Bastantes padres y algunos educadores presumen de ser amigos de los hijos y de los alumnos. La idea, a priori, puede resultar bonita y progresista, pero no hay que descartar que en su fuero interno estas relaciones tan supuestamente idílicas conlleven un cierto autoritarismo camuflado de demagogia o una negligencia educativa con apariencia de amigable.
Es obvio que los padres y educadores deben mantener las mejores relaciones con los hijos y los alumnos, tanto en cuestiones afectivas como de confianza mutua, pero sin dejar de ser lo que son: padres y educadores. Los amigos ya los buscarán ellos. Hay que diferenciar la amistad de tener una comunicación abierta y un afecto hasta entrañable. Los amigos no son los que ponen los límites, ni los que marcan el camino, ni los que dicen “no”, ni los que van a ayudar a solucionar o buscar criterios. Todo eso es función de padres y educadores.
La amistad es un vínculo voluntario entre iguales que exige reciprocidad, por lo que es totalmente distinta al rol que deben tener las figuras de los padres y los educadores La educación es una relación asimétrica, en la que una persona, la adulta, tiene autoridad educativa sobre un menor difícilmente conjugable con una relación entre iguales o de amigos. Creo yo...
Es obvio que los padres y educadores deben mantener las mejores relaciones con los hijos y los alumnos, tanto en cuestiones afectivas como de confianza mutua, pero sin dejar de ser lo que son: padres y educadores. Los amigos ya los buscarán ellos. Hay que diferenciar la amistad de tener una comunicación abierta y un afecto hasta entrañable. Los amigos no son los que ponen los límites, ni los que marcan el camino, ni los que dicen “no”, ni los que van a ayudar a solucionar o buscar criterios. Todo eso es función de padres y educadores.
La amistad es un vínculo voluntario entre iguales que exige reciprocidad, por lo que es totalmente distinta al rol que deben tener las figuras de los padres y los educadores La educación es una relación asimétrica, en la que una persona, la adulta, tiene autoridad educativa sobre un menor difícilmente conjugable con una relación entre iguales o de amigos. Creo yo...
Jamás (respuesta a la pregunta del título que te da la razón con tu texto).
ResponderEliminarLa amistad es para los amigos.
Besos, amigo ;-)
Y creo yo...exactamente lo mismo que vos.
ResponderEliminarBesitos, Luis
Podemos tener confianza , pero no se llega a tanta ,tanta confianza , ni amistad , por lo que dices , nosotros somos los que tenemos que decir "no" a muchísimas cosas y los consejos que les dás nunca es lo que ellos esperan escuchar (por lo menos es mi caso).Asi es que estoy contigo.
ResponderEliminarUn beso .
Pienso como tu,los padres tiene su espacio como padres igual que los educadores,nunca van a ser amigos porque es falso, los amigos los escoge uno mismo y por mucho que uno se quiera engañar a sí mismo nuestros hijos no seran nunca nuestros amigos, por otra parte considero que es mucho más importante ser sus padres que sus amiguetes de estos últimos pueden tener muchos, de padres solo nos van a tener a nosotros.Saludos.
ResponderEliminarYo creo que los padres tenemos que ser padres pero que los hijos nos sientan cercanos. Que sepan que nos pueden contar sus cosas - las contables - sin que pongamos el grito en el cielo y sin escandalizarnos.... No es ser un coleguita, eso nunca, pero sí que nos consideren dignos de su confianza casi tanto como la que tienen con sus amigos.
ResponderEliminarUn beso, Luis.
No creo que nadie con un mínimo de coherencia piense en la posibilidad de las amistades asimétricas e interesadas. Afortunadamente ya estamos pasando la fase en que el ramalazo populista invadia las esferas afectivas de una forma obscena y falaz.
ResponderEliminarDe aquellos lodos estos desengaños.
Pues yo si he disfrutado de la amistad de profesores que aun hoy en dia siguen en contacto....
ResponderEliminarLo importante es la comunicación, el contacto, el intercambio, el guiño, el darse la mano... me da igual cómo llamemos a esta relación...
ResponderEliminarUn beso.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
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ResponderEliminarNo, rotundamente no. La amistad entraña connotaciones que no se pueden aplicar en uno u otro caso. Con los hijos, amor, cariño, confianza, autoridad y respeto. Conm los alumnos, afecto, confianza, autoridad y respeto. Hay elementos counes y otros específicos. No es bueno confundir los términos y pretender que, aras de un buen rollo, las mismas actitudes sirven para situaciones claramente diferenciadas. Un cordial saludo
ResponderEliminarVolvemos a estar de acuerdo en este tema que tanto se ha debatido. Creo que películas como "El club de los poetas muertos" en la que un Robin Williams asumía un papel de profesor-coleguilla-bufón,por poner un ejemplo, flaco favor le ha hecho a la docencia. No hay que confundir los roles, ni mezclarlos. Un abrazo, Luís Antonio.
ResponderEliminarPor otra parte se me ocurre que todos creemos saber lo que hay que hacer pero a la hora de la verdad... habría que vernos...
ResponderEliminarBesos.
Amigo, padre, profesor, son términos diferentes que implican cosas diferentes. Hay que ser cada uno donde corresponde. Eso no quiere decir que la relación no pueda ser buena, es más, debe serlo para que funcione.
ResponderEliminarRecordemos que padres y profesores somos modelos y debemos transmitir muchas cosas de las que hijos y alumnos todavía carecen; para eso hay que ser creíble y auténtico.
Un beso
Luis Antonio, me interpretas totalmente repecto de la relación alumno-profesor. Tengo creo, bastantes buenas relaciones con mis alumnos, no obstante pienso que mi deber no es solamente hacer que aprendan una determinado conocimiento, sino tambien conductas comportamientos, principios, valores, etc. Muchas veces la amistad soslaya errores, es más permisiva, menos exigente, y esto, la mayor parte de las veces, por no herir o molestar al amigo y no perder su aprecio. Los que estamos en la docencia lo vivimos diariamente. No olvidemos que los profesores somos modelos para nuestros alumnos y eso lo debemos tener siempre presente.
ResponderEliminarUn abrazo y exelente entrada.
A Fauve, la petite sauvage, Mara y Cuyá, Carlota, M.Eugènia, Novicia Dalila, Dr. Krapp, Borraeso, Fernando Manero, Cristal, Angie y Héctor Aguilera.
ResponderEliminarTodos manifestáis estar de acuerdo con lo expuesto y tengo que deciros que, si alimentaba alguna duda, con vuestro testimonio está más que despejada. Gracias y abrazos para todos
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A Candela:
La confianza es un cosa y la amistad, además de confianza, supone muchas más: complicidad, permisividad, tolerancia...¿Tus amigos los "profes" te ofrecían todo esto sin interferencias con la labor docente?
Lee el comentario de Héctor Aguilera. Marca bien a las claras la diferencia entre uno y otro rol.
Un abrazo
Deje un comentario después de cristal y no se publicó. Te decía que totalmente conforme con lo que dices pero a Cristal le decía que el Club de los poetas muertos me emociona especialmente. No amigos pero empatía debe haber mucha.
ResponderEliminarUn abrazo
A Mamen:
ResponderEliminarSuelen pasar estas cosas, pero tú has enmendado el problema. Efectivamente esa película nos dejó un grato recuerdo a muchos. Y en lo de la empatía, confianza y cercania con los alumnos e hijos, totalmente de acuerdo. Nada de ello está reñido con el desempeño de nuestro "rol" de padres y educadores.
Un abrazo, maña
Soy profesora de una universidad y lamentablemente por muchos años cometi el error de amigarme con mis ex alumnos, a la final me utilizaron a su antojo y cuando me cambié de facultad dejaron de dirigirme la palabra, hoy me arrepiento de haberles dado tanta confianza a esa gente. Como dice un dicho "alumno no es gente" por lo tanto, debemos tratarlos al margen, solo educarlos y más nada, sus cosas personales aparte, porque siempre esa relación va a ser de interés por parte del alumno, ellos nunca pierden, el que pierde es el profesor y lo utilizan a uno mientras le seamos necesarios, después nos deshechan como basura.
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