Me cuesta aceptar a las personas
que se manifiestan intolerantes, autoritarias
e incapaces de adaptarse a las metamorfosis que el tiempo y el entorno
nos provocan. Ignoran que las rectificaciones y las dudas dignifican a quienes
las practican.
Me apena también que no pocos
sientan una especie de alergia a admitir algo tan elemental como que, a medida
que las circunstancias cambian, pueda uno también experimentar la misma
mutación.
La flexibilidad es signo de
inteligencia y no de debilidad. Demuestra capacidad de adaptación a nuestro
entorno y rebeldía contra el maniqueísmo inmovilista de las doctrinas.
La capacidad de adaptación es un signo de inteligencia. Permanecer inmobil ante los cambios tiene un nombre: inmobilista. De esto a la intransigencia o a la intolerancia hay un pequeño paso.
ResponderEliminar¡Rectificar es de sabios!, tantas veces se ha dicho.
La evolución natural se produce por adaptación al medio, la especie humana, además, debe adaptarse a las circunstancias sociales, y si alguien no lo hace deberá admitir su aislamiento o exclusión.
Saludos
Me congratula, amigo Francesc, verificar que compartimos estas ideas. Como bien sabes, no faltan adversarios de las mismas.
EliminarUn abrazo
Dicho así, en principio, estoy totalmente de acuerdo con lo que propones en tu texto.
ResponderEliminarEs más, no podría estar más de acuerdo. La dudas no solo ennoblecen, son la demostración palpable de la inteligencia que mencionas. Desde el 'cogito ergo sum' de Descartes hasta aquí... hemos hecho un gran camino gracias a ellas (las dudas). Otra cosa, es quien define o señala el maniqueísmo y qué es o no doctrina... ¿el cascabel del gato?
En todo caso, te abrazo!
A propósito del adoctrinamiento, te citaré una frase de José Saramago, al que profeso una gran admiración.
Eliminar"He aprendido a no intentar convencer a nadie. El trabajo de convencer es una falta de respeto, es un intento de colonización del otro"
Otro abrazo para ti, estimada Cristal
No dudar de uno mismo, ser rígido e inflexible, es una pésima estrategia evolutiva, el cerebro se empieza a oxidar.
ResponderEliminarMucha gente habla sin pensar, demasiados, y cuando se habla de esa manera no se tiene una opinión formada, solo se tiene un discurso (que no es lo mismo) y ni siquiera es un discurso propio. Y además es un discurso para todo. Como si la realidad cupiera en un discurso. Así también se atrofia el pensamiento.
Gracias Luis Antonio, no dejes de repartir sensatez, que discursos ya reparten a diestro y siniestro.
La sensatez está ligada a la cordura, al entendimiento, al raciocinio y a la prudencia. Ya me gustaría hacerme acreedor de "repartir sensatez", pero es muy difícil eso de dar lo que se quisiera tener....
EliminarEso no quita que te esté agradecido por ese elogio totalmente inmerecido.
Un abrazo, Paco
Hace mucho que decidí tratar lo menos posible a ese tipo de personas. Son terriblemente dañinas.
ResponderEliminarPorque conozco a algunas de estas personas, he planteado este asunto...
EliminarYo hace mucho tiempo que milito en la filosofía de las dudas... sólo a través de las dudas nos formulamos las preguntas adecuadas...
ResponderEliminar... y como escribió el niño de las pinturas: "Como no obtenía respuestas decidí cambiar las preguntas"... supongo que esa es la cuestión: adquirir las habilidades necesarias para saber utilizar las dudas para, formulándonos las preguntas adecuadas, aproximarnos, siquiera, si no es a la verdad completa, a una certeza ponderada que se revele como lógica a la luz de la razón...
"Estar completamente seguro es errar en voz alta" (Ambrose Bierce)
Abrazo.
Lo bueno de las dudas, entre otras cosas, es que te motivan para poner los medios y despejarlas. Algo así como dar luz a las tinieblas...
EliminarUn abrazo
Me escudo como bien tú haces o eso intuyo en ésta entrada Luis Antonio, de todos… Aquellos que se dicen o se creen poseedores de la verdad y se vuelven engreídos y practican la insolencia y la intolerancia, y la autoridad sin dogma, con el impulso singular de su creencia e inadaptación, a otras premisas o realidades que pueden aportar cauces de altura y visión equilibrada de los distintos y dispares momentos que la vida en su acontecer puede presentar y hemos de estar dispuestos a esa asunción emergente desde lo mejor que a nuestro cognitivo ego alcance…
ResponderEliminarUn abrazo
Coincido contigo ,Dionisio. Lo más sensato es protegerse de tales personas.
EliminarUn abrazo
¿Y que hacemos con nuestro orgullo en un mundo donde la vanidad es su razón de ser? ¿O acaso no es el orgullo y no las ideas en sí las culpables de esa estúpida visión inmovilista de que los pensamientos no deben cambiar para no sentirnos frágiles y debilitados?
ResponderEliminarUn abrazo
No sé cuál es la justa medida del orgullo asumible, pero sí tengo claro que el exceso y la carencia pueden ser negativos.
EliminarUn abrazo
En todo esto tiene mucho que ver la pereza mental de la gente, que se siente cómoda en sus esquemas y no los saques de ahí.
ResponderEliminarSaludos
Pereza mental y poco afecto o amor, ¿no?
EliminarSaludos
Creo que el Dr KRAPP y CHAFARDERO dan en el clavo. El ego tirando de la intransigencia y la incapacidad para reconocer errores y la falta de esfuerzo en contrastar y analizar en detalle los posicionamientos que adoptamos hace que sea más fácil dejarse llevar por la vorágine del momento , los apasionamientos y la masa, que pararse a reflexionar. Yo creo que siempre que uno reflexiona en profundidad, salvo fanatismo u obcecación... aparece la duda.
ResponderEliminarOtro montón de besos, sin ninguna duda ; )
Es más fácil dejarse llevar por la corriente que pensar, considerar un asunto con atención, estudiarlo, comprenderlo, tener una opinión y obrar en consecuencia...Demasiado esfuerzo para mentes inmovilizadas por la falta de uso...
EliminarMuchos besos, estimada María