Ayer, aunque ya en la urbe, el eco del tañido luctuoso de las campanas del pueblo me obligó a llevar a cabo un viaje, imprevisto, precipitado y largo. Diez horas de coche entre ida y vuelta. Una más de las habituales por culpa del colapso que encontré en las Rondas al retornar a la ciudad condal.. Ya se sabe, en la víspera de la Diada, “espantada generalizada...” (odio la rima en “–ada” porque es cacofónica, fácil y ordinaria). Durante el trayecto de ida y vuelta, la emoción contenida, el calor de los abrazos rotos y los sentimientos confundidos me distrajeron del entorno de tal manera, que sólo hice un parón en Alcañiz para repostar. Ni siquiera saludé al castillo de la Orden de Calatrava, hoy Parador Nacional, que se alza altivo sobre el casco histórico de este pueblo, el único populoso del Bajo Aragón. Me seduce toda suerte de castillos, íntegros, ruinosos y hasta restaurados. Cuando sea mayor y millonario me compraré uno.
Me gustaría poder expresar las emociones que nos provoca la ausencia imprevista y definitiva de un amigo, del vacío que nos embarga, de lo solos que parecemos quedarnos... Mi espíritu, fruto de una educación anticuadamente espartana, se opone a dar cauce libre a estos sinsabores que te embargan. Hay que ser recios en las desventuras nos decían y nos ponían el ejemplo del valor y reciedumbre que representó Guzmán el Bueno, señor de Sanlúcar de Barramada, que llegó a arrojar desde las almenas un puñal a los sitiadores para que mataran a su propio hijo, antes que rendir la plaza que defendía...
Según esa estúpida educación, pretenciosamente preñada de valores, dar cauce libre a las emociones y a los asomos de llanto que afloran serían signos de debilidad impropios de un hombre, aunque naturales en la mujer. Ya se sabe... Y por otro lado, por si ese lastre que te hace enmudecer fuera poco, también tengo la convicción de que todo sentimiento formulado o expresado con palabras o con lágrimas es siempre una simplificación. Mejor, me los guardo en lo más hondo. Aunque me corroan...
Esta noche he dormido como un lirón, pero no más de las ocho horas acostumbradas. He ido a mi biblioteca favorita a por el libro que había solicitado – “On Chesil Beach” de Ian MacEwan - y que me recomendó mi amigo bloguero turolense, A.C. El tema de la obra, me dijo, está dirigido tanto a apologetas como a detractores del “Mayo del 68”. Tengo tanta fe en A.C. que sigo sus recomendaciones a “pies juntillas”. Pero resulta que la Biblioteca J. F. está cerrada por culpa de la Diada... Retorno a casa cabizbajo, taciturno y frustrado. Como sólo encuentro abiertos el quiosco de prensa y una frutería de “pakis”, opto por comprar un melón, mejor dicho, una melona (1) ) y paso de la prensa. Al cuerno los actos institucionales de la Diada y de las acostumbradas broncas en la ofrenda floral al monumento de Rafael Casanova; me importa un pito que este año apenas ondeen “senyeras” en las casas de mi calle y que algunos políticos, aun siendo republicanos, babeen por el modelo separatista de Québec (2)) ; quiero aislarme de esas noticias monotemáticas que nos salpican de un tiempo a esta parte; me trae sin cuidado – y esto sí que es grave – que F. Alonso alcance o no la "pole" y que luzca un sol que invite a despedirse de la playa... Hoy toca caos mental, descanso, añoranzas, sentimientos encontrados y... melona .
Los ecos del tañido de las campanas del pueblo siguen repicando en mi cabeza... sin que pueda o tal vez no quiera silenciarlos.
(1).- Supongo que todo el mundo sabe distinguir entre un melón y una melona...
(2).- Eso no quita que considere a la ciudad de Québec como la más bonita de Canadá. Recomiendo su visita a los que se pierdan por allá...
Guárdatelo pero no para que te corroa...eso no, quizás deba ser por intimidad. No sé, sólo lo sabes tú. Ya pararán las campanas...
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte
El mundo es injusto por permitir que un texto hermoso como el tuyo de hoy sea producto de una gran pena.
ResponderEliminarEs cierto que la expresión de un sentimiento siempre es simplificador al producirse en otro ámbito pero al mimo tiempo en la medida en que otros podemos leerlo, comentarlo y proyectarlo sobre nuestras propias vivencias individuales alcanza unas dimensiones prolíficas y enriquecedoras.
Un abrazo
Yo también he vivido la ausencia de Javier desde la distancia. Y las campanas han vuelto a resonar en mi corazón.
ResponderEliminarEnhorabuena por el post, Luis.
Y todo el ánimo del mundo.
Un abrazo.
Yo también he vivido la ausencia de Javier desde la distancia. Y las campanas han vuelto a resonar en mi corazón.
ResponderEliminarEnhorabuena por el post, Luis.
Y todo el ánimo del mundo.
Un abrazo.
Estoy contigo Luis al cuerno con to-dos los actos, habidos y por haber..
ResponderEliminarYo he tenido que hacer el mismo viaje camino de Caspe y vuelta y el dolor no desaparece por mucho que se alce una bandera..
Las ausencias siempre se llevan encima..los emblemas los cambias si te viene en gana.. perdona por mi despotismo pero es lo que siento..
Te acompaño en la ausencia que hayas tenido en tu vida.. sé de que hablo y de lo que siento.
Besos y feliz domingo querido Luis
También hay que aprender a llorar.
ResponderEliminarBesos.
Luis, nunca es tarde para despojarse de etiquetas obsoletas y dar rienda suelta a la expresión de los sentimientos que nos carcomen. Es más sano y más natural.
ResponderEliminarInténtalo.
Un beso fuerte y feliz domingo.
Cuando la persona piensa que sus sentimientos empañan su personalidad, deja de ser persona para convertirse en autómata. Nada tan digno como la sensibilidad, los sentimientos que nos acercan a los demás, que nos alegran o entristencen en función de los motivos que los justifican. Debes ser como eres. Con coherencia y dignidad. Por eso es perfectamente comprensible la indiferencia que te suscitan cuestiones banales frente a situaciones que centran tu atención y ponen a flor de piel tu sensibilidad. Nada más humano que eso. Lo que te lleva a ser digno de los que te rodean. Y que se suman a lo que sientes.
ResponderEliminarLuis Antonio, un abrazo. Sin estos momentos introspectivos y mudos (para los demás) en la vida, no se crece. Contradiciendo al poeta, en ocasiones, "ni siquiera nos queda la palabra". Lo dicho un abrazo, y no creas que me queda muy claro la diferencia entre melón y melona...
ResponderEliminarMe gustan las asociaciones que haces. El paisaje, la pérdida, el dolor por la ausencia, la recomendación de un amigo, un libro, la actualidad cutre...
ResponderEliminarY al final, la domesticidad como salvadora de todas las angustias, con melona incluida.
Emociones fuertes, sentimientos que desbordan...no es necesario que describas en qué consisten o cómo los percibes, has sabido expresar a la perfección todo aquello que te aflige, Luís Antonio.
ResponderEliminarCada uno debe encontrar su propio camino para asimilar sus emociones, para vivir el duelo...
Algunos optan por hablar y compartir, otros por callar y rumiarlos a solas. Todas las opciones son válidas cuando la pena, el dolor, la impotencia ante lo que no tiene arreglo nos da un portazo en la cara.
Desde aquí, habiendo pasado muchas veces por la calle que atraviesas, te envío mi comprensión y mi cariño.
Un abrazo muy, muy fuerte.
Un abrazo Luis.
ResponderEliminarTiempo habrá para disfrutar del paisaje.
Hoy doblan las campanas.
El frío. El frío que uno siente en estos entierros, aunque fuera estalle el sol de verano.
ResponderEliminarSé que lo que voy a decir es posible que no se entienda. Recuerdo momentos muy tristes como el que tu relatas, que acabaron todos en risas; no creas que hablo de personas poco cercanas, hablo del entierro de mi padre, de mis abuelos, de muy queridos amigos, en todos sus sepelios, pudo más el recuerdo grato y las risas por las anécdotas, que los llantos, (Que de esos, hubo muchos antes y después).
ResponderEliminarNo creo que exista una sola manera de sentir, ni que las lágrimas sean la única manifestación de dolor posible, la exteriorización de los sentimientos tiene tantas múltiples variantes que sería tarea imposible elaborar un listado con ellas.
Un beso (El silencio es un sentimiento tan válido como las lagrimas o las risas)
Una profunda pena a dado lugar a un profundo y suculento texto. Entiendo lo duras de tus expresiones y lo serias de tus ideas. El mundo tiene eso, y mucho más.
ResponderEliminarUn abrazo.
A MAMEN:
ResponderEliminarLas campanas tienen su repertorio agridulce, un día te convocan para despedir a alguien y otro para celebrar la Fiesta Mayor del pueblo... Igual que la vida, sombras y luces...
Gracias por tu abrazo cálido y ahí va el mío
AL DR. KRAPP:
Gracias por tus palabras y por tu amistad.
Ahí va un testimonio de la mía con otro abrazo
A JOSEMARCO:
Gracias a ti, José Mª. Tú sabes bien de qué va la historia...
Un abrazo, amigo
A LISEBE:
Siento que también estés pasando por el trance de las ausencias.
Afortunadamente, de los que ya no están con nosotros nos quedan sólo los buenos recurdos.
Más besos para ti, Lisebe
A ATHENA:
Hay muchas maneras de llorar, como bien sabes.
Más besos para ti
A NOVICIA DALILA:
ResponderEliminarLos sentimientos salen como salen...Cuesta darles cauce libre y cuesta reprimirlos. La naturalidad tampoco es fácil en un mundo de apariencias y prejuicios. Pero, no dudes de que por intentarlo no será...
Muchos besos, Novicia
A FERNANDO MANERO:
Un día, según las circunstancias, banalizamos lo cotidiano y otro lo elevamos a la categoría de tragedia. Somos así de incoherentes. Y las reflexiones profundas que hacemos en momentos de dolor pasan al olvido a la mañana siguiente...Quizá sea mejor así. No sé...
Gracias, amigo
A SUJARI BEJARIVE:
Gracias por tu abrazo que agradezco en el alma y ahí va el mío.
De melones y melonas no procedía escribir el otro día, pero a veces sale lo que sale...Cualquier día te explico la diferencia, pero a condición de que no la divulgues.
Un abrazo, amigo
A ATALAYA:
Hoy lo aceptas todo, incluso lo de la melona, que ya es decir.
Gracias, eres una buena amiga y mejor persona. No tengo la menor duda.
A CRISTAL:
Acepto tu comprensión y tu cariño de buen grado, porque son auténticos. No tengo la menor duda.
Otro fuerte abrazo no menos fuerte, Cristal
AL DR. VITAMORTE:
ResponderEliminarTiempo al tiempo. Así es la vida.
Otro abrazo de amistad, maño
A PEDRO OJEDA ESCUDERO:
El frío que se siente y la soledad que te embarga...
Gracias, amigo
A ÁNGELES:
Me gustan tus palabras porque mezclar “churras con merinas” como he hecho en la entrada me había dejado un sabor amargo. Eres muy comprensiva y agradezco tu presencia en este espacio en un momento como éste.
Besos
A MIGUEL:
Gracias, Miguel. Eres una buena persona y agradezco tu amistad.
Ahí va la mía con un abrazo
Desde que te sigo, creo que es la primera vez que te veo (o te leo) tan cabizbajo. Por desgracia, esos sentimientos corroen, tanto si has tenido una educación espartana como si no, por dentro duelen igual. Al menos este post te ha servido para expresarlo a tu manera.
ResponderEliminarMucho ánimo.
Besos.
A VANESSA:
ResponderEliminarNadie está libre de sufrir algún que otro bajón. Agradezco tus buenos deseos y no te quepa la menor duda de que pondremos los medios para superar este bache.
Lo grave no es caer, lo grave es no levantarse.
Besos