Isabel besando el cadáver de Diego en la Iglesia de San Pedro
IX
Comuniqué este hallazgo a un conocido amantista de Teruel, Gregorio A.G., con el que mantengo frecuentes conversaciones telefónicas sobre el estado de la cuestión del fundamento histórico del drama medieval. Tras decirme que varios investigadores amantistas cualificados, tales como Jaime Caruana, Guardiola Alcover, Sotoca García... habían abandonado ese objetivo ante las dificultades halladas y que sin la evidencia del documento que recogía esos datos, debidamente autentificado, todas mis conclusiones eran gratuitas e inaceptables para la historiografía moderna. Invocó a la prudencia, pero me animó a la perseverancia.
Comuniqué este hallazgo a un conocido amantista de Teruel, Gregorio A.G., con el que mantengo frecuentes conversaciones telefónicas sobre el estado de la cuestión del fundamento histórico del drama medieval. Tras decirme que varios investigadores amantistas cualificados, tales como Jaime Caruana, Guardiola Alcover, Sotoca García... habían abandonado ese objetivo ante las dificultades halladas y que sin la evidencia del documento que recogía esos datos, debidamente autentificado, todas mis conclusiones eran gratuitas e inaceptables para la historiografía moderna. Invocó a la prudencia, pero me animó a la perseverancia.
Guardia del Vaticano
Manifestación de solidaridad con España en Roma, marzo de 2004
X
Esto último fue decisivo para, entre otras razones, viajar a Roma. Mi mujer, hija de italiana y catalán, necesita pocas excusas para viajar a este país entrañable. El mes de marzo era de los más adecuados para evitar a las hordas de turistas que acostumbran a pulular por esta ciudad-museo. Mes de Elecciones Generales en España (2004). Las largas y lentas colas para votar por correo me hicieron desistir. Nunca he dejado de cumplir con este derecho y deber, pero en esta ocasión la impaciencia y las dudas han podido conmigo. Otra vez será. Me pasma la gente que vota plenamente convencida de la opción que ha tomado. A mí con frecuencia me han asaltado dudas, a veces, casi agónicas.
Manifestación de solidaridad con España en Roma, marzo de 2004
X
Una vez allí y tras alternar las consabidas visitas turísticas con la búsqueda imposible de Guiuseppe, descubrí la pobreza de mis recursos: un becario de una Fundación sin nombre que investiga sobre la Orde de Malta, llamado Guiuseppe, y que quizá trabaja o vive en el barrio del Trastévere. Nada más. Visité este barrio bohemio romano, acompañado de mi paciente esposa, en labores de traducción. El antiguo gueto de clase trabajadora ha retenido su carácter medieval mejor que cualquier otra zona, a pesar de haberse convertido en una de las áreas más llena de restaurantes y locales nocturnos. Recorrimos sus calles recoletas. Comenzamos por San Crisogono, San Francesco de Ripa hasta llegar a Santa Cecilia. Visitamos la cripta y contemplamos los frescos de Cavallini. Tras saciar el hambre cultural recalamos en uno de los muchos “ristorantes” donde pude degustar, por fin, el genuino “Abbacchio scottaditto” regado con un tinto del Lazio, “Torre Ercolana” (5) Estuvo rico, pero me quedo con el ternasco asado de mi tierra y un buen tinto de Viñas del Vero.
Tras largos paseos por este barrio y las consabidas y tópicas visitas a Villa Farnesio, el Orto Botanico y pesquisas sin respuesta seguimos a una sombra estilizada que me hizo recordar a Giuseppe. Entramos en la bella iglesia medieval de Santa María del Trastévere la más antigua de Roma Allí se encontraban en plena oración numerosos miembros de la Comunidad de Sant’Egidio. Nos sentamos, sorprendidos por el buen ambiente que se respiraba. Nos chocó que oficiara el ritual un seglar mientras que algunos sacerdotes se confundían con los asistentes. Un compañero de banco, al vernos despistados, nos pasaba las lecturas y cantos con gentil presteza. Al acabar la breve liturgia, me atreví a preguntarle por la sede de la Orden de Malta. Lo ignoraba, pero, tras ausentarse un instante, acudió con un papel con esta dirección: Palazzo di Malta, en Via dei Condotti 68. Se trataba de la sede central de la Orden donde residía el Gran Maestre.
Acudimos al día siguiente. Nos atendió una señora muy amable que tenía la virtud de hablar despacio. Nos dijo que numerosas personas, sobre todo en Europa, investigaban el legado de la Orden, a pesar del duro golpe que la Revolución Francesa asestó a sus bienes y de otros avatares ocurridos en España, Italia y Grecia. Le pregunté por la posibilidad de hallar unos manuscritos concretos de esta institución que había visto en manos de un investigador italiano. La señora se echó a reír. Los documentos de una Orden casi milenaria como ésta se contaban por millones y estaban desparramados por todo el orbe católico. Ahora había comenzado el proceso de informatización de los mismos, labor que conllevaría algunos años de espera para que los interesados pudiesen acceder de forma operativa. Desvió la conversación para añadir que la Orden seguía vigente con más de diez mil caballeros miembros y que sería más acertado identificarla, en la actualidad, como una de las ONG más importante del mundo. Hasta el rey español Juan Carlos –nacido en Roma- había visitado en esta misma residencia a Fray Andrew, Gran Maestre de la Orden.
Pero de Giuseppe y sus fuentes bibliográficas: nada de nada. El desánimo comenzaba a rondarme por la cabeza. Mi esposa no entendía mi obsesión. Era, recuerdo, no lo olvidaré nunca, el 11 de marzo y una trágica noticia llegada desde Madrid ocupó el interés casi monográfico de todos los medios italianos: un múltiple atentado en la Estación de Atocha había causado casi dos centenares de muertos. Confusión sobre la autoría a medida que pasaba el tiempo. Primero atribuible a ETA y luego no descartaban otras posibilidades. En la RAI y TV5 entrevistaban a personalidades españolas presentes en Roma: el Embajador, el Cónsul, pero el que más aparecía en los debates era el corresponsal de TVE en Roma, Ángel Gómez Fuertes. Me sorprendió su perfecto italiano. Todo eran conjeturas sobre la autoría. En las calles de Roma observamos en los días inmediatos al suceso la repercusión de la noticia: flores en la fachada de la Embajada Española ante la Santa Sede, homenaje oficial a las víctimas en el Capitolio, vigilancia notoria en la Estación Termini...La ciudad estaba conmovida y la solidaridad era muy emotiva.
En estas condiciones, las razones iniciales de mi visita a Roma perdieron su razón de ser. Otros sentimientos y sensaciones acapararon nuestra atención. La empresa, por otro lado, era más que utópica. La oportunidad de hallar un testimonio que demostrase la historicidad de lo que para muchos no es más que una tradición sin fundamentos o leyenda quedaba relegada. Buscar prensa española y escuchar noticias por TV era más que prioritario, acuciante.
Stº María del Trastévere en RomaTras largos paseos por este barrio y las consabidas y tópicas visitas a Villa Farnesio, el Orto Botanico y pesquisas sin respuesta seguimos a una sombra estilizada que me hizo recordar a Giuseppe. Entramos en la bella iglesia medieval de Santa María del Trastévere la más antigua de Roma Allí se encontraban en plena oración numerosos miembros de la Comunidad de Sant’Egidio. Nos sentamos, sorprendidos por el buen ambiente que se respiraba. Nos chocó que oficiara el ritual un seglar mientras que algunos sacerdotes se confundían con los asistentes. Un compañero de banco, al vernos despistados, nos pasaba las lecturas y cantos con gentil presteza. Al acabar la breve liturgia, me atreví a preguntarle por la sede de la Orden de Malta. Lo ignoraba, pero, tras ausentarse un instante, acudió con un papel con esta dirección: Palazzo di Malta, en Via dei Condotti 68. Se trataba de la sede central de la Orden donde residía el Gran Maestre.
Acudimos al día siguiente. Nos atendió una señora muy amable que tenía la virtud de hablar despacio. Nos dijo que numerosas personas, sobre todo en Europa, investigaban el legado de la Orden, a pesar del duro golpe que la Revolución Francesa asestó a sus bienes y de otros avatares ocurridos en España, Italia y Grecia. Le pregunté por la posibilidad de hallar unos manuscritos concretos de esta institución que había visto en manos de un investigador italiano. La señora se echó a reír. Los documentos de una Orden casi milenaria como ésta se contaban por millones y estaban desparramados por todo el orbe católico. Ahora había comenzado el proceso de informatización de los mismos, labor que conllevaría algunos años de espera para que los interesados pudiesen acceder de forma operativa. Desvió la conversación para añadir que la Orden seguía vigente con más de diez mil caballeros miembros y que sería más acertado identificarla, en la actualidad, como una de las ONG más importante del mundo. Hasta el rey español Juan Carlos –nacido en Roma- había visitado en esta misma residencia a Fray Andrew, Gran Maestre de la Orden.
Pero de Giuseppe y sus fuentes bibliográficas: nada de nada. El desánimo comenzaba a rondarme por la cabeza. Mi esposa no entendía mi obsesión. Era, recuerdo, no lo olvidaré nunca, el 11 de marzo y una trágica noticia llegada desde Madrid ocupó el interés casi monográfico de todos los medios italianos: un múltiple atentado en la Estación de Atocha había causado casi dos centenares de muertos. Confusión sobre la autoría a medida que pasaba el tiempo. Primero atribuible a ETA y luego no descartaban otras posibilidades. En la RAI y TV5 entrevistaban a personalidades españolas presentes en Roma: el Embajador, el Cónsul, pero el que más aparecía en los debates era el corresponsal de TVE en Roma, Ángel Gómez Fuertes. Me sorprendió su perfecto italiano. Todo eran conjeturas sobre la autoría. En las calles de Roma observamos en los días inmediatos al suceso la repercusión de la noticia: flores en la fachada de la Embajada Española ante la Santa Sede, homenaje oficial a las víctimas en el Capitolio, vigilancia notoria en la Estación Termini...La ciudad estaba conmovida y la solidaridad era muy emotiva.
En estas condiciones, las razones iniciales de mi visita a Roma perdieron su razón de ser. Otros sentimientos y sensaciones acapararon nuestra atención. La empresa, por otro lado, era más que utópica. La oportunidad de hallar un testimonio que demostrase la historicidad de lo que para muchos no es más que una tradición sin fundamentos o leyenda quedaba relegada. Buscar prensa española y escuchar noticias por TV era más que prioritario, acuciante.
Epílogo
Han transcurrido dos años. En los medios sigue la polémica sobre la autoría de los atentados. Lamento que hechos de tal envergadura sigan instrumentalizándose por intereses partidistas. Yo sigo, como si el tiempo se hubiera detenido, con la rutina de los sábados: acudo a la Biblioteca en busca de documentación bibliográfica sobre los temas de siempre y, a la entrada, observo de forma automática, una vez más, a los presentes que se hallan absortos tras los artilugios portátiles cada vez más numerosos, pero con escasa familiaridad en sus rostros. Ninguna bibliotecaria me ha facilitado datos sobre Giuseppe por razones –dicen- de preservar la confidencialidad. Mis pesquisas sobre documentos del siglo XIII que pudieran recoger noticias, huellas o rastros de nuestro enigmático “amante” han sido baldías. Con el ánimo confundido entre la ilusión que siempre me ha caracterizado y conatos de pesimismo incipiente que comienzan a atenazarme, sigo esperando llamadas, sigo creyendo que, si se buscan, existen los encuentros, ¿casuales? y sigo pendiente de la rueda de la fortuna por si un día, no muy lejano, se queda inmóvil a mi lado. La intrahistoria de mi vida está ahí como fundamento de piedra: un día encontré a una compañera de percusión, otro día conocí a Giuseppe, italiano de Cerdeña que me mostró un documento, ¿acaso virtual?, que con más luces que sombras testimoniaba que Juan Martínez (Diego de Marcilla, para otros) se había hospedado en el castillo sanjuanista de Aliaga en su camino tortuoso de regreso a Teruel para cumplir con la promesa dada tras cinco largos años de ausencia....A veces me asaltan las dudas y pienso que todo ha sido un sueño, pero los apuntes tomados de aquel encuentro y la imagen cada vez más difusa de Giuseppe todavía están ahí...
(5).- Lechazo asado.
Han transcurrido dos años. En los medios sigue la polémica sobre la autoría de los atentados. Lamento que hechos de tal envergadura sigan instrumentalizándose por intereses partidistas. Yo sigo, como si el tiempo se hubiera detenido, con la rutina de los sábados: acudo a la Biblioteca en busca de documentación bibliográfica sobre los temas de siempre y, a la entrada, observo de forma automática, una vez más, a los presentes que se hallan absortos tras los artilugios portátiles cada vez más numerosos, pero con escasa familiaridad en sus rostros. Ninguna bibliotecaria me ha facilitado datos sobre Giuseppe por razones –dicen- de preservar la confidencialidad. Mis pesquisas sobre documentos del siglo XIII que pudieran recoger noticias, huellas o rastros de nuestro enigmático “amante” han sido baldías. Con el ánimo confundido entre la ilusión que siempre me ha caracterizado y conatos de pesimismo incipiente que comienzan a atenazarme, sigo esperando llamadas, sigo creyendo que, si se buscan, existen los encuentros, ¿casuales? y sigo pendiente de la rueda de la fortuna por si un día, no muy lejano, se queda inmóvil a mi lado. La intrahistoria de mi vida está ahí como fundamento de piedra: un día encontré a una compañera de percusión, otro día conocí a Giuseppe, italiano de Cerdeña que me mostró un documento, ¿acaso virtual?, que con más luces que sombras testimoniaba que Juan Martínez (Diego de Marcilla, para otros) se había hospedado en el castillo sanjuanista de Aliaga en su camino tortuoso de regreso a Teruel para cumplir con la promesa dada tras cinco largos años de ausencia....A veces me asaltan las dudas y pienso que todo ha sido un sueño, pero los apuntes tomados de aquel encuentro y la imagen cada vez más difusa de Giuseppe todavía están ahí...
(5).- Lechazo asado.
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MÁS INFORMACIÓN:
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BODAS DE ISABEL: http://www.bodasdeisabel.com/
FUNDACIÓN AMANTES DE TERUEL: http://www.terueltirwal.es/teruel/amantes_teruel.html
EN ESTA MISMA BITÁCORA:
http://lperezcerra.blogspot.com/2007/09/los-amantes-de-teruel-montaje-tradicin.html
FUNDACIÓN AMANTES DE TERUEL: http://www.terueltirwal.es/teruel/amantes_teruel.html
EN ESTA MISMA BITÁCORA:
http://lperezcerra.blogspot.com/2007/09/los-amantes-de-teruel-montaje-tradicin.html
No desfallezcas Luis
ResponderEliminarEl camino que nos lleva a los sueños es parte de ellos. Tal vez no los alcancemos nunca, pero lo habremos caminado soñando.
Mira, te dedico unas palabras de Galeano que no son nada novedosas por lo conocidas, pero que yo las llevo como estandarte
"¿Para qué sirve la Utopía? Ella está en el horizonte -dice Fernando Birri-. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para que sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar."
Eduardo Galeano
Nos has contagiado el sueño y estoy segura que seguiremos compartiendo el camino.
Grande, grande, grande beso
Muchas gracias, Susi. Todavía no había colagado direcciones web sobre este tema al final de la entrada cuando ya he descubierto tu diligente y amabilísimo comentario. Seguiremos caminando mientras las fuerzas y el ánimo nos nos falten... Besos
ResponderEliminarLuis Antonio: Sólo unirme al pedido de Mara para decirte que los sueños pueden hacerse realidad. Me admira tu empeño y tu ilusión, estoy contigo.
ResponderEliminarCon todo cariño
Hola Luís,
ResponderEliminarPor fin he podido entrar en tu blog sin que me diera error y me petara el pc.
Te había escrito este mail, pero al parecer, tampoco llegó con éxito:
Hoy parece que esto me funciona bien, así que te copio aquí el escrito:
Hola Luís,
Es que llevo desde tu comentario intentando entrar en tu blog y dejarte uno mío y siempre me da error... Se me atasca esto, me dice que "no responde" y me peta...
No puedo ni siquiera leer una entrada entera. y quería decirte que, por lo poco que he podido leer, eres de Teruel, y que yo tu tierra la he visitado poco, pero sí he ido mucho al alto Tajo y he acampado en el barranco de la Hoz, en Zaorejas, y que desde allí he ido mucho a Molina de Aragón, que ya si está en tu territorio... y que me encanta todo aquello.
También he visto que te gusta el jazz, así que te dejo aquí una canción "feeling good" por Nina Simone
http://songotheday.com/uploads/2007/12/275-nina-simone-feeling-good.mp3
que he incluido con otras cuantas de otra gente en un post...
supongo que ya la tendrás, pero bueno, quería hacerte ese regalo.
Gracias y un beso
Nos hemos cruzado Luís... Encantada de leerte.
ResponderEliminarUn beso
Bienvenida Novicia. Regalarme música y canciones de Nina Simone siempre me hace feliz. Muchas gracias. Soy de Teruel -mi tierra natal a la que siempre tengo en la memoria y en los afectos- pero llevo tantos años en Barcelona que también la considero como ciudad propia.
ResponderEliminarEspero que no tengas problemas de acceso a mis bitácoras, pues hasta la fecha nadie se había quejado, pero ya sebemos cómo van estos artilugios...
Un abrazo carñoso
Marysol: Gracias por tus buenos deseos y por la consancia de haber llegado hasta aquí. Un beso
ResponderEliminarA Marysol: qería decir "constancia". Perdón.
ResponderEliminarAcabo de leer toda la tira y creo que tienes material de sobra para desarrollar algo muy interesante.
ResponderEliminarEnhorabuena y tenme al día si finalmente decides sacarlo; sería una pena que lo dejaras así. Ya sabes que es un tema que me fascina.
Un saludo.
Sebas