miércoles, octubre 02, 2013

SHANGHAI: Tomando té con Xiaoyan (Sancha), su amiga y a la sombra del Quijote


Shanghai
El viaje a China me ha dejado un sabor agridulce... En la entrada anterior sobre Shanghai puse de manifiesto una visión pesimista, subjetiva quizá, sobre el capitalismo salvaje y desaforado que se palpa en el desarrollismo de dicha ciudad. Muchos hablan de la previsible burbuja inmobiliaria china...  Afortunadamente, la memoria es selectiva y también conserva vivencias entrañables. Voy a hacer referencia a una de ellas...

Tras visitar el parque Huangpu de la contaminada y mastodóntica urbe de Shanghai, donde multitud de chinos sonrientes hacen sus ejercicios de Tai Ji Quan, y ya deambulando por El Bund, centro comercial de la ciudad, llamado actualmente Zhongshan,  dos chicas  nos solicitaron hacernos una fotografía con ellas. Después de haber vivido esta experiencia repetidamente en la Gran Muralla, aceptamos con cierta complacencia porque la chinita que hizo tal petición tenía la sonrisa dibujada en su rostro y hablaba un castellano encomiable. Más tarde nos diría que nos eligieron porque nos oyeron hablar a mi compañera a mí en dicha lengua. Sin embargo, la cosa no quedó ahí. Tras la foto conjunta, con sombrilla incluida, vinieron las presentaciones y la invitación a tomar un té en el apartamento que compartían.  La que llevaba la voz cantante dijo llamarse Xiaoyan, pero que la podíamos llamar Sancha. Los chinos, conscientes de la dificultad de pronunciar sus nombres acostumbran a ponerse otros con fonética más sencilla. Mi eterna compañera se mostró un tanto reticente porque similares invitaciones en Estambul y en Marrakech nos condujeron a tiendas de alfombras... Aquí podían ser de sedas... Yo también albergaba alguna duda, pero acabó disipándose cuando Sancha-Xiaoyan nos explicó el porqué de su nombre. Resulta que esta chica estaba acabando la carrera de Filología Hispánica y era una gran admiradora de Sancho, el mítico escudero de Don Qujijote... Personalmente no necesitaba más argumentos. El té era secundario y eso que soy un consumado degustador de toda suerte de infusiones...

Andén del Metro de Shanghai: 
Cuando llega el tren, se abren las puertas para acceder a los vagones

El apartamento de estas gentiles chinitas se hallaba en la planta 17 de un edificio que requería dos paradas de metro. Sólo por disfrutar del aire acondicionado de las estaciones del moderno metro de esta ciudad, ya valía la pena. Algo de curiosidad, por no decir mucha, también teníamos... Sobre todo, yo. Por fin íbamos a conocer una vivienda urbana china...

La vivienda era un loft a dos niveles que medía, según nos dijo Sancha, 35 m2. Sólo dos puertas: la de entrada y la del baño. Los muebles, sencillos y convertibles. Dos estantes con diferentes teteras en el rincón de la cocina y una pequeña librería en la parte del saloncito convertible.  Lo más llamativo, el gran ventanal. Si no fuera por la contaminación reinante ese día, la luminosidad hubiera sido notable. Desde esta altura, el ruido del tráfico de coches de alta gama y de infinidad de motos con pilotos sin casco protector resulta casi imperceptible.

Mientras la compañera de Sancha – no puedo recordar su nombre - calentaba el agua y preparaba los cachivaches del té, Sancha me enseñó dos Quijotes: el traducido al chino que  le habían regalado sus padres y otro en castellano original. Había leído la versión china, pero la segunda le resultaba extremadamente compleja. ¿A quién no?

Tras leer un fragmento del primer capítulo a petición mía, me manifestó que todas las palabras referentes a la comida y vestimenta del hidalgo le resultaban incomprensibles, sin embargo tenía mucho interés en conocer mi opinión  sobre Sancho como gobernador de la ínsula  de Barataria. Pregunta inteligente. Le manifesté que aunque esa vivencia se llevó a cabo en una atmósfera carnavalesca y de burla, Sancho dio pruebas de lo que ha de ser un buen gobernador. Su comportamiento fue el de un hombre recto, honrado, preocupado por el bien común y la justicia, que lleva a cabo reformas positivas, legisla con sentido común y se desvela por mantener la paz y la equidad entre los  insuleños. Abandonará  el cargo por decisión propia ya que no se considera hecho para semejante cometido y sale de esta experiencia de gobierno tan pobre como entró. Sancho demuestra en este pasaje que gobernar supone un verdadero sacrificio a favor del bien común, etc.

No conozco a ningún gobernante que pueda presumir de estas virtudes, le digo.  Y menos aún en mi país... Sancha se echa a reír, pero no suelta prenda... Sólo con uno de los guías chinos que nos acompañó en la visita a Xi’am, también licenciado en Filología Hispánica, conseguí hablar de cuestiones políticas y de carácter social. A lo mejor lo cuento en otro momento...

En esto llega su compañera, siempre sonriente,  con una gran bandeja con agujeros que coloca encima de una especie de barreño. La tetera de cerámica  achatada y decorada con colores llamativos,  las tazas  hacen juego con la misma, el peculiar “Loto de té”,  un recipiente cerrado con  té afrutado, una cuchara de bambú y unas galletitas de almendra. La compañera de Sancha es una experta en tés y es la encargada de explicarnos cosas sobre este ritual. Sancha hará la función de traductora simultánea...

Plantaciones de té

Hay muchas maneras de elaborar el té. En nuestra familia se lleva a cabo de la siguiente manera: Una vez calentada el  agua, que no ha de tener cloro, se echa una cucharadita de té para cada invitado más otra para la propia tetera (esto último nos hizo reír muy a gusto). Se deja reposar entre 3 y 5 minutos,  según se pretenda efecto estimulante de la teína o relajante.

Las tazas han de llenarse hasta la mitad. El resto se completa con amor y amistad. Antes de comenzar a degustarlo hay que apreciar su aroma. Los invitados deben golpear tres veces la mesa con el dedo en muestra de agradecimiento y lo habitual es  beber el té en tres tragos. Por supuesto, seguimos las normas al pie de la letra y aceptamos repetir. La anfitriona propone un té negro, cuando hayamos finalizado con éste. El té caliente refresca en verano y calienta en invierno.  De los cientos de  propiedades terapéuticas que se le atribuyen hablaron largo y tendido. Parecían tan convencidas que lograron contagiarnos la pasión por esta infusión casi sacralizada.  En China, nos dice Sancha convencida, no hay gordos ni obesos gracias a las propiedades del té...

La conversación giró por otros derroteros, café, toros, bibliografía sobre el Quijote, pollo laqueado, Camacho (entrenador de la selección china de fútbol),  etc. Y Sancha, haciendo de traductora simultánea, se encontraba feliz. Era más que evidente. Creo que este era su objetivo...

Las obligaciones del turista son imponderables y hubo que despedirse con cierto pesar, cuando la tertulia estaba más animada. El té negro, con las catequinas y polifenoles que contiene es famoso por su poder antioxidante que actúa contra los radicales libres evitando que se formen sustancias nocivas para la salud. Nos dicen. Yo me lo creo todo y hasta diría que potencia el don de la elocuencia... Juro que el alcohol brilló por su ausencia...


16 comentarios:

  1. Un té que mereció la pena, sin duda. Con tu permiso, informo de esta entrada quijotesca en mis noticias de las lecturas del Club de lectura de La Acequia, mañana.

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  2. Gracias por tan interesante entrada, todo un placer degustarla, digo leerla, es por lo del te.... Besos.

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  3. Los chinos en general son gente con mucha capacidad al estudio y el saber con lo cual no me extraña lo de los dos tomos de Don Quijote.
    Yo hubiese dudado como tu mujer en ir a su apartamento.
    La primera vez que cogimos en metro fue en Shanghai y hasta que no nos dimos cuenta de como funcionaba la máquina para sacar el billete nos llevó un buen momento, hasta que dimos con la lengua.
    El té tiene muy buenas propiedades como bien dices, yo me hago una jarra grande cada día y de ella voy bebiendo como si fuese agua fresca.
    Un abrazo.

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  4. Este tipo de experiencias bien vale un viaje.
    Conseguir introducirse en casa de un nativo es formidable y aporta unas experiencias imborrables.

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  5. Anónimo5:19 p. m.

    謝謝你的文獻目錄上堂吉訶德和這美麗的文字

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  6. Bonita historia y bien contada. Difícil traspasar el umbral que separa al simple turista del habitante común. No me apasiona el té aunque intuyo que en China como en todo el Oriente es mucho más que una simple bebida. Al menos tiene preciosas leyendas detrás
    Un abrazo

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  7. Qué vergüenza yo aquí del pueblín de Cervantes incapaz de tragarme al Quijote y esa chinita sonriente a miles de km. interesada en Sancho... no sé si podré expiar mis culpas algún día:)) Es bonito conocer las costumbre de un país fuera de los circuitos turísticos, todo es más de verdad y además creo que sí, el favor fue recíproco, ella practicó su español con nativos y vosotros disfrutasteis de la ceremonia del té con aborígenes jaja me ha encantado eso de la cucharita de te para la tetera Mmmm pero qué considerados son.

    Ha sonado bonito LUIS ANTONIO, muchas gracias.
    Muy feliz finde y muchos besos

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  8. Te felicito por tu viaje a China y por la suerte de topar con esa "Sancha" estudiante de filología hispana, algo que siempre es bienvenido, pues gusta encontrar gente del país que hable tu idioma y sea tan hospitalaria como para invitarte a tomar un te, todo un rito casi religioso entre los chinos.
    Un abrazo, y ya de vuelta, me estoy poniendo un poco al día para empezar a escribir.

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  9. He leído el Quijote dos veces. Y puede que cada vez me guste más. Es una obra genial. Una obra que solo un español puede entender de verdad. Por eso me parece muy oportuno que Sancha quisiera saber la opinión de un español.
    Un viaje, por lo que veo, muy enriquecedor.

    Un abrazo.

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  10. Anónimo6:55 p. m.

    Luis Antonio, me he divertido un montón leyendo esta segunda entrada, es muy grata la experiencia con Sancha y todo un privilegio poder visitar el apartamento de personas nativas y además disfrutando de la variedad de tés que tienen, para ellos es un ritual, que se toman muy en serio.
    Shanghai, a mi me pareció una ciudad deslumbrante y maravillosa, en un paseo nocturno navegando por el río Huangpu y de día pues también me pareció extraordinaria. Al coincidir con la Expo Internacional 2010, la ví de distinto prisma que tu, aunque razón tienes en lo referente al desarrollismo salvaje en construcción inmobiliaria, en cuestión de quince años han transformado el perfil de la ciudad con tantos rascacielos construidos. El casco histórico Puxi, si que es una verdadera joya arquitectónica, asi como el templo del Buda de jade, que ha quedado aislado entre edificios de nueva construcción.
    Espero con avidez la próxima entrada, lo cuentas de maravilla.
    Lo de China comparado con Teruel, no tiene color. Arriba Teruel.
    Un fuerte abrazo.
    Etel.

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  11. Entrañable relato, Luis Antonio, contado por ti casi nos desplaza a ese loft y nos hace disfrutar de la grata compañía de estas dos exóticas anfitrionas.

    Es cierto que nuestros gobernantes tendrían mucho que aprender de Sancho, pero desgraciadamente, por lo general, actúan de manera totalmente opuesta a la de aquel, la honradez, la justicia y la equidad les resultan ingratas y onerosas compañeras, así que las expulsan de sus dominios en cuanto cogen la batuta (suponiendo que alguna vez las aceptaran a su lado) y el sentido común no entra dentro de su acervo ético ni moral, y por supuesto no abandonan el cargo ni aunque los echen, lo cual indica que la tarea de gobernar no es para ellos un sacrificio sino más bien todo lo contrario, y de hecho ninguno sale pobre de tal aventura.

    Besos y gracias por el buen rato.

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  12. Acceder a un acto cultural, como resulta tomar el té en un país de gentes tan reservadas, y desconfiadas... es todo un privilegio del que me congratulo. Y es toda una anécdota, encontrar una admiradora de ese calibre de nuestro Quijote o de Sancho... a tantos miles de Kilómetros de las andanzas del caballero de La Manch y su sensato escudero.

    Además de bien contada, me parece encantadora la historia. Gracias, por compartirla.

    Abrazos!

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  13. Soy una fanática del té. De cualquier té, aunque tengo mis preferencias, claro.
    El marido de una amiga mía es un apasionado de la cultura oriental y algunas veces cuando nos juntamos en su casa nos hace un té (cada vez distinto) y hacemos un ritual parecido (no igual) al que hicísteis vosotros. Lo único malo para mí es que él dice que no hay que echarle azúcar y yo no puedo con el amargor del té. Tengo que echarle algo que lo dulcifique...
    Muy bonita la experiencia, Luis.
    Un beso

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  14. Es una auténtica lástima que para los españoles, sea-no nos engañemos-casi siempre un castigo leer el afamado Quijote.
    Yo lo comencé por ese motivo,siendo sincera, y muy cabreada con los compañeros de instituto que fueron los artífices del castigo.
    Pero mira tú, que acabé tan enfrascada con la lectura que tardé, pero lo leí de cabo a rabo y fíjate que me encantó comprobar lo muy aleccionador que era, la profundidad de D. Quijote y la extensa y rudimentaria, pero franca, sabiduría de Sancho.

    Saber que traspasa fronteras e imanta a gentes de todo tipo,condición y cultura es algo de lo que sentirse orgullosos,¿no crees?
    De lo poco que podemos hacerlo, por cierto.

    Un encuentro magnífico el de tu compañera y tú, especial y envolvente, de esos inolvidables que hacen de cada viaje, algo singular.
    Y otra cosa...cómo disfrutaríais del Té por excelencia,¿eh?
    :)
    Un beso.

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  15. Gracias a todos los comentaristas por vuestras aportaciones. Un abrazo

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  16. Gracias a todos los comentaristas por vuestras aportaciones. Un abrazo

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