La vida cotidiana está llena de momentos graciosos y torpes. Desde quedarnos dormidos hasta tener que correr para llegar al trabajo, etc. Son esos pequeños errores y confusiones los que nos hacen reír de nosotros mismos y nos recuerdan que el humor está en las cosas simples de la vida.
Reírnos de nosotros mismos es rejuvenecer.
ResponderEliminarUn abrazo.
No tengo la menor duda. A reírse...tocan
EliminarTotalmente de acuerdo el humor es un buen antídoto contra esos contratiempos:)
ResponderEliminarUn abrazo
Veo que nadie discrepa de esta idea.
ResponderEliminarOtro abrazo para ti, Bertha
Y tanto.. ¡ qué sería de nosotros sin esos momentos! sobre todo aprender a reirnos de nosotros mismos, en mi caso cien veces al día, porque soy tan desastre que no dejan de pasarme cosas que mejor no cuento, porque son para internarme en un mancomio directamente, pero en fin, como soy así desde que nací, ya estoy más que acostumbrada; ) Un beso grande LUIS ANTONIO!
ResponderEliminarEres un tanto exagerada, pero muy graciosa. No cambies.
ResponderEliminarBesos, estimada María