miércoles, octubre 16, 2013

Guerreros de terracota de Xi’An: La guardia del emperador



Tuve oportunidad de conocer una muestra de los guerreros de terracota en el Fórum de las Culturas celebrado en Barcelona el año 2004. Este verano he tenido la fortuna de visitar Xi’An y de hacerme cargo de la grandeza de este hallazgo prodigioso. 


El descubrimiento de los guerreros de terracota y caballos del emperador Qin Shihuang fue por casualidad. Este honor pertenece a unos campesinos, (uno de ellos me firmó el libro que adquirí en el bazar de recuerdos) que en 1974 excavaban un pozo en la aldea de Xiyang (Xi’An) Cuando alcanzaron una profundidad de cuatro metros, descubrieron unos trozos de terracota, que en realidad era una figura con armadura, arco y flecha de bronce. Este descubrimiento fue relacionado por las autoridades con el mausoleo del emperador que está cerca de la aldea en una colina, comprendiendo que se hallaban ante objetos de gran valor histórico. 

Tanto los chinos como el mismo Mao se quedaron boquiabiertos y entusiasmados por tal evento. El momento era políticamente correcto, y el descubrimiento se convirtió en primera noticia mundial y en un reclamo turístico para el que no se escatimaron recursos. Se han cubierto tres fosas de miles de m2 y se ha levantado un museo donde destaca la exposición de cuádrigas de bronce pintado y arreos de caballos descubiertos en 1980. Los hallazgos se suceden año tras año y queda pendiente la joya de la corona: el mausoleo del emperador. El Gobierno no quiere correr ningún riesgo y se niega a conceder todavía los permisos para investigar la pirámide y el palacio de Qin. Pekín considera que no existe tecnología suficientemente avanzada como para asegurar que el interior no se vea afectado con la apertura, y prefiere esperar al momento adecuado. Para el Estado chino actual es el punto de partida de la China imperial, de la que la República Popular se considera legítima sucesora. 



Las fosas se abrieron al público en 1979 y desde entonces son visitadas por personalidades y millones de turistas de todo el mundo. Los arqueólogos han dejado al descubierto más de 6.000 figuras, todas ellas diferentes, de un total estimado en unas 8.000. Pero el ejército de terracota es solo la punta del iceberg de uno de los mayores descubrimientos de la era moderna, y continúa el debate sobre lo que todavía se oculta bajo tierra. 



Quin Shihuang fundó el Imperio Chino y murió temeroso del otro mundo. Por eso se hizo enterrar junto a un enorme ejército de barro. Otros piensan que dicho emperador, no contento con el poder que detentó en la tierra, quería hacerlo extensivo también al más allá...Los hallazgos de nuevas figuras se suceden continuamente, pero el misterio sobre su origen continúa. 


El guía que nos acompaña, licenciado en Filología Hispánica, se interroga en voz alta sobre los enigmas pendientes. ¿Cómo se consiguió realizar una obra de esta magnitud?; ¿por qué se perdió la memoria de todo ello a poco de un siglo de haberse construido?; ¿por qué se descubrió en plena Revolución Cultural?; ¿por qué el Estado chino no hace excavar el túmulo que encierra la tumba del primer emperador?; ¿por qué este emperador aspiraba a gobernar también sobre el más allá?... Los enigmas que vienen acompañando a este descubrimiento se deben a que no existe ningún precedente conocido en la historia de China ni en otro lugar del mundo.



Los chinos, que no creen en el Dios justiciero y creador que la herencia judía nos legó en Occidente, han vivido siempre en un mundo poblado por los espíritus malignos de aquellos que han tenido una mala muerte y yacen sin enterrar o sin las honras fúnebres apropiadas. Dado el número de ejércitos a los que había masacrado dicho emperador – las crónicas afirman que en una ocasión exterminó 450.000 soldados del reino de Zhao – y el número de reclutas propios a los que había hecho morir en combate, Qin Shihuang necesitaba un ejército para poderse mover con comodidad en el airado mundo de los muertos, que llegarían sin duda por el Este, procedentes de la gran llanura central donde se habían asentado los reinos recién conquistados. Es por ello que el ejército de terracota estaba situado en el flanco oriental del gran complejo funerario, y que su formación estaba orientada hacia el Este.


La tumba del ejército de Qin Shihuang revela una práctica establecida de fabricación en cadena y control de calidad: una estricta organización del trabajo que sí tenía precedentes. Una vez amasada la arcilla, la estructura básica de todas las esculturas era la misma: los pies y las piernas se elaboraban de forma maciza para proporcionar estabilidad al cuerpo central, que se encajaba en la parte superior de las piernas. Las manos, brazos y cabezas se producían separadamente y se añadían en el último momento: se han identificado ocho tipos básicos de caras, sobre las que luego se aplicaba una placa fina de arcilla que permitía individualizarlas. Una vez ensamblados y retocados los módulos básicos, las piezas se cocían enteras.


Sobre las diversas teorías y especulaciones que se hacen sobre este enigmáticos episodio, nuestro guía se inclina por la siguiente: 

Poco después de la muerte del emperador, todo el conjunto – que probablemente quedó inacabado por su muerte repentina y los disturbios que acabaron con su imperio en pocos años – fue sometido a una destrucción masiva y deliberada. China se hundió en una guerra civil, y uno de los contrincantes, Xiang Yu, perteneciente a la antigua nobleza que el primer emperador había destruido, se ensañó a conciencia con todo el recinto: no solo se trataba de un saqueo, sino de destruir el universo de los vencidos y eliminar así su poder sobre los vivos. Provistas de antorchas, las huestes de Xiang Yu entraron sin duda en la fosa uno, donde se alineaban, a cinco metros bajo tierra, unos 6.000 guerreros, organizados en una vanguardia frontal en triple fila tras la cual se levantaban 38 hileras de soldados de a pie y 160 carros de combate. Los intrusos merodearon por los corredores de suelo pavimentado, paredes recubiertas de madera y techos sostenidos por vigas: el conjunto se incendió y los techos se derrumbaron sobre las estatuas. Pero ello no basta para explicar su omisión en todas las historias siguientes. 


El del centro, aunque se parece a mí, es una burda copia. Doy fe de ello.

De esta visita me han quedado dos recuerdos nítidos: la sensación de presenciar un yacimiento arqueológico que está vivo, y que posiblemente no revele todos sus secretos jamás y encontrarme en el bazar con una pareja recién casada que estaba de viaje de bodas...La novia, y aquí está la noticia, resulta que es de mi pueblo natal...



miércoles, octubre 02, 2013

SHANGHAI: Tomando té con Xiaoyan (Sancha), su amiga y a la sombra del Quijote


Shanghai
El viaje a China me ha dejado un sabor agridulce... En la entrada anterior sobre Shanghai puse de manifiesto una visión pesimista, subjetiva quizá, sobre el capitalismo salvaje y desaforado que se palpa en el desarrollismo de dicha ciudad. Muchos hablan de la previsible burbuja inmobiliaria china...  Afortunadamente, la memoria es selectiva y también conserva vivencias entrañables. Voy a hacer referencia a una de ellas...

Tras visitar el parque Huangpu de la contaminada y mastodóntica urbe de Shanghai, donde multitud de chinos sonrientes hacen sus ejercicios de Tai Ji Quan, y ya deambulando por El Bund, centro comercial de la ciudad, llamado actualmente Zhongshan,  dos chicas  nos solicitaron hacernos una fotografía con ellas. Después de haber vivido esta experiencia repetidamente en la Gran Muralla, aceptamos con cierta complacencia porque la chinita que hizo tal petición tenía la sonrisa dibujada en su rostro y hablaba un castellano encomiable. Más tarde nos diría que nos eligieron porque nos oyeron hablar a mi compañera a mí en dicha lengua. Sin embargo, la cosa no quedó ahí. Tras la foto conjunta, con sombrilla incluida, vinieron las presentaciones y la invitación a tomar un té en el apartamento que compartían.  La que llevaba la voz cantante dijo llamarse Xiaoyan, pero que la podíamos llamar Sancha. Los chinos, conscientes de la dificultad de pronunciar sus nombres acostumbran a ponerse otros con fonética más sencilla. Mi eterna compañera se mostró un tanto reticente porque similares invitaciones en Estambul y en Marrakech nos condujeron a tiendas de alfombras... Aquí podían ser de sedas... Yo también albergaba alguna duda, pero acabó disipándose cuando Sancha-Xiaoyan nos explicó el porqué de su nombre. Resulta que esta chica estaba acabando la carrera de Filología Hispánica y era una gran admiradora de Sancho, el mítico escudero de Don Qujijote... Personalmente no necesitaba más argumentos. El té era secundario y eso que soy un consumado degustador de toda suerte de infusiones...

Andén del Metro de Shanghai: 
Cuando llega el tren, se abren las puertas para acceder a los vagones

El apartamento de estas gentiles chinitas se hallaba en la planta 17 de un edificio que requería dos paradas de metro. Sólo por disfrutar del aire acondicionado de las estaciones del moderno metro de esta ciudad, ya valía la pena. Algo de curiosidad, por no decir mucha, también teníamos... Sobre todo, yo. Por fin íbamos a conocer una vivienda urbana china...

La vivienda era un loft a dos niveles que medía, según nos dijo Sancha, 35 m2. Sólo dos puertas: la de entrada y la del baño. Los muebles, sencillos y convertibles. Dos estantes con diferentes teteras en el rincón de la cocina y una pequeña librería en la parte del saloncito convertible.  Lo más llamativo, el gran ventanal. Si no fuera por la contaminación reinante ese día, la luminosidad hubiera sido notable. Desde esta altura, el ruido del tráfico de coches de alta gama y de infinidad de motos con pilotos sin casco protector resulta casi imperceptible.

Mientras la compañera de Sancha – no puedo recordar su nombre - calentaba el agua y preparaba los cachivaches del té, Sancha me enseñó dos Quijotes: el traducido al chino que  le habían regalado sus padres y otro en castellano original. Había leído la versión china, pero la segunda le resultaba extremadamente compleja. ¿A quién no?

Tras leer un fragmento del primer capítulo a petición mía, me manifestó que todas las palabras referentes a la comida y vestimenta del hidalgo le resultaban incomprensibles, sin embargo tenía mucho interés en conocer mi opinión  sobre Sancho como gobernador de la ínsula  de Barataria. Pregunta inteligente. Le manifesté que aunque esa vivencia se llevó a cabo en una atmósfera carnavalesca y de burla, Sancho dio pruebas de lo que ha de ser un buen gobernador. Su comportamiento fue el de un hombre recto, honrado, preocupado por el bien común y la justicia, que lleva a cabo reformas positivas, legisla con sentido común y se desvela por mantener la paz y la equidad entre los  insuleños. Abandonará  el cargo por decisión propia ya que no se considera hecho para semejante cometido y sale de esta experiencia de gobierno tan pobre como entró. Sancho demuestra en este pasaje que gobernar supone un verdadero sacrificio a favor del bien común, etc.

No conozco a ningún gobernante que pueda presumir de estas virtudes, le digo.  Y menos aún en mi país... Sancha se echa a reír, pero no suelta prenda... Sólo con uno de los guías chinos que nos acompañó en la visita a Xi’am, también licenciado en Filología Hispánica, conseguí hablar de cuestiones políticas y de carácter social. A lo mejor lo cuento en otro momento...

En esto llega su compañera, siempre sonriente,  con una gran bandeja con agujeros que coloca encima de una especie de barreño. La tetera de cerámica  achatada y decorada con colores llamativos,  las tazas  hacen juego con la misma, el peculiar “Loto de té”,  un recipiente cerrado con  té afrutado, una cuchara de bambú y unas galletitas de almendra. La compañera de Sancha es una experta en tés y es la encargada de explicarnos cosas sobre este ritual. Sancha hará la función de traductora simultánea...

Plantaciones de té

Hay muchas maneras de elaborar el té. En nuestra familia se lleva a cabo de la siguiente manera: Una vez calentada el  agua, que no ha de tener cloro, se echa una cucharadita de té para cada invitado más otra para la propia tetera (esto último nos hizo reír muy a gusto). Se deja reposar entre 3 y 5 minutos,  según se pretenda efecto estimulante de la teína o relajante.

Las tazas han de llenarse hasta la mitad. El resto se completa con amor y amistad. Antes de comenzar a degustarlo hay que apreciar su aroma. Los invitados deben golpear tres veces la mesa con el dedo en muestra de agradecimiento y lo habitual es  beber el té en tres tragos. Por supuesto, seguimos las normas al pie de la letra y aceptamos repetir. La anfitriona propone un té negro, cuando hayamos finalizado con éste. El té caliente refresca en verano y calienta en invierno.  De los cientos de  propiedades terapéuticas que se le atribuyen hablaron largo y tendido. Parecían tan convencidas que lograron contagiarnos la pasión por esta infusión casi sacralizada.  En China, nos dice Sancha convencida, no hay gordos ni obesos gracias a las propiedades del té...

La conversación giró por otros derroteros, café, toros, bibliografía sobre el Quijote, pollo laqueado, Camacho (entrenador de la selección china de fútbol),  etc. Y Sancha, haciendo de traductora simultánea, se encontraba feliz. Era más que evidente. Creo que este era su objetivo...

Las obligaciones del turista son imponderables y hubo que despedirse con cierto pesar, cuando la tertulia estaba más animada. El té negro, con las catequinas y polifenoles que contiene es famoso por su poder antioxidante que actúa contra los radicales libres evitando que se formen sustancias nocivas para la salud. Nos dicen. Yo me lo creo todo y hasta diría que potencia el don de la elocuencia... Juro que el alcohol brilló por su ausencia...


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Las fobias son temores extremos e irracionales hacia objetos, situaciones o actividades específicas. A  menudo, estos miedos generan una res...

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LLEGAR HASTA EL FINAL TIENE PREMIO

De ANGIE para LUIS ANTONIO

"Haikuquero es
el beso que se entrega
cuando hay querer".