Los grandes medios de comunicación se ocupan de todo con gran detalle, a excepción de lo que en realidad es importante para las personas. Se escamotean, se pasan por alto asuntos directamente relacionados con la vida humana, en su núcleo más capital. Uno de ellos es la educación sentimental. Creo que se equivocan al centrarse sólo en el desarrollo de la inteligencia para mejorar en el campo profesional, olvidando todo lo concerniente a la afectividad. De este asunto pocos pueden presumir de saber algo y esta carencia conduce a una persona segmentada, incompleta, mal diseñada y que sólo está preparada para su trabajo. De los sentimientos, tan relevantes en la condición humana, no sabe teoría ni práctica. Algunos especialistas añaden que esta carencia se observa más en los hombres que en las mujeres.
Es que creo, han cambiado los términos. Antes, los medios de comunicación informaban, hoy quieren crear opinión.
ResponderEliminarNo verás a ningún diario que ponga lo que solían poner, porque era cierto: Diario independiente (o bien de la mañana, o bien de la tarde). Hoy todos dependen de subvenciones, de la propaganda del estado editando en ellas , de las filtraciones capciosas o no de los grupos de presión, de los accionistas, del grupo empresarial y su tendencia ideológica...Así vemos que las corporaciones cuentan siempre con una cadena de radio, un diario de cabecera, un medio o dos en internet y una cadena nacional en TV. GRupo Prisa, A3 Media, Godo...
No hay medios independientes, eso era antes, hace muchos, muchos años.
salut
Me conformo con información amplia y fiable.
EliminarSaludos y salud
Personalmente prefiero que no se ocupen de la educación sentimental. Este aprendizaje es parte de la libertad del individuo y de la superación y lucha por la vida y sus significados. Otra cosa es que sea valorada y reconocida. De lo mediático ya no espero nada constructivo. Me conformo con que no envenenen y desvíen la atención de lo esencial, pero ni por esas.
ResponderEliminarLa educación basada en la información fiable y ajena al adoctrinamiento nunca viene de más...
EliminarParece que los planes de enseñanza van dirigidos casi exclusivamente al conocimiento utilitario, se fomenta lo inmediato y se rechaza el conocimento generalista. Los conocimientos teóricos no gozan de buena salud. Por otra parte, los medios de comunicación se regodean en el detalle irrelevante, de manera que esto hace que los árboles no dejen ver el monte.
ResponderEliminarSaludos
Francesc Cornadó
Nunca he sabido de una línea educativa que agrade a la inmensa mayoría. Personalmente me conformo con que contribuya a sacar las capacidades de las personas y que sepan hacer un uso ético de las mismas. No es poco.
EliminarSaludos, Francesc
ES un tema clave. La educación sentimental tiene mucho que ver con las emociones y ya sabemos que vivimos en un mundo de manipulación emocional para vendernos una idea política o unas vacaciones en el Caribe.
ResponderEliminarHay que intentar casar a las emociones con la razón.¡ Ardua tarea !
EliminarTambién prefiero que los medios de comunicación no se entrometan en la educación afectiva, dada su relevancia pienso que la mejor escuela para educarse sentimentalmente es la familia; por ejemplo el padre y la madre hacia sus pequeños, son las figuras determinantes para potenciar la afectividad en sus hijos, en ese sentido lo que siembren en la infancia de sus retoños será la simiente que germine y los alimente el día de mañana. Pero la cosa no es tan sencilla, claro.
ResponderEliminarCierto, la educación afectiva es un ámbito en el que la mayoría nos movemos a tientas, a base de ensayo y error. Los psicólogos manejan muchas claves para ayudar a personas muy carentes de afectividad, es un asunto complejo, pero los padres siempre tenemos truquillos; una muy buena manera de fortalecerles la emoción y la afectividad es, ni más ni menos que… ¡contarles cuentos!
Los cuentos son un vehículo extraordinario para poner en liza todos estos valores afectivos, y si te los inventas, como hago yo con mis hijas, pues mucho mejor, yo trastoco los cuentos de H.C. Andersen, pongamos por caso, y los deshago a mi antojo para rehacerlos con giros rocambolescos, o fábulas inventadas de animales (el oso que ayudó a la ardilla para cruzar el río, y como ésta mostró al oso donde se hallaba un suculento panal de miel, etc, etc), ese resumen entre los paréntesis, es uno de los varios que desarrollo y he contado a mis hijas, y obviamente meto muchas emociones, desafectos y afectos, para acabar positivamente con una lección valiosa en el plano afectivo que mis hijas captaban al instante.
El sistema educativo hace tiempo que se puso de rodillas ante la tecnocracia, es lo que piden los tiempos, dicen.
La tecnocracia no es mala per se, nos beneficiamos con ella… pero si es malísimo que se haya roto el equilibrio o contrapeso entre la Tecnocracia y las Humanidades, tan arrinconadas y marginadas en nuestro sistema, así que nos convertimos en el engranaje que hace funcionar la Tecnocracia, y como engranajes somos piezas autómatas, repetitivas, no creativas.
Con la marginación de las Humanidades el juicio crítico se evapora rápidamente. Y en las Humanidades también está la Poesía… una portentosa escuela sentimental.
Un abrazo, apreciado Luis Antonio.
A los niños les encantan los cuentos aunque los hayan escuchado infinidad de veces....
EliminarComparto el dolor que manifiestas por el abandono de las Humanidades. Eso de fomentar el espíritu crítico no suele gustar a los de "arriba". Lamentablemente la poesía no es el género más apreciado por los jóvenes...
Gracias, Paco
Un fuerte abrazo
A mi que no me eduquen sentimentalmente, ni a mi ni a mis hijos tampoco. Cada individuo que sienta como quiera, para mi es así de sencillo.
ResponderEliminarUn saludo.
El ejemplo es educativo y no tengo la menor duda de que tus hijos aprenden de lo bueno que les dais.
EliminarSaludos