La belleza de la mujer se realza con los zapatos de tacón. Y como consecuencia directa, la sexualidad se beneficia de ello. Hay voces más autorizadas que la mía y por eso citaré tres textos sacados de aquí y de allá que pueden avivar el debate:
A).- “Algo de fetichismo hay en los gustos por las mujeres rubias o las de piernas torneadas y con mirada lánguida, o las morenas bajitas con aire de mujer fatal; o las mujeres que usan botas de cuero o zapatos con tacón de aguja, o con portaligas o con determinado corpiño, y a todas esas características les atribuimos la posibilidad del placer. Esto tiene que ver con una cultura que parcializa el cuerpo femenino, confundiendo la parte con el todo: si tiene mejores nalgas será más ardiente, si posee senos prominentes nos deparará, seguro, mayor felicidad en el lecho. Freud nos habla en estos casos de "una sustitución inapropiada del objeto sexual donde la meta normal está reemplazada por algo que guarda relación con ella”.
B).- “Los científicos han descubierto que los zapatos de tacón - culpable de las fracturas por estrés y de dolor en las articulaciones - pueden aportar algunos beneficios para la salud.
.Maria Cerruto, uróloga de la Universidad de Verona, quien encabezó el estudio, dijo que ella llevó a cabo sus investigaciones para desterrar falsas creencias, sin fundamento científico, que relacionan el uso de tacones de aguja con el desarrollo de distintas patologías, entre ellas la esquizofrenia.
."Como una mujer que ama a los zapatos de tacón, traté de encontrar algo saludable en los mismos, confiesa Cerruto". "Y al final logré mi objetivo: los tacones afectan a la actividad del suelo pélvico reduciendo el dolor y mejorando la salud sexual", afirma. Ahora intenta demostrar que utilizarlos a diario puede reducir la necesidad de hace ejercicios pélvicos.
.Los tacones han estado de moda desde hace más de cuatro siglos, pero en los últimos 50 años se les han atribuido una variedad de problemas de salud como los juanetes, las fracturas por estrés, el dolor de rodilla o un mayor riesgo de padecer artritis.
.En el estudio que se publicó en la revista European Urology participaron 66 voluntarias con una edad inferior a 50 años en las que se probaron diferentes inclinaciones de sus talones para mesurar la actividad eléctrica de los músculos pélvico. Se encontró que aquellas que mantenían su talón a 15 grados del suelo -el equivalente a un tacón de siete centímetros- mostraron una menor actividad eléctrica. Y esto sugiere que cuando las mujeres llevan tacones altos los músculos pélvicos están más relajados, aumentan su fuerza y capacidad de contracción.”
(Sólo cito este fragmento de una investigación harto conocida y que se halla colgada en la red en multitud de publicaciones)
C).- María Esther Espinosa Calderón: “Los hay de diferentes modelos e infinidad de marcas, de diversas alturas, adornados con piedras preciosas o de fantasía, de piel o de material sintético. Estrechos, anchos, de plataforma, fabricados para todos los gustos, los zapatos de tacón encierran un simbolismo erótico y a la vez son parte de los estereotipos de “feminidad” que se le han impuesto a las mujeres, y un peligro para su salud.
Dicen que los tacones realzan la belleza y elegancia de las piernas femeninas o como canta la banda popular: “con zapatos de tacón las nenas se ven mejor que con zapatos de piso”. Posiblemente por eso los usan las sexoservidoras a las que se les ha llamado “las del tacón dorado”. También los usó la “Penélope” de Joan Manuel Serrat en la eterna espera del retorno del amante: “con sus zapatitos de tacón, sentada en la estación”. Las que modelan trajes de baño se equilibran en las pasarelas sobre zapatos con tacón de aguja, aunque en la arena no se usen, y las artistas porno se desprenden de todas sus prendas menos de sus vistosos y altos tacones.”
¿ESTARE YO BIEN CON TACONES? O SIMPLEMENTE "MESCOÑARE".
ResponderEliminarESTIMULANTE TU POST.
SALUDOS...
Fascinante tu texto me enganchaste bienvenido a mi blog
ResponderEliminarbesos
Fascinante tu texto me enganchaste bienvenido a mi blog
ResponderEliminarbesos
A dia de hoy cuento con 40 pares de zapatos y un numero similar de bolsos. Lo que dice de mi no lo se, pero me gustan!! ¿que le voy a hacer?
ResponderEliminarGroucho: Me temo que ni tú ni yo estamos para estas aventuras. Nuestro papel ha de ser el de espectador, ¿no te parece?
ResponderEliminarRecomenzar: Gracias por tu bienvenida y sonrisa de nácar y frambuesa. Te visitaré, no lo dudes.
Candela: Y seguro que te favorocen porque tus escritos denotan un gusto exquisito. Recuerdos a la vieja Eire
Vaya, vaya...la European Urology y vos me han ayudado a entender muchas cosas que no tenía ni la menor idea de dónde venían. Ahora me faltaría enviarles un mail para decirles que esas "propiedades adquiridas" gracias a los tacones perduran más allá de los cincuenta. Haré una burda comparación, es como aprender a andar en bicicleta, lo logras y nunca más te olvidas ni lo piensas, sólo lo disfrutas.
ResponderEliminarGracias Luis...y gracias a la Cenicienta del Dr. Krapp. Lo hiciste muy bien. Besos
No ha estado nada mal tu entrada Luís Antonio.Todo lo que expones demuestra una vez más que podemos encontrar argumentos para defender cualquier punto de vista. Es el eterno dilema de las mujeres: la belleza o la comodidad. Los tacones de aguja me encantan en las piernas de otras mujeres, me resultan eróticos y atractivos, pero no los aguanto en mis propios pies. Pero no los descarto en determinadas situaciones o juegos. Cada uno tenemos nuestros fetiches y todo está bien si no se compromete la salud o se utiliza como arma arrojadiza, aunque en el caso de Bush estarían también justificados. Un abrazo.
ResponderEliminarMi querido Luis Antonio:
ResponderEliminarTan solo puedo decirte que hoy dia de Reyes me han regalado un par de zapatos y unos botines de tacón, con sus complementos bolsos etc.
Leido tu escrito, tan solo puedo decirte, que ¿a que mujer no le gusta vestir con unos zapatos de tacón y medias de seda?
Supongo que la inmensa mayoria de mis congéneres como a mí nos gustan los zapatos de tacón a pesar de todo lo que digan en contra, porque ¿como puedes vestir elegantemente sin tus tacones y tu bolso a juego? ¿donde se ha quedado la feminidad entonces?
A mi me dá pena de las jovencitas de hoy que se colocan cualquier cosa, a lo que llaman ropa y se ponen unas botas de hombre, para algunos hombres les dirá algo, pero donde estén unos bonitos zapatos de tacón con sus medias de seda y su bolso a juego que se quiten todos los Dr, Freud, los analistas, y los que quieran estar en contra.
Yo cuento con un gran armario con el que cuento con más de 50 pares sin contar botas ni botines.
Me dá igual la opinión médica al respecto, lo importante es sentirse por encima de todo mujer.
¿Y a que mujer no le gusta vestir con gusto y agradar??
Muchos besitos mi querido maestro.
Me inclino a pensar que no nos hacen mucho bien pero estéticamente son más resultones que otro tipo de calzado, al menos para el ojo del otro.
ResponderEliminarNo puedes acceder a mi bitácora porque no existe, no tengo tiempo, al menos de momento - quizás más adelante-, por eso tampoco calzo zapatos de tacón alto.
A Mara y Cuyá:
ResponderEliminarEl zapato de tacón no hace milagros y si te favorece –cosa indudable- es porque tienes cualidades propias que quedan realzadas. No sé qué pensarán los jóvenes de este tema, pero me temo que están en otra órbita...
Besos
Cristal: Recuerdo, cuando estuve en Nueva York ya hace unos años, ver a bastantes mujeres bien vestidas calzando zapatillas deportivas por las calles. Me explicaron que muchas de ellas las cambiarían por zapatos que llevaban en los bolsos al llegar a sus respectivos lugares de trabajo. Yo me asombro de que se pueda caminar con esos zapatos de vértigo y me imagino el sacrificio que debe suponer para quienes no están familiarizadas del todo. La pregunta es: ¿lo hacen por agradar, por agradarse o por ambas cosas a la vez? Particularmente preferiría que, si lo hacéis, es sencillamente porque os da “la gana”... Otro abrazo, Cristal.
ResponderEliminarYa veremos Luis...te imaginas que al decir pasados los cincuenta no hablaba de mí sino de lo que me ha confiado una amiga. Entre esta confesión, tu entrada y la European Urology, ayer he tomado una decisión...regalé todos los zapatos con taco inferior a siete centímetros...y sabés a quiénes? a las potenciales rivales, que como dice Fauve, "al enemigo ni agua"...ahora tengo que cuidar que no vengan a leerte. Besos
ResponderEliminarLisebe:
ResponderEliminarNo me extraña lo que me explicas. Ahí está el icono de tu bitácora como prueba de lo que significan los pies y los zapatos para ti. Me temo que la gente joven, como bien dices, no está por esta modalidad de labor...La pregunta es ¿lo hacen por decisión propia o por dictados de la moda? Otra pregunta. ¿coleccionas los zapatos o acostumbras a usarlos todos? ¿qué criterio tienes para llevar unos u otros? Perdona mi curiosidad.
Más besitos, Lisebe.
Angie:
ResponderEliminar¿Quieres decir que sólo cuenta el ojo del otro? Lo de resultones, no lo dudes, te doy fe de ello. El hecho de que no tengas bitácora, espero que no impida seguir comunicándonos de vez en cuando, ¿no?
Un cordial saludo, Angie
¿O sea que ahora los urólogos tienen opinión sobre el uso de tacones en las mujeres y los beneficios, para ellos prejuicios, que ello conlleva para toda la comunidad humana?
ResponderEliminarUna vez las comunidades científicas se apropian del saber como si les perteneciese en gloriosa exclusiva y nos intentan imponer sus absurdos modelos de conducta.
¿Dónde están los callistas, los zapateros remendones, el sentimiento de satisfacción de las mujeres que se sienten en las nubes por unos pocos centímetros de más y nuestra libido adormecida por el miedo a contraer cualquier clase de excentricidad incorregible?
Luis Antonio:
ResponderEliminarContestando a tu pregunta he de decirte, que sí los utilizo todos, toditos dependiendo de lo que me ponga, vestido, pantalón, abrigo, traje de chaqueta, vaqueros, verano, noche, tatro, cenas sociales, y un largo etc, etc, saber convinarlos con los accesorios necesarios, bolsos, pañuelos, anillos en los dedos de los pies si son sandalias, les dá un toque diferente, y muy femenino.
De eso se trata, de que la feminidad aunque no esté ultimamente de moda nunca pase.
Ay y es que las mujeres somos un caso!!
Espero haber contestado a tu pregunta.
Muchos besitosss
Como fetichista compulsiva voto muy a favor y siempre de los zapatos de tacón.... Me encantan, me ponen, me pierden... Me siento diferente, distinta, cuando los llevo. Más alta (literal, claro) y también de moral... Me "suben" mucho.
ResponderEliminarYo ya había leído ese de la uróloga María Cerruto... Bueno, es otra opinión más, pero aunque no fuera estupendo para la salud, yo siempre me subiría a unos tacones. Siempre.
Un beso, Luís
Dr. Krapp:
ResponderEliminarA decir verdad, lo que digan los expertos en próstatas sobre los zapatos de tacón me importa poco. Pero tu opinión, Dr. Krapp, sí que me interesa, siempre y cuando aterrices en tierra de mortales, te pongas a nuestra modesta altura y nos digas qué sensaciones te provoca una mujer sobre unos zapatros de tacón bien llevados y mejor pisados...Mejor aún si además concretas el tipo de mujer...
Lisebe:
ResponderEliminarDespués de comprobar el alarde de conocimientos sobre zapatos entiendo la buena comunicación que has logrado con Mara y Cuyá...
Gracias por satisfacer mi curiosidad. ¿Has dicho anillos en los dedos de los pies? De ahora en adelante me fijaré más en los pies y no tanto en otras cosas...
Besitos
Luis Antonio, la mirada del otro también es importante, y yo, como la mayoría de las personas lo tengo en cuenta, vivo en sociedad así que no me queda otra. Pero mira, yo no soy de llevar tacón alto, lo he probado pero es imposible; cada vez que lo he intentado mi cabeza sólo piensa en plantar bien el pie y se produce un desajuste en el resto del cuerpo, que queda sin su esencia vital, así que prefiero tacón medio, que me permite paso seguro y pensar en lo que tengo entre manos.Yo con tacones no pienso igual.
ResponderEliminarPero estoy alucinando un poco porque parece ser que todo el que pasa por aquí dice mirar a los pies de las señoras y tradicionalmente no es ahí donde se ha mirado toda la vida, esta entrada se te está yendo de las manos Luis Antonio, yo pediría que viniera el Dr. Freud a dar algún tipo de explicación al respecto.
Novicia:
ResponderEliminarComparto lo del fetichismo y eso de que “Me encantan, me ponen, me pierden”, pero cuando los llevan las demás.
Otro beso, Novicia
Angie: Con o sin tacones, tu presencia por aquí siempre se agradecerá. El sentido común que manifiestas no estará de sobra. Dices que se está "saliendo de madre" esta entrada, pues te diré que tiene su origen en otra del Dr. Krapp a propoósito de una nueva versión del cuento de la Cenicienta. Imaginate.
ResponderEliminarYo, a pesar de mi debilidad confesa por los susodichos zapatos, te diré que seguiré mirando donde mandan los cánones más clásicos. Ya sabes...
Un abrazo, Angie
Luis, muy buena entrada.Pero acabo de volver de Teruel y allí ni tacones ni na de na de los estudios pélvicos de la doctora Cerruto. Más bien bota con pinchos y jamón jamón.
ResponderEliminarFeliz Año
¿Cómo que de Teruel, Dr. Vitamorte? Tenemos que hablar de esto, pero no sé si este el lugar idóneo. Desde luego, la renovada Plaza del Torico no es aconsejable para zapatos de aguja y menos aún por la noche. Espero tus noticias.
ResponderEliminarCoñe, ¡y yo con estos pelos! Luis Antonio, esta es la entrada más original que he leído en días. ¡Sin duda!
ResponderEliminarLa última vez que conté, me salió una cantidad tan escandalosa de pares, que estuve sin comprar otros... ¿diez días?. Es broma, pero los zapatos son una obsesión para mí.
Un abrazo.
Luis Antonio, me agrada que hayas descubierto que soy parte de esa especie angelical que acompañaba los fríos cielos sobre Berlín en aquella gloriosa película de Wim Wenders.
ResponderEliminarY es que la cuestión de aterrizar sobre la tierra tiene sus peligros siempre que no haya una adecuada pista de aterrizaje. La tuya tiene la distancia debida, por lo cual me defino y me quedo con el aterrador bamboleo del culo de Marilyn en Niágara por obra y gracia de sus zapatos o con el dulce taconeo de la diosa Ava Gardner en la película en la que sale más bella, más belleza imposible, "Forajidos". Amigo, los angeles tenemos familiaridad con las diosas.
No, si al final acabáis todos confesando uno tras otro, no tenéis remedio.
ResponderEliminarVitamorte, pero no me digas que hacer estudios pélvicos llamándose Cerruto, no tiene su miga. Estoy contigo en que lo mejor, en Teruel, es tirarse al jamón,
Adhiero al uso de tacones en las damas. No importas si van incómodas o les hace daño, se ven mejor.
ResponderEliminarSufran por nosotros, luego se se las dan de autosuficientes y que no necesitan a los hombres.
He dicho..insultos a mi mail personal por favor.
Saludos
Dr. Krapp: Siento pasión por los zapatos, pero al rememorar a esas divas del 7º Arte, se me despejaron todas las dudas sobre la confesión pública de estas debilidades...
ResponderEliminarAngie: Lo de "tirarse" al jamón es la decisión más sabia, pero no olvides calzar tus tacones para que te tengamos en un pedestal
Gamar: Vas a salir indemne porque esta entrada ya está casi olvidada, pero como se asome por aquí quien yo sé, te puede caer de todo...y dudo que se tome el trabajo de hacerlo por tu e-mail
Cristal00k: Por eso me caes tan bien en todos los aspectos. Sólo te faltaban los zapatos para llegar a la perfección y resulta que te sobran....Bienvenida a la Peña...
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ResponderEliminaryour blog is very interesting, I will visit again in the next article
ResponderEliminarcara memikat hati wanita menurut islam