A lo largo de la historia han ido apareciendo imágenes de besos para todos los gustos. Hay besos legendarios que matan como el que deposita Isabel en los labios de Diego; besos míticos como el de Trafalgar Square; besos de carácter comercial como los de la entrada anterior; besos lésbicos como el que muestra la fotografía... Infinidad de besos.
La semana pasada la prensa internacional recogía la noticia del primer beso lésbico de bienvenida protagonizado por las dos oficiales de la U.S. Navy, Marissa Gaeta y Citlalic Snell. Según la tradición de la Marina de EEUU, cuando un barco de la Marina está a punto de regresar a tierra tras una misión se organiza una rifa para elegir al militar que recibirá el tradicional primer beso de bienvenida. En este caso la afortunada fue Marissa Gaeta.
El pasado septiembre Obama y el Congreso pusieron oficialmente fin a la política de 1993 “Don´t ask, don´t tell” (No preguntes, no digas) que prohibía a los militares manifestar y exteriorizar su homosexualidad. En este período de tiempo, según algunas fuentes, se ha producido el despido de unos 14.000 miembros de las Fuerzas Armadas.
Tengo que manifestar una contradicción personal: mientras la imagen del beso lésbico que origina esta entrada me resulta estética y aceptable desde todos los puntos de vista... no siento lo mismo cuando se trata de dos homosexuales besándose. Supongo que todavía arrastro prejuicios del pasado... Espero superarlo pronto.
Y, por si hubiera alguna duda, quiero manifestar que estoy incondicionalmente de acuerdo con las leyes de algunos países – entre ellos, el nuestro - que ya han otorgado a los homosexuales los mismos derechos que tenían los heterosexuales. Ya tocaba...
P.D.: Curiosamente hoy, 29/XII, dos días después de esta entrada, Quim Monzó, en su columna habitual de "La Vanguardia" en la página de Opinión, hace una reflexión muy parecida a la mía. La titula: Besos, príncipes, princesas y otros sapos. Y yo que pensaba que era una frivolidad ... La reproduzco en el apartado de comentarios.
P.D.: Curiosamente hoy, 29/XII, dos días después de esta entrada, Quim Monzó, en su columna habitual de "La Vanguardia" en la página de Opinión, hace una reflexión muy parecida a la mía. La titula: Besos, príncipes, princesas y otros sapos. Y yo que pensaba que era una frivolidad ... La reproduzco en el apartado de comentarios.
A mi me importa un pito las preferencias sexuales de las personas y por eso me da igual que se besen dos tios o dos tias o un tio y una tia. Para mi esta discriminación pasó a la historia hace muchos años. Llegar a "muy mayor" te hace comprender la vida de todos y sus razones.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz 2012 Lola
Que cada cual bese a quien desee... mientras sea consentido.
ResponderEliminarDe todas formas, creo que falta todavía mucho camino para mirar con naturalidad un beso gay, en la calle.
Saludos (a ver si blogger se porta ahora bien conmigo, se ha empeñado en no publicarme hoy los comentarios)
Hay que reconocer que se hace simpático, aunque siempre nos cuesta acostumbrarnos.
ResponderEliminarUn abrazo
Sin problema, como debe de ser. Y no veo contradicción en la reacción personal, creo que es una mera cuestión de cánones estéticos que no implican discriminación alguna.
ResponderEliminarun abrazo
La masculinidad más ortodoxa siempre ha sido muy favorable al morbazo que provoca el sexo entre mujeres y así se manifiesta en la pornografía pero claro, cuando se trata de tíos la cosa es distinta, no vaya a ser que nos contaminen a los heterosexuales con su peligroso exhibicionismo. Simple problema generacional, Luis.
ResponderEliminarEstamos en tiempos de escasez de amor, así q cada uno lo reparta con quien quiera.
ResponderEliminarBesoss
Personalmente es algo que no me preocupa. Lo contrario sí, es decir, que las personas no se besen más, porque es un mal síntoma de cómo vamos.
ResponderEliminarMientras leía me acordaba de una de mis primas. Se metió en la marina española porque fue el modo de alejarse de su casa. No la aceptaban. Especialmente mi tío. Esto fue allá por el... 2000 o así. En su base había entonces tres o cuatro mujeres nada más. El otro día ella y su novia cenaron en la misma mesa que toda mi familia, porque en ella están.
Ahora trabaja en tierra, y cerca de su casa. Por suerte hay cosas que cambian y mentes que se abren.
Besetes, Luis Antonio.
Te comprendo perfectamente porque a mi me pasa lo mismo, supongo que es un problema de educación.
ResponderEliminarPero reconozco que cada uno tiene el pleno derecho de montárselo como quiera, LIBERTAD,la vida pasa muy veloz.
Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor...aunque la violencia,se practica a plena luz del día.
si, es cuestión educacional...pero tb puede superarse....
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con dapazzi es contradictorio escondernos para hacer el amor y practicar la violencia a cualquier hora...tb es educacional...
Mucho trabajo queda para loas nuevas generaciones
Hemos coincidido un par de veces en las páginas de Dapazzi y ... me gusta no ser invisible cuando visito un espacio
ResponderEliminarPor encima de todo la libertad y después, libre albedrío
Un saludo
María.
Y tanto que tocaba...
ResponderEliminarVeo que tu blog se llena de besos en las últimas entradas. Me alegro.
Tabús generacionales y estereotipos de género, que poco a poco se van superando afortunadamente.
ResponderEliminarHonesto por tu parte, reconocer que según que tabús, inculcados a machamartillo, aún te afectan un poco. Algo que esperemos se disuelva en normalidad en poco tiempo.
Abrazos y buena entrada de año.
Besos, príncipes, princesas y otros sapos (La Vanguardia, 29-XII-2011)
ResponderEliminar¿Quim Monzó habrá leído mi entrada? (Es broma...) Lean...
"La semana pasada, tras pasar tres meses embarcada en el Oak Hill, en una misión por el Caribe, la oficial Marissa Gaeta, de la Marina de Estados Unidos, descendió a tierra en un muelle de la ciudad de Virginia Beach y besó a su novia, Citlalic Snell. Todo –fotógrafos, cámaras de televisión, periodistas...– estaba a punto para convertir ese beso en una nueva palada de tierra que, a los ojos de la ciudadanía, sepultase aún más la ley de 1993 que prohibía la presencia de homosexuales en las fuerzas armadas y que en septiembre fue derogada. Desde el mismísimo momento en que se hizo la foto, los medios de comunicación nos la han vendido como un icono destinado a pasar a la historia, y lo han comparado con la famosa foto de Alfred Eisenstaedt que la revista Life publicó en 1945, al acabar la Segunda Guerra Mundial, y en la que se ve a un marinero besando a una enfermera en Times Square.
La foto de la semana pasada es muy interesante, y también la grabación televisiva de lo que sucede antes y después del beso, y lo que declaran ambas protagonistas, conscientes de su papel. Se trata de un beso casto, en los labios pero sin el vibrato de pasión lúbrica que se evidencia cuando la lengua entra en juego, que es lo normal en esos casos; o al menos eso me parece a mí. No se está uno tres meses en alta mar para volver a puerto y darle a su novio o a su novia un simple beso protocolario, de película antigua. A no ser que todo esté pactado y requetepactado, como sin duda es el caso, y lo demuestra el hecho de que la Marina de Estados Unidos se haya colgado inmediatamente la medalla y haya anunciado a bombo y platillo que es la primera vez que ese beso tradicional –el del primer militar que, cuando un barco vuelve a puerto, desciende a tierra y besa a su cónyuge– lo protagonizan dos mujeres. También es interesante ese detalle: que hayan sido dos mujeres y no dos hombres. ¿Por qué? Pues porque es de toda evidencia que a buena parte de la opinión pública le violenta menos que sean dos militares mujeres las que se besen de lo que la violentaría que fuesen dos militares hombres. Además, poniendo ahora a dos mujeres en ese beso histórico, se guardan otro cartucho histórico: el del primer militar hombre que vuelva a puerto, descienda del barco y bese a su novio. No tengan ninguna duda de que también nos explicarán que esa foto será un icono para la eternidad y que nos lo repetirán mil veces por prensa, radio y televisión. La Marina de Estados Unidos podrá ponerse entonces otra medalla y anunciar –de nuevo a bombo y platillo– que es la primera vez que ese beso tradicional lo protagonizan dos hombres. En honor a la justicia histórica, el día que se den ese beso, tras los dos protagonistas, como telón de fondo y meneando las caderas yo pondría a los Village People, que también han contribuido lo suyo a la causa".
Pues a mí me parece muy bien que la gente se bese y se ame sin importar el género. Estábamos llenos de perjuicios ancestrales y nos parecía una cosa hasta pecaminosas que la gente del mismo sexo se besara públicamente. Yo ya lo he superado, así es qué ¡que se besen, que se besen!
ResponderEliminarUn abrazo
Desgraciadamente hay quien piensa que tanto las demostraciones como los derechos, deben pasar el filtro de considerado 'decente'.
ResponderEliminarhttp://www.publico.es/espana/414546/la-misa-de-las-familias-persigue-derogar-el-aborto-y-el-matrimonio-gay
Hábitos que son muy dificiles de eliminar. Resulta sumamente dificil entender -ya que se han citado a los Village People- como los pasados años 70 con todas las formas de vestir y actuar tan permisivas, hemos llegado a la actualidad donde se intenta reorientar a las 'ovejas descarriadas'.
Que el 2012 no sea tan malo como amenaza. A pesar de que sea bisiesto.
Saludos cordiales.
A Lola:
ResponderEliminarYa me gustaría tener la certeza de que esta discriminación pasó a la historia, ya...
A ti, la edad te prueba, Lola
Un abrazo
A Tesa:
Yo también creo que falta tiempo, aunque Lola dice que todo eso ya pasó a la historia...
Un abrazo
A Mari-Pi-R:
Tienes razón. Un abrazo
A De cenizas:
ResponderEliminarLo de cánones estéticos, como bien dices, es la clave.
Un abrazo
Al Dr. Krapp:
Tienes toda la razón, amigo. Simple problema generacional.
A Vanessa:
Me parece muy bien. Ahí va mi afecto y un beso, Vanessa
A V (Vero):
ResponderEliminarEl tiempo y la constancia resuelven muchos problemas. Me alegro por tu prima.
Besos, Vero
A dapazzi:
Problema de educación y generacional, como dice el Dr. Krapp. Que viene a ser los mismo...
Esta vez no puedo rebatir lo que dices porque estoy totalmente de acuerdo
Un saludo
A Danann:
Bienvenida siempre.
Yo creo que las nuevas generaciones ya ven estas cosas con otros ojos, ¿no?
Saludos
A María:
ResponderEliminarUn placer tenerte por esta casa. Seas bienvenida.
Nada que objetar a toda loa de la libertad. Faltaría más...
Saludos
A Pedro Ojeda Escudero:
Debe ser la época que los propicia, ¿no?
Y como ves, los hay para todos los gustos.
A cristal00k:
Me afectan un poco, pero desde una visión meramente estética. La cuestión de fondo ya está más que superada desde hace tiempo.
Me alegra saber de ti, Cristal.
Un fuerte abrazo y feliz despedida y entrada de uno y otro año
A Miguel:
ResponderEliminarPues eso, que se besen, que se besen. Y cuantos más, mejor.
Ahí va un abrazo
A Benjamín:
Un placer saber de ti. Que conste...
Hay que confiar que el tiempo y la constancia en la lucha por la defensa de los derechos humanos, sin ningún tiempo de discriminación, vayan ganando terreno.
Soy un enamorado de los años bisiestos. ¿Adivinas por qué?
Un abrazo