La paz de nuestro fuero interno se aviva cuando ejercemos el acto de perdonar. El perdón es un acto de generosidad y compasión que nos brinda la oportunidad de sanar posibles heridas emocionales, reconstruir relaciones y crecer. En un mundo de imperfecciones y conflictos, nos invita a descubrir el impacto de estos en nuestras vidas y en las relaciones con los demás, así abrimos un camino hacia la reconciliación.
El perdón nos insta a decidir si debemos dejar atrás un error o una herida causada por alguien más. Algunos, entre los que me incluyo, creen que perdonar es liberador , mientras que otros piensan que es signo de debilidad o que no es justo. Perdonar, evidentemente, depende de las circunstancias y escala de valores…