La capacidad de perdonar es uno de los requisitos para acercarnos a la paz interior. El perdón es un acto de generosidad y compasión que nos brinda la oportunidad de sanar heridas emocionales, reconstruir relaciones y crecer. En un mundo de imperfecciones y conflictos, nos invita a descubrir el impacto de estos en nuestras vidas y en las relaciones con los demás, así, abrimos un camino hacia la reconciliación.
El perdón nos insta a decidir si debemos dejar atrás un error o una herida causada por alguien más. Algunos creen que puede ser liberador, mientras que otros piensan que es un signo de debilidad o que no es justo. Perdonar depende de las circunstancias y valores personales.
Amigo Luis, yo creo que el perdón es una cualidad positiva, libera a quien lo pide y dignifica al que lo concede.
ResponderEliminarAlgunos están convencidos que pidiendo perdón ya redimen su culpa.
Los culpables más soberbios llegan exigir que se les conceda indulgencia y aun, que todo agraviado les pida disculpas. Otros haciendo un alarde de falsa humildad, piden perdón, pero sin ánimo de reparar el mal causado.
El perdón debe ir acompañado del reconocimiento firme de la culpa y de la voluntad de enmienda.
Si no es así, el perdón se convierte en una forma “chic” de arrepentimiento que utilizan los consentidos para continuar siéndolo.
El sentido común más elemental exige que se repare el mal causado y lo demás, son meras formas de urbanidad.
Saludos.
Totalmente de acuerdo con tus puntualizaciones, amigo Francesc.
EliminarSaludos cordiales
El perdón es a la carta.
ResponderEliminarNo vale el perdón de boquilla si no hay actitud de vida diferente (la Iglesia por ejemplo se desacredita precisamente por ello)
Hay gente que no se siente culpable (Aznar, y supongo quer su corte y cohorte, es un ejemplo representativo de ello) y po lo tanto que piden que no los perdonemos.
El perdón es un arma de dos filos. Y a veces desafilada.
El perdón es excusa. A veces estratagema.
El perdón como hipocresía.
El perdón según "El Diccionario del diablo", de Ambrose Bierce:"Estratagema para que el delincuente baje la guardia y así pillarle con las manos en la masa en su siguiente delito".
El perdón, según el Diccionario Filosófico de André Comte-Sponville:
"No es la absolución, que suprimiría o borraría la culpa, lo que nadie puede ni debe. No es el olvido, que sería infiel o imprudente. Perdonar no es olvidar ni borrar: es renunciar, según los casos, a castigar o a odiar, e incluso, a veces, a juzgar. Virtud de justicia (porque hay que juzgar sin odio) y de misericordia.
La entrada pretende provocar debate y tu comentario forma parte del mismo. Muy interesante y profundo lo que aportas. Muchas gracias, Fackel
EliminarEl perdón es importante para el bienestar emocional.La ira,la amargura o la venganza no son recomendables.
ResponderEliminarUn abrazo
Nada que objetar a lo que expones, estimada Bertha
EliminarAbrazos
Lamentablemente ,
ResponderEliminarSánchez tampoco
se hará responsable
de sus tropelías,
aunque no vine a
hablar de el.
Y lamentablemente,
en España, nadie
se disculpa, se
interpreta como
un "voy a quedar
a la altura de los
tobillos", mientras
que yo me he
disculpado, incluso,
cuando, y con quién
no debí , siempre he
asociado el ego , a
la gente idiota, sin
embargo , me he
sentido como tal,
por lo que dije antes,
cuando, y con quién
no debí , ahora , soy
de los perdonan
siempre .
Hace tiempo que di la espalda al orgullo. Cuando tengo conciencia de haber cometido lun error que ha afectado a alguien, me disculpo sin esperar que me den o no las gracias.
EliminarSaludos cordiales
Siento discrepar. No creo en el perdón porque me parece incompatible con la responsabilidad y muy asimilable a la hipocresía. Cada persona debe asumir las consecuencias de sus actos y decisiones. En mi opinión, el perdón es un producto envenenado de nuestra tradición religioso, más apegado a la divino que a lo humano. Me atrevo a asegurar que, en un alto porcentaje, el perdón pretende la no asunción de responsabilidades y la relajación de las defensas ajenas, para volver a la carga. No conozco ningún caso, salvo en los niños o en los afectados por una inconsciencia coyuntural, en que alguien que pida perdón no vuelva a las andadas. Yo no quiero que nadie me perdone. Prefiero reflexionar sobre lo que hago y, si me equivoco, reconocer mi error y asumir las consecuencias. Prefiero la prevención que los lamentos. ¿Sacamos de la cárcel a los que sinceramente están arrepentidos de la comisión de su delito?
ResponderEliminarUn abrazo y "perdón" por discrepar.
Bienvenida sea la discrepancia. No tengo la menor duda de que enriquece y hace reconsiderar el pensamiento propio. No obstante sigo pensando que el perdón en bastantes ocasiones es terapéutico. No en todos, claro...
EliminarSaludos cordiales
Si buscas en spam encontrarás un comentario mío ; ) donde discrepaba con los discrepantes jajaja más que nada en el sentido en el que ellos entienden el perdón, que es de los demás hacia uno y yo creo que el perdón que de verdad vale, es el de uno hacia los demás, más que nada por salud e higiene mental, sólo cuando nos perdonamos a nosotros mismos y a los que nos agreden u ofende, podemos sanar las heridas que nos causan sin caer en le resentimiento y el rencor, que nos llevan a instalarnos en el odio permanente. Sólo así se pueden terminar las guerras y los conflictos de toda índole, de otra forma imposible, además de vivir en la amargura. Eso no significa que cada uno sea responsable de sus actos y asuma sus consecuencias. Un beso LUIS ANTONIO!!
ResponderEliminarPienso que se puede perdonar de dos maneras. Perdonar y permanecer o perdonar e irte. Cualquiera de las dos puede ser una buena opción.
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