Presumo de haber leído casi toda la obra de Ramón J. Sender hace ya unos cuantos años.
Ayer me "tropecé" con esta obra y no resisto la tentación de recoger una reseña de la Editorial Contraseña que, por supuesto, me motiva para iniciar su lectura “ipso facto”.
Argumento:
Años antes de publicar sus "Tres novelas teresianas" (1967), Ramón J. Sender ya había manifestado un notable interés por la vida y la obra de la santa abulense. Fruto de su atracción por este personaje castellano, el autor publicó "El Verbo se hizo sexo (Teresa de Jesús)" (1931), una singular novela biográfica que recrea cuatro momentos fundamentales en la vida de Santa Teresa: su adolescencia, condicionada por las tensiones entre sus hermanos Rodrigo y Pedro; la pubertad, en una crisis personal acuciada por el distanciamiento de su familia; los años de pasión, cuando se descubre a sí misma como amada del Señor y funda un nuevo convento; y los años de reposo y santidad, una vez reconocida su Orden de Carmelitas Descalzas. El hilo que otorga continuidad a estos cuatro momentos es la carne o, más bien, ese impreciso imaginario sexual que se forja progresivamente en la vivencia religiosa de la santa y que tan crucial sería para su literatura mística.
Con prólogo de Cristina Morales -autora, por cierto, de una "Introducción a Teresa de Jesús" (ed. Anagrama)-, Alfonso Castán y la editorial Contraseña recuperan una de las obras menos conocidas de Ramón J. Sender.
Imagino, entonces, que conocerás el libro "Siete domingos rojos". Es de los primeros, unos años antes del golpe de Estado y la guerra civil. El recuerdo difuminado que guardo es que me pareció cálido y aproximativo a un tiempo y unos personajes que pugnaban por lo suyo. No parece que hoy día interese a las editoriales reproducirlo.
ResponderEliminarConozco el libro que citas. Narra el desarrollo de una huelga general convocada como protesta por la muerte de tres obreros en un altercado contra la policía que intentaba suspender un mitin anarcosindicalista...
Eliminar1932, nos traslada durante una semana a la vida cotidiana del Madrid obrero de los años treinta, colapsada y alterada por los disturbios y la represión, e impregnada por el espíritu anarquista.
ResponderEliminarTristes años aquellos que acabaron desembocando en una Guerra Civil...
EliminarLa imaginación no tiene fronteras:
ResponderEliminarNi en la Mística, ni en el Sexo, ni en la Mecánica Cuántica.
VVerdú.
Tienes razón, sus dimensiones son inconmensurables.
ResponderEliminarMe gusta tu visita por estos "ruedos", Vicente.
Un abrazo
edirne
ResponderEliminarhatay
ığdır
ısparta
muş
NAZEP