Con muchísima frecuencia los comentarios están muy por encima del texto objeto de tales. En esta ocasión quiero sacar de su sitio el regalo que nos ha hecho Fermín Gámez, poeta gaditano, autor de varios libros, y artífice de un conjunto de bitácoras de una extraordinaria singularidad: CONTRA POETICAM. Su comentario dice así:
“Creo que la tragedia nos sobrepasa, como ocurre con cualquier fenómeno natural o catástrofe, que sitúa al ser humano donde realmente está, en su posición de mero inquilino de la Tierra.
Un abrazo”
Prefiero comentar el haikú.
Primero, es tremendo el contraste con la foto en que se ubica el poema.
Porque hay un alejamiento, el de la foto desde el satélite, que nos empequeñece; frente al poema en sí, que nos lleva a lo más humano de nosotros mismos, nos acerca a lo que somos en realidad.
Luego, ese conflicto de emociones, ese "dolor" enfrentado a la "muerte", esas "entrañas" que nos evocan algo plenamente humano, en principio lleno de significados positivos, que aquí se quedan en suspensión, y finalmente ese último contraste semántico entre "tiemblan" y "airadas". Porque ese verbo, "temblar", tiene muchas connotaciones, y una de ellas es una connotación positiva que aquí no aparece tampoco.
Un ser humano "tiembla" de frío, de temor...
Aquí la tierra es la que "tiembla", pero airada.
Ese temblor no es tan humano como el nuestro. Y sin embargo, esa "ira" final de la Tierra, de nuevo se arropa de una humanidad inquietante, aunque en sus facetas más horrorosas, la de la ira.
El haikú excelente, por si no lo había dejado lo suficientemente claro con mi comentario tan extenso.
Un abrazo”
¿Qué clase de monstruoso desaire las hace comportarse así?
ResponderEliminar¿Tiene algo que ver el ser humano con su desmesurada codicia?. Es posible que mucho. Viendo las imagenes, me pregunto, ¿como quedaría toda la costa española del mediterraneo?. Hace un par de semanas, en La2 de TVE, pasaron un documental titulado "Bután. Camino enmedio a la felicidad". Es un paqueño país autosuficiente, su mayor aspiración es lograr la "felicidad nacional bruta ". Merece la pena verlo.
ResponderEliminarSería incapaz de ver la película Luis, para ver cosas que te estremezcan y te hagan reflexionar sobre nuestro futuro y la vida , ya tenemos la realidad, no solo Japón, sino cualquier país que vive un infierno Haití, Libia ya no por un desastre natural, y naciones enteras envueltas en guerras sin propósito.
ResponderEliminarSabes me parece interesante el documental del que habla Banjamín, y haré lo posible por verlo.
Sabes aunque me ponga filosófica aún recuerdo un profesor que nos decía, "cuando Gaia se harte del todo, nos expulsará como el perro se expulsa el agua cuando se moja.." Y ultimamente me acuerdo mucho de estas palabras, este mundo
se nos vá si no de una manera de otra. Y
Y aún yendo más allá el Doctor Krapp ha dicho algo que me ha dejado reflexionando en mi blog, "habría que vivir como si la vida solo durase un segundo colmándola hasta el fondo" y es toda una razón de peso, la felicidad es más que un estado o virtud es una actitud , algo que estas películas de "sang i fetge" no te dejan ver..
Vaya parrafada !! ..uff voy a dejarlo aqui Luis que sino te hago una entrada yo solita.jajaj.
Besos siempre amigo mio
Todo esto nos hace ver lo pequeños que somos ante la madre naturaleza pero Luis Antonio, dentro de un mes lo habremos olvidado. ¡Somos así!
ResponderEliminarBesitos
Los hombre no somos el centro del universo. En realidad no somos nada. La vida no nos pertenece. Si fuera así evitaríamos la muerte, tendrían que venir por nosotros.
ResponderEliminarSin duda venimos con una misión. Algunos tienen horas para cumplirla (los recién nacidos que fallecen tras el parto). Otros algo más. Y aunque el final venga en cualquier momento, todos aportaremos algo a la historia de la salvación. Por eso merece la pena vivir, aunque sea un minuto. Sin miedo a ninguna catástrofe.
Saludos.
De repente nos sentimos muy frágiles porque vemos que no somos dueños de nuestro propio destino, que es una falacia, pero tan pronto como nos damos la vuelta lo olvidamos y volvemos a comportarnos como si nuestro poder fuera mayor que el de la Naturaleza. Somos muy frágiles y vulnerables. Me gusta el término frágil, me suena bien, pero que muy bien.
ResponderEliminarUn beso gordo.
Vaya ahora veo que es un haikú, ¿estaba ayer? porque parece que mi despiste vá en aumento...!
ResponderEliminarDe todas maneras continuo diciendo parte de mi comentario, Gaia nos sacudirá cuando menos nos lo imaginemos.. Realmente somos polvo en comparación con la magnificiencia del Universo.
Besos de nuevo y perdona Luis por el despiste!!
A Lisebe:
ResponderEliminarEl haikú estaba ayer, pero como pasaba un tanto desapercibido he sacado el texto que hacía referencia ¿poética? a la posibilidad de que la tierra tenga más entrañas y visceras que corazón...
No hay nada que perdonar, Lisebe; si acaso, agradecer tu doble visita, siempre grata, por este espacio.
Más besos para ti
Tiene mucha fuerza este haiku.
ResponderEliminarUn verdadero dolor.
Como si la tierra estuviese de parto.
Un abrazo grande.
Tampoco me haía enterado yo de lo del haikú, se ve que lo trágico y lo poético no lo conecto bien.
ResponderEliminarBesos again.
Poco que añadir a lo dicho. Lo que pase en Japón nos afecta a todos, pero no dejo de sentirlo distante, y eso no está bien. No acabamos de asumir que la tierra es una, que la suerte de todos está ligada al mismo destino, que vamos todos en la misma nave. Nos costará mucho dolor terminar de entenderlo.
ResponderEliminarqué pena! ojalá sean como creo y se repongan rápido. La Naturaleza es ciega y golpea a quien no se lo merece.
ResponderEliminarCreo que la tragedia nos sobrepasa, como ocurre con cualquier fenómeno natural o catástrofe, que sitúa al ser humano donde realmente está, en su posición de mero inquilino de la Tierra.
ResponderEliminarPrefiero comentar el haikú.
Primero, es tremendo el contraste con la foto en que se ubica el poema.
Porque hay un alejamiento, el de la foto desde el satélite, que nos empequeñece; frente al poema en sí, que nos lleva a lo más humano de nosotros mismos, nos acerca a lo que somos en realidad.
Luego, ese conflicto de emociones, ese "dolor" enfrentado a la "muerte", esas "entrañas" que nos evocan algo plenamente humano, en principio lleno de significados positivos, que aquí se quedan en suspensión, y finalmente ese último contraste semántico entre "tiemblan" y "airadas". Porque ese verbo, "temblar", tiene muchas connotaciones, y una de ellas es una connotación positiva que aquí no aparece tampoco.
Un ser humano "tiembla" de frío, de temor...
Aquí la tierra es la que "tiembla", pero airada.
Ese temblor no es tan humano como el nuestro. Y sin embargo, esa "ira" final de la Tierra, de nuevo se arropa de una humanidad inquietante, aunque en sus facetas más horrorosas, la de la ira.
El haikú excelente, por si no lo había dejado lo suficientemente claro con mi comentario tan extenso.
Un abrazo.
Cada vez me convence más la teoría de Gaia...
ResponderEliminarUn beso, Luis. Y mi más profundo dolor y mi solidaridad con el pueblo japonés.
Mi solidaridad con los japoneses que sufren. Mi desprecio a esta especie, que se cree dueña del mundo.
ResponderEliminarNo es de extrañar que las entrañas de la Tierra tiemblen airadas para demostrar su cólera ante el trato que los humanos le damos en beneficio de una minoría. (Desde un punto de vista poético, el real es más sencillo; la sacudida de la Tierra por dos placas tectónicas, si bien los resultados que le acompañan - la central nuclear de Fukishima - no tiene nada de poético).
ResponderEliminarSaludos, y un abrazo.
Curioso, la palabra de verificación que me salido es pangus, similar a pangea.
Algo fuerte, muy fuerte ha azotado a nuestro planeta. Y sin embargo, aquí, en nuestro rinconcito planetario, lo vemos como si la cosa no fuera con nostros. Y yo me pregunto qué es eso de conciencia planetaria...
ResponderEliminarUn abrazo.
La tierra tiembla, la tierra grita, a veces me pregunto... ¿estaremos haciendo las cosas mal? ¿qué está pasando?
ResponderEliminarNo somos dueños de nuestro destino, no somos nadie, el dolor asola hoy a los japoneses, unámonos y solidaricémonos por ellos.
Un beso.
Me gustan mucho las palabras q has puesto de Fermín Gámez, no pueden ser más ciertas. Cualquier día dejaremos de ser inquilinos, nos quedaremos sin Tierra q pisar.
ResponderEliminarBesoss!
Para quien desee comprobar lo "airada" que puede estar la tierra, se puede dar un paseo por aquí:
ResponderEliminarhttp://matiascallone.blogspot.com/2010/06/el-desastre-del-pantano-de-alquitran-en.html
Si quiere ver la dimensión. Un paseo por Google Hearth. Solo hay que poner en buscar: Fort McMurray . Quien lo iba a decir de Canandá
Tambien nosotros tenemos lo nuestro. La minería a cielo abierto en el norte de la provincia de León. Para llorar.
A TODOS:
ResponderEliminarMuchísimas gracias por vuestras aportaciones, siempre enriquecedoras.
Buen fin de semana y un fuerte abrazo
El haiku es excelente, como sabes bien, y cómo seguro te han dicho todos antes que yo. Leerlo ahora, después de dos años del desastre lo hace parecer menos desgarrador, lo reconozco, e incluso, en su momento, poco podría haber añadido a lo que dice Fermín Gámez, a quien admiro y respeto profundamente como escritor, aunque me duele verle tan obsesionado con la "bazofia" que se publica en los blogs, en lugar de seguir deleitándonos con su veradero arte, del que la mayoría tenemos mucho que aprender.
ResponderEliminarBesos