La lectura del
libro "1898 El fin del Imperio español" de Tomás
Pérez Vejo me está deparando mucha información desconocida. Tanto es así, que
la idea que tenía de este momento histórico se modifica considerablemente para
dar a luz a otra, ciertamente novedosa.
La desigual guerra de Cuba entre España y EEUU fue producto, entre otras razones, de la propaganda que se hacía en este último país basada fundamentalmente en la injusta Leyenda Negra. El nuevo imperialismo norteamericano aparecía como expresión del progreso, la civilización y la lucha por la libertad, frente al retrógrado y arcaico de los españoles, un pueblo congénitamente cruel y sanguinario, imagen reflejada de manera particularmente clara en las crónicas de The New York World, Sylvester Scovel, en las que se detallaba como los soldados españoles cortaban las orejas de los cubanos caídos en combate para lucirlas como trofeos y en que el jefe del ejército español raramente era "el general Weyler" sino la "hiena mallorquina", "el tigre de la manigua" o "el carnicero" (al margen, por descontado, de los horrores de una guerra particularmente cruel por parte de los dos bandos y de que la política llevada a cabo por Weyler, con miles de muertos entre la población civil, difícilmente se libraría hoy en día de ser condenada por una comisión internacional de derechos humanos).
Las propagandas más desaforadas han ido siempre al par de la preparación de las guerras, y de ello los USA saben mucho, incluso preparar las condiciones para una intervención. Ya se vio en 1898 y en Vietnam y en Irak, etc.
ResponderEliminarCierto. Así es.
EliminarCuando hay una guerra, lo primero que cae es la información.
ResponderEliminarLa Leyenda Negra ha sido un recurso de ataque habitual y aquí, se ha hecho muy poca cosa por rebatirlo.
Salud
Efectivamente, la información puede desempañar la función de un arma...
EliminarSaludos cordiales, Francesc
El 98 fue levantar el velo a un ejercito antiguo con bolitas de alcanfor como mas tarde lo fue annual, luego vino el africanismo, y el esto lo arreglo yo en dos patadas de oficiales añorosos sin mando y con rencor y luego el silencio que trajo la oscuridad.
ResponderEliminarPenoso, pero suena a que así fue...
EliminarNunca comprenderé el ensañamiento con el que los combatientes actúan al final de las batallas, porque esto que cuentas hacían los españoles en Cuba, también lo hicieron en la guerra de África, como si tras la locura del combate, todos se volvieran alimañas. Lo peor es que se sigue haciendo hoy mismo en la guerra de Ucrania... no hemos aprendido nada a pesar de siglos y siglos de horror. La guerra de Cuba, marcó el fin del Imperio español y hundió al país en la crisis que definiría el siglo XX, la oscuridad ...que comenta arriba CHC.
ResponderEliminarY...seguimos a oscuras ; )
Muchos besos y buen finde LUIS ANTONIO
Seguimos a oscuras sin acabar de vislumbrar luz alguna. ¿Hasta cuándo?
EliminarMuchos besos, estimada María
Creo que Francesc ha argumentado lo que pienso. Me apunto
ResponderEliminarSalut
Francesc argumenta muy bien. No me sorprende tu adhesión
EliminarSaludos cordiales