Nadie tiene el monopolio de la razón. Esto nos obliga a escuchar ideas ajenas, dialogar y contrastar opiniones.
También sabemos acordar que no hay verdad absoluta y el imperativo moral por excelencia -lo dijo algún filósofo - es el respeto a las personas porque tienen fines y propósitos en sus vidas que son vitales para ellas.
Las personas son capaces de reflexionar sobre sus circunstancias y actuar en consecuencia. Los fines que dan sentido a las vidas de la gente son producto de su reflexión y son escogidos por ellos mismos y de ahí deriva su valor.
El respeto a las personas, por lo tanto, implica la idea de que hay que permitir que actúen según su propia concepción de lo que es bueno y valioso para ellas.
Y en la medida en que hagan eso están manifestando su naturaleza de seres reflexivos y racionales.
-Por las mañanas en un pequeño receso me encanta leeros: y este título va de perlas para después.
ResponderEliminarEl que cree que tiene el monopolio de la razón es imposible llegar a tener una conversación.
Totalmente de acuerdo: respeto , escuchar y en cuanto a ser reflexivo; ya eso va un poco en el carácter, pero es una arma que nunca falla
Un abrazo feliz día.
Me alegra que coincidamos.
EliminarAbrazos, Bertha
...esa lámpara me hace falta a ver si se cumplen todos mis deseos:)
ResponderEliminarLa encontrarás en Google. Es gratuita y no consume nada
EliminarPor eso mismo, la verdad y las normas de convivencia deben ser un acuerdo entre todos. Un consenso extraído de lo mejor que somos.
ResponderEliminarLa convivencia, con todo lo que implica, debería ser el "santo y seña"· común.
EliminarNi siquiera tenemos ese monopolio cada uno de nosotros. Nuestra razón se sigue construyendo cada día que pasa. La evolución interior está ahí hasta el fin (tal vez involucionar en algunas costumbres también forme parte de ellas) Que la razón no la perdamos nunca, en su doble significado: capacidad neuronal y ejercicio de pensamiento que nos permita relacionarnos en el diálogo. Últimamente compruebo que no es fácil. Mucha gente, incluso del círculo de amigos, familiares y conocidos, tiene adscripciones mentales teledirigidas más que pensamiento propio libre. No soy optimista y ya no me atrevo a recomendar mucho. Eso sí, que interiormente debatamos lo suficiente antes de exponer nuestras ideas o criterios a los demás. Yo cada vez voy optando más por los silencios. Un abrazo.
ResponderEliminarA veces, los silencios son sabios...La expresión escrita nos permite y exige pensar más antes de llevarla a cabo.
EliminarUn abrazo
Alejandro Carrión dijo que "Las ideas contrarias clarifican las propias"... y yo pienso que es cierto, pues pienso que en la puesta en común de conocimientos y pareceres podemos encontrar nuevos elementos de juicio que completen nuestro criterio o lo modifiquen... me refiero, claro está, al diálogo constructivo y a la lectura...
ResponderEliminarPero también Descartes dijo algo así como que "No hay nada repartido de modo más equitativo que la razón: todo el mundo está convencido de tener suficiente"... Y tal afirmación no carece de base, por eso es tan importante seguir la línea que tú propones en tu texto, abriendo nuestra mente, nuestros oídos y nuestros ojos, y no cerrarnos o aferrarnos a nuestro criterio haciendo oído sordos y desprecios hacia el de los demás...
Es evidente que, como personas con capacidades limitadas, nadie puede tener el monopolio de la razón, tan solo la capacidad de razonar sobre los múltiples segmentos del conocimiento... y ese razonamiento se mueve siempre entre el acierto y el error...
Pero ya sabes, como dijo Aristóteles, "Sólo una mente educada puede entender un pensamiento diferente al suyo sin necesidad de aceptarlo"...
A veces, hablando con gente, he tenido la sensación de que la reflexión personal no está bien vista y está como despreciada... como que fuera una pérdida de tiempo... incluso sostienen que se es más feliz sin reflexionar... Tengo la sensación que, desde hace mucho, el pensamiento publicado a través de los medios de comunicación se ha convertido en el pensamiento individual y público de un gran número de gente... y, si las personas reflexivas hacen algún comentario que contradiga todos los mantras que lo configuran, enseguida son señaladas como ignorantes...
Y para concluir, y en relación con los medios de comunicación más que de información, se me ha venido a la cabeza una frase de la película Leones por Corderos que dice: "¿Cuándo empezaron a confundir la opinión correcta con la mayoritaria?" Esa es la cuestión que pesa en la actualidad... hay una tendencia a seguir ciegamente la opinión mayoritaria creyendo que es la correcta... sobre todo si los medios la repiten en bucle para que así sea...
Si nuestro derecho fundamental a obtener información veraz está siendo vulnerado de continuo con premeditación y alevosía... ¿en base a qué términos ciertos o errados elaboramos nuestros pensamiento y razonamientos?
También Descartes decía que "La duda es el principio de la sabiduría"... tal vez deberíamos empezar por ahí... pues las dudas generan preguntas; éstas generan la necesidad de buscar respuestas; y éstas las podemos encontrar en muchas fuentes de conocimiento, pero también en una sencilla conversación con la mente abierta y el respeto por las ideas contrarias...
Y para concluir diré que suscribo todo lo que dice Fackel...
Abrazo
Una vez más nos regalas una auténtica lección magistral.
EliminarMuchas gracias, Impersonem
El contraste de opiniones, conocer la gran diversidad de pensamientos, el análisis sin prejuicios de las ideas ajenas son herramientas que permiten el uso de la razón, una razón que aspira a la libertad.
ResponderEliminarSolo a base del respeto de las opiniones de los demás, podremos alcanzar un pensamiento más o menos libre.
Respetar las ideas del prójimo no significa que indefectiblemente las aceptemos, pero sí reconocer que aquellas ideas pueden proporcionarnos elementos de reflexión y que su contraste puede ser positivo.
¿Significa esto que la expresión es absolutamente libre? ¿Se pueden poner límites a la libertad de expresión? Este debate está servido. En mi opinión los límites son los que la razón aconseja, los que la ley permite, los que marcan el respeto a los demás. No cabe la no agresión ni el insulto.
La expresión es un acto racional y como tal nace de la reflexión sobre la realidad, sobre la convivencia y la repercusión en el entorno. La irreflexión, el arrebato, la barbarie, la incultura, la superstición… producen monstruos.
Abrazos
Francesc Cornadó
Totalmente de acuerdo. Quizás tendríamos que cultivar más "la virtud de escuchar", ¿No?
EliminarUn abrazo, Francesc
Lástima que nuestra emotividad tenga la manía de ponerse en medio y fastidiarnos nuestros mejores pensamientos racionales.
ResponderEliminarUn abrazo
EliminarA veces ocurre lo contrario, la razón se entromete en lo emocional como un "jarro de agua fría"..
La razón es una facultad humana para pensar y reflexionar para llegar a una conclusión . Un saludo LUISANTONIO
ResponderEliminarNada que objetar. Es así.
EliminarUn saludo, Galanygarciah