¿Quién no ha visto esta fotografía alguna vez en su vida? La tomó Alfred Eisenstaedt y se publicó en portada de la revista LIFE el 14 de agosto de 1945. La fotografía es su obra más conocida y pasó a la historia como “El beso de Times Square”. La interpretación que hice la primera vez que la contemplé hace ya muchos años era lógica: un marinero celebra el final de la II Gerra Mundial en pleno centro de Nueva York besando apasionadamente a su pareja. Y la enfermera, rendida, se abandona plácidamente en los brazos del fornido “popeye”... Los testigos de esta singular escena, icono de la fotografía desde entonces y el más famoso de los besos famosos, los observan con sorpresa, curiosidad, comprensión y alguna que otra sonrisa.
La semana pasada volví a encontrarme con esta fotografía y decidí indagar sobre ella. Si lo obtenido de internet es fiable – lo digo con toda la prudencia del mundo – resulta que el marinero y la enfermera no eran pareja. Ni tan siquiera se conocían...
En la fecha mencionada del 14 de agosto de 1945, conocida como V-J Day (Victory over Japon Day), Japón se rindió a las tropas aliadas, acto que puso fin al conflicto más sangriento de la historia universal. Se anunció en el letrero luminoso del Times y, en un estallido de júbilo, la gente eufórica se tiró a las calles a celebrarlo y Eisenstaedt pudo capturar este momento, convertido en sinónimo de la felicidad y de la espontaneidad.
La enfermera, de nombre Edith Shain, identificada a finales de los años setenta, escribió al fotógrafo para decirle que ella era la protagonista del momento épico, que en aquella fecha tenía 27 años, trabajaba en el Doctor`s Hospital de Nueva York y también manifestó: "El muchacho me agarró y yo cerré los ojos. Le dejé besarme, porque había estado en la guerra, luchando por todos nosotros, y me sentí feliz de hacerlo. Después me dejó sola y me marché"
Del marinero, después de muchas controversias, finalmente se supo que es un veterano de guerra llamado Glenn McDuffie, quien se encontraba esperando el metro cuando supo de la noticia y, en medio de la euforia, besó a Edith. Pasó mucho tiempo intentando probar que era él quien aparecía en la foto, hecho que sólo se pudo corroborar luego de muchos estudios, pues no pocos se han venido atribuyendo ese beso...
De aquel feliz episodio y desde 2004, año tras año, cientos de parejas rememoran el mítico beso en el mismo lugar de la Gran Manzana en un acto organizado por Times Square Alliance, una organización sin ánimo de lucro.
No sé si simboliza la alegría por la paz o la alegría por la victoria. Me gustaría pensar en lo primero.
ResponderEliminarEs raro que en la búsqueda de noticias relacionadas con ésta fotografía no tengas ésta:
ResponderEliminarhttp://www.elpais.com/articulo/cultura/ESTADOS_UNIDOS/LIFE_/REVISTA/falso/beso/sueno/americano/elpepugen/19960823elpepicul_9/Tes
Al ver tu comentario, recordé que en tiempo habia leido algo relacionado con el famoso beso.
En el márgen tambien está la noticia del fallecimiento el año pasado de la protagonista. Tenia 91 años.
Saludos Luis Antonio.
A mí se me ocurre que deberíamos besarnos más entre desconocidos.
ResponderEliminarEl beso de París, el beso de Nueva York ¿realmente importa si fueron verdad o ficción?
ResponderEliminar¿A quien retrató Goya en los fusilamientos del 2 de Mayo?.
Luego un montón de historiadores y periodistas todos serios intentando desvelar la verdad. Como si esa verdad fuera más poderosa que la emoción.
La verdad está ahí en esos instantes milagrosos que nos dicen tanto 70 años después. Todo lo demás es farfalla biográfica.
Subscribo punto por punto el comentario de Krapps... La emoción, el momento, es lo realmente importante.... Lo que impulsó a ese chico a besarla y a ella a seguirle.
ResponderEliminarUn beso y buen finde, Luis
Interesantísima información. Gracias.
ResponderEliminarLo raro es que los protagonistas no le pidieran nada al fotógrafo... tal como son los americanos...
un abrazo
Tan explosivo, ese beso, como en Hiroshima y Nagasaki...
ResponderEliminarLa anecdota está bien narrada, pero estos soldaditos no son de mi gusto.
Saludos para vos
A Juan Navarro:
ResponderEliminarComparto tu gusto.
Saludos
Hizo falta tal vez una guerra mundial, infinitos padecimientos y sinsabores, además de la paz y la victoria -que van unidas- para entender la intensidad de la emoción de que surge ese beso que quedó detenido en el tiempo. Saludos.
ResponderEliminarA Benjamìn:
ResponderEliminarLeí el artículo que mencionas y otros que lo cuestionan. No son pocos los exmarineros que se han atribuido el protagonismo de ese beso legendario. Sin embargo, parece ser que la identidad de la enfermera - Edith Shain - está bastante probada así como las palabras que he recogido en la entrada en las que manifiesta que fue un hecho casual y espontáneo.... Yo, aunque sin fundamento riguroso, me quedo con su versión porque es la ...más bonita. Y parece ser que la identidad de ella no se ha cuestionado...
Gracias, una vez más, por tu colaboración, Benjamìn.
Saludos
A Pedro Ojeda Escudero:
ResponderEliminarEstoy contigo, pero todavía perduran muchos prejuicios sobre besos, abrazos contactos físicos fuera de los límites que marcan cánones rancios, ¿no?
Al Dr, Krapp y Novicia Dalila:
ResponderEliminarEs verdad que la esencia de la foto es lo que transmite al espectador, sin más, pero cuando ésta se convierte en icono y este hecho provoca debates sobre si es un montaje, un beso de amor o espontáneo...la valoración que hacemos del mismo varía...
Yo no tengo ninguna certeza de cuál es la verdad, claro está, pero si descarto la idea de que fue algo natural, casual y espontáneo, las otras versiones no me dicen nada...
Feliz "finde" para ambos...
A De cenizas:
ResponderEliminarQuizás quedaron un tanto turbados, ¿no?
A Omar(enletrasarte):
ResponderEliminarA mí tampoco me agradan los uniformes militares y policíacos, sobre todo los de la...Gestapo.
Saludos.
A Joselu:
ResponderEliminarMe gusta tu comentario.
La de escenas de besos que vamos a ver cuando el mundo cambie, sea mas humanista y menos mercantidista. Creo que se van a llenar muchas paginas con fotos en la web.
ResponderEliminarUn gran abrazo y cordial saludo Luis antonio
P.D. ¿soy muy ingenuo, quizás?
A Héctor Aguilera:
ResponderEliminarMe apunto a la ingenuidad antes que al escepticismo crónico.
Encantado de recibirte en este espacio, Héctor
Un abrazo
Leí esta entrada el otro día pero no pude comentar, me fue imposible.
ResponderEliminarA mí lo que me llama la atención es la pose de la chica, ni que hubiera ido a pachas con el fotógrafo.
Y otra cosa que me sorprende es que no hayas comentado sus piernas.
Kisses.
A Angie:
ResponderEliminarGanas de hacer referencia a sus piernas no me faltaron. Expresan mucho y bueno...
Besos
Fotografía mítica como pocas. No cabe duda que un final de guerra hace que la gente se una. ¿Y que mejor que besar al primero que encuentras? Lola
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