Desde hace un tiempo estoy jubilado y por fin puedo hacer bastante de lo que me plazca. Todo un privilegio, pero si algo tengo claro es que debo mantener activos tanto el cuerpo como la mente. El apoltronamiento está al acecho...
Cada día camino un mínimo de 10.000 pasos. Tanto el móvil como el reloj me los controlan con exactitud. Pasar dichos pasos a km. es más que fácil. También voy al gimnasio uno o dos días por semana. En él asisto a clases de Aquagyng, además de pasar un rato en las máquinas, en el jacuzzi y en la sauna.
En lo relativo a la mente, la actividad que me lleva más tiempo es la lectura. En mi casa ya no me queda espacio para almacenar más libros. El uso del Kindle me permite seguir coleccionándolos sin invadir sitios impropios. Leo, como mínimo, entre 75 y 100 páginas cada día. Un defecto que no acabo de corregir es el de tener iniciada la lectura en varios libros a la vez (entre tres y cinco)
Un día a la semana asisto a un centro escolar donde imparto clases de lectura comprensiva a alumnos de origen extranjero. Predominan los ucranianos…
La jubilación también tiene sus "peros", pero hoy no toca ni mentarlos...
Amigo Luis Antonio, en efecto los "peros" no los mentaremos y de momento procuraremos disfrutar de la jubilación, que parece ser que deriva de "júbilo". Te deseo que pases un feliz Navidad.
ResponderEliminarAbrazos
Veo que también coincidimos en este asunto. Un abrazo y mis mejores deseos para ti y los tuyos en este recién estrenado Año 2004
EliminarAsi: debemos de tomarnos ese día.Ejercitar la mente y me encanta eso de que asistas a un centro ,para dar unos empujoncitos a estos niños, eso es vocación.
ResponderEliminarEstimado Luis Antonio; ya sabemos un poquito más de tu día a día y ojalá cuando yo me jubile pueda decir lo mísmo...
Un abrazo y una tranquila Navidad
Seguro que ya tienes planes para "cuando te llegue la hora" de la jubilación.
EliminarUn gran abrazo, estimada Bertha
Privilegio uno: haber llegado a la jubilación (algunos ya la superamos con creces) Privilegio dos: disponibilidad del tiempo (lo cual no significa tirar el tiempo a la basura) Pivilegio tres: elección de actividades de acuerdo a los intereses particulares de cada cual. Privilegio cuatro: no perder de vista ni lo racional ni lo emocional ni lo onírico. Etcétera de privilegios a mención de cada cual.
ResponderEliminar¿Los peros? La próstata, como Teruel, existe, por ejemplo. Y benditos órganos corporales de todo tipo que han aguantado tantos años. ¿Los peros? Ciertas pérdidas humanas, lo dejo ahí.
La artrosis lumbar... y un largo etcétera sin entrar en detalles. Así y todo la vida tiene sentido...afortunadamente.
EliminarUn fuerte abrazo, amigo Fackel
Estimado Luis A., ese tiempo de “júbilo” al que todos aspiran y muchos disfrutamos, no puede ser un paréntesis de acomodo y despreocupación, sino de encauzamiento de inquietudes no realizadas y de enriquecimiento en disciplinas que aporten serenidad, equilibrio y predisposición para el goce, sin secuelas traumáticas o sesgos mal enfocados o de intenciones aparentemente inocuas…Crear, leer, componer, recitar, escuchar, ser uno mismo en cada instante…hemos de unir fuerzas y capacidad para lograr ese momento mágico que nos haga sentir bien con nosotros mismos y los demás que nos rodean o convivan. Siempre con buena: ¡SALUD y DICHA en armonía ¡
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Tomo nota de tu propuesta para esta etapa de la vida. Rebosa sentido común, inteligencia y buenos propósitos. Muy agradecido, Dionisio
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