Desde hace más
de doscientos cincuenta años se suele denominar como SIGLO DE ORO a la etapa de plenitud artística y literaria en España
que se inicia en el S. XVI con el
Renacimiento y que dura hasta finales del S. XVII con el Barroco. Se podría
hilar más fino, pero en cualquier caso se trata de una etapa que supera con
creces a lo que se entiende por un siglo. En la Facultad de Filosofía y Letras de
Barcelona, el catedrático Don José Manuel Blecua, padre del actual Director de
la Real Academia de la Lengua Española, también con el mismo nombre y apellido,
nos recomendó que era más apropiado referirse a esta etapa con el nombre de EDAD DE ORO. Otra opción simple, pero más ajustada, podría ser SIGLOS DE ORO. Así lo vengo haciendo desde entonces y me
consta que muchos profesores de Filología Hispánica hacen lo propio. Pero...¡Que
si quieres arroz, Catalina!
Ahí sigue el
término vigente y campante en la inmensa mayoría de los libros y en el uso académico. Y, como de costumbre, no son pocos
los alumnos avispados que preguntan por qué se llama Siglo de Oro a lo que en
realidad son dos...
Me gusta tu explicación :) Hay que hablar siempre con propiedad.
ResponderEliminarMuchos besos, muy interesante.
Desgraciadamente no está de moda hablar con propiedad. Algunos piensan que eso sería cursi o purista...
EliminarUn abrazo, Carmen
Como la guerra de los 100 años, que en realidad duró 116 [si mal no recuerdo], hay ciertas situaciones que originan un cuetionamiento y es muy válido.
ResponderEliminarUn abrazo
muy interesante
Lo curioso de estas imprecisiones de carácter histórico es que se aceptan sin rechistar y nadie tiene interés en corregirlas...
EliminarOtro abrazo para ti, amy
Y a mi me alegra que la gente pregunte y planteé dudas porque eso significa que a la vez ... Nos las planteamos a nosotros mismos.
ResponderEliminarUn abrazo de luz
A veces no se plantean más dudas por temores, generalmente infundados.
EliminarUn abrazo, Luz
Un claro ejemplo de paradoja convertido en paradigma...
ResponderEliminarAbrazotes.
Podríamos citar unas cuantas paradojas de esta especie...
EliminarGracias por tuvisita.
Abrazos
muy buena explicación
ResponderEliminarabrazos
carlos
Abrazos, Carlos
Eliminarcontroversias del costumbrismo, algo que viene minando razonamientos ¡porque es más fácil que venga todo etiquetado!
ResponderEliminarun día te contaré la malversación de nuestra historiografía (que no historia) que poco a poco se van develando inexactitudes y costumbrismos que nos provocó ser legos de nuestros propios orígenes
un abrazo
Si no ponemos nombres a las cosas, éstas no existen. Lo malo es no poner los nombres con criterio.
EliminarUn abrazo
Muy bien tu aclaración, Luis. Gracias, no más Siglo de Oro.
ResponderEliminarAdemás me has hecho investigar. No conocía la expresión "Que si quieres arroz, Catalina". Gracias a vos y a Google ya estoy lista para decirla a algunos.
Muchos besos.
¡Cuidado que en Madrid hay un restaurante/arrocería con ese nombre: QUE SI QUIERES ARROZ CATALINA!.
EliminarCada vez está más en desuso, pero suele utilizarse cuando alguien hace caso omiso a lo que le dicen El refranero describe su origen así:
"Vivía en la provincia de León un judío converso cuya esposa se llamaba Catalina. A ésta le gustaba tanto el arroz que lo consumía a diario y además se lo recomendaba a todo el mundo, como el remedio ideal para los males. Un día Catalina cayó enferma y como rechazara todo tipo de medicamentos, sus deudos decidieron servirle una escudilla de arroz, pero ésta lo rehusó también. «Que si quieres arroz, Catalina», le gritaban éstos una y otra vez. Pero Catalina entregó su alma a dios, rechazando lo que con tanto entusiasmo había aclamado en vida".
A lo mejor has encontrado la misma explicación en Google
Una enorme alegría tenerte por este espacio.
Tenemos que charlar un día de estos. Imagino que no faltarán temas...
Muchos besos, Su
Ni a tirones acabamos con la terminología perversa, equívoca y manipuladora que llena nuestra forma de dividir la historia...
ResponderEliminarEs como predicar en el desierto...
Eliminarjaja es que somos unos cabezotas, LUIS ANTONIO, somos como las edificaciones, siempre es más caro reconstruir, que construir de nuevo y por lo mismo es más difícil corregir algo mal aprendido, que aprender algo nuevo.
ResponderEliminarSi te digo la verdad creí que en esta entrada ibas a decir que estabas hasta la coronilla de Quevedo, Lope y compañía.. ya me extrañaba a mi viniendo de ti ;-)
Muuchos muchos besos mi querido Segismundo que descanse vuesa merced jaja
...Que toda la vida es sueños y los sueños sueños son :-)
Fíjate si estoy hasta la coronilla de los clásicos de la Edad de Oro que algunas de sus obras las tengo en mi mesita de cabecera (cerca de la coronilla, ja, ja, ja) : Garcilaso (a este poeta lo leí de chaval y me abrió las puertas de la literatura), Cervantes, Quevedo, Gracián, Calderón y hasta Góngora...
EliminarMuchos besos, simpática y estimada María
No se sabe cómo ni porqué hay conceptos que arraigan de tal manera que son inamovibles, por lo que veo es el caso de este (la verdad es que siglos de oro no queda bien ;)
ResponderEliminarAbrazos!!
Yo siempre digo Edad de Oro, tal y como me la enseñaron, matizando la época que abarca, pero Siglos de Oro es más acertado que Siglo de Oro, ¿no?
EliminarBesos, Luna
Es que si lo miramos desde un punto ;para engrandecer la historia de ese siglo y...pico: "Siglo de Oro" queda muy rimbombante y seguramente para darle más realce a la reseña de esa época lo documentarian con este término.:digo yo como la historia la maneja cada uno a su manera y muchas veces la labor de investigación y documentación fidedigna brilla por su ausencia.-Para eso están los expertos en la materia y si ninguno se ha decantado por corregirlo por algo sera...
ResponderEliminarUn abrazo Luis Antonio
Siglo y bastante más que ...pico.
EliminarDices que la historia la maneja cada uno a su manera. Tanto es así que todavía hay quien denomina a la Guerra Civil, Cruzada de Liberación Nacional...A ver si el Papa Francisco prohíbe utilizar el término "cruzada" de forma tan inapropiada...
Un abrazo, Bertha
Me he enterado hace bien poco gracias a ese extraordinario aunque muy malévolo libro de Gregorio Morán, El cura y los Mandarines que la famosa Generación del 27 fue un invento de Dámaso Alonso en la posguerra franquista para darle una fecha simbólica a lo que en justicia había que denominar Generación de la República o de la Guerra Civil. También se dice que la del 98 fue inventada por Azorín por intereses editoriales. No lo sé, tiendo a pensar que todas estas denominaciones tienen una intencionalidad que sobrepasa, cuando no niega, lo puramente literario.
ResponderEliminarUn abrazo
El nombre de Generación del 27 parece tener su origen en que en dicho año, 1927, se celebró el tercer centenario de la muerte de Luis de Góngora. En el Ateneo de Sevilla se reunieron un grupo de escritores para homenajear al poeta cordobés, al que van a considerar como símbolo de la poesía pura que todos anhelaban y que, de alguna manera, suponía un rechazo a la tradición academicista y a las ideas modernistas que ya consideraban caducadas.
EliminarLo del invento de Azorín también me lo explicaron a mí.
No sabría decirte la intencionalidad del término Siglo de Oro...Una hipótesis mía: quizás alguien lo inventó para referirse al Renacimiento y luego vino el Barroco y lo incorporó al mismo "saco"...
Un abrazo
El problema está según Morán -por cierto aconsejo a tus comentaristas y lectores que lean el libro- es que el nombre no podía estar vinculado a la República o a la Guerra Civil y los intelectuales franquistas, como de aquella Dámaso Alonso, decidieron coger una fecha simbólica anterior y no vinculable a la "rojería". Por supuesto aquel acto del 27 congregó a la plana mayor de los poetas, pero casi todos por entonces no eran relevantes.
EliminarUna entrevista muy interesante con el autor del libro y columnista sabatino en La Vanguardia:
http://www.eldiario.es/cultura/libros/Gregorio-Moran-convencionales-momento-democracia_0_330717866.html
Un abrazo
El concepto de generación es más apropiado adjudicarlo a los llamados "del 27" que a los "del 98". Lo del nombre, como bien parece decir Morán, es más discutible.
EliminarHe leído la entrevista que recomiendas y hay ideas que comparto,como por ejemplo lo que dice de los intelectuales que eran transgresores y han dejado de serlo, pero discrepo de lo que expresa sobre Cercás. Este escritor me encanta en todos los sentidos...
Un abrazo
Vamos a tener que hacer una propuesta en "change.org." o similares para que lo cambien. Y te digo, después de lo leído, sería todo un trabajo de investigación averiguar el porqué de toda esa terminología tan calculada que acaba convirtiéndose en algo inamovible pese a la contradición (o engaño) que lleva consigo.
ResponderEliminarTotalmente solidaria con tu enfado. Cuenta conmigo para lo que necesites.
Muchos besos.
Estoy convencido de que si se descubre al autor de alguna obra anónima que ha pasado a la historia, por más publicidad que se le dé, seguirá siendo anónima para la inmensa mayoría...Lo que se aprende mal, perdura...
EliminarMe alegra muchísimo volver a recibir tu visita, Angie. Sabes que te echo de menos mucho...
Besos y abrazos