Siento cierta admiración y debilidad por algunos
personajes históricos. Alejandro Farnesio es uno de ellos (Roma, 1545 - Arras,
Francia, 1592) Duque de Parma y militar al servicio de España. Era hijo de
Ottavio Farnesio, duque de Parma, y de Margarita de Parma, hija natural
de Carlos V. Siendo adolescente pasó a la corte de España, donde se educó;
en 1565 casó con la princesa María de Portugal, nieta de Manuel I de
Portugal. Como militar al servicio de la Corona española, destacó en la defensa
de las posesiones hispanas en los Países Bajos.
En 1571 participó, como lugarteniente de don Juan de
Austria, en la decisiva batalla que la flota de la Liga Santa sostuvo en
Lepanto contra la turca. Seis años más tarde, don Juan de
Austria (que era por entonces gobernador de los Países Bajos) lo puso al
frente de los tercios de Italia, con los cuales emprendió la campaña de
Flandes. Alejandro Farnesio derrotó a los sublevados en Gembloux y recuperó las
provincias católicas meridionales.
En 1578, Felipe II confirmó la decisión tomada poco antes de morir por su hermanastro, Juan de Austria, de nombrar a Alejandro Farnesio gobernador de los Países Bajos. En el desempeño de este cargo, sus tropas ocuparon Maastricht y negoció con los católicos valones el tratado de Arras (1579), por el cual se confirmaba la vigencia del Edicto Perpetuo firmado dos años antes, que establecía, entre otros puntos, el reconocimiento de Felipe II como rey, el mantenimiento de la religión católica en todos los estados generales y la retirada de los tercios españoles de los Países Bajos.
Guillermo de Orange, líder del bando protestante, constituyó por su parte la Unión de Utrecht, que reunía a las provincias del Norte, las cuales proclamaron como gobernador a Francisco de Alençon, duque de Anjou, en 1581. Tras el fracaso de las negociaciones mantenidas en Colonia por las facciones católica y protestante, se reanudaron las hostilidades.
Farnesio, que se había negado a ceder el poder político a su madre, según el deseo de Felipe II, no pudo mantener el sitio de Cambrai y cedió Amberes al año siguiente. La larga guerra que siguió, durante la cual murió Alençon y fue asesinado el duque de Orange, concluyó en 1585 con la ocupación de Bruselas y Gante y la recuperación de Amberes por las fuerzas de Farnesio, lo cual supuso la incorporación de Flandes y Brabante a la causa de las provincias del Sur.
En 1586, al morir su padre, heredó los ducados de Parma, Plasencia y Guastalla, pero cedió su administración a su hijo Ranuccio para continuar en Flandes. Un año más tarde se enfrentó con éxito a una fuerza inglesa mandada por el duque de Leicester, que había acudido en ayuda de la Unión de Utrecht. Sin embargo, el desastre de la Armada Invencible debilitó su posición y comprometió el poder español en la zona. Aun así, en 1590 pasó a Francia en ayuda de la Liga Católica y derrotó al ejército de Enrique IV en la batalla de Ligny, después de haberlo obligado a levantar el asedio de París.
Inmediatamente después debió acudir en auxilio de Nimega, sitiada por las tropas de Mauricio de Nassau. Tras liberarla, las hostilidades continuaron extendiéndose en los distintos frentes y cada vez se le hizo más difícil mantener los territorios, dado el agotamiento de sus tropas y el mayor peso de la ayuda inglesa a los rebeldes. En 1592, su ejército liberó Ruán, cercada por el ejército francés de Enrique IV, al que venció de nuevo en la batalla de Aumale, con lo que aseguró el abastecimiento de París. Poco después regresó a Flandes, donde falleció a consecuencia de las heridas recibidas en el combate de Caudebec, librado contra los ejércitos franceses.
Bibliografía:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena.
«Biografia de Alejandro Farnesio». En Biografías y Vidas. La
enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004.
en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/f/farnesio.htm
Hay dos tercios
ResponderEliminarde la Legion que
llevan su nombre,
y el de su
lugarteniente, este
ultimo tercio, estuvo
en Fuerteventura ,
ahora en Viator.
Gracias por tu información, Orlando
EliminarUn personaje que no he tenido nunca en cuenta y sin embargo tiene un insuperable pasado. Leeré el enlace que nos pones.
ResponderEliminarGracias
Yo también lo he descubierto hace poco.
EliminarBuenos días Luis Antonio:
ResponderEliminar-El comentario acerca de este ilustre personaje, se me ha quedado en "La expulsión de los moriscos"la entrada anterior:((
No se el motivo pero algo he podido hacer mal .
Un abrazo y disculpa mi metedura de pata.
No hay problema. A veces pasan estas cosas a cualquiera. Nada que disculpar, Bertha.
EliminarAbrazos
Gracias por dejar estos enlaces,
ResponderEliminarDe nada
EliminarEs curioso con la cantidad de ilustres ciudadanos que ha dado este país hay otra cantidad de imbecile, más ruidosa, más gritona, más mezquina y más estéril que se empeñan en ocultarlos, ningunearlos o vejarlos. Siempre las latas vacías dieron más ruido. Otra cosa son los reyes que hemos sufrido, que eso es otra cosa.
ResponderEliminarUn saludo.
Dicen que "de todo hay en la viña del Señor"
ResponderEliminarSaludos Daniel F.