domingo, mayo 22, 2016

LUIS ANTONIO: 1.000 ENTRADAS



Duración de la grabación. 2 1/2 minutos
El título "Mi película definitiva" sobra.
Ha sido un error propio de un "pardillo" en estas lides...

sábado, mayo 14, 2016

HABLAR-VOCIFERAR EN PÚBLICO POR EL MÓVIL

No es infrecuente que algún pasajero del autobús - doy fe de ello - hablé en voz tan alta por el móvil que hasta el conductor en su cabina llegue a enterarse del contenido de la conversación. Comentando esto con una persona que ha recorrido medio mundo, me dice que en Japón poca gente habla en público por el móvil, especialmente en transportes o en locales cerrados públicos. Si es urgente y no queda más remedio que hacerlo, se tapan la boca, hablan en voz baja e intentan acabar la conversación cuanto antes.

Los japoneses hacen un uso brutal de su móvil - matiza mi interlocutor - y hasta han creado novelas por capítulos que se mandan directamente al móvil, pero usarlo para hablar en espacios públicos está mal visto.

Esta misma persona me dice que aquí, en Carpetobetonia, hablar bien levanta todo tipo de suspicacias y de sospechas. Hablar mal mola más, añade.

Yo le digo que de la singularidad de las costumbres japonesas algo sé, pero en lo referente al "aquí y ahora" está exagerando bastante. Creo...

Sin embargo,  tengo que admitir que a mí me critican y hasta llegan a reírse algunos porque tengo la costumbre de poner los acentos cuando envío algún mensaje por WhatsApp. Eso no está reñido con que cometa frecuentes incorrecciones. Son tan minúsculas las teclas...

miércoles, mayo 04, 2016

ALTISIDORA: ACOSO SEXUAL Y MORAL A DON QUIJOTE

El titulo de esta entrada puede parecer sensacionalista, pero se ajusta a la realidad de la ficción quijotesca. Ya en la II parte, cuando nuestros "héroes" se hallan en casa de los duques, Don Quijote sufre numerosos escarnios y burlas, al igual que Sancho, pero el más cruel de todos, en mi opinión, es el acoso a que se ve sometido por una dama de compañía de la duquesa que tiene el pomposo nombre de Altisidora. Creo que es uno de los episodios que me causa más pena y desazón. Los numerosos lances que protagoniza el caballero, las más de las veces acompañados por el fracaso, pueden provocar risa - no en mi caso -  o lástima, pero el acoso desmedido que sufrió por esta moza  desvergonzada “dama de compañía” de la duquesa supera todos los límites de la crueldad física y moral.

Altisidora fingirá estar perdidamente enamorada de Don Quijote y presentándose en su habitación lo someterá a un acoso insufrible. Se dirigirá a él con palabras zalameras y mostrando sus cabellos al varón como signo de ofrecimiento descarado, amedrentándolo más si cabe. Y por si fuera poco y paralelamente, se da un proceso de máxima crueldad al cuestionar la virilidad de nuestro caballero, cuando Altisidora le ofrece un calzado y una indumentaria típicamente femeninos para que se los ponga. Es una manera descarnada y cruel de poner en cuestión la virilidad del atribulado caballero...

Es un episodio subvertido, con marcado carácter erótico, y en el que Altisidora llega a ser muy atrevida, transgrediendo la norma del pudor femenino, lanzando requiebros sin recato alguno al apesadumbrado caballero, muy lejos ya  de aquellos episodios felices de la I parte en que mostraba un orgullo y una osadía propia de caballeros genuinamente engreídos.

Mártir de su honestidad y de la fidelidad,  Don Quijote no puede sino seguir firme en su propósito de apartar de sí a Altisidora y para ello, aun haciéndolo con una voz ridícula (II, 46), le canta el romance que ha compuesto, y en el que afirma su indeclinable amor por Dulcinea al tiempo que lanza una perorata moralizante sobre cuáles han de ser las actividades y el comportamiento de las mujeres recatadas.

Altisidora, truhanesca, atrevida y descarada como pocas, da un paso más cuando éste se marcha definitivamente del palacio ducal. Desdeñada por el rechazo del héroe, (II, 70),  además de acusar al caballero de haberse quedado con tres tocadores y unas ligas,  no vacilará en servirse de la técnica del insulto más procaz espetando a don Quijote una sarta de  improperios de esta guisa:

“don bacallao, alma de almirez, cuesco de dátil, más terco y duro que villano rogado cuando tiene la suya sobre el hito"

Toda esta sarta de insultos no tienen más finalidad que la de humillarlo hasta lo indecible.

Esta es la primera y única vez en la novela en que una mujer con inaudita claridad le ha hecho a Don Quijote una declaración de amor, le ha dicho que lo quiere. Y no se trata de ninguna princesa o “fermosa” señora imaginaria, sino de una mujer de carne y hueso, tan real que don Quijote pudo identificarla desde el principio como “una doncella de la duquesa”.

Altisidora, indignada y despechada, manifestará en un momento dado sus celos hacia la amada de Don Quijote a la que desea que

“... nunca salga de su encanto esta tan amada Dulcinea, ni tú lo goces, ni llegues a tálamo con ella, a lo menos viviendo yo, que te adoro”

Don Quijote, ante los malvados deseos de Altisidora, la rechazará, pero incluyéndola en una referencia plural un tanto delicada que dice mucho y bueno de su cortesía con el género femenino:

" las feas, las necias, las livianas, las de peor linaje"

P.D.: Vuelvo a publicar esta entrada, con algunas pequeñas modificaciones, que publiqué el 27 de mayo de 2008. En aquella ocasión mereció la atención del Dr. Krapp. Reproduzco su comentario y mi respuesta.


El episodio que tiene por motor al personaje de Altisidora tiene acto de presencia en varios capítulos: 44, 46, 48 y 50 con una correspondencia posterior en los capítulos 57, 69 y 70. (II Parte). En el primer núcleo, Don Quijote se halla en el palacio de los duques, mientras que Sancho ejerce de gobernador en la Ínsula de Barataria. En el segundo núcleo, Don Quijote y Sancho ya están juntos.









lunes, mayo 02, 2016

DISCRETO, SILENCIOSO, SIN QUEJIDO ALGUNO, COMO SIEMPRE...





Cuando nos dirigíamos a Multicines Bosque con cierta prisa, no nos dimos cuenta de que ya no estaba. No era el momento para aclarar tal ausencia. Siempre se hallaba en el amplio chaflán de la remodelada Rambla del Prat en confluencia con la Av. PríncepAstúries. Lejos de su hábitat natural, llamaba poderosamente la atención a pesar de su actitud estática, contemplativa y silenciosa. Nunca estaba solo. Su semblante adusto y su indefinida pero supuesta avanzada edad no incomodaba a nadie. Me costó aceptarlo tan lejos de los suyos, pero con el tiempo me fui acostumbrando a su presencia. En algún momento temí por su vida, rodeada de afectos, pero también de hormigón y pavimento urbano.

Siempre que paso por allí me detengo a contemplarlo y no observo que el tiempo estacional ni sus lógicas variantes, inclemencias incluidas, le hagan mella alguna. Es, sin duda alguna, un ejemplo de reciedumbre ante la advesidad.  La serenidad estática y el gesto de profunda meditación transmiten calma, sosiego, laxitud... Las amplias y sólidas sillas de diseño enclavadas en su entorno dibujando un círculo irregular se ofrecen generosas a los frecuentes transeúntes que hacemos un alto en el camino y nos sentamos en torno a él, cobijados bajo su sombra protectora. Sobran las palabras, el lenguaje mudo resulta harto elocuente. Él, impertérrito, nos contempla desde arriba sin pestañear y sin gesto alguno que delate su pensamiento. Cuesta, pero al final te acostumbras y confías a este amigo que te invita a las confidencias porque sabe escuchar con generosidad, sin interrupciones, y nunca delata incomodidad alguna por las muchas tonterías que acostumbramos a expresar cuando musitamos soliloquios. Sólo el viento ocasional silba a veces y altera por momentos sus cabellos verdes y uniformes. Las sillas aisladas dificultan la conversación entre vecinos. Por eso impera la paz. El silencio se impone. Unos leen el periódico, otros parecen escribir whatsappes convulsivos con uno y otro pulgar, algún mayor se apoya con sus manos en el bastón, sujetándolo con fuerza para que no bote sobre el suelo con ritmo indeseado y tembloroso. Casi nunca hay niños. Él, tótem anacrónico en el ara del parterre rodeado de cemento inhóspito, vive calmado, oculta su sabiduría, quizás centenaria, y rebosa felicidad discreta y contenida. Nos sigue contemplando y, aunque sin palabras, nos agradece la compañía y la veneración que le profesamos. Sus múltiples, huesudos, enérgicos y retorcidos brazos se extienden sobre nosotros con espíritu de acogida generosa y protectora.

¡Cuántos ratos compartidos! ¡Cuántas confidencias escuchadas sin aspaviento alguno y guardadas para siempre! La última vez que disfruté de su presencia fue la semana pasada. No vi ningún motivo de alarma, sin embargo hoy no se hallaba donde nos tenía acostumbrados. Tras contemplar Julieta, estreno reciente de Almodóvar , hemos ido presurosos a verificar la impresión inicial y, efectivamente, no estaba. En el suelo, el hueco que dejan  las ausencias. Todos lo conocíamos. El parterre, desnudo, sin nada en sus entrañas. El olivo, amigo incondicional durante tantos años, ha pasado a mejor vida sin despedirse, sin adioses indeseados, ahorrándonos lágrimas, emociones y lamentos. Discreto, silencioso, sin quejido alguno, como siempre...

FOBIAS: TEMORES IRRACIONALES HACIA...(1)

Las fobias son temores extremos e irracionales hacia objetos, situaciones o actividades específicas. A  menudo, estos miedos generan una res...

VANESSA INCONTRADA: Hija de padre italiano y madre española: Nacida en Barcelona. Rostro del Año

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LLEGAR HASTA EL FINAL TIENE PREMIO

De ANGIE para LUIS ANTONIO

"Haikuquero es
el beso que se entrega
cuando hay querer".