Me encantan muchos de los nuevos avances tecnológicos, aunque la complejidad de algunos superan mis límites. Supongo que muchos ya estáis enterados de qué va este artilugio porque los medios se han ocupado de él, pero me tienta hacer una referencia al mismo porque está relacionado con otra de mis pasiones: los libros. En el año 2007 ya fue noticia la invención de una máquina muy compacta capaz de imprimir y encuadernar libros en escasos minutos. No dejaba de ser una especie de fotocopiadora gigante con la prestación añadida de encuadernar. La noticia, sin embrago, que publica “El País” (24/04/2009), añade que dicho artefacto ya está comenzando a instalarse en librerías porque permite ofertar al comprador un catálogo de obras impresionante – propiciado por Internet - que incluye una cantidad ingente de títulos descatalogados. La máquina que vemos en la fotografía se llama Espresso Book Machine (que vendría a significar algo así como “Máquina de hacer libros exprés”). Es capaz de imprimir un libro de 300 páginas en 6 minutos, perfectamente encuadernado.
Según informa el diario británico “The Guardian”, esta máquina ha sido recibida como el mayor cambio en el mundo literario desde que Gutenberg inventara la imprenta de los tipos móviles hace más de 500 años y posibilitara la producción literaria a gran escala. Dudo que su repercusión sea tan manifiesta, pero reconozco que presenta ventajas indudables. Permite:
- encontrar cualquier título con facilidad;
- acabar con los libros agotados y desca-talogados;
- ahorrar en costes de transporte y tiempo de espera;
- instalarse en cualquier librería con espacio limitado.
Entre este artilugio, ciertamente novedoso, y la opción de los “libros electrónicos” que ya se están comercializando en España, tras varios años de experimentación en EEUU, hablar de revolución del libro no tiene nada de sensacionalismo vano. Personalmente acojo esta noticia con sorpresa y agrado.
Para completar la información sobre este evento, reproduzco algún párrafo del artículo mencionado:
“Presentada en la librería Blackwell de Charing Cross Road, la calle que durante décadas ha sido la meca de los libreros de Londres, el abanico de libros disponibles de la nueva impresora asciende a 500.000, incluida, por ejemplo, una edición facsímil del manuscrito original de “Alicia en el país de las maravillas”, de Lewis Carroll. Y la cifra se va a incrementar en cuestión de meses. La librería espera aumentar el catálogo hasta el millón de títulos a finales de verano; algo así como 37 kilómetros de estanterías, o más de 50 librerías comprimidas en una sola. La mayoría de los libros incluidos son obras cuyos derechos de autor han caducado pero la librería ya colabora con varias editoriales británicas para aumentar el número de libros sujetos a derechos de autor. Y, según la cadena, la respuesta ha sido muy positiva.
Descrito como el cajero automático de los libros por su propietario estadounidense, On Demand Books, las máquinas Espresso ya funcionan en EE UU, Canadá y Australia, e incluso en la Biblioteca Alejandrina de Egipto, pero la presentada en Charing Cross de Londres es la primera instalada en una librería del Reino Unido. Le ha costado a Blackwell 130.000 euros, pero la cadena considera que estará amortizada en un año”.
El tiempo confirmará o no estas predicciones, pero a los escépticos les recuerdo que, en su día, también se receló de Gutenberg...