“La verdad ni hiere ni ofende” reza un dicho en castellano. ¡Mentira! Nada hiere ni ofende más que determinadas verdades. La verdad tiene dos caras: una que nos seduce y otra que nos atemoriza, pero no se distinguen a priori. De ahí la incertidumbre que nos depara. La verdad es tan compleja que requiere saber dosificarla, administrarla, regatearla... y necesita con harta frecuencia un buen antídoto. Somos pocos los capaces de asumirla con todas sus consecuencias, aunque la reclamemos con la boca pequeña. Hasta los que alardean de ir siempre “con la verdad por delante” nos parecen mentirosos compulsivos y presuntuosos. En nuestro fuero interno, y esta es una de las verdades que más nos duelen, somos conscientes de que carecemos del coraje necesario para asumir la verdad cruda y descarnada.
A Lenin se le atribuye la frase: “Una mentira repetida muchas veces se convierte en una gran verdad”. Quizá por eso, la mentira es la norma social que impera en nuestro entorno. Casi todos la consideramos, en muchos casos, como necesaria. Las llamadas mentiras “piadosas” se justifican para preservar a los demás de un daño o un dolor y las mentiras “sociales”, de uso habitual, ni tan siquiera se catalogan como mentiras de tan arraigadas que están. Por ejemplo, cuando decimos que algo nos gusta aunque sea incierto puede parecer hasta sinónimo de buena educación. Hasta aquí hemos llegado...
Vivir en la ignorancia puede ser una especie de antídoto contra los demoledores efectos de determinadas verdades. ¿Será por eso por lo que nos mentimos a nosotros mismos?
Hay otra frase que se atribuye a varios autores – Gramsci, G. Orwell, Lenin...- que sintetiza como ninguna otra la excepcionalidad de la verdad en nuestro mundo: “En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario”
Este último aforismo me empuja a la siguiente reflexión que puede parecer ajena al conjunto de este entrada: estamos viviendo unos tiempos en que el engaño universal impera a sus anchas. ¡ A ver quién es el valiente de llevar a cabo un acto revolucionario !
Todas las frases tienen varias y sesgadas lecturas...
ResponderEliminarEjemplo:
"Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" Juan 8:32.
Aquí el apóstol Juan condiciona la libertad del individuo a que éste siga las normas que él dicta... como "verdad" indiscutible.
Sin embargo si nos quedamos con la última parte de la frase:
"La verdad os hará libres"... esta frase podría haberla escrito el mismísimo Carlos Marx y así sí que me parece revolucionaria.
Salud.
Desde el principio nos creemos las mentiras, las nuestras y las ajenas. Nos creemos inmortales, por naturaleza y por religión, nos convencen y lo asumimos. A partir de ahí: nada es verdad, nada es mentira, todo depende del... dinero que tenga el mentiroso...
ResponderEliminarLa verdad es demasiado agotadora, demasiado decepcionante, tanto, que de haber triunfado, la raza humana habría dejado de existir hace milenios.
ResponderEliminarDesde siempre, el ser humano se ha confeccionado sus mentiras reparadoras para soportar la realidad, sean religiosas, mitológicas, fantasiosas...
El problema de la mentira es que tiende siempre ha emponzoñarse, no le basta una mentira llana, con principio y fin, sino que se enreda y enreda en espirales y entramados que al final ni Dios podría conocer el origen de la misma.
¿Hoy hay más mentira que ayer? Lo dudo. Hay más cantidad de información, por lo tanto eso hará aumentar los porcentajes tanto de mentiras como de verdades.
El delincuente niega la verdad, el abogado niega la verdad, el político niega la verdad, el comercial niega la verdad, el banquero niega la verdad, hasta el amante niega la verdad cuando le interesa...
¿Como se declara? ¡Inocente, señoría!
Se me ha colado una "h" imperdonable que juro por Snoopy que ha sido error. Esa es una verdad como un templo. El tiempo entre los dos comentarios lo certifica.
ResponderEliminarOtra verdad que no viene a cuento, y espero me sea perdonada; las declaraciones del tan valorado, y para mí insufrible hasta el delirio, Durán i LLeida:
ResponderEliminar"Si ustedes quieren diputados pobres, senadores pobres y que al día siguiente de ser diputados tengan garantizado su puesto de trabajo porque son funcionarios y que baje todavía más la calidad de la cámara, que ya ha bajado muchísimo en los últimos años -insistió-, pues es el camino que estamos siguiendo".
Todo esto a colación del debate sobre la pensión vitalicia que todo ex-diputado cobra solo por 11 años de permanencia como tal, contra los 35 años actuales, y los 38 futuros de cada hijo de vecino.
¿esa es su verdad?
¿qué quiere decir que la calidad de la cámara es baja en función de los sueldos?
¿dónde está su espíritu de servicio, al que dicen deberse?
¿y a qué le llama pobreza?
Verdades, verdades, a la verdad la carga el diablo; verdad verdadera.
Y finalmente he llegado a la conclusión de que la verdad es muy subjetiva y que todas las mentiras tiene un pequeño porcentaje de verdad. Soy capaz de atreverme a decir que todas las mentiras están basadas en una verdad.
ResponderEliminarBesos Luis Antonio.
para contar verdades, primero hay que conocerlas, cosa que es harto infrecuente.
ResponderEliminarapenas sé la verdad sobre mí mismo y sólo en parte.
oigo las verdades ajenas como pistas o como trampas y sigo sin saber con qué verdad quedarme.
siento no poderte ayudar.
siento no poderme ayudar.
Duda siempre de ti mismo, hasta que los datos no dejen lugar a dudas. (Louis Pasteur). Esta frase resume bastante bien la distancia entre verdad-mentira. Considero que la duda es el fiel que deberia servir para tratar de distinguir entre ambas. ¿Como es posible que una mentira, acabe siendo técnicamente verdad?. Existe una película, "Las dos caras de la verdad", donde un abogado (Richard Gere), pone todo su talento para demostrar que el acusado (Edward Norton), es inocente. Cuando logra el propósito, llega la gran sorpresa.
ResponderEliminarNo podemos creer con absoluta certeza todo los que vemos, oímos o leemos. Todo ha sido, y es, suceptible de manipulación. La duda es el única defensa que nos queda
Lo malo es que, salvo excepciones, la verdad no es más que algo parcial. Pero cuando uno cree en lo que piensa, debe decirlo.
ResponderEliminarYo distinguiría contextos. En mis relaciones interpersonales siempre parto de la base de que me están diciendo la verdad y atendiendo a esa premisa actúo en consecuencia. Con frecuencia me llevo chascos pero siempre hay tiempo para rectificar. En ocasiones, en lugar de callar creo que hay que decir cuatro verdades, pero hay que coger fuerzas: desgasta mucho y en muchos casos no conduce a nada. Me muevo mejor en la verdad o en el silencio.
ResponderEliminarEn otros terrenos, político, social, etc. alucino de las mentiras que cuelan y cómo manipulan al personal y alucino también como asumimos las mentiras sin protestar. Manipular es una forma de mentir para alcanzar un propósito.
Hoy solo iba a leer pero al final he escrito.
Te dejo besos, true kisses más exactamente.
Tema manido (por lo recurrente) y polémico (evidentemente) donde lo haya.
ResponderEliminarDices:
"Somos pocos los capaces de asumirla con todas sus consecuencias, aunque la reclamemos con la boca pequeña."
Mucho afirmas, amigo, y te admiro por ello. Pero no seré yo la que tire la primera piedra de ese aserto tuyo. Si que te preguntaría, cuando dices "verdad" hablas de lo que más se ajusta a la realidad, a la realidad estricta... o la realidad que tú ves? incluso a la que tu "quieres" ver...
Hablar sobre la verdad, o manejarse con ella, es caminar siempre por el filo de la navaja, porque nunca es fácil, buscarla, hallarla y mucho menos decirla... ¿O estás hablando de cuando es procedente, o no... acercarse a ella? ¿Y quién decide eso? ¿Debe el médico decir a su paciente que se morirá en pocos días si él no desea enfrentarse a ello? o debe ocultárselo para que no se "deprima" a pesar de saber que le gustaría saberlo?
Y si digo que hoy hace un día de perros porque llueve y hace frío, y a ti te gusta la lluvia y el frío?
Vivimos en una sociedad inmersa en los "juicios de valor culturales" ¿quién decide?
Yo creo que la mayoría, nos, y, mentimos lo justo para seguir adelante y movernos en esas procelosas aguas.
Decía Sam Peckinpah en "Clave Omega" por boca de Burt Lancaster, que "la verdad es una mentira que aún no ha sido descubierta" y no le faltaba razón al hombre, a tenor de como van cambiando las verdades de la Ciencia o la Historia... según quien la escriba... o la recuerde... (tema que sé importante para ti)
Pero ontologías y epistemologías de baratillo aparte, sobre la verdad dice "el nano" algo que me parece esencial, y es, que más allá del color que queramos darle, a veces y sólo a veces... lo que no tiene es remedio y en un momento u otro, siempre termina por alcanzarnos. Otra cosa es lo que decidamos hacer con ella.
Y podríamos seguir ad aeternum, y nada en claro saldría de este debate... pero por hoy, aquí te dejo sólo un poquito de como yo la entiendo.
Abrazossss
Espinoso y peliagudo tema, Luís Antonio, pero después de leer los sesudos y bien razonados comentarios que me han precedido, me viene a la memoria un chiste que me contaron y viene muy a cuento.
ResponderEliminarUn director de cine acaba de estrenar una película y a la salida, lleno de ansiedad le pregunta a un conocido con el que acaba de encontrarse, si le ha gustado la película. El conocido se le queda mirando muy serio y le responde:
-Amigo, qué quiere que le diga, si le dijese la verdad, le mentiría.
Un abrazo bien fuerte.
Si la verdad hace daño, la mentira mucho más. Yo prefiero la verdad dolorosa.
ResponderEliminarUn beso, Luis
A fin de cuentas verdad y mentira son conceptos sacralizados y manoseados por el uso. Lugares comunes y fronterizos a los que todo el mundo se aferra para seguir en la batalla. La verdad es como esa pancarta en el alto del del puerto que ve el ciclista exhausto cuando sube y le sirve para porfíar en el esfuerzo a pesar de saber que la carrera sigue más allá.
ResponderEliminarLa mirada afectuosa, amistosa, no aspira a buscar la verdad. La madre puede saber la verdad sobre su hijo (puede ser un delincuente y asesino), pero no querrá creerlo y lo defenderá aunque sea mentira. Y ¿quién se lo reprocharía? El amor urde multitud de lo que llamaríamos mentiras, pero que ayudan a vivir. La real realidad, la única verdad irrefutable es que nos vamos a morir. Sí, así como suena. Y cada día nos levantamos engañándonos, mintiendo, para no pensar en ello, ni siquiera aunque tengamos una edad provecta. Es necesario engañarse, mentirse, para seguir viviendo. Carlos Castilla del Pino publicó un libro espléndido titulado El delirio, un error necesario. Pues eso. Lo importante es ser consciente del doble juego que mantenemos y sobre todo que nuestras mentiras imprescindibles no causen dolor innecesario ni estafen a la gente.
ResponderEliminarA GROUCHO:
ResponderEliminarEres un genio buscando frases célebres, dichos y aforismos varios. Te felicito y doy las gracias porque además son divertidas.
A Vázquez “ORIENTADOR”:
Nos gusta autoengañarnos porque tampoco distinguimos con nitidez dónde está la verdad.
A ANÓNIMO:
ResponderEliminarSin duda, las mentiras son más interesantes porque intervienen en ellas la ficción, la fantasía, lo trascendental, lo inconfesable, etc. capaces de inventar maravillas mucho más seductoras que la triste, mediocre y gris realidad. ¡Vivan las mentiras que se disfrazan de verdad y además nos hacen felices! Y si alguna verdad logra los mismos efectos, bienvenida sea también, ¿no?
Lo que cuentas del Sr. Durán i Lleida es muy divertido. Es un político, sin embargo, que tiene buena prensa y me consta que es un “bon vivant”... El Gimnasio que frecuenta por la parte alta de BCN es muy caro,¿cómo quieres que se baje los ingresos?
Me encantan tus comentarios, Anónimo.
Un cordial saludo
A ROSALÍA:
ResponderEliminarPues nada que objetar, bienvenidas sean las mentiras que nacen de la verdad. Algo de ella les quedará...
Besos, Rosalía
A RAFARROJAS:
Me ayudas con tus aportaciones, amigo.
Verdad y mentira se confunden. Así vamos de despistados por el mundo...
A BENJAMÍN:
Te aseguro que soy un fiel discípulo de Pasteur. La duda me acompaña con más fidelidad que la propia sombra.
Recuerdo la película que citas y ha sido buena idea traerla a colación...
Si la duda es nuestra defensa, a mí no me marcan un gol ni de penalti.
Un cordial saludo
A PEDRO OJEDA ESCUDERO:
El problema es para los que somos personas de poca fe...
A ANGIE:
ResponderEliminarEsta frase tuya merece ser enmarcada: “Me muevo mejor en la verdad o en el silencio”. Pregunto, ¿aunque la verdad duela?
Me quedo con tus besos y te remito los míos (no son ni verdaderos ni falsos, son virtuales)
A CRISTALOOK:
Ahora sé por qué eres tan brillante en tus comentarios y entradas. Te tomas unas largas vacaciones y reapareces en plena forma.
Este comentario tuyo lo demuestra una vez más.
Suelo identificar la verdad con lo que tú llamas “aproximación a la realidad”...Lo de la “realidad estricta” no lo tengo tan claro...
Lo de que la mayoría “mentimos lo justo” me encanta y me apunto...
Cristal00k, estoy tan contento con tu presencia que me leo una y otra vez tu aportación sin saber qué responderte. Me convences y me...seduces con tus frases.
Yo también soy de los que confunden verdad con recuerdos aun sabiendo que la memoria es muy caprichosa...
Supongo que sigo con mis dudas porque el tema es más que arduo, pero aprendo y disfruto. ¿Se puede pedir más?
Ademas, si Sam Peckinpah dice lo que dice, ¿qué podemos hacer los pobrecitos mortales de a pie?
Gracias sinceras y verdaderas en todos los sentidos
Un fuerte abrazo
A CRISTAL:
ResponderEliminarMe ha encantado el chiste. Viene muy a cuento de lo que nos llevamos entre manos.
Realmente, como bien dices, hay comentarios extraordinarios
Un fuerte abrazo, Cristal
A NOVICIA DALILA:
Yo tengo serías dudas sobre lo de preferir la verdad dolorosa. En cambio, la mentira no me gusta nada, salvo que ignore que lo es...
Besos, Novi
AL DR. KRAPP:
ResponderEliminarMe ha gustado la comparación de la pancarta del puerto. Pero después de lo de “Contador”...no sé.
A JOSELU:
Como bien dices, si somos capaces de engañarnos sobre la muerte, cómo no vamos a engañar ni engañarnos sobre mil cosas más. Acertadísima reflexión, Joselu.
Pues estoy leyendo un libro autobiográfico de Carlos Castilla del Pino , “Futuro Imperfecto”, que también me está gustando mucho.
Tu propuesta es muy sensata y constructiva: mentir lo imprescindible a condición de no hacer daño a nadie. Saludos
Tiene toda razón Novicia Dalila: La gente se hace mucho lío totalmente gratuito; pues la verdad es la realidad y lo contrario es el abismo y, con perdón, kk.
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