Tony Judt, historiador y experto en cuestiones europeas, escribió en su día su crónica "Postguerra", análisis monumental del continente desde 1945.
Cito una de las frases subrayadas que tengo de este autor como entrada del blog en esta fecha - martes y 13 - que parece haber perdido la superstición que se le atribuía...
"La desigualdad corrompe a las sociedades desde dentro. Con el tiempo aumenta la competencia por el estatus y sus bienes, las personas tienen un creciente sentido de superioridad (o de inferioridad) basado en sus posesiones, se consolidan los prejuicios hacia los que están más abajo en la escala social, la delincuencia aumenta y las patologías debidas a las desventajas sociales se hacen cada vez más marcadas"
Posiblemente sea tal como lo dice.
ResponderEliminarPuede ser...
EliminarLo que dice Judt se pierde en el principio de los tiempos…
ResponderEliminar¿Pero es que existió alguna vez la igualdad social?
Uno mira de atrás, muy atrás, hacia delante; las primeras dinastías chinas, los sumerios, acadios, babilonios, egipcios, griegos, romanos, el medievo, el renacimiento, la ilustración, la revolución industrial, los comunismos, los capitalismos, la era digital… y la pregunta de arriba sigue tan desafiante.
Como seres racionales es inevitable teorizar sobre la vida a través de una serie de conceptos; igualdad, libertad, felicidad, paz, etc, pero ésta (la vida) no deja de ser puro conflicto a pesar de nuestras conceptualizaciones.
La vida es más un volcán en erupción que una teoría de Einstein (sin restar legitimad a nuestro amigo, par dieu). Y sin embargo tenemos que poner algún ideal (aspiración utópica si se quiere) delante del camino para fijarle un destino, para dotar de cierto sentido a este caos que transitamos. Por ello portamos eso que denominamos mente, la antorcha que mitiga algo la inmensa oscuridad que nos rodea.
Sí, Luis Antonio, hay que orientar el camino hacia esos lugares; paz, igualdad, felicidad… aunque en el intento de alcanzarlos se vaya consumiendo nuestra existencia.
Un abrazo.
Aunque dudemos mucho de si es posible o no...hay que seguir luchando por los principios y valores en los que creamos.
EliminarUn abrazo, Paco
La desigualdad es una característica humana, hay una diversidad de caracteres y de comportamientos que hace que unos actúen de una manera y otros de otra, que unos se empeñen más en su compromiso social y otros eludan todo compromiso o responsabilidad. Otra cosa es el reparto proporcional de los bienes y sobre todo, la justicia social, cuando esta falla, el conflicto está servido.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
Te expresas con el sentido común y la sabiduría que te caracterizan. Gracias y un abrazo, Francesc
EliminarUn trabajo extraordinario el de Tony Judt. Lo de hoy se entiende algo mejor por lo que indaga el libro.
ResponderEliminarPor otra parte la corrupción no es solo propiedad de los ricos o los que ejercen poder desde gobiernos o empresas. Toda esa gente de clases altas tiene más facilidad de corromperse porque dispone de más negocios, más medios, más influencias y relaciones y cuando toman muchas medidas, con su adherente corrupción, nadie les tose y puede pedir reparto o dividendos en dinero negro. Pero la corrupción es una tentación biológica. En unos porque quieren más. En los que tienen poco porque quieren tener algo y no tienen inconveniente en pringarse llegado el caso. Lo que me resulta insoportable es que los grandes casos de corrupción nunca lleguen a buen puerto (salvo excepciones) o incluso no se destapen.
Lo de "tentación biológica" lo sintetiza todo. Nadie está libre de sufrirla en mayor o menor grado. La cuestión es saber ser coherente con los propios principios.
EliminarUn abrazo cordial, Fackel
La desigualdad fomenta, además, la desagregación social: la primera norma de cualquier dictadura.
ResponderEliminarLa desigualdad puede ser inevitable, pero hay que seguir luchando por disminuirla cuanto se pueda. No hacerlo alimentará su crecimiento.
EliminarLa desigualdad es lo que mueve el mundo, somos cada uno diferentes y no creo que hacernos iguales mejore nada, al revés, frena el desarrollo y al no haber incentivos nadie se mueve por nada. Una persona que no se autoimpone metas a conseguir, de la índole que sea, no se mueve, se oxida y se muere. Los sistemas políticos que han intentado hacernos iguales tan solo han conseguido, empobrecernos a todos y no solo en el tema material, sino en el intelectual y en el científico.
ResponderEliminarAfortunadamente en Europa tenemos un sistema sanitario adecuado al que tiene acceso todo el mundo y lo veo bien, también hay que proclamar la igualdad ante la ley y que esta sea igual independientemente del sexo, raza, religión, procedencia o estatus económico.
A partir de ahí, el que más trabaje que gane más, el que mas se esfuerce que sea más recompensado y la recompensa es el dinero en la actualidad, Solo desprecian el dinero los que no les ha costado esfuerzo conseguirlo, bien porque lo han heredado, bien porque lo han robado o bien porque se lo han dado sin exigirles nada a cambio.
Igualar al que trabaja mucho con el que no trabaja no arregla nada, desposeer a una persona que se esfuerza para dárselo a una que se queda en la cama sin intención de conseguirlo no arregla nada. Al primero le desincentiva y el segundo piensa que solo por el hecho de haber nacido los demás tienen que mantenerlo y eso no es asi, o por lo menos, yo no creo que sea asi y estoy radicalmente en contra de eso.
Y si, hay ricos corruptos, hay empresarios corruptos, pero también hay trabajadores vagos y trabajadores que roban a sus empresas (y no roban más porque no pueden).
Generalizar es malo, siempre te equivocas, por eso es bueno priorizar al individuo más que a un colectivo.
Un saludo.
Razones, pensamiento profundo y enorme sensibilidad... Todo eso y más caracteriza a tu prosa. Gracias por el regalo y un abrazo
EliminarEllo me parece producto de la imitativa naturaleza humana hasta que se enfoque la riqueza en términos no convencionales no le encuentro solución. No hay más que observar lo bonito de todo lo que inicia y el deterioro de lo que acaba. Por ejemplo: Sentirse rico porque se disponga de más capacidad y tiempo adquiridos a través de imaginación y creatividad. (Ej.: Beethoven, y cuánto sufrió en su convivencia !)
ResponderEliminarLuego, aparte de las miserias sociales hay que contar con el factor ambiental, circunstancial y genético.
No creo que haya solución pero sí puede suavizarse. Algo es algo...Y si no es así, hay que luchar porque lo sea.
EliminarSolo entiendo castellano, catalán y francés.
ResponderEliminarIdem, eadem, idem...
ResponderEliminarEse párrafo de Judt lo considero muy acertado, es tal cual dice... pero ¿cuáles son las causas? Ahí ya entraríamos en un debate de puntos de vista más o menos fundados... Iba a profundizar y dar mi opinión, pero después de leer los comentarios y visto el contenido del de Daniel (lo digo con absoluto respeto, pero discrepo de todo) no la voy a dar porque, por experiencias anteriores, llenaríamos este espacio de extensas e intensas discrepancias...
ResponderEliminarYo estoy más de acuerdo con el comentario de Paco Castillo, como él, creo que hay que luchar, a pesar de las adversidades, por aproximarnos a ese lugar indeterminado llamado Utopía para ver si transcendemos esta distopía en la que habitamos con mayor o menor status; con mayores o menores tribulaciones; con mejores o peores perspectivas; aunque nos hemos juntado en el camino, no todos partimos del mismo lugar y con las mismas alforjas y cada cual tiene su idea de los horizontes que persigue, así como de la forma en la que prefiere o puede hacer el camino. No todos tenemos las mismas ideas sobre el ser y el estar en este planeta que da vueltas con nosotros a sus "espaldas"...
Para concluir: ¿existiría una política o administración corrupta sin una justicia que permita por acción u omisión dicha corrupción? La corrupción política no es más que el fiel (dicho sea en términos proporcionales) reflejo de la corrupción social...
Abrazo