domingo, noviembre 01, 2020

MÉXICO: DÍA DE LOS MUERTOS

 



Cartel: El Día de los Muertos


Mercadillo    
                                                                                                                                

Altar con ofrendas



En algunos cementerios exhuman los cadáveres a los siete años y exhiben los restos.


Vuelvo a publicar esta entrada del 2011. Si algo me impresionó de México fue la experiencia de vivir El Día des los Muertos in situ.

Mi estancia en México ha coincido con una de las celebraciones más singulares de este extenso y variopinto país, El Día de los MuertosMéxico es un país rico en cultura y tradiciones. Uno de los principales aspectos que conforman su identidad como nación es la concepción que se tiene sobre la muerte y todas las tradiciones y creencias que giran en torno a ella. Para los antiguos mesoamericanos, la muerte no tenía las connotaciones morales de la religión católica, en la que las ideas de infierno y paraíso sirven para castigar o premiar. Por el contrario, ellos creían que los rumbos destinados a las almas de los muertos estaban determinados por el tipo de muerte que habían tenido y no por el comportamiento en la vida.

Cuando llegaron los conquistadores a América impusieron sus celebraciones como es el caso del Día de Todos los Santos en el que se recordaba a los muertos. Al convertir a los indígenas del Nuevo Mundo se dio lugar a un sincretismo que mezcló las tradiciones católicas europeas y las prehispánicas, haciendo coincidir las festividades del Día de Todos los Santos con la fiesta similar mesoamericana, creando lo que ahora se llama Día de los Muertos.

En el estado de Oaxaca se celebra esta fiesta de manera singular y tuvimos oportunidad de palpar el ambiente en las vísperas de estas fiestas, pero fue en San Cristóbal de las Casas (Chiapas), una de las ciudades más bellas por su armónica composición urbana y la mezcla de estilos colonial e indígena, donde viví y disfruté intensamente de este acontecimiento festivo. Reitero lo de festivo... Creo que el poeta y ensayista Octavio Paz sintetiza, como nadie, el significado de esta fiesta:

“El mexicano está familiarizado con la muerte, se ríe de ella, la acaricia, duerme con ella, la festeja

No es lírica, es la realidad expresada con pocas, pero certeras palabras. La celebración de El Día de los Muertos tiene un carácter eminentemente festivo y familiar,  fruto del mestizaje, como expresaba anteriormente,  entre los rituales indígenas y la liturgia de la religión impuesta por los conquistadores. La animación bulliciosa y abigarrada de los mercados durante los días que preceden a estas fechas auguran que algo gordo se está preparando. Esqueletos que realizan tareas cotidianas - elaborados con  azúcar, papel maché, azúcar, latón, madera, arcilla, hueso -  panes especiales, caléndulas o flores de los muertos, juguetes, velas e incensarios, vasos de agua, mezcal, tequila, pulque o atole, cigarros e incluso juguetes para las almas de los niños, aroma de cempasúchil, la flor naranja de esta festividad. estampas, catrinas (la gran dama de la Muerte, doña Catrina, siempre elegante con sus trajes largos y sombreros sofisticados), ataúdes con inquilino incluido, fantasmas de caramelo, monjes espectrales, piruletas calacas... Muchas de estas cosas se colocan en los altares junto a retratos de los difuntos.   Los colores vivos de toda esta suerte de objetos tiñen los altares y las tumbas. Las figuras elaboradas con azúcar están a caballo entre lo macabro, lo pintoresco, lo artístico y lo humorístico...

Las noches que transcurren entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre son por lo general períodos de velación que se destinan a entonar himnos y plegarias. Se cree que las almas de los niños regresan de visita el día primero de noviembre y las almas de los adultos regresan el día 2. Las familias se reúnen al pie de los altares con ofrendas florales, comidas, bebidas, velas e incienso que han montado en sus propias casas y convocan mediante palabras a los familiares que han fallecido en años anteriores, con el fin de que acudan a los hogares para recibir las donaciones. Se cree que los muertos se llevan las esencias y el aroma de las ofrendas que los vivos consumen después. Los muertos poseen una característica ambivalente que condiciona a los vivos. Por un lado son agradecidos y retribuyen con creces las ofrendas, pero por otro se presentan como seres un tanto envidiosos y rapaces ante la vida que perdieron. Las ofrendas constituyen una obligación ineludible de sus descendientes porque el incumplimiento podría acarrearles desgracias. De la misma manera que es obligado colocar ofrendas sobre el altar para que las almas de los difuntos acudan a las casas, los familiares deben corresponder con sus visitas a los cementerios. Por esta razón, entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre, los cementerios se convierten en centros de reunión de las familias y en las tumbas, profusamente decoradas, se comparten bebidas y alimentos. Las plegarias y melodías musicales del gusto de los difuntos se suceden a lo largo de estos días y noches. Algunos, con más medios, contratan a mariachis o conjuntos musicales que interpretarán sus sones en pleno cementerio.

Desde la época prehispánica hasta la actualidad, las celebraciones anuales de los muertos han constituido un momento privilegiado del encuentro de las personas con sus antepasados y con los miembros integrantes de la comunidad. Seres reales y almas conviven con naturalidad. Curioso, ¿no?


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20 comentarios:

  1. Bellas fotos y hermosas palabras aquellas que pusiste en tu blog. Describes muy bien los paisajes y los paisanajes.
    Un abrazo

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    1. Muchas gracias. La verdad es que me impresionó aquel mundo.

      Un abrazo

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  2. Es curioso como la religion catolica ha canibalizado antiguos lugares, antiguos rituales y asimilado dioses paganos dotándolos de forma cristiana. No termino de entender los rituales sobre la muerte, la verdad, los veo estériles, yo no los haría. Pero tampoco criminalizo a quienes quieren seguir parcticandolos, alla ellos.
    Un saludo.

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    1. Por eso, precisamente, la Iglesia lleva camino de eternizarse en este mundo...

      Saludos

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  3. Fascinante esa experiencia que viviste en Mexico con El Día de los Muertos. Siempre he admirado ese aspecto de la idiosincrasia mexicana.
    Abrazo, Luis Antonio.

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    1. Idiosincrasia, palaba compleja pero muy adecuada para hacer referencia a la cultura mexicana...

      Un abrazo, Paco

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  4. México, mejor con acento, jeje.

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    1. En esta palabra, la tilde es fundamental. En otras pasa más desapercibida...

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  5. Qué gozada esa experiencia, es para recordarla cada año. Por cierto, también tienen algunos un santo especial: la Santa Muerte. ¿Y luego decimos de surrealismo? El surrealismo, en este caso, es lo más realista que existe. Por un momento pienso que pedir, por ejemplo, a tal santidad no morirse antes de tiempo o no morirse nunca tiene que ser una ironía feroz. Como mucho me adscribiría, si funcionara el mecanismo, a pedir tener una Buena Muerte.

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    1. Puesto que la muerte es incuestionable, que sea lo más buena posible...Me uno a esa "plegaria"...

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  6. https://laantorchadekraus.blogspot.com/2009/11/jose-guadalupe-posada-oficio-de-burlon.html

    https://laantorchadekraus.blogspot.com/2020/01/cuentos-indomitos-la-muerte-va-de.html

    Me acordé de pronto. Gracias, Luis Antonio.

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  7. Nos ha hecho vibrar y disfrutar con tu entusiasmo!

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  8. Incluso en estos momentos tan duros -más allí que aquí- se celebra en México la muerte. Nosotros la hemos apartado tanto que la desconocemos.

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    1. Ignorarla es absurdo. Tenerla muy presente, una preocupación

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  9. Que lindas fotografiás
    mi amigo, me imagino que
    la pasaste muy bien.

    Besitos dulces

    Siby

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  10. Lo pasé muy bien y los recuerdos me permiten recrear esas vivencias.

    Besos, Siby

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