jueves, noviembre 20, 2014

¿HAY QUE MORDERSE LA LENGUA?

Siempre he pensado, incluso cuando era adolescente, que la impulsividad nos puede llevar a decir cosas que no diríamos si las pensáramos dos veces antes de abrir la boca. La prudencia, me decía, nos decían, es la virtud que nos permite controlar los impulsos primarios. La falta de reflexión, la impaciencia solo nos conduce al error y a la "metedura de pata". No ignoro que la prudencia no siempre se traduce en tener la certeza de que no hay equivocación posible, pero así y todo sigue siendo una fiel aliada. Tampoco desconozco que algún  precio hay que pagar cuando se ejercita esta supuesta virtud: pérdida de espontaneidad y naturalidad, etc. Siempre he creído también, y así lo he transmitido a mis alumnos más impulsivos, que hay que pensar antes de actuar y no actuar antes de pensar... Así nos lo enseñaba la doctrina socrática del "triple filtro", a la que he invocado tantas veces...

Si tan clara está la teoría como parece estarlo...

¿Por qué cada vez me arrepiento más de morderme la lengua?

22 comentarios:

  1. Me encanta ese triple filtro de Sócrates, que si utilizáramos, nos haría mucho bien en general.
    Sin embargo, desde mi siempre humilde opinión, la prudencia, que yo suelo asociar al temor, como todo en la vida, excesivamente, puede enroscarte en ti mism@ de tal manera que te aleje del resto.
    Considero fundamental ser prudentes en todos los ámbitos y en su justa medida, pero ésta, es sumamente difícil de conseguir y además, ¿qué me dices de la espontaneidad, de lo súbito, de ese pelín de inconsciencia, llámalo locura si quieres, que tiene la impulsividad?
    Ser permanentemente prudente es, desde mi punto de vista, algo aburrido e imposible, creo yo, claro.
    Besos y disculpa la perorata, es que soy así de impulsiva.
    :)

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    1. Veo, que como yo, también albergas ciertas dudas. Supongo que hay grados de impulsividad y de prudencia. Quizás ser testigo de determinadas espontaneidades alimenten mis dudas. Lo cierto es que no lo tengo claro y por eso lo propongo como tema de debate. Tomo nota de vuestras aportaciones y la duda es hasta qué punto las tendré o no en consideración....cuando llegue el momento.

      Besos, Marinel

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  2. mi buen amigo Luis Antonio, la juventud es fuego y el fuego se apaga y eso es virtuoso en una vida de pocas nueces y mucho ruido
    la reflexión viene con los años, ya no adolescemos de madurez y por fin podemos decir lo que sentimos
    pero cuidado, pensar mucho las cosas puede ser autocensura, un flagelo que nos convierte en espectadores privilegiados (de primera fila) del teatro macabro de tanta insensatez
    un abrazo
    cuando estés así de filósofo, escuchate algún tango de Julio Sosa

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    1. Atribuyo la prudencia de mi juventud a la timidez, más que al autocontrol...Supongo que las dudas que plantean determinados asuntos explican tales indecisiones que pueden traducirse en autocensuras no deseadas

      Conozco a Julio Sosa, aunque hace tiempo que lo tengo bastante postergado...

      Un abrazo, Omar

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  3. Yo de las cuestiones generales no callo... nunca.

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    1. Pero las cuestiones más concretas y de entornos más próximos son diferentes, ¿verdad?

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  4. Claro, ahora lo entiendo todo, Luis Antonio, tanto poner filtros y filtros no le quedó más remedio a Sócrates que salir con aquello de " yo solo sé que no sé nada" , ¡ es que no había forma de colarle una!

    Ahora en serio, en muchas ocasiones es necesario decir lo que uno piensa en el momento y lugar adecuados. La educación, la prudencia...etc. a veces nos hace esperar y reflexionar pero con frecuencia el hecho se diluye, no has dicho nada y el otro entiende tu silencio como le da la gana, total, que te la devuelven doblada.

    Otra cosa es el cotilleo, para el cotilleo tres filtros me parecen poco. Esto lo llevo yo a Tutoría, aunque me dan más guerra los padres que los alumnos, ya el la reunión de principio de curso estuve a punto de decirles que hablaban más que sus hijos. Está muy de moda hacer grupos con el whatsApp, hablan lo que les parece y a mí me quieren meter por medio. Lo del whatsApp es a los padres lo que el móvil a los niños. Menudo lío.

    Muchos besos.

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    1. Cuando tengo claras las cosas, no me muerdo la lengua. Eso sí, siempre procuro evitar exabruptos y vulgaridades al uso...Creo que son las dudas, más que el miedo y los prejuicios, las que me exigen un ejercicio de prudencia. Cuando observo a compañeros de docencia que comentan confidencias que les han hecho sus alumnos directamente a través de sus redacciones opto por la no intervención o por desaparecer de su entorno...No lo soporto y no estoy seguro de que esta actitud sea la que procede...

      Besos, Angie

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  5. Yo, que soy impulsiva y mal que me pese moriré así! he aprendido a domesticarme, no del todo pero ahí estoy. Es cierto que los arranque irreflexivos, casi siempre son un error o por el fondo o por la forma, ojalá siempre consiguiéramos mantener la calma necesaria para pensar antes de hablar, confieso que a mi me cuesta un mundo. No tengo prontos de esos llenos de genio, pero me cuesta mucho no decir lo que pienso, esa es mi cruz. Intento decir las cosas de la manera más suave y menos molesta que sé, pero lo que no gusta escuchar, se diga como se diga no gusta.

    Sin embargo a veces es casi tan necesario hablar y decir lo que hay que decir como callar... lo difícil es saber cuando toca una cosa y otra, como dice ANGIE, incluso se malinterpreta el silencio. El mío como es casi inexistente lo interpretan como que estoy enferma:-)

    Pobre Sócrates, a pesar de ser tan sabio y ecuánime se lo cargaron.
    Renegamos de la mala gente pero anda que no nos cargamos a buenos! él lo fue tanto que se bebió la cicuta sin rechistar! ..ya no quedan Sócrates.


    Porca miseria!! jaja ( léases agitando las dos manos en el aire con los dedos en forma de pico de pato :-)


    Muuuchos muchos besos y vake! me contendré por que eres tú! :-)

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    1. Quizás porque he hablado cuando no tocaba, me haya vuelto un tanto prudente...

      A veces soy contradictorio: veo a un ciclista que se salta el semáforo en rojo y le digo "incívico" o algo similar. Nunca insulto... Escucho a compañeros criticar a alumnos y me callo o me marcho a pesar de que lo que me pide el cuerpo es "cantarles las cuarenta". Luego reflexiono y me reprocho haber optado por el silencio... Los silencios no siempre otorgan, a veces son harto expresivos...

      A nuestro alrededor, a nivel de microcosmos y a nivel más universal, hay tantas cosas que exigen respuesta y tantas dudas de que estas sirvan para algo que acabas "mordiéndote la lengua" porque de lo contrario estaría sangrando continuamente...

      A veces envidio a las personas que permanecen insensibles ante tanto desafuero. Otras les reprocho tamaña indiferencia...¿En qué quedamos? En lo de siempre: dudas, inseguridades y falta de confianza en que clamar sirva para algo.

      Al final de tu comentario dices que te contienes. Imagino de qué se trata. Sé coherente con tus principios y no te ahorres....lo que sea.

      Muchos besos, María

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  6. Socrátes y su respeto por todo y por todos:malos tiempos estos para esta frase.

    Estoy de acuerdo que se tiene que ser reflexivo y cuanto menos muevas la sin hueso mejor pero a veces no queda otra que decir las cosas en su tiempo real porque puede hacer mucho daño un silencio: como decir las cosas irreflexivamente.

    Termino medio y sobre todo respeto -No hagas a nadie lo que no quieres que te hagan a ti.

    Feliz fin de semana profe:)

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    1. Tienes toda la razón del mundo, pero no es fácil distinguir cuándo procede hablar o callar...Ahí está el problema que genera tantas dudas.

      Y lo del término medio, qué bien queda, pero que complejo es su hallazgo, ¿no?

      Un abrazo, estimada colega

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  7. Tu problema es que crees demasiado en la razón como una especie de gran motor que agita y conduce todo lo demás. No es cierto, la razón vive rodeada de emociones y lo que la razón exige las emociones lo descartan.
    Son las emociones las que hacen a uno hablar antes de pensar si es que alguien es tan racional como para hacer siempre lo contrario cosa que dudo, y son las emociones las que te hacen sentir que te has mordido la lengua más de lo debido. Lo curioso es que son también son las emociones las causantes de que antes te la hayas mordido.
    Un abrazo

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    1. Creo en la razón y lo que me desespera es verificar una y otra vez lo impotente que resulta su ejercicio ante los sentimientos, las emociones, la fe, las creencias en general...de los demás.

      Estoy de acuerdo con las contradicciones que atribuyes a las emociones...

      Por supuesto, como todo humano, también me muevo entre las cuerdas que te tiran hacia un lado y las que lo hacen hacia el contrario....

      Gracias por la luz que das a mis incertidumbres.

      Un abrazo, amigo Krapp

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  8. Es buen razonamiento, sin duda alguna evitaria muchos desentendidos que conducen a considerar contrario a alguien tan solo por lo que de él expresan otros, sin ni siquiera escucharle.

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    1. De Sócrates solo se puede hablar bien. Lástima que no todos lo vean con los mismos ojos...

      Saludos

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  9. Lo de morderse la lengua es un arte complicado y en ocasiones doloroso. Tal vez llegó el momento de que dejes de hacerlo en según que lugares, lo notarás si se te van revolviendo las tripas. Yo lo noto pero soy incapaz de dejar hablar a la mía. Un beso

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    1. Admiro a la gente que sabe hablar claro y con oportunidad. Conjugar ambas cosas no es tarea fácil.

      Besos, Anabel

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  10. " Un Crack".usando la jerga de hoy en día.
    Buen post.
    Un saludo. elperroverde

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    1. Supongo que te refieres a Sócrates...

      Saludos y gracias

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  11. Yo soy muy impulsiva...

    Quizá el impulsivo siempre actúe sin malicia, porque no da tiempo a dobleces... Pero si es cierto es que la palabra lanzada no vuelve, y que es fácil que podamos dañar con ella.

    Muchos besos.

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