En cierta ocasión cometí la petulancia de escribir en el boletín de calificaciones de un alumno de COU la siguiente observación: “Jordi abusa de la procrastinación, todo lo deja para mañana”. La madre de dicho alumno solicitó una entrevista urgente conmigo para aclarar el significado de semejante "palabro" que tan siquiera, según me dijo, se encontraba en el diccionario. Hay diccionarios y diccionarios, pero en el de la RALE sí que viene. Cuando expliqué a esta asustadiza madre que procrastinar es diferir, aplazar las obligaciones para mañana, se quedó totalmente tranquila, pues ya tenía constancia de ello. La palabra, poco usada en castellano, es muy común en inglés (procrastination).
La procrastinación como síndrome que evade responsabilizarse posponiendo tareas a realizar puede llevar a los afectados a refugiarse en actividades ajenas a sus deberes u obligaciones. Lo malo de procrastinar para mañana es que suele acompañarse de procrastinar con la misma resolución y falso convencimiento para pasado mañana. Todos pecamos alguna que otra vez de este ¿vicio? coyunturalmente, pero hay algunos que lo tienen crónico. Y eso es más peliagudo. Se trata de personas que muestran una gran fuerza de voluntad para actuar en el futuro, pero muy débil para hacerlo en el presente.
Curioso "palabro", con el que se montó un divertido teatrillo (cosa harto fácil) en mi blog, hace un tiempo. La sacó a colación una comentarista, foránea por cierto, y a partir de ahí, todos los que entraron a ese post, comenzaron a utilizarla en sus comentarios de una u otra forma.
ResponderEliminarPor lo demás, me declaro como tal (procrastinadora recalcitrante) y reivindico el derecho a procrastinar según que tareas sine die... ever, forever and ever! (por ejemplo, limpiar el horno)
Procrastination empowerment!!
Ah! y un abrazo patí.
Yo procrastino bastante a menudo...
ResponderEliminarAprendí el palabro en la blogosfera, porque hasta que llegué aquí, ni flowers.
ResponderEliminarYo me obligo a procastinar, porque si no, peto.
Con relación a esto, nunca olvidaré una viñeta de Mafalda en la que su amigo Felipe, procastinador de nacimiento, se había colgado un cuadro en la pared de su habitación donde se leía el típico: "No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy", y Felipe pensaba....
"Mañana mismo empiezo" :D
Un beso, Luis
Cuando te pones a buscar palabras extrañas me recuerdas a Criado de Val, a Luis Miranda Podadera y hasta te veo un cierto aire con Don Pantuflo Zapatilla el eximio progenitor de los Zipi y Zape. Comprendo el poco éxito de la palabra, a los hipotéticos etiquetados con ese término les debe parecer poco amistoso y hasta abiertamente hostil con tanta "r" en juego.
ResponderEliminarArrimome al Dr.Frapp.
ResponderEliminarLo cierto es que el palabro se las trae, siendo un anglicismo relativamente reciente, y uno de los vicios más querido por los españoles. Por supuesto, yo lo practico a menudo para no perder tan bella tradición que te permite levantarte de la cama cada día sabiendo que tienes algo que hacer: dejar algo para el día siguiente.
ResponderEliminarSaludos, y un abrazo.
P. D. Por cierto, en el "María Moliner" no viene el palabro en cuestión.
Cierto Luis Antonio, es una palabra que mucha gente desconoce. La anécdota es muy graciosa y tú ingenioso. Me gustan las palabras que te provocan ir directamente al diccionario.
ResponderEliminarBesos.
A CRISTAL00K:
ResponderEliminarProcrastinar según qué tareas es lícito, pero tú eres de las que recupera las pendientes - ¿sabes a cuáles me refiero? – aunque estés exenta de llevarlas a cabo...
Lo de limpiar el horno y similares tareas, harto ingratas, es comprensible...Por lo tanto no se te considera merecedora del título “procrastinadora recalcitrante”.
Otro abrazo para ti, Cistal00k
A P. Vázquez “ORIENTADOR”:
Por eso nadie se condena. Reza lo que quieras y sigue procrastineando...
A NOVICIA DALILA:
Interesante y divertida anécdota la que nos cuentas.
En la blogosfera se aprende mucho.
Besos, Novicia
AL DR. KRAPP:
ResponderEliminarNo he conocido dictados tan divertidos como los de Miranda Podadera. Desde que su método pasó a la historia, la ortografía está bajo mínimos...Me honras con esas comparaciones. Muchas gracias.
A BENJAMÍN:
Tengo en gran estima al Dr. Krapp, pero puestos a arrimarse...buscaría otras opciones.
A CARLOS GALEÓN:
Más bien, al contrario: la palabreja viene del latín “procrastinare”.
Algunos dicen que lo que no viene en el “María Moliner” (por cierto, paisana mía) no existe.
Un abrazo, Carlos
A ROSALÍA:
A mí también me gustan mucho las palabras, pero menos que tú...
Besos
Hacerlo con conciencia y arte es muy saludable. Pero un examen es un examen.
ResponderEliminar¿Quién no procrastina hoy en día? Es difícil no hacerlo porque no da tiempo de hacer todo lo que hay que hacer en el mismo día.
ResponderEliminarEs curioso, que utilicemos tan poco una palabra, de algo que hacemos casi a diario.
Besoss!!
A Pedro Ojeda Escudero:
ResponderEliminarSe nota que eres profesor...
A Vanessa:
Es que la palabreja en cuestión exige un sinónimo de urgencia, ¿no?
Besos
A mí no me gusta que mis pupilos procrastinen (es una palabra que he aprendido hoy en tu blog) pero yo sí que lo hago a menudo. Cada vez menos. Según voy cumpliendo años me hago más formal y sensato... pero sigo siendo fiel a una máxima que tenía colgada un amigo mío en la puerta de su nevera: "Tengo que organizarme, un día de estos empiezo..."
ResponderEliminarUn abrazo
La palabra es fea con ganas, es larga, cacofónica y expresa algo que puede ser expresado más elegantemente aunque sea con un giro coloquial. No me extraña que la madre pensara que había alguna alusión casi sexual en ella. No le auguro un largo recorrido en esta lengua a la que no le gustan los palabros demasiado raros. Yo me quedo con eso de posponer las obligaciones, diferir las tareas, demorarse, quedarse prendido en el presente, holgazanear, que, al menos me suenan bien.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estimado Luis Antonio,
ResponderEliminarLo malo son los mañanas con fechas determinadas, esos que no admiten procastinaciones infinitas.
Los deberes ponen grilletes a todo tipo de escapistas, y o eres autosuficiente del mundo mundial, o ese mañana con su tarea ineludible, te está esperando con su temible amenaza.
Los aplazamientos tienen penalizaciones varias, multas y otras zarandajas. Al final, se claudica de mala gana.
A veces pienso, que como todo está escrito, vivido, pensado, leído... y bla, bla, bla, bla, bla, bla... y solo cambian los continentes, en este caso tecnológicos, el primer homínido ya buscó cepos para los procastinadores.
Bueno, si solo quedan nuestras acciones, o el pobre resultado de ellas, y el resto está condenado a perderse, será cuestión de ser diligentes e incitar a ello por los siglos de los siglos a todas las nuevas generaciones.
Aprovecho para saludarte, y aunque no quiero parecer maleducada (aunque te aseguro que lo soy mucho) te prohibo que me preguntes porque ahora me dedico menos a esto del blogueo.
Como todo son ciclos, estoy en otra película, también ciclíca, pero que ahora llama más mi atención.
Abrazotes.
A MIGUEL:
ResponderEliminarUna cosa es ser incumplidor con uno mismo y otra, muy distinta, serlo con los demás, ¿no? Para mí, lo segundo es sagrado...
Un abrazo
A JOSELU:
Además de fea es difícil de pronunciar correctamente sin esfuerzo. Buen repertorio de sinónimos el que propones. Ahí está la grandeza de la lengua: que permite elegir.
Un abrazo
A ATALAYA:
La alegría de saber de ti me impide hacerte preguntas más que la prohibición que expresas... La virtud de la diligencia la ejerzo ejemplarmente a la hora de levantarme de la cama: ¿contra pereza, diligencia” y salto como impulsado por un resorte.
Espero y deseo que el ciclo de la nueva película te resulte muy gratificante.
Siempre serás bienvenida.
Muchos abrazos, Atalaya
Confieso que no conocía esa palabra, que me costará olvidar, pues se las trae. Revela, por tu parte, rigor y profesionalidad: llamar a las cosas por su nombre y dejarse de eufemismos. Y si además utilizando palabra tan provocativa llama la atención del destinatario o de su mamá, pues entonces el efecto no ha podido ser más positivo. Creo que hiciste bien al señalarla en el boletín. Apuesto a que Jordi cambió de actitud radicalmente. Que le llamen a uno "procrastinador" no se puede aguantar dos veces. Un abrazo, gran profesor.
ResponderEliminarA FERNANDO MANERO:
ResponderEliminarSe olvida fácil porque su fonética es compleja. Estoy convencido de que dicha palabra aceleró la visita de la madre y fue útil. Así y todo no recuerdo haberla usado más...hasta ahora.
Que te vaya todo muy bien,
Fernando.
Un abrazo
Por propia experiencia, si en algo hay que tener cuidado, es con los comentarios que se le hacen por escrito a los padres, pues en general tienden a sacarle punta a todo y más si se encuentran con semejante palabro que no se suele utilizar mucho la verdad.
ResponderEliminarProcuro procastinar lo menos posible porque me molesta la sensación de tener algo pendiente por hacer, pero de vez en cuando me revelo y procastino a propósito y la verdad es que viene bien.
Un fuerte abrazo, Luís Antonio.
Luis Antonio:
ResponderEliminarUna palabra nueva que no conocía y que acabo de aprender ahora mismo.
Un beso.
A CRISTAL:
ResponderEliminarTienes razón y podría contar unas cuantas anécdotas. Sin embargo, en este caso concreto, fue positivo una vez aclarado el significado. Creo que no había vuelto a utilizar este término hasta ahora.
Un fuerte abrazo, Cristal
A MARÍA:
Es de las palabras que, dada su dificultad, se olvidan pronto...
Besoos
Sobre todo cuando se trata de tareas desagradables, es más fácil dejarlas para mañana.
ResponderEliminarSomos perezosos.
O poco responsables.
Conocía la palabreja, es cierto que traducida del inglés en el doblaje de alguna película.
A TESA:
ResponderEliminarMi teoría es que se puede dejar para mañana todo lo que no afecte ni perjudique a los demás..