Los dos años últimos de pandemia del Coronavirus han marcado un negro episodio en la historia de la humanidad. Sus consecuencias han extrapolado el ámbito sanitario, causando evidentes metamorfosis en las relaciones interpersonales, vida cotidiana y el actuar político y social. Las epidemias de mayor o menor relevancia existen desde que tenemos historia escrita. Muchos sobrevivientes hemos perdido a algún familiar o amigo. Es innegable que la virulencia de la misma ha descendido considerablemente. Algo tendrá que ver la vacunación masiva…
La pandemia por el nuevo virus COVID-19 ha cambiado a la humanidad por sus graves repercusiones en múltiples campos; no solamente en el de la salud, sino también en el económico, político y social. Desde la perspectiva ética, las crisis siempre llevan a la reflexión y en este caso ha sido evidente el reencuentro con un aspecto de la condición humana, la vulnerabilidad. La sociedad actual, hedonista y autónoma extrema, ha tratado de olvidarse de este aspecto, que la incomoda, pero que no puede ser ignorado bajo esta terrible crisis. La vulnerabilidad posee también un aspecto ético importante y por ello es necesario su reconocimiento y la voluntad de minimizar sus efectos.
Calificada como una de las mayores pandemias de los últimos 100 años, el Coronavirus originado en la ciudad china de Wuhan a mediados del mes de diciembre de 2019, ya suma más de 1 millón de casos y supera los 50.000 muertos en todo el mundo, cuyo epicentro según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha traslado a Europa, particularmente Italia.
En estos días, se ha hablado y comparado a las pandemias del último siglo, como la Gripe española (1918-1919), Gripe asiática (1957-1958), Gripe de Hong Kong (1968-1970), VIH/SIDA (desde 1981 a nuestros días). Por su parte, las epidemias más conocidas del siglo XXI: SARS (2002-2003), Gripe aviar (2003-2004), Ébola en África occidental (2013-2016), la gripe AH1N1 y el actual Coronavirus. ¿Qué similitudes y diferencias detecta entre ellas?
En el año 2024 podríamos entrar en un período de postpandemia, dice el sociólogo, médico y profesor de Ciencias Sociales y Naturales de la Universidad de Yale, Nicholas Christakis.
En su nuevo libro, "Apollo's arrow: the profound and enduring impact of coronavirus on the way we live" (La Flecha de Apolo: el impacto profundo y duradero del coronavirus en la forma en que vivimos), analiza los efectos de la pandemia en la sociedad desde una perspectiva histórica y anticipa lo que puede ocurrir en los próximos años.
Considerado por la revista Time como una de las 100 personas más influyentes del mundo y por la revista Foreign Policy como uno de los 100 mejores pensadores globales, Christakis es una voz respetada en el ambiente académico. Por eso sus proyecciones sobre los cambios sociales y el futuro de la humanidad han tenido resonancia.
Molesto con la Casa Blanca por la forma en que ha enfrentado la pandemia, el investigador tiene esperanza en que las vacunas nos ayudarán a salir de esta crisis, aunque advierte que la inmunidad grupal no se logrará rápidamente.
Sus investigaciones lo han llevado a argumentar que luego de enfrentar el impacto biológico de la pandemia durante 2021, tendremos que lidiar con las secuelas sociales, psicológicas y económicas del virus por un buen tiempo más, antes de entrar en la época de la postpandemia.
Bibliografīa: Martha Nussbaum, quien proporciona una visión conjunta sobre la consideración de la vulnerabilidad y la justicia, enfoque muy necesario en la sociedad actual.
Creo que debemos actualizar este bienio negro, covid mediante, y añadir aún más oscuridad con la guerra de Putin contra Ucrania (prefiero decir la guerra de Putin y no la de Rusia), que amenaza seriamente con extenderse a una tercera guerra mundial.
ResponderEliminarTodos los grandes males; pandemias, guerras, desastres naturales (el reciente volcán de la Palma) nos escupen a la cara nuestra vulnerabilidad.
En general, la humanidad nos creemos infalibles, pensando que somos el paradigma del éxito evolutivo, la especie dominante del planeta, pues saliendo de las cavernas hemos sido capaces de enviar astronautas en misiones tripuladas al espacio exterior, hacer que un equipo de médicos realice una cirugía a un paciente que se encuentra a miles de kilómetros, utilizando la cirugía robótica (un ejemplo de inteligencia artificial, gran totem de nuestro tiempo) o, cambiando de tercio, el inquietante desarrollo de la industria militar hipersónica (con Rusia, China y EE.UU a la cabeza mundial), misiles capaces de cargar material nuclear centenares de veces más potente que la bomba de Hiroshima, como el Zircón ruso creado el pasado octubre de 2021, y con la intención del Kremlin de fabricarlo en serie este 2022. Por no hablar de los ensayos hipersónicos de Corea del Norte, o los más secretos de EE.UU. Rutilantes avances…
Todos estos fastuosos (y otros muchos) logros nos hacen pensar en nuestro “progreso” evolutivo, nuestro éxito, y sin embargo nos hemos convertido en el peligro y la amenaza más seria para el planeta (o sea, para nosotros y todo lo que hay en él) en los apenas “cinco minutos” que, evolutivamente hablando, llevamos sobre la tierra. Mucho más éxito evolutivo que nosotros tienen las hormigas, cuya longevidad por estos lares nos deja en ridículo, y seguirán cuando ya no estemos.
La pandemia del covid; uno de los grandes desafíos es afrontar los problemas de salud mental, un tsunami que ya tenemos encima y de proporciones considerables en cuanto al número de afectados… y esos sí que son conscientes de la vulnerabilidad que padecen, tanto que han perdido la capacidad de gestionar la situación, en todos los sentidos.
Ah, qué magnífica filósofa Martha Nussbaum (la filósofa de las emociones, que dicen), una de mis predilectas (e incluyo a los filósofos), hace años leí un libro suyo que me entusiasmó; “Paisajes del pensamiento”. Por cierto, volviendo al oscurantismo del principio, Nussbaum decía que la filosofía, el concepto que ella entendía, debía estar alejada de toda oscuridad y autoridad… pero quizás este tiempo nuestro es más acorde con el funesto pesimismo de Cioran. Leo a los dos.
Abrazo, Luis Antonio.
En el mundo de las hormigas...también hay clases sociales, unas más privilegiadas que otras. Tengo entendido que las hormigas reina viven bastante más que las obreras...
EliminarLo de que el hombre es el principal enemigo del hombre se sabe desde que existe. No deja de ser dramático...
Sobre el covid, me parece que ya lo manifesté en algún blog, te diré que tanto mi esposa como yo lo hemos pasado igual que nuestro hijo mayor y su familia...
De momento, ya casi es historia...
Tomo nota del libre que mencionas, "Paisajes del pensamiento". Confío en poder leerlo porque tengo algunos comenzados más una lista a la espera.
Recuerdo alguna de las capacidades claves para el desarrollo y criterios de justicica:
- Capacidad para jugar o ser capaces de reír, jugar y disfrutar de actividades de ocio. Me temo que con la covid hemos dejado de lado algunas de estos entretenimientos.
Un abrazo, Paco
Hola Luis Antonio, leo con suma atención el escrito que nos muestras de Nicholas Christakis. Y ciertamente es una reseña muy acorde de lo que nos está sucediendo y cuanto aún nos queda por suceder...en cuanto a males directos y colaterales de orígenes de Pandemias(...) y/o de manos de otros SATRAPAS que quieren empoderar a sus estados, pasando por las armas a los vecinos...
ResponderEliminarUn abrazo
Veo que también temes que las cosas vayan a peor. Espero que te equivoques
EliminarUn abrazo
Creo que Paco Castillo ha descrito perfectamente la situación.
ResponderEliminarHoy la ciudad china desde donde se creé comenzó la pandemia vuelve a estar cerrada.
Esto no ha acabado, sino que siguen habiendo muertes. Tampoco creo que se diga toda la verdad, porque estoy convencido que al ritmo de fallecimientos diarios en España durante el primer año y medio, y de promedio, morían 200 diarios (hay días en que 700, 500, 400...), si hacemos números llevamos más de 125.000 directos, pero eso no lo dicen.
Un abrazo
Veo que también rebosas pesimismo: Me gustaría tener argumentos para rebatirlo.
EliminarUn abrazo
Si el vaso no está limpio cualquier cosa que echen en él se contamina.
ResponderEliminarSaludos.
A no ser que eches salfumán...
EliminarSaludos cordiales
Así es. Me temo...
ResponderEliminarSaludos