El pasado 18 de enero colgué una entrada en esta bitácora con el título FRANCISCO RICO, ¿mentiroso? Y tuvimos oportunidad de opinar a tal respecto. Hoy, El País publica el siguiente articulo ahondando sobre el mismo tema y creo que es de justicia exponerlo. No quiero ocultar la admiración que siento por la obra narrativa y periodística de Javier Cercás, aunque no siempre coincida con su manera de pensar. Tengo que agradecer a Benjamín que me haya motivado para echar un vistazo a dicho artículo que paso a exponer sin más dilación:
TRIBUNA: JAVIER CERCAS
Rico, al paredón
Una frase: "Exigimos una campaña legal contra quienes propagan mentiras políticas deliberadas y las diseminan a través de la prensa". ¿Quién escribió eso? Adolf Hitler, en 1920. ¿Qué significa eso? Significa, al menos, que hay que desconfiar de los cruzados contra el embuste, porque el énfasis en la verdad delata casi siempre al mentiroso. En el periodismo también ocurre: nunca faltan los paladines del oficio que tratan de esconder sus mentiras indudables denunciando las falsas mentiras de otros. La argucia suele funcionar. Tanto que ha habido quien, embalado por el éxito de sus anatemas, ha llegado a exigir que incluso lo que se cuenta en las novelas sea verdad; fantástico: dado que, como dice Vargas Llosa, escribir novelas consiste esencialmente en mentir -en mentir con la verdad, claro está, en contar una mentira factual para decir una verdad moral-, exigirle a un novelista que no mienta viene a ser como exigirle a un delantero centro que no meta goles.
El humor es algo que no toleran los cruzados contra el embuste o contra el tabaco
El mejor lugar donde asediar la verdad factual del presente es el periódico. ¿Quiere esto decir que hay que exigir que todo lo que se cuenta en el periódico responde a la verdad de los hechos? A mi juicio, no. Y pongo un ejemplo. Imaginemos que Juan José Millás publica un artículo en el que, impostando la voz de una mujer, cuenta que se despierta de madrugada, va a la cocina a beber un vaso de leche y al abrir la nevera se encuentra dentro a su madre enana, con un cubata de Bacardí en una mano y un porro en la otra. Imaginemos también que ese mismo día recibe Millás una llamada del director del periódico. ¿Cómo estás, Juanjo?, dice el director. Bien, dice Millás. ¿Y usted? No tan bien, dice el director. Acabo de leer tu columna de hoy y no me ha gustado un pelo. No me joda, dice Millás. No te jodo, dice el director. En los periódicos no se cuentan mentiras, Juanjo: ni tú eres una mujer ni tu madre es enana; además, sé de buena tinta que no bebe una gota de alcohol y que ni siquiera fuma Rex, y por supuesto no me creo lo de que te la encontraras metida en la nevera. Mi madre está muerta, gime Millás. ¿Muerta?, vocifera el director. ¡Peor me lo pones! Mira, Juanjo, me estás confundiendo a los lectores: las mentiras las dejas para tus novelas, o para los relatos del verano; en todo lo demás, la verdad y solo la verdad, ¿estamos? Pero, señor director, intenta protestar Millás. No hay pero que valga, lo interrumpe el director. Este es un periódico serio, la tuya es una columna de opinión y ahí no quiero jueguitos con la verdad y la mentira y la realidad y la ficción. Así que como vuelvas a repetir lo de hoy te quito la columna y te meto un paquete que te cagas. ¿Está claro?
De acuerdo: es un ejemplo extremo; y además un ejemplo inventado. Tomemos entonces un ejemplo real. El pasado 11 de enero, Francisco Rico, filólogo ilustre, publicó en este periódico un artículo contra la nueva ley antitabaco que concluía con el siguiente añadido: "En mi vida he fumado un solo cigarrillo". De inmediato le llovieron cartas de protesta al director. En ellas no se discutían los argumentos de Rico, que son válidos (o no) independientemente de que Rico sea o no fumador (porque la validez de un argumento es independiente de quien lo esgrime); en ellas se denunciaba su impostura: los autores de las cartas habían descubierto que Rico fumaba. Para la defensora del lector, que tomó cartas en el asunto, "lo que se plantea en este caso es hasta qué punto es lícito recurrir a una mentira para defender una verdad". Discrepo: lo que se plantea en este caso es hasta qué punto es lícito gastar una broma en un periódico. Porque, Dios santo, ¿acaso hace falta aclarar que la apostilla de Rico solo puede ser eso, una broma? Rico no es un fumador: es un hombre a un cigarrillo pegado, un tipo que, en sus innumerables clases, conferencias e intervenciones en prensa, radio y televisión, apenas ha aparecido sin un cigarrillo en la mano, o por lo menos jamás ha ocultado su vicio imparable. De modo que denunciar que Rico fuma es como denunciar que los niños no vienen de París. Rico dice que no ha fumado un solo cigarrillo en su vida como podría decirlo Santiago Carrillo o como Rafa Nadal podría decir que no ha cogido una sola raqueta en su vida o como yo, que fui alumno de Rico y llevo muy mal eso de que se metan con él, podría escribir un artículo titulado Rico, al paredón.
De acuerdo otra vez: el artículo ficticio de Millás y el artículo real de Rico son muy distintos; no obstante, ambos tienen una cosa en común: el humor. Y eso es, me temo, lo que no toleran los cruzados, ya sean los cruzados contra el embuste o los cruzados contra el tabaco, que tantas veces son los mismos. Rabelais los hubiera llamado agélastes, una palabra tomada del griego que significa los que no ríen, los que no tienen sentido del humor, esos individuos que, como recuerda Milan Kundera, "están persuadidos de que la verdad es clara, de que todos los hombres deben pensar lo mismo y de que ellos son exactamente lo que imaginan ser". Pero se dirá que todo esto atañe solo a una parte del periódico, a esas secciones donde, como en las columnas o en los artículos de opinión, son admisibles ciertas licencias, y no al resto, donde lo que debe imperar es la verdad factual; es cierto, pero añado una reflexión a esa certeza. Si aceptamos que la historia es, como dice Raymond Carr, un ensayo de comprensión imaginativa del pasado, quizá debamos aceptar también que el periodismo es un ensayo de comprensión imaginativa del presente. La palabra clave es "imaginativa". La ciencia no es una mera acumulación de datos, sino una interpretación de los datos; del mismo modo, el periodismo no es una mera acumulación de hechos sino una interpretación de los hechos. Y toda interpretación exige imaginación, aunque la imaginación necesaria para interpretar la actual revuelta árabe sea distinta de la necesaria para escribir una columna de Millás: esta equivale a la capacidad de inventar hechos; aquella, a la de relacionarlos. Flaubert sostenía que hay más verdad en una escena de Shakespeare que en todo Michelet; se refería a la verdad literaria, no a la histórica, a la verdad moral, no a la factual, así que no diré que hay más verdad en una columna de Millás que en todo el periódico: solo diré que un periódico está obligado a contar la verdad factual, pero, a menos que se rinda al chantaje de losagélastes, no debería prescindir de contar también la otra verdad, una verdad irónica y emancipada de la tiranía de lo literal. Por lo demás, tampoco niego que algún lector pueda confundir las cosas y creer que Rico no fuma y que la madre de Millás es una enana borracha y porrera, igual que no puedo negar que ha habido perturbados que, después de ver Superman, se han tirado por la ventana convencidos de que volarían; lo que sostengo es que ese es un riesgo que merece la pena correr, y que escribir paraagélastes y perturbados es una falta de respeto al lector. Aunque se haga en nombre de la verdad.
No sé, no sé, no me convenció la argumentación de Cercas, al que admiro también. Ni le vi el sentido del humor al artículo de Rico. Creo que este académico tiene muchas cualidades pero el sentido del humor no es la mejor de ellas. Su artículo era objetable por las rezones que se dieron y que fueron públicas. No obstante, he de coincidir con Cercas en el sentido fanático de la cruzada contra el tabaco que este fin de semana ha tenido en Barcelona un episodio que me produce grima. Parece ser que en una obra de teatro el actor en escena fumaba un cigarro (de hierbas aromáticas, por más señas) porque lo exigía el guión, y un talibán lo ha denunciado por fumar dentro de un recinto público. En Madrid creo que se ha producido algo parecido en una obra que representa a Josep Pla, que no hacía otra cosa que fumar. Todo esto es vomitivo y no me gusta nada. Alguien ha dicho si lo próximo será prohibir Otelo por violencia de género. Casi estoy por darle la razón a Cercas, pero en lo de Rico, no.
ResponderEliminarMaruja Torres, ¡olé!, reconocia hace días que sentarse para escribir la tira o columna diaria, no siempre resultaba facil. Juan José Millas, debió de tener "el día tonto" con la suya. Repasé de nuevo la que hace mención Julian Cercas y ciertamente, la encuentro incomprensible, y encima, no tiene ninguna gracia. Salvo que mi percepción de la gracia, la haya perdido.
ResponderEliminarSigo sin entender lo fácil que resulta interpretar la Ley antitabaco para los fumadores. Es muy sencillo. Hay que cumplirla. Y ya está. Personajes de opereta como el propietario del Asador de Marbella, están demás.
Estados Unidos, como bien saben todos, tiene una ley mucho más restrictiva. Y por lo visto, intentan darle una vuelta de tuerca más. Establecimientos norteamericanos, son multados simplemente por tener un cenicero a la vista del público, -aducen que incita a fumar-.
La inteligencia, -se supone-, de muchos columnistas, a veces le lleva a hacerse unas "pajas mentales", que ni ellos mismos son capaces de entender una vez escritas.
¿Que intenta Javier Cercas?, ¿apoyar a su profesor de forma incondicional?. El Sr.Rico, cuando escribió su artículo, debió de pensar que algunos de nosotros, como yo, somo un poco "cortitos de entenderas" y no le hubiera costado ningún trabajo poner en la cabecera del mismo, "ESTO ES UNA BROMA".
Luis Antonio, no sabes la polémica que ha generado y genera esta respuesta de Cercas. la radio hecha chispas y las tertulias suben de tono. Se está desmadrando el asunto. Hoy decían en e programa de Herrera en la Onda que la literatura es para leer pero el periodismo no.
ResponderEliminarLa polémica está servida.
Besos
El motivo de que el pueblo gallego sea el más inteligente y desarrollado del planeta, quizás junto a los británicos, sin tener que recurrir a la carallada esa del ADN como hacen los vascos, es porque sabe distinguir fehacientemente cuando se ironiza y cuando se escribe digamos a ras de tierra. Pobres de aquellos que creen que la realidad debe ser como aquellas tablas de la ley tan pesadas que llevaba Moises y que afortunadamente le cayeron y se rasgaron en mil pedazos.
ResponderEliminarLucidez es la que tiene Cercas y los que quieran realidad a pie juntillas que se lean el BOE.
¿Habré dicho de verdad lo de la superioridad galaica o será una ironía? Ah
Pues nada. Sigamos con las dudas. Démosles a nuestros politicos ésta cohartada. Que no se exclusivo de los periodistas y escritores, con más o menos talento. Pero luego no quejarse.
ResponderEliminarNunca me han gustado las cruzadas, ni los cruzados de cualquier signo.
ResponderEliminarSi no fuera por el sentido del humor y la ironía este mundo sería insoportable.
Un abrazo fuerte, Luís Antonio.
Dr.Krapp, yo no lo hubiese explicado mejor. No se puede ir por la vida leyendo "literalmente" lo publicado. Muy acertado tu comentario. Y la palabra clave, ironizar.
ResponderEliminarPara todos:
ResponderEliminarhttp://www.elpais.com/articulo/cultura/Arcadi/Espada/lanza/bulo/Cercas/fue/detenido/prostibulo/elpepicul/20110216elpepicul_6/Tes
Un pequeño adelanto:
Arcadi Espada se negó ayer, a preguntas de este diario, a precisar si lo que escribió en El Mundo pretendía ser ficción o realidad. "Mi columna está inspirada en la certeza de que Javier Cercas tiene razón desde hace años. Y el domingo pasado, en la tribuna que escribió en EL PAÍS, volvía a tener razón. Yo me he dado cuenta ahora, quizá tarde. Mi columna es un acto de contrición por mi parte", afirmó con mal disimulada ironía. Tras saber que Cercas se consideraba calumniado, añadió: "La figura de la calumnia está en manos de los jueces. Él tiene abiertas las puertas de los juzgados".
Parece ser que la interpretación del humor y la ironía, aveces resulta dificil de distinguir, incluso entre los que la practican.
Para darle más emoción:
ResponderEliminarhttp://www.elpais.com/articulo/cultura/Mentirosos/elpepicul/20110216elpepicul_7/Tes
Vamos por buen camino. Dentro de poco, estarán haciendo la competencia a "La Noria".
A TODOS:
ResponderEliminarComo bien dice Benjamín, este debate está compitiendo con La Noria. Recomiendo la lectura de los dos artículos que sugiere a los hipotéticos comentaristas interesados en ello. La distinción o identificación entre ironía, humor y "mala leche" están ahí.
Estoy seguro que el Dr. Krapp como gallego genuino que es nos ayudará a distinguir a los nacidos en otras comunidades menos célticas dónde comienza y dónde acaba el humor...
¡Ah, se me olvidaba! Arcadi Espada me merece pocas simpatías...Y espero que el Dr. Krapp reconozca que si algo le sobra a este singular personaje es "mala leche" o acaso "humor negro" No sé...
¿Ponerle límites al humor? Inconcebible.
ResponderEliminarEl humor es eterno y nos trasciende por arriba y por abajo. La mayor humorada es la coña ésta de haber nacido y que luego estiremos la pata sin haber hecho nada serio para merecerlo.
Lo de Espada es pura tontería de vedette. Se pasea por la pasarela con un traje de lentejuelas relleno de remiendos pero falta el niño que le baje de la burra y le diga "Arcadi, que no eres nadie". Ya no hay niños como los de los viejos cuentos.
AL DR. KRAPP:
ResponderEliminarQuizá no se pueda limitar ni concretar lo que es humor, pero no me negarás que estamos en nuestro derecho de reír o no las supuestas "gracietas" de los demás. La "mentira" de Rico sobre su condición de no fumador no me hizo ninguna gracia. A Javier Cercás, fiel exalumno suyo, si le hace gracia y por eso lo defiende. Que no tengamos el mismo sentido del humor que él no es razón alguna para tacharnos de "cruzados", ¿no? Lo de Arcadi Espada, afortunadamente, no nos hace gracia a ninguno, salvo a él. Aunque me temo que no pocos le aplaudan entusiastas... Es tan relativo todo.
En conclusión, cada uno hace la interpretación que le sale de... y tan legítima es una como la contraria. No hablar con claridad sobre temas que lo exigen conduce a estos desafueros...
Mi querido Luis gracias por tus buenos deseos y tu apoyo en primer lugar, ahora desde mi casita aunque todavía convaleciente me da un gusto tremendo poder leeros.
ResponderEliminarEn cuanto a lo que comentas aunque no he leido en el Pais este artículo, coincido y admiro a Cercás.. y no es necesario vivir una situación para darle la visión personal o digamos particular de una experiencia.
Bueno cada uno tenemos visiones diferentes de algunas cosas y no por ello tenemos que descalificarnos, eso creo que no es ser de mente abierta sino todo lo contrario ¿no?
Mil besos mi querido Luis
Mantenella y no enmendalla ...
ResponderEliminarPara rematar, David Trueba, ayer en su columna titulada "Daño", comenzaba con, "Si ustedes quieren asomarse a los rigores de los medios de comunicación, ésta semana no se aburrirán."
... "Al parecer, el profesor Rico es un fumador compulsivo y la frase final de su artículo era un guiño."...
..."Para Cercas, la reacción a esa broma para "intimos" (el entrecomillado es mío) había puesto de relieve el clima de intransigencia en el que se mueve hoy día la opinión pública."...
... "Como Cercas y Arcadi Espada andan enzarzados en una polémica sobre la verdad periodística y la verdad literaria ..."
... "Inmediatamente los periódicos digitales se hacian eco del artículo de Espada y expandian la noticia de le detención de cercas. Noticia falsa, pero que comenzó a dejar el reguero de mierda que cualquier acusación de este tipo genera. Puede que la intención de Arcadi Espada fuera mantener una esgrima dialéctica sobre los artificios de la escritura, pero el trasvase de la batalla intelectual a las cloacas de la infamia suena a desmesurado."...
Puestos a elegir un modo de expresar el humor y la ironía, me quedo con Gila y su teléfono.
El problema del humor es que hay personas que no lo saben utilizar. O no lo saben generar en el momento y en la dosis oportuna. El humor es un arte, un arte al que pocos, muy pocos pueden acceder. Así es que si no estás habilitado para ello, mejor no lo uses.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo primero me encanta Cercas, me va su estilo, aunque no siempre coincido con él siempre que puedo leo sus escritos de El País. En esta ocasión no estoy de acuerdo con él, aunque después de leer este texto (no lo había leído) le reconozco el mérito y la maestría de ir de un lado a otro y enlazar un argumento con otro hasta parecer llegar a una conclusión aparentemente coherente de lo que quiere justificar.
ResponderEliminarBesos, profe.
Hoy - 20 de febrero - El País publica un artículo de la defensora del lector, Milagros Pérez Oliva, titulado: "En defensa de Cercás y de la verdad" con la que vuelvo a coincidir.
ResponderEliminarhttp://www.elpais.com/articulo/opinion/defensa/Cercas/verdad/elpepuopi/20110220elpepiopi_5/Tes
Recomiendo la lectura de dicho artículo del que muestro un fragmento:
“Como mi responsabilidad es defender a los lectores, he de defender su derecho a unas reglas claras. Y esas reglas incluyen que no cabe la ficción en periodismo, y mucho menos la mentira. Por supuesto no caben en el género informativo, pero tampoco en los artículos de opinión que podríamos denominar analíticos o de tesis, es decir, aquellos que, como el de Francisco Rico, se publican en la sección de Opinión o en las diferentes secciones bajo el epígrafe de "análisis".
Cercas considera que la apostilla de Rico no es propiamente una mentira sino una broma. Aunque esa fuera la intención del autor, ¿cómo podían interpretar que era una broma quienes no supieran que era fumador? Lo lógico era pensar que quienes no le conocieran interpretarían que hacía esa apostilla para reforzar sus argumentos. Ignorar esta posibilidad supone dar por hecho que la totalidad de los cientos de miles de lectores que tiene EL PAÍS saben no solo quién es Francisco Rico, sino también que es un fumador empedernido. ¿O acaso ese artículo iba a ser leído solo por amigos y conocidos?
El propio Javier Cercas habrá podido comprobar esta semana lo amarga que puede ser una mentira y el daño que puede llegar a hacer aunque se vista de ironía, se publique en una columna en la que caben "ciertas licencias" y su propósito sea el de defender o demostrar una supuesta verdad. Me refiero a una mentira publicada en otro diario sobre Cercas. Porque la mentira siempre hace daño. Y cuanto más grande y más atrevida, más dañina es. De modo que, de nuevo, y esta vez en defensa de Javier Cercas, insistiré una vez más en que no, no es lícito recurrir a una mentira para defender una verdad. Así lo estiman también lectores como Enrique García Lobo, Pedro Ródenas o Paco Rubio, cuyas reflexiones pueden ustedes encontrar en la página de la Defensora en ELPAÍS.com.”
¿O acaso ese artículo iba a ser leído solo por amigos y conocidos?. Esta es la clave. Cuando alguien se pone ante un teclado, tiene la enorme ventaja con respecto a cualquiera de nuestro políticos, que dispone de tiempo para meditar. Por lo tanto no tiene disculpa que se escriba intentando buscar un "cuerpo a cuerpo" con el primer rival que lo lea. Es lícito hacer interpretaciones personales por gustos, por fidelidad o por enemistad, pero cuidado con deformar la verdad.
ResponderEliminarA BANJAMÍN:
ResponderEliminarComparto tu última frase en su totalidad.
Un saludo
Gracias Luis Antonio.
ResponderEliminarPero me quedo con la duda de si le he dado, sin querer, una patada a un avispero.
Saludos.