"Con la verdad se llega a todas
partes" Con esta frase, seguramente hayamos recorrido parte de nuestra
enseñanza más arraigada. Decía Platón que "hay que tener valor de decir la
verdad, sobre todo cuando se habla de la verdad". Sin embargo...
Llamar a las cosas por su nombre, dar la
cara y decir lo que se piensa son constituyentes de un oficio de alto riesgo. A
la mayoría nos asustan estas actitudes y acostumbramos a pecar de manifiesta
cobardía. La verdad, y no solo en verano, parece estar de vacaciones. El
problema no es actual, tiene historia...Triste y penoso consuelo.
Como consecuencia de ello terminamos
acostumbrándonos a las medias verdades, a la rumorología incómoda y a la
conjura de la mediocridad.
Claro que si hubiera que llamar a las cosas por su nombre, la verdad sería innombrable.
ResponderEliminar(Pero se ha perdido el viejo estilo de "al pan, pan y al vino, vino" que no sé si era asunto de verdades o simplemente de objetos que sí eran aunque a veces no lo parecieran. Ahora todo reside más en parecer, peor aún, en aparentar)
A veces pienso que el interlocutor nos condiciona bastante. En cualquier caso lo mejor es callar antes que caer en la mentira y en la falsedad.
EliminarAgradezco a las personas que llaman las cosas por su nombre. Creo que todo es más fácil con ellas...🤷
ResponderEliminarLo mismo pienso. Son tan escasas...
EliminarNo existe la verdad, todo es según la posición desde la cual se mira. Aquellos de los colores y es que hay verdades en blanco y negro que desde otra perspectiva son multicolores.
ResponderEliminarUn abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarComo afirmó Nietzsche, la verdad es una creación humana, una ilusión de la que nos olvidamos...
EliminarLo que sí tengo claro es que ninguna ideología contiene la verdad porque es una especie de autoengaño. Otra convicción que tengo es que cuanto más se conoce una cosa, más se derrumban nuestras preocupaciones sobre ella. Internet puede ayudar mucho...
Abrazos