El retrato oculto de Antonio Machado
en el Museo del Prado
Leo en un libro de Enrique Páez, titulado ESCRIBIR, que en el bolsillo de Antonio Machado, en el momento de morir en Colliure, encontraron un pequeño papel: el inicio -o el esqueleto- de un poema que hablaba de las tardes azules y del sol de la infancia.
¡Ay, los bolsillos de los poetas! en ellos podemos encontrar un universo de belleza.
ResponderEliminarSaludos
Seguro.
EliminarSaludos, Francesc
Autorretrato entonces.
ResponderEliminarPues sí...
EliminarCumplió con el dicho: "Genio y figura, hasta la sepultura". Qué interesante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Interesante dicho que no ha perdido actualidad
EliminarUn abrazo, Sara.
¡Qué bonita la idea que trasladan esas palabras de Machado.. " tardes azules y sol de la infancia..." ¡ qué grandísimo poeta!.. Es verdad que las tardes de sol en la infancia eran azules .. todo lo agradable siempre se tiñe de azul, al menos para mi ... para los americanos el azul es tristeza jaja Un beso y buen finde!
ResponderEliminarEl azul claro es un color mágico, sin duda algna.
EliminarBesos, estimada María
Ese breve párrafo de Machado -¡y luego dicen de los microrrelatos!- no tiene pérdida. Son un bello apunte de acompañamiento y anticipo del estertor.
ResponderEliminar"Estos días azules, este sol de la infancia". Parece ser que los encontró su hermano José en un bolsillo de la chaqueta...
ResponderEliminarEn ellos se palpa la melancolía; se palpa la añoranza y el peso del exilio... Yo los siento tristes, muy tristes.
Abrazo