, 2009

EL DÍA DE MAÑANA: SÍ, PERO MENOS...


El tema del paso del tiempo es una constante en mi vida y en mi pensamiento. Creo que me estoy haciendo mayor. Supongo que la mayoría no son ajenos a esta inquietud porque, en definitiva, el tiempo es lo mejor y lo peor de la vida. Por más que trato de aclararme a mí mismo, no logro conseguirlo, pero terco como una mula sigo en ello. Hoy lo veo de una manera, mañana de otra y pasado mañana me olvido de él. Pero lo cierto es que, y esto ya es más general, nos pasamos la vida vanamente esperando el futuro y hablando del “día de mañana”. Confiamos en el mañana para alcanzar esa felicidad que nos niega el pasado y que a veces, fruto de la nostalgia, la ubicamos ingenuamente en él, al que incluso llegamos a llamar “paraíso perdido”. Y tampoco es eso. Necesitamos ser felices, pero siempre hay algo que lo impide. Por eso siempre estamos haciendo proyectos aunque la mayoría, quizás por ambiciosos, resultan inacabados. Casi nunca llegamos a la meta anhelada y esto se traduce en frustración y desengaño. Esto, aunque lo parezca, no es una contradicción con lo que expresaba tan solo hace unos días: “Anhelos, todos”. Pero también es cierto que no sólo se vive de esperanzas...
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La prueba es que en algunos momentos puntuales conseguimos alcanzar un grado de satisfacción plena y gratificante. Y en esas circunstancias no nos supone esfuerzo alguno descansar del pasado e ignorar al futuro. El cuerpo y la mente lo agradecen mucho, la verdad. Es en el disfrute de estos momentos, enfrascados e unas u otras de las mil actividades posibles, cuando realmente somos felices o, al menos, atisbamos la felicidad. Con minúsculas, claro. (La “absoluta” ya está entre paréntesis desde tiempo inmemorial...)
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Y a dónde me lleva esta reflexión. Pues está muy claro: creo que hay que pensar menos en el día de mañana, romper las amarras con el pasado y poner el acento en sacarle al presente todo lo que buenamente se pueda. Ya sé que es la verdad de Pero Grullo, pero creo que somos poco coherentes con esta convicción y así nos va... ¿no?. Además hay días que uno no da más de sí. Y sólo en estos casos, de presentes insípidos, vacuos y desérticos, es legítimo y necesario autorizarse a esperar algo mejor del “día de mañana”...

Foto: www.espacioblog.com

19 comentarios:

  1. Hoy es mañana y depués será ayer...

    El tiempo es nuestro amigo y enemigo a la vez porque nos permite disfrutar-vivir-batallar (esto último en el mejor sentido de la palabra) pero no se para nunca y se nos escurre entre las manos...

    El ayer se recuerda, el hoy se vive, el mañana es una promesa y el fin... Como diría el otro: En 100 años, todos calvos...

    Saludos.

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  2. Yo antes de tener crios era menos consciente del paso del tiempo. Ahora como que a través de ellos ese tiempo etéreo, intangible, se materializa en algo real, visible, cercano. Y aún así, hay veces que me sorprende ese trocito de canción de Silvio Rodríguez :”... y como pasa el tiempo, que de pronto son años....”.

    En cuanto al difrute del presente, es difícil. Por lo menos para mí.

    Pienso en momentos ya pasados con añoranza. Me gustaría recuperarlos para disfrutarlos de nuevo, pero con más intensidad, entonces me asalta la duda de si en su momento no viví ese presente con la fuerza que debiera. Por un lado pienso que sí, de ahí mi deseo de recuperarlo, pero por otro siento que no, que podía haber sido más.
    Como esto me ha ocurrido en varias ocasiones, hay veces que estoy haciendo algo y me viene al pensamiento: “esto en un futuro lo echaré de menos” y es entonces cuando abro todas mis puertas y ventanas, pero.....yo creo que aún así cuando el futuro me traiga ese momento en forma de recuerdo, seguiré teniendo esa misma clase de añoranza.....no sé quizás quiera curar la añoranza, quizás quiera eliminarla de mi futuro con la intensidad del presente, sin darme cuenta de que esta simplemente forma parte de los recuerdos queridos.

    Besos y gracias por hacerme reflexionar sobre estas cosas.

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  3. Cuanta razón tienen tus palabras, mcuha culpa de ello la tienen nuestros objetivos demasiados idealizados que nos llevan a la frustración, pero también nos dicen que hay que apuntar alto.

    Ay, en fin, iremos capeando el temporal.

    Saludos

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  4. ¿Y qué ocurre cuando sólo existe el pasado y el futuro? Al fin y al cabo el presente es tan efímero que dura lo que dura decir esa palabra o pensarla. Cuando dices "presente" ya ha quedado atrás, en el pasado. Creo que es una ironía, una falacia esto del presente. El sacrificio o esfuerzo es vivir siempre intentando no estar anclado en vivencias mejores o más felices que las que toca vivir hoy, para no estar lamentándose años por no disfrutar un instante de felicidad. Porque la felicidad se reduce a instantes: Cuando celebras una fiesta, dura lo que dura la fiesta; igual que un enlace, una graduación, la compra del coche/casa ideal, ropa (todo esto último para quien sea materialista), etcétera. Asaltan muchas cuestiones y frases en mi cabeza, y no quiero aburrirte. A todos nos afecta eso de ir dejando atrás tantas cosas o perderlas por culpa de ese círculo que da vueltas llamado reloj.

    *Esta entrada lo mejor que tiene es que me ha hecho pensar y escribir todo esto. Siempre logras que trabajemos las conexiones neuronales, y eso se agradece. Saludos.

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  5. Para todo ello, hay que estar seguro por donde caminamos, que camino transitamos ,luego nos serenaremos y alli se descubre que se hace más tranquilo, pues se llega igual.
    Disfrutar el hoy, sin dejar de tener proyectos. Sin ellos, la esperanza no existiría amigo.
    Tenerlos es seguir apostando a vivir!!
    mi cálido abrazo

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  6. La vida es lo que pasa mientras piensas, lo que piensas y lo que sientes... en cada momento. Pero cuando escribes o lees estás viviendo otro presente de un pasado.

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  7. Como siempre Luis, tu entrada lleva a reflexionar. Yo soy de vivir el presente y planificar metas costas, creo que es lo mejor y hasta lo mas humilde, porque no somos nosotros los que vamos a decidir nuestro futuro a largo plazo.
    Y también me lleva a pensar en la gran cantidad de gente que no tiene presente, solo vive de recuerdos y falsas esperanzas.
    Un abrazo Luis, nos leemos

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  8. Estoy totalmente de acuerdo con tu reflexión, Luis. En ocasiones, añoramos el pasado y soñamos con un futuro mejor. A veces es una huida del presente, con frecuencia anodino y rutinario.

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  9. Acabo de venir de trabajar y me encuentro con tu reflexión.

    El tiempo, lo hace todo, disfrutar, llorar, recordar, vivir.. es parte de nosotros, lo queramos o no.

    Unas veces vivimos deprisa añorando tiempos de antaño, y otras a caballo entre el hoy y el mañana, pero lo que esta claro es que nadie escapa a esos momentos de reflexión filosófica en la que te preguntas, "que hago.. y que pasará mañana..." en cualquier caso, no me hagas demasiado caso porque ´llevo unas semanas de locos.

    Tanto es así que en mis noches en las que de cansancio esta semana no he podido ni dormir, se me ocurrió abrir un blog descubriendo la otra parte de mí, sí esa Lisebe que también es mujer además de currita sin tiempo.

    Te invito a conocer esa parte, que estoy segura que el Dr. Freud se reiria a carcajada partida.

    Porque en definitiva somos tan solo seres humanos.

    Muchos besitos mi querido Luis Antonio.

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  10. Anónimo11:53 p. m.

    Mi simplicidad, es así. El tiempo pasado, es tan nebuloso en la memoria, casi inexistente y tan poco tangible, como el futuro.¡Vive el hoy, el presente, a tope!. Ese podría ser mi ideal.
    Un abrazo Luis. Etel.

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  11. sí, momentos es la felicidad, claro...instantes.
    Para qué añorar el pasado, el pasado es eso, pa-sa-do. Me parece que las mayores insatisfacciones no las trae la añoranza del pasado, sino las frustraciones de lo que nunca será, de lo que sientes en tu interior y no se corresponde con la realidad. Cosa que, por lo menos a mí no me impide disfrutar momentos, instantes de dicha, no me impide reconocer otras correspondencias y aprovecharlas ¿Contradicciones?

    Luis, no creo que ilusionarse con un mejor mañana sea necesariamente causa de un presente insípido, vacuo y desértico...puede ser que el hoy esté impregnado de un sabor amargo...y no desear algo mejor sería caer en la desesperanza. No siempre nos ilusionamos con el futuro para llenar espacios, a veces lo hacemos para motivar la marcha y seguir caminando con fuerzas...no sé, eso pienso.

    Besitos

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  12. Querido Luís,
    El paso que has dado es un buen principio. Ahora te queda creértelo y obrar en consecuencia. El pasado pesa mucho, a unos más que a otros, pero a todos nos condiciona. No hay que llevarlo como lastre, no hay que seguir sufriendo o siendo artificialmente felices por él. Hay que asumirlo, aprender de él y dejarlo en su sitio.
    Mañana igual ni llega (lo he escrito últimamente en varios sitios esto....). HOY es lo que tenemos. Ahora mismo es nuestro momento y hay que aprovecharlo. Intentar vivir de acuerdo con tus principios, intentar hacer el menor daño posible a los que nos rodean, sobre todo a los que más queremos y no dejar pasar la oportunidad de decírselo y demostrárselo hoy, porque mañana igual es tarde....
    Un beso, Luís...

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  13. A Borraeso:
    Que el tiempo “se escurra entre las manos” está asumido, pero que sea tras haberlo vivido, ¿no? Y para mí vivirlo no es la rutina cotidiana. Ha de ser algo más, aunque sea poco...
    Saludos cordiales y agradecidos

    A Rosa:
    Es difícil disfrutar el presente porque nos embarga la rutina de las obligaciones laborales, familiares, etc., pero es el único tiempo que podemos saborear, porque lo que nos ofrece el pasado y el futuro no son vivencias tangibles, son recuerdos y esperanzas, tan solo (que no es poco, claro)
    Espero que la motivación a la reflexión, Rosa, te lleve a buen puerto. Pero no te quepa la menor duda –yo lo tengo bastante claro- que al presente hay que exigirle más y eso supone toma de conciencia, en primer lugar, para poder alcanzarlo. Y cuando hablo de exigencia, no estoy pensando en grandes cosas, sino en pequeñas, pero gratificantes.
    Muchos abrazos

    A Luz de Gas:
    Lo de apuntar alto, no lo dudes. Ya vendrá Paco con las rebajas... Pero sin desconsiderar las cosas pequeñas y factibles de alcanzar que también son la salsa de la vida. Pero, dónde voy yo, si de esto los andaluces sabéis un montón...
    Saludos

    A Caronte: “La felicidad se reduce a instantes” dices bien. Y cuanto más se propicien, mejor. Esa es la realidad que, por supuesto, no está reñida con la ambición de metas más elevadas. Tú no aburres, Caronte. Eres muy expresivo y admiro la vitalidad que desprendes a través de tus escritos. Aprovecha esa juventud antes de que se marchite...
    Saludos

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  14. A Nerina:
    Tengo la impresión, y espero que sea certera, que tú, Nerina, sabes vivir la vida. Tus escritos son reconfortantes porque expresan optimismo y gratitud. Deseo quedarme corto en esta apreciación.
    Respecto a la necesidad de tener proyectos te diré que no me faltan, pero no estoy tan seguro de saber vivir el día a día como debiera...
    Otro cálido abrazo

    A P. Vázquez “ORIENTADOR”:
    Tú comentario parece un juego de palabras, pero encierra una verdad.

    A Gamar:
    Te felicito por centrar tu vida en el presente. No todos sabemos hacerlo. Lo de pensar en otra gente es necesario, por solidaridad y porque sirve para tomar conciencia de nuestra propia realidad.
    Otro abrazo, Gamar

    A Josemarco:
    Te echaba de menos José Mª. Lo del presente anodino y rutinario nos impide con frecuencia sacar de él algún instante diferente y grato. Supongo que habrá que imponerse el objetivo de conseguirlo cada día para que todas estas reflexiones no queden en saco roto... Un abrazo

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  15. A Lisebe:
    Supongo que te estás refiriendo a “la Lisebe” que se proyecta en la bitácora, ¿no? Ya sabes que soy uno de tus seguidores y que sólo puedo decir, una vez más, que lo que transmites en tus escritos es plenamente gratificante para los que tenemos la fortuna de ejercer de receptores. Pero todo esto, ¿tiene algo que ver con la reflexión mencionada? Quiero entender que esa posibilidad de transmitir otra imagen de ti misma te ha liberado en cierto modo y causado una gran satisfacción, ¿no?
    Abrazos, estimada Lisebe

    A Etel:
    Estamos de acuerdo en la necesidad de vivir el presente a tope, pero no sé si somos coherentes –vuelvo a repetirme- con este principio. La rutina cotidiana lo dificulta en grado sumo, ¿no? Y convertir este principio en ideal de futuro es un poco contradictorio...
    Un abrazo, Etel

    A Mara y Cuyá:
    Cuando yo matizo que hay que vivir el mañana, pero menos, no estoy renunciando al futuro y lo bueno que pueda depararnos, sino a que pueda dificultar atender y sacar lo bueno que podamos del presente. ¿Me explico? Creo, de verdad, que acostumbramos a ser contradictorios: por un lado llamamos felicidad a esos momentos concretos gratificantes y por otro no ponemos toda la carne en el asados para que dichos momentos sean más y mejores...Vaya lío, ¿no?

    Besitos

    A Novicia Dalila:
    Sí que me lo creo y trato de obrar en consecuencia, pero pocas veces consigo volcarme en ello porque la cotidianidad y la rutina me impiden centrarme. Y me pregunto, si tan claro tenemos que lo que tenemos es el “HOY”...¿por qué no lo aprovechamos más? O en el fondo, resulta que es mera retórica...
    Besos, Novicia

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  16. Cada día estoy más convencido de que el único tiempo que nos debe interesar se encuentra en el presente, a veces oculto en sus instantes, a veces demasiado a las claras, tanto que no nos damos cuenta de que es el único tiempo que podemos "atrapar", parafraseando a los latinos.

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  17. No sé cómo me he perdido esta entrada tuya, Luís, pues ya expresé en la mía sobre la película de Benjamin Button, que el paso del tiempo, también es una de mis obsesiones. Me han gustado mucho tus reflexiones porque me han traído a la memoria una anécdota relacionada con mis padres (ambos ya fallecidos)
    Mi padre era un hombre de una gran fuerza y vitalidad que se pasó la vida haciendo proyectos y planes para el futuro. Siendo ya bastante mayor se encontraba dando una de sus disertaciones sobre algún posible plan para "el día de mañana", cuando mi madre con el sentido del humor y la oportunidad que le caractrizaba, le espetó: "Pero Manolo, si estamos ya en el día de mañana". Un abrazo fuerte Luís Antonio.

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  18. A Fermín:
    Veo que coincidimos muchos en esta apreciación, sin embargo y vuelvo a insistir, ¿actuamos en coherencia con la misma?

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  19. Cristal:
    Tu madre expresó una gran verdad. Muchos reflexionamos y caemos en la cuenta, pero algo nos impide darle al presente la trascendencia que tiene. ¿Verdad? También me gustó la pelicula que mencionas...
    Besos, Cristal

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