Hay muchos
argumentos en contra de los nacionalismos. Supongo que también los hay a favor.
Entre los primeros, quiero hacer referencia sólo a uno: SON RETRÓGRADOS.
Plantean una ciudadanía basada en la patria chica, la identidad étnica y la
lengua única. Justo lo contrario de lo que procede en el siglo XXI:
desnacionalizar lo más posible a las personas, desligarlas del pasado y
centrarlas en los deberes y derechos del presente y del futuro. El "nosotros"
de los secesionistas es siempre "no a otros". Y marca un regreso al
tradicional caciquismo hispano que saboteó a sabiendas las promesas liberales y
sociales de la democracia española en el siglo XIX y comienzos del XX.
El nacionalismo es una de esas ideologías encapsuladas, impermeables a la evolución de las sociedades.
ResponderEliminarEs como un planeta, por ejemplo una copia minúscula y defectuosa del planeta Tierra, pues es un astro que solo posee movimiento de rotación, gira sobre su propio eje una y otra vez, indefinidamente, y no tiene movimiento de traslación, sin integrarse en un sistema de planetas variables que se influencian y benefician mutuamente.
Y como es una ideología sin movimiento de traslación, no conoce la sucesión de estaciones y sus estímulos. Allí se ha instalado un invierno gélido permanente… como en el Jardín del Gigante Egoísta, ese memorable cuento de Wilde que tantas veces he leído a mis hijas.
Un abrazo, Luis Antonio.
Totalmente de acuerdo, Paco
EliminarOtro abrazo
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ResponderEliminarLos nazionalismos se retroalimentan. No hay más que ver que las encuestas proporcionan una subida desmesurada de la ultraderecha española, una subida importante de la derecha tradicional proclive al extremo y todo gracias ¿a qué artistas? Y ahora los nazionalistas catalanes dirán que ellos no han sido. Todo esto no es bueno para nadie, así que no es para menos estar asqueado. Y uno que creía haberlo visto todo...
ResponderEliminarLos movimientos radicales de un signo y otro se alimentan entre sí. A decir verdad se necesitan para justificar sus ¿desvaríos?
EliminarUn poco de memoria y nos harían ver que la II mundial empezó con el nacionalismo como seña de identidad.
ResponderEliminarSalut
Los líderes de todos los nacionalismos son expertos en tergiversar la historia.
EliminarSaludos
Son retrógrados, sin duda, apelan a lo irracional y son, en definitiva una muestra de un complejo de inferioridad que se muestra según su opuesto: el supremacismo.
ResponderEliminarEl nacionalismo ha estado presente en todas las formas de crueldad que tantas muertes produjeron durante el funesto siglo XX
Salud
No hay nacionalismo bueno. No me canso de repetir este aforismo o lo que sea...
EliminarSaludos
Creo que el nacionalismo como defensa de lo propio es justificable y entendible lo malo es que la palabra de la que procede "nación" lo pervierte.
ResponderEliminarTú tienes un blog sobre Teruel porque quieres que se visibilice Teruel tan postrada por los sucesivos gobiernos. ¿Eres nacionalista turolense? No, eres un defensor de Teruel.
¿Cuando se disolvió el Imperio austrohungaro al final de la Primera Guerra Mundial aparecieron los diversos países del Centro y Este de Europa fue negativo en si mismo o lo fue el hecho de las hegemonía que querían unos países sobre los otros.
¿Cuando entonces se pervierte el nacionalismo? Cuando más allá de la legítima defensa de lo propio es una idea excluyente o hegemónica frente a otros pueblos. Cuando un nacionalismo quiere eliminar la idea territorial de otros pueblos a los que busca someter.
Por eso el catalanismo, el galleguismo o el andalucismo no son en sí ideologías nefastas por defender lo propio. Es el uso de ellas para conseguir que sean únicas y exclusivas las que las pervierte.
Un abrazo
Te contesto con lo que ya publiqué en su día en este blog sobre el nacionalismo, que nada tiene que ver con el patriotismo, al que sí respeto
EliminarDisfraz temporal,
victimismo agudizado,
reivindicación insaciable,
dirigismo cultural,
manipulador de masas,
banderas y soflamas,
chantajista compulso,
ideología débil que
no resiste el menor
análisis intelectual,
enemigo del debate,
del diálogo sereno,
de la autocrítica,
de la libertad
y de la democracia,
sin principios éticos,
fraseología insulsa,
himnos y consignas,
narcisismo colectivo,
paranoia convulsa,
sectarismo radical,
o sea, y en definitiva,
enfermedad mental...
Todo eso y más...
me sugiere la palabra
NACIONALISMO.
Pero también tiene una fuerza
que no procede ignorar:
sabe adoctrinar enarbolando
el enhiesto estandarte de
un patriotismo salvador,
aunque mustio y rancio,
bajo un disfraz populista
aparentemente moderno,
y sabe, como pocos,
explotar las emociones
hasta el extremo de
convertirlas en una especie
de inflación de la emoción...
frente a la razón.
Un abrazo
Ya sabes que distingo entre los nacionalismos supremacistas y el patriotismo entendido como amor a la tierra propia (y a la que nos acoge)
EliminarUn abrazo
Yo es que tengo una visión muy particular de la estructura social de este mundo en que vivimos... pues para mí vivimos en una especie de matrioshka donde se van encajando todos y cada uno de los nacionalismos... y a la que los engloba a todo la llamamos globacionismos... pero no deja de ser un "nacionalismo egemónico que impera sobre el resto"... dicho así, sonará raro, pero exponer mi pensamiento de forma razonada y atendiendo a sus variables me llevaría un buen rato...
ResponderEliminarEspero no molestar a nadie con mi opinión, si alguien se molestara con ella, pido disculpas de antemano...
Abrazo
Nadie se molestará por tu comentario. Todo lo contrario. Contrastar opiniones enriquece a todos, salvo a los que creen estar en posesión de la verdad absoluto. Que tambien los hay...
EliminarUn abrazo