jueves, noviembre 06, 2014

EL OTOÑO: ANDANTE MELANCÓLICO QUE PRECEDE AL ADAGIO DEL INVIERNO.






Me gusta pasear  entre estos vetustos chopos cabeceros pisando con cautela 
el tapiz que conforman las hojas  derramadas (Aliaga.- Teruel)


¡Cómo me seduce el otoño! Los árboles se disputan el mejor color y se desnudan lúbricos de sus adornos de colores calientes, marrones claros y oscuros, ocres, rojos, lilas, amarillos y naranjas... Quieren lucir las galas ocultas de su espíritu y morir inmolados antes de que llegue el invierno con sus fauces gélidas y su noche interminable. Hay quien dice que la impúdica desnudez de los árboles se debe a la ausencia de hojas que se deshacen para abrir espacio futuro a los ávidos retoños que pintarán de verde el blanco de los ámbitos invernales. Se dicen tantas cosas...Sólo los científicos coinciden en la explicación de estos misterios y se expresan con palabras prosaicas como clorofila, síntesis, pigmentos carotenoides y autocianinas... Me hastío y me pierdo entre la bruma de tecnicismos tan letales. Los que aun soñamos quimeras hablamos de paisajes que se tiñen de nostalgias, de cantos de victoria al sacrificio, de silbidos quejumbrosos del viento que va tocando un arpa mágica en las cuerdas de las ramas desoladas... El otoño es el silencio de flores que recogen sus pétalos. Me encantan las múltiples metamorfosis que se palpan en la acuarela de los parques, en los jardines, en las riberas de los ríos Miravete y La Val, en la Masada Romero, bajo el  puente de la Porra... Me conmueve la hoja errante que me roza la sien cuando cae sobre el tapiz de la tierra. El lamento quejumbroso de esos chopos cabeceros del Cascajar que parecen gigantes venidos de Cornualles, pero con alma tierna y corazón hueco donde nos escondíamos de niños. Las mañanas luminosas y los atardeceres cortos. El cielo intensamente azul más allá de las copas de los chopos con las últimas hojas, más allá de la cruz del castillo sanjuanista que duerme el sueño de los justos impertérrito y todavía con guedejas de altivez caballeresca... Ese color rojo encendido del horizonte, como si fuera una hoguera que prende Dios para ponerle ritmo a su creación. El otoño es un precioso punto final a la travesía de un día que muere con heroísmo ante la noche intensamente oscura, precoz y tenebrosa.

Dicen las leyendas de los indios del este de América del Norte que es en otoño cuando los cazadores celestiales matan el Gran Oso, la sangre del cual cae goteando sobre la tierra y tiñe de rojo las hojas de los árboles. Y cuando estos cazadores se reunen para cocinar la carne de la bestia, la olla se derrama y el caldo cae sobre las hojas, confiriendo un color amarillo.

El otoño es pausa para la meditación...Una fresca tarde otoñal es una canción que se ve, es la revelación del gran secreto de la brevedad de la vida. Nacemos y somos cálidos como el verano, envejecemos y somos pálidos como una hoja de otoño, morimos y somos el espejo del invierno. El otoño es el intermedio entre el pasado del calor y el frío de los finales. Es la estación que nos hace gozar el recuerdo de las flores y nos prepara para el vacío del adiós pasajero o quizás definitivo.

No puedo disimularlo. Me encanta el otoño porque lo comparo con mi propia vida. Una vez tuve la ingenuidad de la primavera, el calor y la altivez del verano, ahora soporto agradecido el recio peso de los años y me acerco silencioso y confiado al encuentro final con el invierno. Después, igual que el mundo en el que vivo, me pregunto con zozobra si me llegará otra primavera con sonrisas en los jardines floreados o la incertidumbre  se transformará en olvido... Pero mientras tanto, lo vivo como dice esa genial escritora francesa, George Sand (1) “el otoño es un andante melancólico y gracioso que prepara admirablemente el solemne adagio del invierno”


(1) Seudónimo de Amandine Aurore Lucie Dupin

24 comentarios:

  1. Muy entrañable este adagio al otoño.Comparto contigo esa sensación de sosiego que te produce el otoño.Aunque odie madrugar, pero esas mañanas que ya comienzan a desafiar al Rey me hacen bien y me gusta ir caminando al trabajo, la mayoría de las veces solo por sentir esa sensación.Con paraguas también todo hay que decirlo:creo que son las nostalgias de mí infancia: porque donde resido habitualmente las primaveras son eternas y, aveces necesito sentir esa sensación de que el otoño esta ahí.

    Un abrazo Luis Antonio.

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    1. A decir verdad, lo que realmente me seduce del otoño es la muda con que se engalana la naturaleza, sobre todo los bosques...

      Abrazos, Bertha

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  2. A mi también me encanta el otoño, pero tengo que decir que este otoño no lo he disfrutado, ha habido mucha lluvia y días grises con lo cual me he sentido como el tiempo exterior.
    Muy bonito escrito.
    Un abrazo.

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    1. Aquí se ha retrasado bastante. Hasta hace una semana, las playas del Mediterráneo seguían teniendo muchos adeptos.
      Gracias

      Un abrazo, Mari-Pi

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  3. Cierto. Ahora es el momento de pasear por el bosque, que no queda tan lejano.
    El otoño es mi estación preferida.
    salut

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    1. Pues ya tenemos algo en común, además del afecto por la ciudad condal.

      Salut i força

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  4. Me ha encantado esta prosa otoñal con la que nos has llevado de la mano por ese pasear entre colores rojos y cobrizos mientras nos cuentas la historia de esos indios capaces de ver más allá de lo simple.
    Tú también lo haces y rescatas la metáfora otoñal para cubrir los años de tu vida, que como la de todos, pasa por diversas estaciones y colores.
    Así pues, tras leerte, me gusta más saberme en el otoño de mi vida, en esa edad intermedia entre aquella primavera que pasó y el invierno que sin duda ha de venir.
    Mi aplauso sincero y mi admiración, Luis Antonio, porque escribas lo que escribas, te sale genial.
    Besos.

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    1. Muchísimas gracias, Marinel. Tengo en mucha consideración lo que expresas. Mi vanidad, por las nubes...

      Besos

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  5. El otoño es la primavera de los pensadores, los bosques se renuevan, hay cantidad de especies que florecen y dan frutos en otoño y es la prueba fehaciente del desmesurado valor que damos a primavera, una cosa que nunca he llegado a entender.

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    1. El hecho de que denomines al otoño "la primavera de los pensadores" realza más, si cabe, la admiración y afecto que despierta la primavera, ¿no?

      Saludos

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  6. El texto es hermoso pero el párrafo final es antológico. El otoño tiene algo de placer adulto, nos hace ser conscientes del tiempo y nos ofrece un remanso para la propia introspección.
    Saúde

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    1. No sé si prefiero al amigo adulador o al Dr. sarcástico... Los dos me agradan.
      Muchas gracias.

      Un abrazo

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  7. El Otoño es una estación de renacimiento. Muchas cosas se renuevan. Las ideas florecen como en primavera.
    Añoro el otoño porque donde vivo es una eterna primavera.

    Abrazos
    CArlos

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    1. Me encanta el Renacimiento y el otoño y que compartamos esos afectos.

      Un abrazo, Carlos

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  8. Bella tu prosa poética sobre el otoño, llena de colorido y sentimiento. Mereces un invierno igual de bello que el otoño que describes, igual que el verano y primavera que describieras y vivieras en su momento. Me quito el sombrero ante vos, malabarista de la expresión.

    Abrazos y besos otoñales.

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    1. ¿Te he dicho que te quiero?

      Abrazos y besos a go-gó, estimada Angie

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  9. Te encanta el otoño y haces que aprendamos a amarlo.

    Me quedo con su colorido; pero sigo prefiriendo la primavera y el verano...

    Ha sido muy interesante leerte e instructivo también.

    Muchos besos

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    1. Prefiero que el amor se reparta entre todas las estaciones. Así no tendré tantos celos a los que quieran compartir el mismo afecto.

      Besos, Sakkarah

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  10. Qué preciosidad de texto has escrito LUIS ANTONIO, se nota que eres de tierra de bosques, creo que el otoño es la estación por excelencia de los bosques en ninguna otra época del año están tan bonitos. Todas, absolutamente todas las estaciones tienen su encanto, como en la vida, hay tantas primaveras como uno quiera y pueda sentir, no lo dudes, todo está en el cerebro, ni en le cuerpo ni en el calendario.

    A mi me ha costado mucho ver la parte hermosa del otoño más allá de los ocre y dorados del paisaje, sin duda mágico o el caminar sobre hojas. Siempre he llevado mal la llegada de las lluvias, el mal tiempo y sobre todo y más que nada los encierros obligados que esta época y el invierno traen consigo... si el otoño fuera de cielos azulados como tú dices, nunca me apenaría el fin del verano, lo que extraño en otoño e invierno es la falta de luz, extraño la luz del sol física y anímicamente, no su calor... las bombillas nunca son igual... menos mal que siempre tenemos luna:))

    Y mira,como creo que nunca te he dejado música, aprovechando que mencionas a la novia de Chopin te dejo una que es de ritmo perfecto "andante ma non troppo" ( es mi ritmo, vaya! que me encanta, no el de la obra :-) PARA TI

    Muuchos besos y montones y montones de hojas doradas para que te dejes caer de espaldas en ellas :-)



    PD
    Iba a dejarte el revolucionario por lo de mañana pero mejor no, que todo discurra en paz, seguro que será así. Todo lo mejor para Cataluña este otoño y siempre.

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    1. Lamentablemente, la belleza del otoño decrece con la proximidad del invierno...Pero eso no es ninguna novedad. El transcurrir del tiempo deja la impronta que deja...

      Conozco "Andante ma non troppo" de Chopin y me encanta tener algo más en común contigo. Cada vez que la escuche, me acordaré de ti y para tenerte presente, la volveré a escuchar...

      De momento, todo está transcurriendo sin incidencias relevantes. Y la participación, mejor de lo esperado. Gracias por tus buenos deseos.

      Muchos besos, María, y ahí te mando una alfombra otoñal para que camines sobre ella o vueles...

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  11. Gostei do post.

    Que tudo corra sem drama hoje na Catalunha !

    Bona nit

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    1. Muchas gracias por tus palabras y buenos deseos, Sao (no encuentro el signo que colocas sobre la vocal "a"...)

      Feliz domingo y un abrazo

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  12. Me ha gustado mucho tu texto, ágil en la palabra, lúcido y brillante sobre el tapiz de colores del otoño donde el ocre predomina, y vestido de metáforas que le dan una dimensión de poética bucólica e impresionista... ojalá yo lo viera así, o por esta Castilla que habito fuera así... a mí el otoño me derrota, creo que en mi subconsciente hay connotaciones no superadas... no sé muy bien qué me pasa pero el ánimo se me viene abajo y la apatía me inhibe más de lo que sería deseable... del invierno ya ni te cuento...

    Los árboles se despojan de sus hojas (los caducifolios), según dicen los que saben, por economía... ¡qué jodida economía! está en todos los sitios... bueno, la madre naturaleza es sabia y creo que la conciencia vegetal es superior a la animal...

    Me alegro por ti, me alegro de que tú tengas esas sensaciones y disfrutes con el otoño y que extraigas del paisaje esa bella imprensión que magistral y poéticamente nos trasladas.

    Yo sobre el otoño no hace mucho escribía esto (perdón por la tristeza):

    Llega el otoño
    y se me cae el ánimo,
    hojarasca de este débil árbol
    que tiembla con el viento,
    humus sobre las nostalgias
    que anidan dentro de mi alma...


    Llega el otoño
    y se me cae el ánimo
    y con él todos mis credos,
    y hurgo en mi memoria
    abstraído en los recuerdos,
    y hurgo con mis torpes dedos
    en todas las heridas
    que aún no ha cerrado el tiempo,
    y no encuentro motivos ni respuestas
    que expliquen lo que siento,
    aunque tal vez mi razón,
    y su instinto de conservación,
    nieguen partidas (de marchar y de "jugar"),
    ausencias y temores
    que, clavados en el corazón,
    podrían alimentar mil huracanes...

    Llega el otoño
    y se me cae el ánimo,
    y viéndolo en el suelo,
    derrotado y quieto,
    cualquiera diría que está muerto...

    Llega el otoño
    y se me cae el ánimo
    porque el verde de los prados
    es ya un recuerdo
    que huele a humus eterno...

    Pero vendrán más primaveras
    a rescatarme de este duelo,
    porque hay gotas de lluvia
    pendiendo de las nubes
    que en un picado vuelo
    ¡bendita gravedad!
    llegarán al suelo
    a dar vida y consuelo
    a todo lo sembrado.


    Pero bueno, espero ir aprendiendo a extraer de él lo bueno que pueda darnos... hace poco he leído una frase sobre el otoño que me ha gustado, no sé de quién es, pero tiene su aquel... dice así: "Del otoño aprendí que aunque las hojas caigan, el árbol sigue de pie" ... los años nos van enseñando a criar corteza y a soltar lastre "caduciinútil"... y a administrar las luces y las sombras con mejor aprovechamiento... yo, como María, necesito luz y calor... pero después de leer tu magnífico texto miraré el paisaje otoñal con más benevolencia...

    Un abrazo

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  13. Quizás tendría que matizar más. Cuando digo que me encanta el otoño estoy pensando en la metamorfosis que experimenta la naturaleza, sobre todo los bosques...Si contemplaras las galas que luce el Montseny por estas fechas me comprenderías mejor. El relativo frío que conlleva aquí el otoño, junto al Mare Nostrum, casi llega a agradarme. Al menos, lo soporto mucho mejor que el calor húmedo...La disminución de las horas de sol no me agrada nada, ¿eh?

    Siento que te decaiga el ánimo. Como bien dices, vendrán más primaveras, retornarán las golondrinas y con ellas se renovarán las ilusiones....

    Del otoño de la vida prefiero no decir nada...No lo contemplo con los mismos ojos.

    Tengo curiosidad por saber de forma más concreta en qué lugar de Castilla te hallas. Con el nombre de la provincia me basta.

    Un fuerte abrazo

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