Prefieren lo suave y decoroso
antes que la expresión franca,
tan dura y malsonante
para sus pudorosos oídos.
Son sacarinas convencionales
que endulzan ensuciando
e imponen con violencia desatada
una visión idílica y falsa del mundo.
Con máscaras de sinónimos,
sombras traicioneras,
pudor hipócrita y remilgado,
se asustan de la crudeza vital.
Mojigatos ante el desnudo,
cierran espantados los ojos
ante la turgencia de los pechos
y la llamada de los muslos abiertos.
Temerosos de las palabras puras,
llaman limpieza étnica al genocidio
e impuesto revolucionario
al chantaje del terror.
Asustadizos cual comadrejas,
ocultan la mueca de la muerte
bajo un sudario de lino
en un jardín lleno de malvas.
Son...! EUFEMISMOS ¡
antes que la expresión franca,
tan dura y malsonante
para sus pudorosos oídos.
Son sacarinas convencionales
que endulzan ensuciando
e imponen con violencia desatada
una visión idílica y falsa del mundo.
Con máscaras de sinónimos,
sombras traicioneras,
pudor hipócrita y remilgado,
se asustan de la crudeza vital.
Mojigatos ante el desnudo,
cierran espantados los ojos
ante la turgencia de los pechos
y la llamada de los muslos abiertos.
Temerosos de las palabras puras,
llaman limpieza étnica al genocidio
e impuesto revolucionario
al chantaje del terror.
Asustadizos cual comadrejas,
ocultan la mueca de la muerte
bajo un sudario de lino
en un jardín lleno de malvas.
Son...! EUFEMISMOS ¡
Estupendo poema, estimado Luis Antonio, para tratar el uso de eufemismos.
ResponderEliminarLas palabras pueden encubrir pero no cambiar la realidad de las cosas. A la larga, el nombre se acaba contagiando de la fealdad de lo nombrado. Y entonces hay que buscarle repuesto. Se crean así cadenas de eufemismos que van caducando.
Qué realidades están prohibidas es un problema cultural. Esto va cambiando de unos países a otros, de unas culturas a otras. El eufemismo no es sino la reacción lingüística ante esa prohibición. Y nuestro léxico se va amoldando a prohibiciones cambiantes.
Te dejo un abrazo, amigo, es un lujo leerte.
Pero qué miedo tenemos a llamar a las cosas por su nombre. Lo políticamente correcto es lo que manda y lamentablemente condiciona todo tipo de relaciones.
ResponderEliminarMagnífico texto, Luis Antonio. El daño que se puede comenter desde la hipocresía y la falsa dulzura es absolutamente aterrador. Uno de los grandes males de esta "sociedad del malestar".
ResponderEliminarMuy bueno tu texto Luis. Los eufemismos, muy frecuentes en algunos discursos, son una muestra más de que el lenguaje abarca a todo, también a la hipocresía de nuestra sociedad...y la nutre.
ResponderEliminarPetons
¡Ay los eufemismos! Las alcahuetas del lenguaje. Como toda alcahueta, falsa, hipócrita, aduladora, y siempre pendiente de los buenos cuartos si puede ser.
ResponderEliminarEs un texto maravilloso el que has escrito y leerlo es un poco como tenerlo de bálsamo precisamente contra este tipo de manifestaciones lingüísticas, que por cierto, no nos abandonan.
Un abrazo.
Al pan, pan, y al vino, vino. Y siempre de frente. Muy bueno
ResponderEliminarBrillante. Las analogías son estupendas; los eufemismos, a veces necesarios.
ResponderEliminarSi todos hablásemos claro, esto sería otro mundo. Hay cosas que hay que vivir en el incógnito. La foto lo explica.
A Marysol: Efectivamente, unos eufemismos dan paso a otros por la presión que ejercen esas culturas más o menos cargadas de prejuicios. Y nosotros, de comparsa...
ResponderEliminarA Faroni: Tenemos miedo porque, en el fondo, estamos cargados también de los misma “moralina” que los provoca...
Al Dr. Krapp: La hipocresía y las apariencias nos embargan a todos en mayor o menor grado...
A Mara y Cuya: En el fondo el lenguaje en sí es inocente, somos nosotros los que lo contaminamos.
A Fermín Gámez: En el fondo lo que he hecho ha sido un simple desahogo agresivo, pero “desahogo agresivo”, ¿no será otra suerte de eufemismo? Llega un momento en que acabas olvidando la palabra directa...
A Isabel: La frase que siempre nos viene a la memoria, pero con escasa incidencia. ¿verdad?
A Félix: Hay eufemismos que son un mal menor, pero los que me han inspirado este desfogue no tienen justificación alguna. ¿Te imaginas la gracia que le hará al trabajador despedido que le digan que sólo se trata de una “flexibilización de la plantilla”... Llamar a lo mismo con su nombre no mitigará su dolor, pero lo anterior suena además a sarcasmo, ¿no?
Me viene a la memoria el eufemismo del Gobierno Catalán cuando quería hacer un trasvase solapado del Ebro y lo expresó de esta manera:"Captación temporal del agua"...Afortunadamente vino la lluvia y no hubo necesidad.
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