La necesidad de sentir placer es una realidad que a menudo pasa desapercibida en medio de las demandas y responsabilidades cotidianas. El placer no es un capricho, sino un componente esencial de nuestro bienestar. Experimentar placer no solo nos brinda momentos de alegría y satisfacción, sino que también juega un papel fundamental en nuestro equilibrio emocional. Encontrar tiempo para actividades que nos llenen de alegría y nos hagan sonreír no solo es un acto de autocomplacencia, sino una inversión en nuestra salud y felicidad.
Feliz verano. Hasta finales de agosto... Abrazos.
"Todo el mundo aspira a la vida dichosa, pero nadie sabe en qué consiste" (Séneca)
ResponderEliminarNo sé, a veces pienso que el placer es el anzuelo que utilizan "los dioses" para que les sirvamos complacidamente... Otras pienso que sólo es un trampantojo, una especie de oasis en medio del vacío... Otras pienso que el placer y el dolor son dos caras de la misma moneda que se necesitan mutuamente para dar contraste a la vida y que podamos percibir mejor las enseñanzas y los matices que el camino de vuelta a Ítaca nos rebela...
Abraso y feliz verano
Cómo bien lo dices, es necesario para la salud.
ResponderEliminarAbrazos y hasta entonces, si Dios lo permite, deseándote felices vacaciones.