Las motos tienen un relevante protagonismo en las calles y avenidas de la ciudad condal. Ya estamos acostumbrados. Sólo en China he visto más proporción de motos que aquí.
Sin embargo, este pasado fin de semana la concentración de más de
12.000 Harley-Davidson han acaparado todas las atenciones. Sobre todo las de
los que tenemos debilidad, que raya en la veneración, por este tipo de motos. Afortunadamente las
Harley no son eléctricas como las motos en China. El color y la música del
característico sonido de los motores bicilíndricos de las motos Milwaukee son
el santo y seña que las hace tan especiales.
Un desfile espectacular ha recorrido durante una hora las calles de Barcelona ante la mirada de miles de espectadores. De esta forma concluían tres jornadas dedicadas al mundo Harley que han incluido una exposición en la Feria de Barcelona visitada por un millón de personas. Que no es poco...
No sé por qué, pero lo cierto es que la visión de este
espectáculo me ha traído a la memoria aquella célebre frase de Filippo Tommaso
Marinetti, fundador del movimiento futurista vanguardista allá por el año 1909,
que encabeza esta entrada. Nunca antes nadie se había atrevido a
expresar algo parecido. Aquello, a todas luces, era una provocación que rayaba
en la insolencia. Todo está publicado en la primera página del diario "Le Figaro" el sábado 20 de
febrero del año mencionado. El título era: Le Futurisme.
Recuerdo también que cuando explicaba a los alumnos de
COU el tema de los vanguardismos, siempre había alguno que me preguntaba mi
opinión sobre lo de considerar más bello un automóvil que la Victoria de
Samotracia... Mi respuesta siempre era la misma
y un tanto ambigua: "Es una
comparación absurda que no tiene pies ni
cabeza" Lo que no me atrevía a decirles - supongo que por algún tipo
de prejuicio - es que mi sueño dorado era cruzar los EEUU de costa a costa a
lomos de una Harley... Sueño, todo hay que decirlo, que ha quedado en humo. Como
tantos...
A pesar de la edad los sueños persisten en nosotros, comprendo tu idealismo de correr la costa de los EU.
ResponderEliminarNo sé si has estado en Vietnam pero es una locura las motos, nadie anda todos van motorizados.
Un abrazo.
Mi hijo sí estuvo en Vietnam y coincide contigo.
EliminarCon el tiempo, los sueños son menos utópicos y eso quizás facilite alcanzar alguno de ellos, ¿no?
Un abrazo, Mari-Pi
Pues así son los gustos y las pasiones... Ojalá un día puedas pasar la unión americana de costa a costa en el lomo de una Harley.
ResponderEliminarabrazos
carlos
No la cruzaré en Harley, pero he tenido la fortuna de visitar ambas costas y la verdad es que ha valido la pena...
EliminarUn abrazo
He dejado un comentario, que quizás tengas en el mail, pero me temo que haya desaparecido por algún agujero negro de la informática y la 'mqlp'.
ResponderEliminarVenía a decir, que la ruta 66 es un viejo y bello sueño recurrente de nuestras generaciones. Incluso de las de ahora. Y que desde luego, donde esté el 'arte de vivir cumpliendo sueños'... que se quite cualquier otro ;)
Esta vez no las he visto, pero en otras ocasiones, he tenido la suerte de vivirlo de cerca, gracias a algún amigo. Una pasada!
Abrazos.
P.D. A ver si ahora hay más suerte...
Como le decía a Carlos, parte de ese sueño ya se convirtió en realidad. De los viajes que he llevado a cabo, los de visitar ambas costas, amén de algo del interior, fueron muy gratificante. Sirvieron, entre otras cosas, para mejorar la impresión que tenia del pueblo americano...
EliminarAbrazos, Cristal
Tengo una Suzuki 500 y no me gustan las Harley, las veo monstruos pesados y poco prácticos, me gustan más las motos ligeras y rápidas o la fiabilidad de BMW. Dos amigos míos estuvieron alli y lo que reconozco que es se ha creado un club de gente fiel..
ResponderEliminarDe diseño moderno me quedo con los coches italianos, diseño y eficacia al ciento por ciento. La comparación entre dos muestras de la creatividad no me parece acertada, cada cosa en su sitio, porque ni lo que llevo a su diseño es lo mismo, ni están pensadas para satisfacer a las mismas necesidades. Un saludo
Tengo un amigo que utiliza una moto convencional, ligera y práctica para ir y volver del trabajo, pero reserva la Harley para los fines de semana.
EliminarEs evidente que yo miro con otros ojos estas motos. No todo en la vida ha de tener finalidad práctica. Colmar algún que otro sueño también puede resultar muy placentero, ¿no?
SOBRE GUSTOS, COLORES. Dicen...
Saludos
Jajjj también fuimos jóvenes y veíamos películas....aquellas películas!!!
ResponderEliminarYo también me quedaría con la hardley, la Venus, para qué, ya es patrimonio cultural de la humanidad y no sentiríamos el aire en las mejillas si pretendiéramos montarla. Besos.
Me agrada verificar que no estoy solo en esa elección...Podemos compartir la Harley, aunque sea en sueños...
EliminarAbrazos
Marinetti, como bien se sabe, fue un pintor político al que Mussolini le estuvo más que agradecido (hoy todos los nacionalismos que se precien tienen alguno propio -de pintores, me refiero-).
ResponderEliminarDicho esto, vamos al tema. Hay motos prácticas, las hay ecológicas, las hay ligeras, ruteras, poco gastadoras, eléctricas, silenciosas, de montaña para rescate e incluso aptas para la guerra y con esa idea.
Las Harley no tiene ninguna particularidad de lo anteriormente destacado. Grande, gorda y pesada. Consumidora voraz. Incapaz de ir por una montaña. Ruidosa e impertinente. Muy dada a las averías, muy dada (siempre has de ir con la llave inglesa en el bolsillo), Pesada y poco práctica para conducir 600 kilómetros seguidos, por mucho que digan que es de rutas largas.
Aquí todo el mundo habla de 12.000 motos...pero nadie cuenta el consumo de CO2 por bicho; la cantidad de gasolina tirada; los decibelios que se han tenido que soportar durante tres días y el malbaratamiento de la energía sin aprovechar un solo recurso.
Creo que somos todos mayorcitos y que la edad del quinceañero se ha pasado.
Solo vi cuarentones con poder adquisitivo alto (una moto de estas solo para pasear vale 40.000 y todo lo que quieras más), y personas con ganas de que se les mirase.
Pero a nuestro Ay untamiento les va de perlas. Solo miran la cantidad de pasta que les ha dejado la estancia de esta "filosofía de vida" .
En el único apartado que puede tener valor, es en el de estético, dado que hay modelos que rozan la belleza como obra. Por lo demás, un gasto inútil.
Salut
Marinetti fue un provocador. Yo también he querido provocar un debate y me doy por satisfecho con el resultado. Lo curioso es que casi todos los comentarios se centran en la moto dejando de lado a la pobre Venus del Milo...
EliminarHaces un análisis racional de la concentración de Harleys en Barcelona y, desde esa perspectiva, no tengo nada que objetar. Solo añadiré que no siempre utilizamos la razón para valorar las cosas. También están las sensaciones, la pasión, la fantasía, el ensueño, la idealización...
Una cosa que me gusta de estas concentraciones es que no se ven dos Harley iguales. Sus dueños las personalizan hasta límites insospechados. Había una de tres ruedas decorada con motivos gaudianos, por poner un ejemplo.
Algunas motos expuestas en el reciento de la Fira son de los años 1926, 1936...
No sé si las más convencionales duran tanto...Mi amigo A. tiene una desde hace 22 años y la compró de segunda mano...Tenías que escuchar lo que siente por esa máquina "infernal"...
El ruido al que calificas de impertinente, a algunos nos suena la mar de bien. Casi podría decir que es uno de sus rasgos identitarios. Seguramente tengo mal oído y peor gusto para ver a estas grandes, gordas y pesadas motos con tan buenos ojos, pero viendo el gentío que las contemplaba y aplaudía el otro día, he llegado a la conclusión de que somos muchos los que carecemos del refinamiento y la madurez que seria de desear.... Nos lo tendremos que mirar.
Hay motos de 40.000 € y también las hay nuevas desde 22.000. En cualquier caso, tengo que reconocer que es un precio desmesurado. Tengo entendido que en España se venden entre 3.000 y 4.000 unidades al año. Ya ves cuánto rico hay por ahí...
Y para terminar te diré que los vehículos que circulan por las calles de Barcelona y que más me molestan son las bicicletas. Y eso que no gastan ni contaminan. Muchas de ellas, llevadas por ciclistas incívicos, hacen caso omiso de los semáforos en rojo, invaden aceras estrechas y amenazan la integridad de los demás y la propia. Al Ayuntamiento le responsabilizo de no dar normas claras y de no multar a los vándalos de dos ruedas que circulan de forma intolerable.
Tengo que añadir que me gustan las bicicletas y de estas sí que tengo, pero solo las saco cuando voy de vacaciones a mi pueblo...
Salut i força
Me parece impresionante ver tantas motos juntas y ademas la numerisa concentracion de gente enriquece a la ciudad.
ResponderEliminarUn beso.
Así es, aunque no todos piensen los mismo...
EliminarBesos, María
y da más libertad...
ResponderEliminarY placer... Seguro. Solo hay que ver las caras de algunos pilotos y paquetes.
EliminarVenus de Milo solo hay una (aunque quizás sea una copia romana ¿no?) y harleys hay muchas. Quizás por eso me quedo con la Venus.
ResponderEliminarUn sueño parecido al tuyo, pero más modesto, recorrer España, he tenido yo con la harley. También ha quedado en humo.
Besos!!
Cuando la eche a faltar, ya te pediré que me la dejes contemplar un poco. Me refiero a la Venus...
EliminarYo recorrí España y Portugal con un 600 de segunda mano. Hace unos cuantos años. Se calentaba, tenía un agujero en la chapa que permitía ver el asfaltado, apenas tenía espacio para el equipaje, pero esta experiencia me dejó un recuerdo indeleble.
Lo de la Harley, tanto tú como yo, tendremos que dejarlo para los sueños. Podríamos compartirlos
Besos
No olvides que Marinetti pertenecía a un movimiento de vanguardia que como todo movimiento artístico adquiría su sentido rechazando lo existente y usando la provocación como respuesta a la realidad. En aquel momento decir que algo moderno era comparable a un objeto antiguo era casi una blasfemia y solo con el Dadá, el surrelismo y el pop art se rompieron los cánones de belleza al reivindicar lo vanal y aparentemente intrascendente.
ResponderEliminarLa Harley no es una moto es un un mito que como ves se escribe igual aunque esa "i" por una "o" lo cambie todo. Cuando una marca se convierte en mito sube a los altares y nace la idolatría. Los Ángeles del Infierno, la película Easy Rider etc... un día los chicos americanos cambiaron sus sueños de correr en veloces caballos por enormes y poderosas motos mientras nosotros seguíamos venerando a una pandilla de idiotas que corren delante de unos pobres toros que serán asesinados por la tarde. Ahora ellos nos visitan para participar en un espectáculo que consideran arcaico y brutal pero que les emociona como emocionan las cosas extraordinarias que se producen en las culturas inferiores frente a las culturas civilizadas.
Saúde
De alguna manera, estos vanguardistas abrieron camino.Hoy dices algo parecido y nadie se escandaliza...
EliminarYo he tenido moto durante mis años jóvenes, pero la sensación que tienes cuando montas, aunque sea de paquete, en una Harley es muy diferente. Te lo aseguro.
Un abrazo
Mucha testosterona junta haciendo ruido para mi gusto. Sí, sí rugen, pues conmigo que no cuenten.
ResponderEliminarSin embargo, recuerdo que un día di con un blog de un motero que me tuvo pegada a sus letras toda la tarde. Llevaba una moto que tenía muchos años pero la cuidaba y hablaba de ella como si tuviera vida. Había hecho un recorrido por Marruecos y era época de lluvia. Hablaba de los lugares que recorría, de los sitios donde se alojaba, de la lluvia constante que al final le hizo volver, pero en su relato siempre estaba presente su moto. No recuerdo qué marca era pero sí recuerdo que una vez paró en una gasolinera y unos italianos se quedaron alucinados de que aquella moto siguiera viva y más cuando les contó el recorrido que había hecho en ese último viaje.
Yo también tengo una aventura de motos. Una de las veces que me fui de aventura a Inglaterra, hace unos años, viví en casa de un policia retirado, motero. Yo vivía en la buhardilla, él en el resto de la casa. Era un enamorado de las motos y en el centro del jardín, donde todo el mundo tiene un arbolito o similares en esa casa había una moto. Un fin de semana se fue a la isla de Man a un encuentro de motos -algo como esto de Barcelona, me imagino- y a mi casi se me inunda la casa. Cuando llegué ese día de trabajar el agua venía desde el baño de la buhardilla, había atravesado la segunda planta y caiga gota a gota desde el techo de la planta baja cuando entré por la puerta.
Podría seguir diciendo cosas de motos, pero ya será en otro momento.
Besos.
La percepción del ruido es muy subjetiva. Depende de la perspectiva. Me encanta sentir el tronar de los tambores tocando el propio, pero desde fuera no me produce una sensación tan gratificante. Lo mismo diría de la "mascletà"...
ResponderEliminarSupongo que tratas de insinuar que la inundación se produjo por culpa de la moto...
Si hubieras tenido la experiencia de montar en una de esas motos sola o mejor, acompañada, pensarías de forma muy distinta. Fijo.
Besos
Lo de la inundaión sería algún "manguito" Luis Antonio. Yo por lo que sé siempre hay algún manguito de por medio. Lo que sí es verdad es que si no hubiera habido una concentración motera ese fin de semana no me habría visto en esas y en este sentido se puede decir que fue "culpa de la moto". Si allí no hubiera habido afición por las motos, me habríia librado de entrar por la puerta y buscar desesperada un cubo donde quedara recogido todo aquello que caía. Todo eso antes de llamar a la ex, que apareció subida a unos tacones tan altos como la escalera del vecino para llegar a las ciruelas altas. Vamos, que cuando la ví pense: tú vienes preparada para hacerte cargo de una inundación.
EliminarLo de la "mascletá", una y no más. Y el tambor no lo toco. Je, je.
Además, que yo hablaba de ruido y testosterona junto....
Besos.
Es cierto, yo nunca he visto más motos en una ciudad que en Barna... y parcan en las aceras...
ResponderEliminarA mí también me gusta la Harley... me gustan ese estilo de motos.
Por estos lares hacen lo del encuentro anual de los Pingüinos y no veas las que se juntan...
Abrazo.